Escritos y discursos de Lyndon LaRouche

LaRouche: Hemos llegado a un momento de decisiones épicas

Ante un público de 400 personas reunidas en las afueras de Washington, la capital estadounidense, otras 500 conectadas vía videoconferencia desde Los Ángeles, y muchísmas más que participaban por internet, Lyndon LaRouche pronunció el discurso de apertura de la conferencia semestral de su movimiento en los Estados Unidos, que tuvo lugar del 4 al 6 de septiembre, con el título de “Llegó el crac que anhelabas”.

LaRouche dijo que la elección del 2 de noviembre entre John Kerry y George W. Bush “determinará el futuro de la humanidad. Si vuelve a elegirse el presente Gobierno, inevitablemente nos sumiremos en guerras, en una continuación de lo que ahora vemos en Asia”. Señaló que no sólo tenía que ser derrotado el Gobierno de Bush y Cheney por el bien de la humanidad, sino que esa derrota tenía que ser aplastante. Dijo que no es que Kerry fuera intrínsecamente el gran dirigente que se necesita para la crisis que embiste, sino que con el auxilio de un movimiento popular y de buenos asesores podría subir a la altura de las circunstancias, mientras que Bush ha demostrado lo contrario.

Dijo que el ataque terrorista perpetrado contra los escolares y maestros en Osetia del Norte en Rusia no era un incidente local, “sino que es parte del mismo esquema de la guerra en Iraq, del aborto llevado a cabo en Afganistán, un desastre que ahora es mucho peor, en todas las dimensiones, que antes de que las fuerzas estadounidenses entraran; está desarrollándose una situación imposible en Iraq; hay la amenaza de un ataque contra Siria; los tambores de guerra retumban en torno a la gente de Cheney para que haya un ataque contra Irán; y del despacho del Vicepresidente emana la demanda de que el precio del petróleo suba a 100 dólares por barril, en la forma de prenderle fuego al mundo al grado que el precio del petróleo suba cuatro veces por encima del precio que la economía del mundo puede soportar en la actualidad, que es como de 25 dólares por barril.

“Un precio de 100 dólares por barril de petróleo, o cualquier cosa parecida, significaría una explosión, una explosión inmediata de un sistema monetario–financiero internacional que está quebrado sin remedio. Significaría, con la continuación de guerras de esta clase, de guerras asimétricas globales con armas nucleares y de otro tipo para enriquecerlas, algo mucho peor que la guerra de Vietnam; algo mucho peor que lo que ocurrió en Argelia. Este planeta caería en una nueva Era de Tinieblas, la cual pronto resultaría en una población de menos de mil millones de personas, siendo optimistas, en vez de las seis mil millones que tenemos hoy.

“La gente en torno a Cheney y compañía impulsa una guerra contra China. Impulsa el estallido de una guerra entre las fuerzas de la isla de Taiwan y las de China continental. En el mejor de los casos, de continuar esta situación, podemos estar hablando de una guerra general para el año 2007, bajo el próximo Gobierno.

“Por tanto, ganar esta elección no sería ganarse un premio. Significa intervenir en un momento de crisis para salvar a la humanidad, cuando tal vez la humanidad no sobreviva de otra forma. O, habría una población de seres humanos vivos, pero pasaríamos por una nueva Era de Tinieblas, y desaparecerían lenguas enteras que hoy se hablan en el mundo. Habría naciones borradas del mapa con auxilio de la globalización y obscenidades parecidas”, dijo LaRouche, quien pasó a recontar la historia del Estado nacional republicano soberano, que surgió a partir de los logros del Renacimiento del siglo 15, y que por primera vez sacó a la humanidad de la condición de ganado a la que había estado sujeta bajo el modelo oligárquico de sociedad. El primero de estos Estados nacionales soberanos, dijo, fue la Francia de Luis XI. El Estado nacional republicano soberano alcanzó su mayor grado de avance con la fundación de los EU, dijo, país que tiene la Constitución más perfecta del mundo hasta la fecha, a diferencia del modelo parlamentario angloholandés que todavía prevalece en Europa. De allí que, para resolver la crisis mundial, es necesaria la conducción de los EU, por lo que era en el interés del mundo entero asegurar la derrota de Bush el 2 de noviembre.

Este fue un tema que reiteró LaRouche una y otra vez durante el transcurso del fin de semana de la conferencia. En una intervención posterior, dijo que había que crear conciencia y aunar esfuerzos “desde Canadá hasta Tierra del Fuego” para derrotar a Bush y Cheney.

