Escritos y discursos de Lyndon LaRouche

El desastre puede ser una bendición
Finco mi esperanza en la Constitución

Lyndon H. LaRouche fue entrevistado el 5 de noviembre por Jack Stockwell, de radio KTKK de Salt Lake City, Utah, y dijo que, pese a que la reelección de George W. Bush es un desastre en potencia, él confía que la Constitución de Estados Unidos, la más antigua del mundo, ofrece una salida.

“Lo que ocurrió con el pueblo estadounidense, con el 80% de ingresos familiares más bajos, uno observa que, como en el caso de Ohio —que una vez fuera el estado más prospero de la Unión—, lo que sucedió desde 1977 a la fecha es que fue transformado en uno de los más pobres. Ahora bien, en ese estado todos los que eran agricultores, los que estaban empleados en la industria, perdieron sus empleos, han perdido la seguridad. Lo que ha ocurrido es que han corrido hacia el a la condición de considerarse a sí mismos una generación perdida, una gente olvidada. De allí que su actitud, en lo que toca a la religión, es que todo les ha fallado; nadie se interesa por ellos. Tal vez Dios se interese; o tal vez otras cosas: podría ser la brujería. Uno encontrará toda suerte de cosas. Puede que sean los juegos de azar. Mira la psicosis en torno a los juegos de apuestas que hay en el país. La gente, por así decirlo, está lavándose mutuamente su ropa sucia, y pierde al apostarle. Esto demuestra una condición, una mentalidad que le han infundido al orgulloso pueblo estadounidense, al 80% de abajo, en lo principal, que ya no tiene orgullo. Puede comprársele por poco, por una promesa de dinero o hasta por una mera promesa.

“Ahora bien, ésa es nuestra situación, y es de ahí que surge el peligro ahora. Fue por eso que la gente votó por Bush, debido a ese factor, y porque el Partido Demócrata no le dijo la verdad o no empezó a decirle la verdad sino hasta muy tarde.

“El lado positivo es éste: nuestra república, que fue creada en realidad por un proceso que empezó en Europa, que empezó a cobrar forma en 1763, después de que los británicos devinieron en un imperio con el Tratado de París. . . estábamos a punto de ser aplastados, y las mejores mentes de Europa, al igual que gente de aquí, le dieron todo su apoyo a los esfuerzos de Benjamín Franklin por preparar el establecimiento de una república. Formamos una. Pero entonces fuimos traicionados por la Revolución Francesa, que, dicho sea de paso, transformó a toda Europa en una pesadilla dirigida por los británicos.

“Así que por eso, por nuestra Constitución, por nuestro sistema constitucional, que está arraigado en nuestro pueblo de una forma tan profunda como su cultura —aunque no sea obvio a primera vista, este es el caso—, esta nación es la única en este planeta que, frente a la amenaza del fascismo que representa George W. Bush, es capaz de una resistencia. Por tanto, yo apuesto todo a mi confianza en ese factor cultural, en nuestra república, en nuestro pueblo. Podemos, como Roosevelt lo hizo en un momento en que la situación mundial era desesperada para la humanidad, podemos, una vez más, conducir al mundo desde esta nación hacia alternativas de solución hasta para los problemas actuales. Ésa es nuestra única oportunidad. Por tanto, siendo yo un hombre más viejo, y que no tengo nada de qué preocuparme excepto el futuro de la humanidad, le apuesto todo a esto”.

El desastre puede ser una bendición

Un día antes, el 4 de noviembre, LaRouche había expresado su confianza en la Constitución, en una entrevista radial de difusión nacional en el programa del locutor Jeff Rense.

“A veces uno tiene que ver la catástrofe como una bendición. Ése es el principio de lo Sublime en la historia, a diferencia de la tragedia. Uno tiene que aceptar lo terrible, a veces, como una bendición. No porque uno lo desee, sino porque uno sabe que esto es lo que le va a demostrar al otro que lo que hemos venido haciendo está mal.

“Veamos el ejemplo de 1763. Tuvimos el Tratado de París; los británicos habían establecido un imperio. Estábamos a punto de ser destruidos por nuestros amos británicos desde afuera. Nos movilizamos en esa catástrofe bajo la conducción de Benjamín Franklin, quien creó nuestra república. Hasta el sol de hoy esta república, pese a toda la corrupción que le han infligido, es el faro de esperanza para la gente del mundo, igual a como lo fue en tiempos de Roosevelt. Ahora mucho más débil, mucho más pobre, pero todavía tenemos eso, así que no fue una pérdida de tiempo.

“Tomamos, del conflicto terrible de nuestra opresión, la lucha por nuestra Constitución, por nuestra independencia, e hicimos algo positivo. Con Lincoln erigimos algo positivo de algo que era absolutamente horrible. Con Roosevelt hicimos algo positivo de algo que era absolutamente horrible. Lo que nos enseña la historia es que, a veces, las malas noticias son buenas noticias si logran que uno responda a las malas como es debido”.

“Estamos llegando a un momento decisivo. O a este Presidente o a esta presidencia lo doman las circunstancia de las experiencias que le caerán encima o, de otro modo, no habrá un futuro del que valga la pena hablar.

“Y, como sabes, estoy del lado positivo. Estudio las alternativas, las oportunidades de forma constante, para lograr los cambios que son necesarios. No me quejo demasiado de las cosas malas, porque sé que tengo que usar las cosas malas para hacer que la gente entre en razón. Tal vez podamos cambiar esto. Creo que existe la oportunidad.

“Pero tengo que admitir que el mundo, para EU y su pueblo ahora es muchísimo más peligroso que lo que era el caso antes de la votación del 2 de noviembre.

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