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Chandrajit Yadav
Los jóvenes en la creación de un nuevo orden mundial


"La guerra de Iraq: debemos dar gracias a Dios que las fuerzas que atacaron a Iraq no tuvieron éxito. ¡Aunque creyeron declarar que ganaron la guerra!. . . El ataque contra Iraq creó una preocupación mundial; creó una situación totalmente nueva. Y, para toda las mentes pensantes, presentó una oportunidad para pensar: ¿qué clase de mundo queremos crear?". - Lyndon LaRouche y Chandrajit Yadav.

El doctor Chandrajit Yadav, presidente del Centro de Justicia Social (CJS) de Nueva Delhi, India, intervino en la sesión vespertina de la conferencia semestral conjunta de la Junta Internacional de Comités Laborales y el Instituto Schiller, el 31 de agosto. En los 1970 Yadav fue ministro de Industria en el Gobierno de la primera ministra Indira Gandhi. Asimismo, como miembro del Parlamento indio, formó parte de la Comisión de Estudios del Partido del Congreso, y fue secretario general de la Comisión de Estudios del Congreso indio. Yadav ha mantenido una estrecha relación con China, y desempeñó un papel destacado en la histórica visita del primer ministro Rajiv Gandhi a ese país en 1988. A través del CJS ha organizado a la juventud de diversas partes de la India.

Se añadieron los subtítulos.

Respetable señor LaRouche, querida amiga Helga —que está ausente debido a una importante y urgente labor, pero va mi saludo también para ella—, moderador de la sesión, participantes en esta importante conferencia, queridos hermanos y hermanas: es un placer inmenso estar con ustedes, aquí, en un momento en que vemos al mundo en un punto de inflexión. No sé si el mundo irá por la izquierda o por la derecha, ¡o si dará la media vuelta! Pero el título de la conferencia da un sentido de preocupación. Muestra que hay cambios inminentes. Los cambios son parte de la vida. Sin cambio, no hay vida. Así que los cambios son inevitables. La pregunta es, ¿en qué dirección? Hoy la ciencia y la tecnología, y el conocimiento, nos dan una oportunidad inmensa. Ellos han sido los responsables del progreso del ser humano, han hecho más cómoda nuestra vida, le han proporcionado muchas comodidades a la sociedad como tal. Por eso se dice que el mundo actual es una "era de conocimiento".

Pero el mundo actual también es una era de materialismo. El mundo actual también parece una era de conflicto y violencia. El mundo actual también parece una era de desasosiego, de frustracion. A veces parece que tenemos esperanza en el futuro, y a veces parece que el futuro está condenado.

De ahí que prevalezca la incertidumbre. La pregunta es: ¿para qué nos reunimos aquí? Yo me hago esta pregunta. A fin de cuentas, ¿para qué vine? ¿Qué me trajo aquí, a miles de kilómetros de la India, a esta bella ciudad de Reston, a este bello estado de Virginia, y a este país tan importante del mundo, Estados Unidos de América? ¿Qué me trajo aquí? ¿Por qué vine? Y luego, encontré la respuesta. En marzo tuve la oportunidad de visitar [Bad Schwalbach], gracias a la amabilidad del Instituto Schiller, gracias a la amabilidad de Lyndon y Helga, gracias a la amabilida de la familia del Instituto Schiller, que me invitaron. Yo participé en esa reunión, realizada allá en la última semana de marzo.

Ése fue el comienzo de una ávida relación. Y esa reunión resultó tan provechosa, tan fructífera, que decidimos que teníamos que hacer algo. Porque, cuando nos reunimos en Alemania, era inminente el ataque contra Iraq. Sabíamos que ocurriría. Y ocurrió durante nuestra conferencia, apenas dos días después, cuando estábamos allí reunidos. El ataque contra Iraq creó una preocupación mundial; creó una situación totalmente nueva. Y, para toda mente pensante, presentó una oportunidad para pensar: ¿qué clase de mundo queremos crear? ¿Cuál es nuestro futuro?

La guerra de Iraq: LaRouche tuvo razón

Quedé muy impresionado en la conferencia de Alemania, por los jóvenes que asistieron. Esos jóvenes que asistieron a la conferencia preguntaban: "¿Estamos aquí sólo para hacer la guerra? ¿Nacimos en una guerra para ir a otra? ¿Para dar nuestra vida, nuestra juventud? ¿Nacemos para eso únicamente? ¿Estamos en manos de esas fuerzas que crearon la situación de guerra? ¿Quién dejó indefenso al mundo? ¿Quién nos involucra y nos manda a los frentes de batalla?" Esas eran las preguntas que hacían.

Queridos amigos, todos los que participan aquí: yo sé que vinieron con un propósito, vinieron aquí con un objetivo. LaRouche me impresionó mucho. Él es candidato del Partido Demócrata para la elección presidencial. Pero, cuando les hablaba, dijo: "Mi propósito no es ganar la Presidencia. Mi propósito es ganar la nación. Mi propósito es trabajar por una causa. Mi propósito es servir a la causa de la humanidad. Mi propósito es contribuir con ciertos valores, que harán la vida más apacible, más bella, una vida que valga la pena vivirla. Ése es el objetivo.