Al final del camino

LaRouche dijo que lo que motivaba a los círculos oligarcas sinarquistas a los que Cheney sirve de testaferro, es que el presente sistema financiero ha llegado a su fin. “¡El 80% de las familias de menores ingresos sufre un nivel de desamparo cual no ha existido antes en nuestra memoria en los EU. Vastas extensiones de nuestro territorio, que alguna vez fueron prósperas, están destruidas y son páramos. Las estructuras en las que se fundamenta la seguridad de los EU hoy —y hablo de la seguridad de salud, la seguridad económica— están desmoronándose, y desmoronándose a un ritmo rápido con el actual Gobierno.

“Así que hemos llegado al final del camino”.

Dijo que lo mismo es el caso para el resto del mundo. Todo el sistema financiero mundial está en quiebra, dijo.

“Es decir, el derrumbe de la riqueza, la riqueza física, el desplome de la producción en términos reales, ha venido acelerando en picada. Uno lo ve a su alrededor. Pero la espiral de agregados monetarios y financieros asciende de forma vertiginosa, se dispara. Nos encontramos en la mayor espiral inflacionaria de la historia moderna, y el monto de la deuda pendiente es tal que nunca podrá pagarse. Hemos llegado a una condición límite. ¡Este sistema va a venirse abajo! Pueda que caiga mañana por la mañana (no por lo que yo diga hoy); pueda que caiga en una semana; pueda que caiga en dos meses; pueda que aguante hasta fin de año; dudo que llegue tan lejos. Sus piernas ya casi no aguantan.

“Entonces nos golpeará el conocimiento de que estaremos ante algo mucho peor que la Depresión de 1929. Nos goleparán condiciones mortífereas, mucho peores que las que cada vez más sufrió nuestro pueblo en el período comprendido entre 1929 y la toma de posesión del presidente [Franklin] Roosevelt.

“Ésta es la dura realidad que tenemos ahora. Quienquiera que les diga que hay perspectivas de recuperación, es un mentiroso y un sandio”, dijo. “A no ser que cambiemos el rumbo que hemos llevado, en especial en los últimos 40 años, no habremos de sobrevir”.

LaRouche dijo que el problema fundamental no eran los malos dirigentes, sino las fallas en la forma de pensar del común de la población. “Las políticas del gobierno están equivocadas. No traten sólo de cambiar esas políticas, tienen que cambiar a la gente que sienta esas pautas. Las políticas no son cosas que salen y se paran por cuenta propia, y se hacen a sí mismas. Es gente la que toma esas decisiones. Son instituciones manejadas por gente las que toman esas decisiones, y si las decisiones son equivocadas, y si uno sigue tomando decisiones erróneas que llevan a la destrucción, entonces es obvio que hay que cambiar a los que toman las decisiones, y no lo hemos hecho. Así que la mayoría de nuestros ciudadanos han tirado la toalla”.

Lo que hay que hacer, dijo, en un tema que volvió a reiterarse a lo largo de la conferencia, es cambiar a los ciudadanos, recordarles su inmortalidad, la que consiste en los aportes que hagan para continuar el legado que nos dejaron los grandes del pasado, y lo que ellos contribuyan a ese legado para las generaciones futuras y su posteridad.[FIGURE 1]

Argentina versus la mamá de Freddy Krueger

En el período de preguntas y respuesas, LaRouche regresó al tema del derrumbe monetario–financiero que embiste, y dijo que las políticas del FMI y los banqueros son genocidas, iguales al genocidio perpetrado por Hitler contra los judíos. “¿Por qué quisiera alguien matar a gente útil como ésta, gente muy capacitada, útil? ¿Por qué matarla? ¡Es para cometer un acto obsceno que aterre al universo, para que vean lo que esa gente está dispuesta a hacer! La idea es usar el sentido de un gran poder, de terror, de intimidación, para hacer que las poblaciones se somentan. ‘Se lo hicimos a ellos; se lo podemos hacer a ustedes’. . . Cuando llega el momento de que su sistema financiero cae, cuando llega ese momento en el que los banqueros de esta estirpe dicen: ‘O nos comemos a la gente, o tomarán nuestro dinero. Vamos a cobrar nuestras deudas’, como propone hacer la mamá de Freddy Krueger [el personaje de las películas de horror—Ndr.], Annie Krueger del FMI, en el caso de Argentina. Esto fue lo que hizo Hitler. Esto fue lo que hizo Hoover”.

Un ‘Nuevo Trato’ en Alemania

El segundo discurso de fondo estuvo a cargo de la esposa de LaRouche, la dirigente política alemana Helga Zepp–LaRouche, presidenta del Instituto Schiller, quien habló de cómo la gran promesa que representó la reunificación de Alemania —cuyo momento culminante fue la ejecución de la Novena Sinfonía de Beethoven— no rindió frutos porque George Bush padre, Margaret Thatcher y François Mitterand, quienes se oponían a la reunificación, le impusieron a Alemania la camisa de fuerza conocida como el Tratado de Maastrich. Esa política impidió el desarrollo de la antigua Alemania Oriental, la que ahora está perdiendo población. No es de extrañar que sean precisamente los alemanes orientales los que mejor respondieran a su llamado a reescenificar las “manifestaciones de los lunes” contra el plan de austeridad Hartz IV (ver pág. 13), dijo la señora LaRouche, porque ellos vivieron la desaparición de un sistema que todo el mundo consideraba casi eterno, el comunista, y por tanto reconocen los síntomas de la pronta desaparición del presente sistema rentista financiero, y quieren establecer una alternativa antes de que se imponga el fascismo.

