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El empleo en los EU se contrae al nivel de los cincuenta

por Anita Gallagher y
Richard Freeman

Para julio de 2001, la fuerza de trabajo de la producción manufacturera de los Estados Unidos ha sido reducida a 11.790.000 de trabajadores. Tal es el resultado del descenso en curso de la economía real del país, del cual solamente el precandidato presidencial Lyndon H. LaRouche ha advertido. La última ocasión en que la fuerza laboral fue así de pequeña fue en 1950, medio siglo atrás.

En una videoconferencia internacional difundida el 24 de julio por la internet, titulada "Cómo derrotar la depresión", LaRouche advirtió: "No es que el sistema tenga problemas tales que, cuando caiga, va a rebotar. No habrá recuperación de este sistema, con este sistema."

"Pero los sistemas económicos son cosas curiosas. Por ejemplo, no se vienen abajo de golpe, en el momento en que se adoptan medidas erróneas. Por ejemplo, en lo que hace a las inversiones de largo plazo en infraestructura, desde el punto de vista de la política educativa, toma toda una generación educar a un niño, hacer de un niño un adulto capaz. Toma toda una generación, unos 25 años más o menos, realizar a plenitud los beneficios de los programas de infraestructura. . . Así que los efectos de medidas erróneas no se ven de forma inmediata. Los efectos se ven más adelante, cuando pagamos las consecuencias de no haber hecho ciertas inversiones."

Así que los Estados Unidos encaran ahora a una crisis terrible: una caída del sector de la producción real, el que produce energía, alimentos, transporte y otros productos e infraestructura, junto con la caída concomitante del empleo de trabajadores productivos que, a los expertos que se niegan a enfrentar la realidad, les cae de "sorpresa".

Las dimensiones del desempleo

El desempleo crece rápidamente. En agosto de 2001, el número de desempleados aumentó en 562.000 trabajadores respecto del mes anterior, mientras que el desempleo oficial de los EU, calculado por la Oficina de Estadísticas del Trabajo del Departamento del Trabajo subió de 6.395.000 en julio a 6.957.000 en agosto. Esto produjo un aumento en el desempleo, de 4,5% a 4,9%. No ha habido un incremento de 0,4% en la tasa mensual de desempleo oficial en cinco años.

Los trabajadores productivos de las manufacturas en los EU bajaron a 11.790.000 en julio de 2001, cifra que no se veía desde 1950. El total de la fuerza de trabajo en las manufacturas (los trabajadores productivos más los trabajadores técnicos y administrativos) cayó a 17.545.000 de trabajadadores. La última vez que la fuerza laboral en las manufacturas fue tan pequeña fue en 1964. De julio a agosto, se perdieron 141.000 puestos de trabajo en las manufacturas, el doble de los 71.000 perdidos en julio. (Un puesto de trabajo lo puede desempeñar más de un trabajador.)

El cuadro 1 representa la pérdida acumulada de trabajo desde julio de 2000 en dos renglones: la fuerza laboral total en manufacturas, que incluye empleados técnicos y administrativos y trabajadores productivos (columna 1), y la fuerza de trabajo productiva del sector por sí sola (columna 2).[FIGURE 201]

Entre julio de 2000 y agosto de 2001 se perdió casi un millón de puestos de trabajo del empleo total en las manufacturas. De ellos, 871.000 —casi el 90%— fueron empleos productivos, es decir trabajadores que producen los bienes que los seres humanos necesitan.

Bajo la dirección de LaRouche, EIR siempre ha recopilado sus propias cifras de desempleo, porque los métodos de la Oficina de Estadísticas del Trabajo lo subestiman muchísimo. Además del "desempleo oficial", EIR también cuenta a los trabajadores que, según esa dependencia, "desean empleo pero no forman parte de la fuerza laboral" y a los que "trabajan medio tiempo por razones económicas". Así, el desempleo total real afecta actualmente en los EU a 15.308.000 de trabajadores, lo que arroja un índice de 10.46%, el doble del oficial.

Al mismo tiempo que el desempleo se eleva a un nivel inusitado, la "red de seguridad" que protegía a los desempleados se ha desgarrado. (De hecho, hubo 33% más peticiones iniciales de ayuda por desempleo en agosto de 2001 que hace un año). Como lo documentó el periódico Clarion Ledger, de Jackson, Misisipí, la reducción de las prestaciones de desempleo ha afectado más a los trabajadores de bajo salario y a los padres trabajadores en todo el país. Por ejemplo:

• A pesar de la burbuja económica de los noventa, que le permitió a muchos estados obtener superávit presupuestales sin precedente, muchos estados no cuentan con las reservas recomendadas en sus fondos para el desempleo.