También yo les pediré, en especial a mis jóvenes amigos, que cada uno se haga esta pregunta. Pregúntense a sí mismos. Un gran santo, un sabio, un rishi indio, el santo Ramana, solía decir que todos debieran preguntarse: "¿Quién soy?" Pregúntense a cada momento, "¿quién soy?", e invariablemente encontrarán la respuesta. El "¿quién soy?" le dará un propósito a su vida, aclarará su perspectiva, les dará una perspectiva del futuro, les dará confianza, les dará moderación interna, le dará un propósito a su vida.

La guerra de Iraq: debemos dar gracias a Dios que las fuerzas que atacaron a Iraq no tuvieron éxito. ¡Aunque creyeron declarar que ganaron la guerra! Recuerdo que allá, Lyn, dijiste —en la conferencia de Alemania— que ellos no ganaron. Ellos dijeron: "¡La guerra terminó!" Y Lyn dijo: "La guerra no ha terminado". Eso probó ser cierto; hoy, la guerra no ha terminado.

Ahora bien, los que atacaron fueron con el deseo de acabar con Iraq. Ahora se encuentran en grandes aprietos, ahora no hallan cómo salir de ese problema. Andan en muchos países y juntan las manos, implorando: "Dennos tropas. Dennos más tropas. ¡Ahora dennos dinero también!" Porque su economía está en problemas, su pueblo está en problemas; no pueden darse el lujo de gastar mil millones de dólares a la semana en Iraq. Y quién sabe si esos mil millones de dólares no serán mañana dos mil millones.

Ya ven, si hubieran ganado, el futuro del mundo correría grave peligro. Y después de Iraq, pudo ser Irán. Después de Irán, pudo ser Siria. Después de Siria, pudo ser Corea del Norte. Quién sabe cuantos países más. Habrían pensado que es fácil provocar una guerra, ¡que es fácil dominar al mundo entero!

Así, ahora que estamos reunidos, debemos decirnos: No estoy a favor de un nuevo orden mundial, estoy a favor de un nuevo orden mundial justo. Tengamos nuestras mentes muy claras: un nuevo orden mundial justo. No el nuevo orden mundial que ambicionan las fuerzas capitalistas, no el nuevo orden de la percepción de las fuerzas imperialistas colonialistas, sino un nuevo orden mundial basado en la justicia, basado en la igualdad, basado en la dignidad humana, basado en que la paz debe prevalecer; donde los pueblos vivan como hermanos y hermanas, donde no deba temerse la guerra. Cuando nuestros hijos vayan a dormir, ¡deben hacerlo con esta confianza plena de que mañana habrá un hermoso amanecer! ¡Y de que pasado mañana habrá un amanecer más hermoso! En el que todos los jóvenes sentirán que tendrán un papel significativo que desempeñar. Ellos crearán un nuevo mundo, de su entendimiento, de su perspectiva.

Y para eso es importante entender que la ciencia y la tecnología no sólo han producido proyectiles, no sólo han producido bombas nucleares, no sólo han producido computadoras y la internet; sino que este siglo 21 también ha producido un hombre nuevo, un hombre nuevo con un sentido de orgullo, un hombre nuevo con visión, un hombre nuevo que también quiere participar en el desarrollo de la sociedad, en el gobierno de su país. Así es que también ha nacido un hombre nuevo, y a este hombre nuevo recién nacido tiene que despertársele, tiene que elvársele, tiene que organizársele. ¡Que desempeñen su papel! No deben quedarse callados.

La conferencia de Bangalore

Jóvenes, mis queridos jóvenes amigos: ¡he venido a decirles esto! Yo sé que hay una sensación de frustración. En mi propio país, tal vez 20% de los jóvenes están desempleados. India, a pesar de su pobreza, a pesar de su atraso, India es India. India es un gran país. Mucha gente en el mundo no la conoce. Pero quisiera que los jóvenes entendiesen, me gustaría que los jóvenes conocieran, no sólo India. ¿Por qué sólo la India? Deben conocer África, deberían conocer lo que es Latinoamérica, deberían conocer lo que es Australia, deberían conocer lo que es Rusia, lo que es China, lo que es EU mismo. Deben conocer. Tienen que conocer.[FIGURE 31]

Pero no deben frustrarse. Si la frustración llega, luego hay rabia con todo. No se conviertan en víctimas de la frustración. No se conviertan en víctimas del pesimismo.

La juventud, en mi opinión, es el símbolo del cambio. La juventud, en mi opinión, es el símbolo de la revolución. La juventud, en mi opinión, es la que se rebela contra lo establecido, la que quiere ideas nuevas, la que quiere hacer las cosas a su modo. Y eso es lo principal. La juventud debe tener una visión muy alta, un gran deseo. Deben tener el valor, y deben tener el deseo de escalar el Everest, ¡la montaña más alta del mundo! No deben temer que, en tanto asciendan, haya demasiados peligros; que habrá una tormenta de nieve, que habrá avalanchas, que habrá muchos problemas. ¡No! Ustedes fomentan esos sentimientos de temor; entonces no pueden hacer cosas grandes.

