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Movimiento de Juventudes Larouchistas
LaRouche despierta el optimismo de los jóvenes mexicanos

El viaje de dos días y medio a la ciudad de México que hiciera el vocero de la campaña de Lyndon LaRouche en la Costa Este de los Estados Unidos, Harley Schlanger, sirvió para galvanizar al Movimiento de Juventudes Larouchistas en México, en medio de una grave crisis nacional en ese país. Schlanger llegó a México el 12 de marzo, en el momento en que sometían al presidente Vicente Fox a una operación de emergencia y en medio de una inusual campaña estadounidense de presión contra México, para que aprobara la guerra contra Iraq. Cuando todavía no se conocía la decisión del gobierno, la pregunta en la mente de todos era: "¿Qué puede hacer México? Somos un pequeño país dominado por los Estados Unidos. ¿Tenemos voz en la arena internacional?

En medio de este ambiente tan cargado, Schlanger habló ante más de 700 jóvenes en diversas universidades de la ciudad de México. Subrayó dos cosas: primero, que México debía defender su soberanía nacional, aun si esta acción no tuviera un efecto inmediato en los Estados Unidos; y, segundo, que el futuro de México depende de formar parte de una coalición a favor del desarrollo económico mundial, junto con el Movimiento de Juventudes LaRouchistas en los Estados Unidos, con el fin de crear una alianza transfronteriza a favor de un nuevo orden económico mundial más justo.

El hecho de que el Presidente Fox eventualmente decidiera el 18 de marzo a favor de la soberanía de México y en contra de la guerra, sin duda alguna reforzó aún más a los jóvenes que atendieron al mensaje de Schlanger.

Un movimiento de juventudes en marcha

Acompañado de Marivilia Carrasco, presidenta en México del Movimiento de Solidaridad Iberoamerica (MSIA, los copensadores de LaRouche en México), Schlanger sostuvo cuatro conferencias en diferentes universidades, habló también ante un foro del MSIA con la participación de 70 asistentes y concedió dos entrevistas de radio.

El 12 de marzo, dio una conferencia en la Universidad del Valle de México, a la que asistieron más de 200 estudiantes, así como también un canal de televisión. Ese mismo día, Schlanger ofreció otro par de conferencias, esta vez en el Instituto Politécnico Nacional, donde el Departamento Cultural de la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica (ESIME) patrocinó ambos actos, a los que asistieron más de 400 estudiantes.

El 13 de marzo, varios grupos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), que virtualmente es una ciudad dentro de la ciudad de México, organizaron una sesión de discusión en coordinación con el MSIA. El tema era "La desaceleración de la economía de los Estados Unidos, el proceso de globalización y la crisis en Iraq"; sin embargo, el verdadero asunto central fueron LaRouche y sus planteamientos.

Esta reunión atrajo a unos 160 estudiantes, maestros y activistas contra la guerra, y duró tres horas y media, mientras Schlanger respondía preguntas y el auditorio escuchaba los comentarios de los participantes, como el ex senador Humberto Hernández Haddad, el maestro de economía Roberto Castañeda y dirigentes de varios grupos sociales.

La última reunión de su visita fue con los organizadores del Movimiento de Juventudes Larouchistas, quienes tienen planeado realizar una escuela de cuadros nacional del 11 al 13 de abril, para ir formando y desarrollando a nuevos jóvenes.

Un mensaje de esperanza

Schlanger inició todas sus presentaciones anunciando que era portador de un mensaje especial de esperanza de Lyndon LaRouche. Éste era que la guerra no es inevitable y que el objetivo de la movilización en contra de ella no podía ser sólo de protesta, sino para erigir un movimiento que enarbole la perspectiva de desarrollo y cooperación económica mundial de LaRouche.

En cada discurso, Schlanger desarrolló rigurosamente el pensamiento de la pandilla del "choque de civilizaciones" que está detrás de la guerra contra Iraq, y cómo ésto va de la mano con la destrucción de la economía de los Estados Unidos. Todo esto puso de relieve el hecho de que la facción imperialista angloamericana ni sabe cómo, ni está interesada en hacerle frente a la enorme crisis económica. Porque éste grupo de gallinazos, que hasta al servicio militar le sacaron el bulto, está obsesionado con el deseo de imponer su poderío militar sobre el mundo.

Después, Schlanger presentó las soluciones. "Si LaRouche llega a la Presidencia [de los Estados Unidos]",dijo "cancelaría al Fondo Monetario Internacional y, sobre todo, traería una era de prosperidad y paz basada en créditos baratos y en grandes proyectos de desarrollo e infraestructura". Schlanger especificó algunos de estos proyectos para América del Norte, en particular aquellos que aumentan la disponibilidad de agua potable en 20% para México y los Estados Unidos, y los que desarrollan redes ferroviarias desde el estrecho de Bering hasta la Patagonia.

Muchos de los jóvenes estaban muy emocionados ante la perspectiva de la campaña presidencial de LaRouche, y la colaboración con las Juventudes Larouchistas de los Estados Unidos, en especial porque al menos la mitad de los participantes en todas las reuniones admitió tener amigos o familiares en los Estados Unidos. Hubo muchísimas preguntas, así como invitaciones para que Schlanger y otros miembros del movimiento de LaRouche regresen pronto a México.

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