La Juventud Larouchista y Bach

El momento más conmovedor de la conferencia, que puso de relieve el asunto de la inmortalidad del individuo, ocurrió la noche del 4 de septiembre, cuando el coro de la Juventud Larouchista de Boston cantó varias selecciones del motete Jesu meine Freude (Jesús mi amigo) de Juan Sebastián Bach, luego de lo cual se pasaron varias videograbaciones de recitales con la recientemente difunta pianista y maestra de canto Silvia Olden Lee acompañando a los barítonos William Warfield y Robert McFerrin, y a la gran soprano Kathleen Battle, la que también apareció en un recital con el trompetista Wynton Marsalis.

LaRouche comentó posteriormente que en la preparación y ejecución de Jesu meine Freude los jóvenes llevaron a cabo un trabajo original, de la clase que con frecuencia es descuidado. “Esta forma de pensar, la disciplina necesaria para dominar a Bach y otras cosas de esta forma, produce en aquellos que están organizando un método de organizar en grupo, no de una persona aquí y de dos personas allá, ¡sino de un coro! Si no puedes desplegar a un coro a cantar los motetes de Bach, ¡no eres capaz de organizar a las masas!

El peligro de guerra con Rusia

Durante el segundo día de sesiones, el domingo 5 de septiembre, un equipo de economistas de EIR presentó un panorama gráfico del deterioro de la economía física de los EU ocurrido en las últimas décadas.
Más adelante, LaRouche, y Debra H. Freeman y Harley Schlanger, sus portavoces en el este y el oeste del país, respectivamente, presentaron el plan de guerra del movimiento larouchista para ganar las elecciones de noviembre.
En otra de sus intervenciones durante la conferencia, LaRouche se refirió a las declaraciones que hizo el 4 de septiembre el presidente ruso Vladimir Putin sobre el ataque terrorista en Beslán, Osetia del Norte, en la que dijo que Rusia fue víctima de una “intervención directa” del terrorismo internacional, perpetrado para “arrebatarnos un pedazo apetitoso” de territorio, con la “ayuda de otros, pues suponen que Rusia, como una de las mayores potencias nucleares, sigue siendo una amenaza para ellos y, por tanto, hay que eliminarla”.
LaRouche dijo que la declaración de Putin indica que “Rusia ha reconocido que la atacan, con métodos terroristas, fuentes de fuera de Rusia que tienen un interés estratégico en reducir a Rusia, de su estado actual de potencia, a la impotencia. Algo de esto lo refleja parte de la prensa de Europa, que esgrime el argumento: Rusia debe retirar sus tropas del Cáucaso. Ése es el objetivo.
“Sabemos que hay gente en los EU, incluyendo gente conectada con el mismo Partido Demócrata a través de ciertos conductos, que está detrás de esta operación. Éste es un ataque, un ataque geopolítico contra una potencia nuclear: Rusia. Y Putin, en lenguaje llano, sin decir más de lo que necesita decirse, está diciendo precisamente eso”.
Añadió que “la implicación del discurso de Putin es que apunta directamente el dedo al presidente [George W.] Bush y [al vicepresidente Dick] Cheney, y a la gente en su entorno. Putin será cauteloso en ese respecto, pero transmitirá su mensaje en palabras que la gente no debe malentender. Si no nos deshacemos del Gobierno de Bush y Cheney ahora, nos encaminamos a una forma de Tercera Guerra Mudial que rebasará la imaginación de los más. En 1999 produje una cinta grabada, una videograbación titulada ‘Tormenta sobre Asia’. Si ven los hechos ocurridos a partir de temprano en el otoño de 1999, cuando se produjo esa cinta, y siguen el curso de los acontecimientos hasta la fecha, hasta el discurso de Putin difundido este fin de semana, entonces comprenderán la naturaleza de la presente situación estratégica, y comprenderán que si no nos deshacemos del Gobierno de Bush y Cheney, todo este planeta irá muy rápido camino a una serie de sucesos que desembocarán en una nueva Era de Tinieblas para toda la humanidad.
“Éste no es asunto de debate. Ésta es la cuestión de la supervivencia de la humanidad, y ésta es la cuestión que está en juego en esta campaña por la Presidencia de los EU. Si Bush gana, despídanse de la humanidad por un tiempo”.

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