Así, amigos, el moderador mencionó la conferencia de Bangalore. En Alemania decidimos que, después de la guerra de Iraq, tiene que entenderse la situación mundial. Asumimos la responsabilidad; el Centro de Justicia Social de la India, del cual soy presidente, y el Instituto Schiller, juntos organizamos la conferencia en una ciudad llamada Bangalore, una de las más bellas del sur de la India. Y a esa conferencia asistió Lyn, Helga, el cónsul político de China, el embajador cubano, el grupo Solidaridad de los Pueblos de África y Asia, representado por Nouri Razzaq. Asistieron delegados de toda India. El gobernador de Karnataka habló en la conferencia, y el juez primero de Karnataka habló. Destacados intelectuales participaron en la conferencia. Pero lo más importante de la misma fue el gran número de jóvenes, muchachos y muchachas, que participaron.

Ahí, cuando aprobamos esta declaración, conocida como la Declaración de Bangalore, en el primer párrafo dijimos: "El Centro de Justicia Social y el Instituto Schiller organizaron el 26 y 27 de mayo de 2003 una conferencia internacional en Bangalore sobre `La situación mundial después de la guerra de Iraq'. A la conferencia, primera de su clase en Asia, y que duró dos días, asistieron 260 participantes. Hablaron eminentes personalidades, expertos y académicos de varios países, además de India. Una contribución importante", y subrayamos lo siguiente, "una participación importante fue la de jóvenes hombres y mujeres educados, con conciencia política, que tuvieron una participación muy activa en los intercambios". Eso fue lo bello de la conferencia, que participaron jóvenes hombres y mujeres de forma activa en la conferencia.

En esa Declaración de Bangalore, entre otras cosas sobre Iraq, dijimos: "Los acontecimientos que llevaron a la guerra, en especial la posición adoptada por algunas de las potencias principales, demuestra que el orden internacional se hace cada vez menos alineado. Esto abre una nueva oportunidad para extender el proceso y crear un orden internacional más cooperativo". Y eso es lo que he venido a decirles.

Quienes sólo ven que el mundo está condenado, dicen que antes estaba demasiado alineado. Había el campo comunista, el mentado campo democrático, el mentado campo no alineado; demasiados campos.

Pero el mundo actual, con esta guerra de Iraq, ha creado una oportunidad. Francia y Alemania; ¿son ahora seguidores ciegos de EUA? Es la primera vez que EUA, después de cometer el craso error de atacar a Iraq, quedó aislado de Europa. Dos potencias europeas dijeron: "¡Están equivocados!" Por primera vez EUA quedó totalmente aislado en el Consejo de Seguridad. Pensó que tenía al Consejo de Seguridad de la ONU en el bolsillo, que haría lo que quisiera; ¡pero no! No pudo obtener la aprobación del Consejo de Seguridad. Quedó totalmente aislado.

La abrumadora mayoría de los gobiernos del mundo no respaldaron el ataque contra Iraq. Así que el mundo hoy es menos alineado. Esto ofrece una oportunidad. ¿Acaso no ofrece la oportunidad de repensar, para crear una nueva clase de fuerza que combata a aquéllas que intentan comportarse como el policía del mundo? ¿Quién cree que el mundo debe aceptar sus ideas? ¿Debe el mundo aceptar su sistema? ¿Debe el mundo aceptar sus dictados? ¿Debe el mundo seguir el rumbo que ellos quisieran seguir?

No. La naturaleza humana tiene su propia comprensión, sus propios requisitos, su propia visión, tiene su propia historia, su propia tradición, sus necesidades propias. Por tanto, ustedes tienen que crear conforme sus propios requisitos.

Así que dijimos que esto abre nuevas oportunidades para ampliar el proceso, y para crear un orden internacional más cooperativo. Lo que necesitamos es una nueva [comunidad] de naciones, de Estados, no alineados en términos militares, pero aliados contra toda forma de injusticia política, social y económica. Eso es lo más importante hoy. Eso es, en mi opinión, un nuevo orden mundial justo; que tienes que crear un mundo. El orbe debe estar libre de cualquier injusticia política, social o económica. Un movimiento global para conseguir un nuevo orden político–económico justo, un nuevo orden económico políticamente justo.

Y también dijimos que "la situación mundial hoy, como consecuencia de la guerra de Iraq, exige que los pueblos del mundo se unan, que tomen parte activa en traer la paz y la prosperidad, con dignidad y justicia social en el mundo". Dignidad y justicia social en el mundo. "Establecer un orden económico justo y equitativo en el mundo es una necesidad urgente para la gran mayoría de la gente del orbe". Si hemos de disfrutar de los beneficios del progreso humano y científico, la voluntad del pueblo, en ampliar la democratización del mundo, es la forma más segura de guiar la voluntad política en esa dirección.

Cómo Gandhi cambió al mundo

Les diré en qué tipo de mundo vivimos hoy. Este país, EUA, conocido como el país más poderoso, se supone que es el más rico. El señor LaRouche ha expuesto lo horrendo de la situación económica de este país, y también ha señalado los peligros, los serios peligros por delante, si no cambian el rumbo, si no se reforman en la dirección correcta, si no adoptan una política correcta. Pero en este país rico, dizque el más rico, ¿cuál es la situación ahora? En las naciones occidentales no hay escasez de riqueza, pero no tienen paz. Incluso en EU, 0,5% de los hogares son dueños de más de lo que tiene el 90% de la población, ¡mientras que más de 30 millones se clasifican como pobres! En este país más rico, 35 millones de personas son pobres.

