LA ECONOMÍA DE LAROUCHE: LA ALTERNATIVA AL NUEVO TRATO VERDE

10 de junio de 2014

LAS CUATRO LEYES NUEVAS PARA SALVAR A ESTADOS UNIDOS, ¡YA!

No es una opción: Es una necesidad inmediata

Por Lyndon H. LaRouche, Jr.

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Este artículo se publicó en la edición del 12 de febrero de 2020 de Executive Intelligence Review.

En 2014, Lyndon LaRouche postuló que, dado que Estados Unidos bajo los gobiernos de George W. Bush y de Barack Obama no habían hecho nada para revertir el colapso del Sistema Americano de Economía Física hamiltoniano tras la desintegración del sistema monetario en 2008, estas Cuatro Leyes siguientes constituyen el único medio para restaurar ese Sistema Americano.

Los remedios disponibles

El único sitio para la necesaria acción apremiante que podría impedir tal genocidio inminente en todo el sector transatlántico del planeta, requiere de la decisión inmediata del gobierno de Estados Unidos para instituir cuatro medidas específicas y cardinales: medidas que deben ser plenamente congruentes con la intención específica de la Constitución Federal original de Estados Unidos, como había sido especificado por el Secretario del Tesoro de Estados Unidos Alexander Hamilton, mientras estuvo en el cargo.

(1) Volver a promulgar de inmediato la ley Glass-Steagall que instituyó el Presidente Franklin D. Roosevelt, sin modificaciones, en cuanto al principio de actuación.

(2) El retorno a un sistema de Banca Nacional de arriba abajo y completamente definida.

El modelo exitoso, realmente probado, que se ha de autorizar, es el que se había instituido bajo la dirección de los programas de la banca nacional que se habían instalado realmente, de manera exitosa, bajo la autoridad supletoria del Presidente Abraham Lincoln, de una moneda creada por la Presidencia de Estados Unidos (v. gr. los “Greenbacks”) que se llevó a cabo como sistema nacional de banca y crédito colocada bajo la supervisión de la Oficina del Secretario del Tesoro de Estados Unidos.

Para las circunstancias actuales, todas las demás políticas bancarias y monetarias, deben ser sustituidas, o simplemente descontinuadas, de la manera siguiente. Los bancos que califiquen para operar bajo esta disposición, serán evaluados por su probada competencia para operar bajo la autoridad nacional para crear y componer los elementos de esta práctica esencial, que se había asignado, como por tradición, a la oficina original del Secretario del Tesoro de Estados Unidos bajo Alexander Hamilton. Esto significa que los estados de Estados Unidos, en lo individual, están bajo las normas nacionales de la práctica, y no de ninguna de los estados separados de nuestra nación.

(3) El propósito de la utilización de un sistema de Crédito Federal, es generar tendencias de alta productividad en las mejoras del empleo, con la intención acompañante, de aumentar la productividad económica-física, y el nivel de vida de las personas y los hogares de Estados Unidos.

La creación de crédito para el ahora urgentemente necesario aumento de la calidad y cantidad relativa de empleo productivo, se debe asegurar, esta vez, una vez más, como se hizo con éxito bajo el Presidente Franklin D. Roosevelt, o por normas similares de la práctica federal utilizadas para crear una recuperación económica general de la nación, per cápita, y por la tasa de efectos netos en la productividad, y por la confianza en el principio humano esencial, que distingue la personalidad humana de las características sistémicas de las formas inferiores de vida: la tasa neta de aumento de la densidad de flujo energético de la práctica eficaz.

Esto significa intrínsecamente, algo completamente científico, en vez de meramente matemático, y por el aumento relacionado de la densidad de flujo energético efectiva per cápita, y para la población humana considerada en su conjunto. El aumento incesante de la productividad física del empleo, acompañado de sus beneficios para el bienestar general, son un principio del derecho federal que debe ser una norma primordial del logro de la nación y del individuo.

(4) Adoptar un “Programa de Urgencia” impulsado por la fusión nuclear.

La distinción esencial del hombre con respecto a todas las formas de vida inferiores, por lo tanto, en la práctica, es que presenta los medios para la perfección de los objetivos y necesidades específicamente afirmativos de la vida humana individual y social. Por lo tanto: el sujeto del hombre en el proceso de la creación, como identificación afirmativa de un enunciado afirmativo de un estado absoluto de la naturaleza, es una forma de expresión permitida. Los principios de la naturaleza, o bien son solo afirmaciones, o bien no podrían ser enunciados afirmativamente entre las mentes humanas civilizadas.