• Los requisitos para obtener ayuda son más estrictos ahora en muchos estados que durante los noventa; en los últimos cinco años, 19 estados han aumentado el requisito de ingresos, mientras que sólo un estado lo ha disminuido.

• De los 10 millones de trabajadores que solicitaron ayuda por desempleo en 2000, unos 3 millones no llenaron los requisitos. Otros nunca solicitaron, no resultaron ser derechohabientes o siguen desempleados después de agotar sus prestaciones.

• Las leyes en la mayoría de los estados no consideran los cambios que ha sufrido la fuerza laboral estadounidense, en la que abundan los padres o madres solteros y las familias en que ambos padres trabajan y tienen que organizar su trabajo alrededor del cuidado de los niños. Si un solicitante no puede trabajar por las noches o los fines de semana, por ejemplo, diez estados le niegan ayuda por desempleo, según la Oficina de Contabilidad Gubernamental.

• Si un solicitante no puede trabajar más de 30 horas a la semana, 30 estados le niegan ayuda.

• Las personas que recibían ayuda por desempleo y en algún momento aceptaron un trabajo con sueldo bajo y después fueron despedidas, se encuentran con que no tienen derecho a recibir más ayuda porque no ganaban lo suficiente. Por ejemplo, una persona que trabaja 30 horas a la semana por el salario mínimo de $5,15 por hora, gana $154,50 a la semana, menos del mínimo semanal de $169 requerido para recibir ayuda en Ohio.

• Todos los patrones pagan por lo menos 6,2% de los primeros 7.000 dólares de sueldos de un empleado, de acuerdo con la Ley Federal de Impuesto de Desempleo; 41 estados gravan los salarios más allá de los primeros 7.000 dólares. Estos impuestos generaron miles de millones de dólares, de los cuales 54.600 millones estaban en reserva a fines de 2000. También hay tres fondos federales de desempleo que han crecido a alrededor de 38.800 millones de dólares. Con todo, en 2000 se consideraba que 23 estados no tenían reservas suficientes para cubrir las prestaciones de una recesión de un año, el período mínimo recomendado por la comisión de asesoría en 1995. ¿Por qué? Muchos estados recortaron drásticamente sus impuestos de desempleo en los noventa.[FIGURE 202]

El ejemplo de las telecomunicaciones

El repaso que hizo recientemente el Financial Times de la caída del sector de telecomunicaciones es un buen ejemplo de la desintegración de la "nueva economía". En los últimos 18 meses, se han perdido 3,8 billones de dólares en las acciones de las compañías fabricantes y operadoras de telecomunicaciones de todo el mundo; dicha cifra rebasa con mucho los 850.000 millones de dólares que se perdieron en los mercados de valores de Asia durante la "crisis financiera asiática" de 1997–98.

Cada seis días en promedio, una operadora grande de telecomunicaciones se ha ido a la ruina en los últimos seis meses. El gasto en el sector en los Estados Unidos y Europa alcanzó los 4 billones de dólares entre 1997 y 2001. Más de 1,8 billones de dólares entraron vía bancos, mercados de bonos y emisores de capital privado durante 1996–2001.

Las compañías de telecomunicaciones mencionadas en el cuadro 2 han despedido a 5.000 trabajadores o más desde el 1 de enero de 2001, según los datos del Financial Times, lo que arroja un total de más de 300.000 trabajadores en ocho meses.

ÜscEl sector de telecomunicaciones creció en forma hipertrófica al lunático estilo "Al Gore", con base en la creencia de que una tremenda expansión de la internet (quizá el 60% de la población en Asia que gana menos de $2 al día se convertiría en usuaria) crearía una demanda prácticamente infinita de recursos de telecomunicaciones. De hecho, sólo 1-2% de todo el tendido de fibras ópticas que hay en los EU y Europa está "encendido", y, de lo que está encendido, sólo una décima parte se usa realmente. De hecho, sólo una milésima de las fibras ópticas instaladas en los EU y Europa se ha utilizado hasta ahora.