¿Y cuál es la situación del mundo actual? ¿Dónde está el mundo ahora, tras tanto progreso, tanta contribución de la ciencia económica y de la tecnología? Sólo les mostraré ciertas cosas: actualmente el 20% de los más ricos del orbe acapara el 87% del consumo privado; mientras que el 20% de los más pobres sólo representa el 1,4%. ¿Es este el mundo que queremos crear? ¿Para esto es toda la participación de la ciencia y la tecnología, y de las masas afanosas, y de los jóvenes, o liberales, o campesinos, o artesanos? ¿Ese 20% de la gente debe disfrutar del 87% del consumo, y el 20% de ella sólo del 1,4%? La cantidad de personas desnutridas —casi todas viven en países en vías de desarrollo— eran 800 millones en el 2000; y estoy seguro de que ahora deben haber aumentado. El señor LaRouche podrá decírselos. Hace 20 años eran 570 millones. Ahora está aumentando, la población desnutrida está aumentado de forma continua, y eso a pesar de todo el desarrollo y progreso que el mundo dice hacer. De ahí la necesidad de un nuevo orden mundial justo.

Este planeta está dividido en dos: el mundo de la gente rica, el mundo de la gente poderosa, el mundo de la gente próspera; y un mundo de pobres, explotados y débiles. Por eso tenemos que cambiarlo, por eso tenemos que trabajar con una nueva óptica, con un nuevo compromiso. Nuestra libertad no es completa. El líder de nuestro país, el hombre de esta era, Mahatma Gandhi, solía decir, cuando peleaba la batalla de nuestra libertad: "Con la independencia de India no ha terminado la guerra de independencia. En tanto cualquier parte del mundo, o cualquier nación del mundo sea esclava, nuestra libertad estará incompleta". Solía decirle a nuestro pueblo que: "Nuestra batalla por el progreso, nuestra batalla por el desarrollo socio–económico, no terminará mientras haya lágrimas en los ojos de un solo hombre o una sola mujer".

Ésa era la visión. Y ese hombre, que encabezó una guerra histórica, luchando con el arma de la no–violencia y la verdad, solía decirle a nuestros jóvenes: "Jóvenes, no empuñen armas". Dijo: "¿Piensan que derrotarán al imperialismo británico con sus armas? Entonces sufrirán una desilusión; se decepcionarán". El imperialismo británico en esa época era un imperialismo poderoso. Decíamos que "el Sol no se pone en el imperialismo británico". Si se pone en una parte, sale por otra, así de grande era el imperialismo británico.

Y Gandhi lo desafió, lo desafió sin armas, ¡lo desafió con las armas de la no–violencia y de la verdad! ¿Y saben qué? En ese entonces el gran primer ministro británico [Winston] Churchill ridiculizó a Gandhi en un discurso ante el Parlamento británico. Humilló a Gandhi. Dijo: "Hay un faquir desnudo" —ya saben, faquir significa, en español, "santo"—, porque Gandhi usaba poca ropa. Entonces Churchill dijo: "Hay un faquir desnudo que desafía nuestro imperialismo. ¿Cómo puede hacer eso? ¿Cómo se atreve a hacerlo?" Luego dijo que Gandhi debía entender que nunca se saldrían de la India, porque si lo hacían, India se convertiría en un Estado anárquico: "Así que gobernaremos India en el interés de los indios. Nuestra presencia es una necesidad para el bien de los indios. De modo que esclavizaremos a los indios, seremos los gobernantes, pero será en el interés de India".

¿Saben lo que dijo Gandhi? Escribió una carta muy breve; muy breve. Gandhi nunca escribía largas cartas. Escribió una carta breve, al grano: "Señor Primer Ministro, me han dicho que usted me llamó `faquir desnudo'. Usted usa conmigo el lenguaje de la humillación; pero yo lo tomo como un gran honor, porque usted me llamó `faquir', me llamó `santo'. Un `santo' es una personalidad muy elevada. Yo soy un hombre humilde. Todavía no he alcanzado ese estado, en el que pueda llamárseme faquir, o santo. Así que tomo como un honor el que me llame faquir".

Y luego dijo: "Pero quiero decirle algo. Usted está muy preocupado por nuestro pueblo. Por lo que quiere gobernarnos. No quiere irse. Y yo quiero decirle —esto es lo que Gandhi dijo—, quiero decirle que por favor se salga de nuestro país, tan pronto como sea posible. ¡Preferiremos la anarquía al imperialismo británico!"

Y esta fue la respuesta de Mahatma Gandhi [aplausos]. Esta fue la respuesta de Mahatma Gandhi.

Un movimiento de juventudes de la verdad y la no-violencia

Jóvenes, amablemente [les digo], no se frustren. Tan pronto llegué a EUA, leí en un periódico, en San José, California —California lleva meses y años que atraviesa por un período de agitación política, o de discusión política, o de decisión política, como quieran llamarle—, leí que los jóvenes, los jóvenes votantes de California, constituyen 14% de la población. En consecuencia, está en sus manos decidir si la revocación [del gobernador de ese estado, Gray Davis] ganará o perderá. Depende de los jóvenes. Luego, dice el periódico que, por desgracia, la juventud de California está desilusionada. No les gusta el Partido Republicano, tampoco les gusta el Partido Demócrata, por tanto, no les interesa. De ahí que, aunque la decisión está en sus manos, sólo 41% de los votantes jóvenes de California se han registrado.

¿Qué muestra eso? Muestra una apatía. Muestra que la juventud de California no está activa como para desempeñar su papel, lo cual tienen que hacer. Yo espero —todavía queda un mes—, estoy seguro, de que algunos de ustedes, jóvenes que participan en esta conferencia —y hay un Movimiento de Juventudes Larouchistas fuerte en California—, estoy seguro que los jóvenes del movimiento de LaRouche se convertirán en el liderato de los jóvenes de California, y harán lo que sientan que sea para beneficio de California y de su propio futuro. Entonces, no sean víctimas de la frustración en ningún momento.

Quisiera decir que, ahora, es el momento; que cuando el mundo está cambiando tenemos que pensar en qué es lo que quiere. Cuando subía al estrado, un amigo muy querido, el doctor J.S. Yadav, científico de profesión —él está aquí, en la conferencia—, me dijo: "También debes hablarle a los jóvenes del sacrificio". ¿Por qué me dijo que del sacrificio? [Porque] sin sacrificio nunca se ha realizado una gran obra. Toda gran obra exige sacrificio.

Y les diré, a partir de la experiencia de nuestro propio movimiento de independencia, que cuando Gandhi llegó, lo hizo con una visión clara. Les digo, como dije en Alemania: Gandhi no inició su movimiento por la libertad en suelo indio. Él comenzó mucho muy lejos, en la tierra de Sudáfrica. Fue allá cuando era joven, como un joven abogado. Ahí vio la injusticia, vio la tiranía, vio la explotación, ahí vio toda forma llana de imperialismo: que a los negros, en su propia tierra, no se les permitía vivir en colonias normales, sino apartados de la ciudad principal; a los negros no se les permitía viajar en esos trenes, en los vagones de primera clase en los que viajaban los blancos.

Y cuando Gandhi estaba viajando, a sabiendas de que la ley de Sudáfrica en esa época prohibía que nadie que no fuese blanco viajara en un vagón de primera, compró un boleto de primera clase. ¿Por qué lo compró? Él dijo: "¡Es mi derecho de nacimiento! Si tengo dinero en mi bolsillo, y si el ferrocarril es un transporte público, ¿por qué ha de negárseme el derecho a viajar en primera clase? No estoy viajando sin boleto". Se fue a la primera clase, y las autoridades del ferrocarril vinieron: "Tú, ¿cómo te atreves a viajar en primera clase?"

Él les contestó: "¿Por qué? Miren, tengo un boleto auténtico de primera clase".

Así que le dijeron: "¡No! La ley no te permite viajar en primera". Le dijeron que "esto es sólo para blancos".

Así que lo sacaron de los vagones. Y dijo: "¡No me iré!" Pasó la noche fría en la plataforma del ferrocarril. Dijo: "¡Que el mundo lo sepa, que sepa que aquí existe esta clase de injusticia, esta clase de Gobierno injusto!"

Así comenzó su movimiento allá, en Sudáfrica, por la dignidad humana, por la igualdad humana, por los derechos humanos, por la independencia del pueblo.

Luego de cobrar experiencia en Sudáfrica, vino a India. Cuando llegó a India los jóvenes lo escucharon. Como ustedes, la juventud de India estaba inquietándose, y se preguntaban: "¿Qué hará Gandhi? ¿Cómo podemos derrotar al imperialismo británico? ¿Cómo podemos luchar, desarmados, contra el imperialismo más poderoso del mundo?" Así que algunos jóvenes tomaron pistolas, empezaron a hacer bombas, comenzaron a organizar a los jóvenes de manera revolucionaria. Y decían: "Daremos esta batalla, violencia contra violencia".

Gandhi lo desaprobó. Gandhi dijo: "¡No! ¡Sólo ofrendarán sus preciosas vidas! ¡Acudan al pueblo! La palabra está de su lado. El tiempo está de su lado. ¡Despierten al pueblo! ¡Organicen a la gente! Díganle a la gente que tiene que tener el coraje de luchar por la justicia. Díganle a la gente que no tema. En tanto el miedo domine tu mente, no puedes luchar".

Algunos de nuestros jóvenes revolucionarios, Shaheed Bhagat Singh, Chandra Shekhar Azad, Ashfaqullah —sólo menciono tres nombres, pero hubo docenas de jóvenes revolucionarios—, tomaron la vía de la violencia. Hicieron bombas, tomaron pistolas. Shaheed Bhagat Singh fue al Parlamento indio y arrojó una bomba ahí. Lo único que hizo fue una fuerte declaración: "Esta bomba no la arrojo para matar gente. Esta bomba la arrojo en el mayor foro de este país, ¡sólo para llamar la atención del mundo entero, a que hay un Gobierno injusto, que es un Gobierno imperialista!". A estos tres nombres, como les dije, de jóvenes, los colgó el imperialismo británico. Los colgaron. Dieron su vida, sonriendo. Camino al cadalso hicieron un llamado a los jóvenes de India: "Jóvenes hombres y mujeres, nuestros jóvenes amigos: no se sometan al imperialismo británico. ¡Luchen, luchen, luchen! ¡Luchen, luchen, luchen! ¡Acudan al pueblo y luchen!"

Ellos cumplieron con su parte. No me opongo a eso. ¡Yo no soy de los que los condenan! Yo sé que, a su manera, hicieron una contribución. Yo sé que la juventud, en mi opinión, los jóvenes tienen que ser muchachas y muchachos molestos. Si ves atrocidades, si ves que alguien mata a un hombre inocente, ¿no estarías enfurecido? Debes enojarte. Si ves a alguien organizando disturbios con motivos religiosos, con motivos de casta o comunitarios. ¿No te enojarías? Deberías enfadarte.

Entonces su cólera estaría justificada. Pero una cólera con una mente equilibrada. Furia, pero acompañada de sabiduría; con sabiduría, con entendimiento, con un programa.

Así que ellos contribuyeron. Pero Gandhi dijo: "Yo esperaré la libertad de la India, así tenga que esperar dos o tres generaciones", porque pensaba que viviría cuando menos 100 años. Pero un fanático lo asesinó, porque no toleraban las ideas de Gandhi, la sabiduría de Gandhi.

Cuidado con el fundamentalismo, con el choque de civilizaciones

Gandhi trabajaba por la unidad hindú y musulmana.

Gandhi, el líder del movimiento por la libertad, cuando conseguimos la libertad, cuando nuestro Parlamento se reunió en Delhi para celebrar la libertad, cuando Gran Bretaña le cedió el poder a la India, cuando Jawaharlal Nehru ondeaba nuestra bandera tricolor, Gandhi no estaba presente. Debió haber estado ahí. En condiciones normales, de haber sido un ser humano ordinario, debió haber estado ahí; pudo haberse convertido en presidente de India, pudo haber sido primer ministro de India, ¡pudo haber sido cualquier cosa! Pero él no estaba en Delhi. Estaba en Bengala, en Noakhali. Por desgracia, en el momento de la separación, ¡se desataron disturbios hindu–musulmanes! Entonces dijo: "Mi lugar está allá, ¡donde mis hermanos y hermanas pelean a causa de su demencia! Debo estar allá para decirles: `No peleen. Todos son hermanos y hermanas. Sus religiones podrán ser diferentes; su país es el mismo. Su vida es la misma. ¡Su futuro es el mismo! ¡No peleen entre ustedes!' "

No le preocupaba el poder. Hacía oídos sordo [al mismo]. Ése era el hombre. Y ese hombre decía: "Creen un mundo nuevo. Un mundo basado en la justicia, basado en la igualdad, basado en la dignidad humana". Decía: "Que haya una paz permanente en el mundo". Dijo: "No al poder". Y dijo: "¡Miren!"

Mis jóvenes amigos, les diré también que deben entender que quienes siempre están ocupados planificando la guerra y la destrucción, no son todopoderosos, aunque crean que lo son. No son todopoderosos. Ninguna potencia militar sobrevive por mucho tiempo. Es cierto que necesitamos riqueza y prosperidad para aliviar la pobreza de las masas. Pero si nos imaginamos que con la mera riqueza se resolveran los problemas, entonces estamos equivocados. Ningún problema se resuelve sólo con la mera riqueza.

Así que les diré lo que tienen que entender en los países occidentales: que la vida no será una vida apacible, no será una vida feliz, si nos convertimos sólo en esclavos del materialismo. La espiritualidad y el materialismo tienen que combinarse. La vida debe tener un propósito. La vida debe estar al servicio de la humanidad.

La vida no debe crear, como la gente actualmente intenta crear, con base a. . . Un académico, que no nombraré, estoy seguro que todos lo conocerán [Samuel Huntington], escribió un libro, "El choque de las civilizaciones". Él propone una teoría, según la cual, la tercera guerra mundial será entre el cristianismo y el islam. Y trata de crear una situación así, una situación terrible: "El islam es un peligro, los países islámicos son un peligro, y ellos serán responsables de la tercera guerra mundial".

Esta clase de entendimiento; ¿serán gente religiosa? Hay muchas fuerzas fundamentalistas que obran hoy en el mundo. ¡Cuidado con ellas! Tratan de dividir a nuestro pueblo en el nombre de la religión. En nombre de la religión tratan de sembrar desconfianza entre una comunidad y otra. En nombre de la religión intentan crear una atmósfera de odio. ¡Cuidado con esas fuerzas! Y ahora, hoy, están en todos los países. Y esas fuerzas del capitalismo y el imperialismo siempre intentan usar la religión como un instrumento. Quieren mantener a la gente en la ignorancia, quieren tener a la gente engañada, quieren mantener a la gente siempre víctima de la desconfianza, y víctima de esta clase de conflictos.

Por eso tenemos que entender que la base de toda religion es la justicia. Toda religión habla de la justicia, si lo ven, si es realmente una religión. Toda religión dice, sirve al más pobre entre los pobres. Toda religión dice que lo más importante es servir a la humanidad.

`Tenemos un deber'

Por tanto, digo: jóvenes, un gran líder de su país, Martin Luther King, dijo —quisiera repetir eso, quisiera recordarles eso, lo que decía Martin Luther King—: "La medida fundamental de un hombre, no es su posición en momentos de comodidad y conveniencia; sino cuál es su posición en momentos de desafío y controversia". Esa es la prueba de un hombre verdadero [aplausos]. Esa es la prueba de un hombre verdadero.

Querido LaRouche —¿puedo llamarte "Lyn"—; me siento más cómodo [risas]. Apelo a ti como mi hermano mayor; y debo decir que el trabajo que están haciendo, mucha gente me pregunta: "¿Por qué? ¿Por qué? Sus ideas son excelentes. Tiene una gran visión. Parece un hombre valiente". Y mi amigo Yadav me decía hoy que quedó muy impresionado contigo: "Es un gran académico, conoce de todo: economía, política, ciencia, filosofía, religión, literatura y, quizás, ¡música también!" De manera que eres una persona muy culta. Entonces, alguien dice: "¿Por qué no recibe gran respaldo?"

Conocen a [Rabindranat Thakur] Tagore, un gran poeta indio. El único poeta de India que ganó el premio Nobel. Tagore dijo, en determinado momento, que si tienes convicción en un ideal, en algunos ideales, si tienes un propósito, si tienes una meta en la vida, decía, "Ekla chalo". Mi amigo [Ramtanu] Maitra sabe que hablo en bengalí, su idioma. Ekla chalo: ¡hazlo solo! ¡Marcha solo! No te preocupes [si] la gente va contigo o no. Sino en seguir la senda de la verdad. Estás conectado a cierto ideal, tienes una meta ante ti".

Entonces, mi querido amigo Lyn: ¡Ekla chalo! Marcha solo, ¡y la gente vendrá contigo! ¡Marcha solo! [aplausos, risas].

A veces en la vida, a veces en la historia, uno tiene que hacerlo así; uno tiene que hacerlo. Y es lo que los jóvenes hacen. ¡La juventud tiene que hacerlo! Ustedes son nuestro futuro, nuestra esperanza, ustedes son la reserva de fortaleza, energía, coraje, confianza. ¡Tengan determinación! ¡Tengan una meta frente a ustedes! Y digan que tenemos un deber.

El mundo les ha asignado, esta época les ha asignado un deber, mis jóvenes amigos. El mundo marcha, el mundo enfrenta problemas, el mundo está en un estado de agitación. Ahora, el futuro; pueden imaginarse que tres, cuatro países, EUA, Rusia, China, Francia, tienen suficientes armas nucleares, armas de gran poder destructivo, en caso de que quieran destruir el orbe. La cantidad de armas que tienen almacenadas, armas nucleares, pueden destruir este planeta, no sólo una o dos veces, ¡sino hasta mil! ¿Para qué es esta capacidad destructiva que tienen actualmente?

¿Por qué hacen eso? Cuando la mayor parte de la humanidad se encuentra, ahora, generación tras generacíon, sin acceso al agua potable y pura. ¿Se imaginan? Un tercio de la población mundial no tiene acceso. ¡Olvídense de la leche! ¡Olvídense del chocolate! ¡Olvídense de la Coca–Cola y la Pepsi, ese gran producto del siglo 20! [risas] Pero, un tercio de la población no tiene acceso al agua potable. Un tercio. Millones y millones de nuestros jóvenes no tienen trabajo, o se encuentran subempleados. A falta de empleo andan vagando por los caminos. Y alguna gente trata de explotar todo el asunto.

¿Quién crea la riqueza? ¿De quién es esta riqueza? ¿Es la riqueza de una persona? ¿Quién le da empleo a las masas? ¿Quién produce cereales para que la gente coma? ¿Quién produce algondón y ropa para que la gente vista? ¿Quién produce todas estas cosas que necesitamos hoy día? Nuestra clase trabajadora, nuestras masas afanadas, nuestra gente común. Y luego, están condenados a seguir muriendo de hambre. Es inaceptable. ¡Es inaceptable! No debiera tolerarse en el siglo 21 y, cuando menos, la juventud no debiera tolerarlo para su generación.

¡Tengan visión! Tengan una visión en la que debemos crear un mundo nuevo basado, como dije, en la justicia, la igualdad, la dignidad humana. Un mundo donde no habrá guerra. Un mundo donde estará prohibido manufacturar armas de ninguna clase.

Buda nomás tenía cinco seguidores

¿Por qué dicen que India no debe ser una potencia nuclear? ¿Es India un país irresponsable? ¿La civilización más antigua del mundo? Nosotros pensamos que somos una civilización de 5.000 años de antigüedad, pero los últimos descubrimientos dicen que [somos] una civilización de 10.000 años. Quizá luego descubramos que somos más antiguos todavía. ¡Buda vino a nuestra tierra! ¿Se imaginan, Buda vino a nuestra tierra 500 años antes de la venida de Cristo, mil doscientos años antes de que viniera el profeta Mahoma? Y, ¿cuál fue el mensaje de Buda? Amor, compasión, no–violencia.

Pero los jóvenes no conocen a Buda. Él nació en una familia de príncipes, una familia real. Era un joven donoso de 20 años. Alguien le dijo, o quizás así lo entendió, que si quería servir a la gente debía abandonar la vida mundana y convertirse en santo. Así que sus padres hicieron lo que hicieron. Dijeron: "No debe dejar la familia. Así que consíganle una hermosa muchacha como esposa, para que así la vida mundana lo atraiga". De modo que se casó con una hermosa princesa, y luego tuvo un hijo. Su hijo no tenía todavía un año, cuando veía las miserias del pueblo mientras paseaba por el reino. Solía ver por qué el pueblo era tan pobre, por qué era tan explotado, ¡por qué el pueblo era tan infeliz! Entonces comenzó a pensar: "Debo hacer algo para que la humanidad sea una humanidad feliz".

Así que dejó su reino, buscando la felicidad; no para sí, sino para toda la humanidad. Dejó su reino. Anduvo de aquí para allá, de un lugar a otro, vagando por ahí y por allá. Y algunos de sus queridos amigos lo ridiculizaban, cuando decía: "No. Amor. Sólo amor. Compasión. Sólo la no–violencia. El mensaje es solamente para toda la humanidad. Vivan como hermanos y hermanas. Vivan una vida de principios. Vivan una vida de valores". Cuando él hablaba así, ellos decían: "¡Oh! Está loco. ¿Qué es lo que enseña?"

De modo que sólo reunió cinco discípulos. ¿Recuerdan [a LaRouche], ustedes han juntado al menos mil, ahora, aquí y en Los Ángeles? Mil de sus seguidores, de sus simpatizantes, están aquí. ¡Pero Buda nomás tenía cinco!

Pero luego Buda llegó a ser el hombre de la historia, Buda llegó a ser una gran, gran —como nosotros decimos—, encarnación de Dios, porque sirvió a la humanidad.

Su nación los llama

En todas las cosas grandes que haces te topas con obstáculos, encuentras obstáculos, críticas. Quizá también tengas que ir a prisión. A veces a la gente la meten en la cárcel por ser veraz, porque quiere decir lo que siente, porque quiere ser honesta consigo misma, quiere ser honesta con su gente. ¡Todas estas cosas suceden!

Ahora, para terminar. De nuevo, jóvenes, lo que les pido son tres cosas:

Número uno, tengan una misión en sus vidas. Y para alcanzar esa misión, tengan un amor apasionado por las masas. Amen a sus masas. Amen a su gente. Tengan un amor apasionado por sus masas, por su pueblo. Debe haber pasión, una pasión de amor. Sólo entonces obtendrán también a cambio amor, ¡y también obtendrán a cambio amor y cooperación, y bendiciones, y todo! También obtendrán bendiciones a cambio.

Lo segundo que querré de ustedes, es esto: ¡no hablen sólo de reformas en el papel! ¡Sean prácticos! ¡Sean muy pragmáticos! Creen una organización, hagan un equipo. Sin equipo no se hace nada. Así que lo segundo que espero de ustedes es que deben armar un equipo, y trabajar en equipo.

Y lo tercero, y último, mis queridos amigos, es que habrá obstáculos en su camino. No pierdan su coraje. Tengan la fuerza de voluntad para vencer los obstáculos y decir, "lo lograremos". Entonces, en el mundo de los grandes santos, Swami Vivekananda, quien vino a esta tierra hace más de 100 años, cuando tuvo lugar la conferencia mundial de religión en Chicago, vino solo desde India, vino con un mensaje. Y el mensaje que llevó a la conferencia mundial de religión fue: "Mis queridos hermanos y hermanas, no traten de decir que `mi religión es superior a tu religión'. No traten de humillar y ridiculizar, e insultar a otra religión". Dijo: "Vengo de un país donde sentimos que los ríos pueden originarse en cualquier parte de la Tierra; pero todos llevan y se unen al mar, y se convierten en uno. Así, todas las religiones del mundo llevan a ese Poder Supremo. Pueden llamarlo `Dios', pueden llamarlo `Poder Supremo'; yo lo llamo `Bhagwan'. Ustedes dicen, `Dios'. Mis amigos musulmanes dicen, `Khuda'. ¡Todos son el mismo! Ustedes le dicen `agua' al agua. Yo le digo `pani' al agua. Ustedes le dicen `leche' a la leche. Yo a la leche le digo `doodh'. ¡Es lo mismo, sólo que con diferentes nombres! Sólo nombres diferentes".

Y, dirigiéndose a los jóvenes —y esto quiero leerlo, es sólo una frase, de lo que dijo, al dirigirse a los jóvenes—, Swami Vivekananda dijo: "Jóvenes, en ustedes deposito mi esperanza".

De manera que yo también deposito mi esperanza en ustedes. La esperanza de Vivekananda yacía en los jóvenes, y la esperanza de Chandrajit Yadav también está en los jóvenes. Así que mi esperanza está en ustedes.

¿Responderán al llamado de su nación? Hoy les digo: ¿responderán ahora al llamado del mundo, no sólo de la nación, sino de todo el mundo? Él dijo [Vivekananda]: "¡Cada uno de ustedes tiene un futuro glorioso, si se atreven a creer en ustedes mismos! ¡Tengan confianza en ustedes! ¡Tengan determinación!" Y, por último, añadió: "¡Despierten, levántense, y marchen adelante!"

Muchas gracias.

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