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LaRouche y su MJL en México: Nuestra misión es perfeccionar el planeta

Lyndon LaRouche inició el diálogo con su Movimiento de Juventudes Larouchistas (MJL), en una reunión que tuvo lugar en la ciudad mexicana de Monterrey el 1 de abril, con las siguientes palabras. Oscar Castro y Carlos Cota Moreno participaron como intérpretes del señor LaRouche durante parte del intercambio y la moderadora fue Ingrid Torres, todos del MJL.

Voy a empezar con unas cuantas cosas preliminares de lo que es el tema principal que quiero plantear. Primero, debo anunciarles que tenemos una consigna oficial de campaña para nuestra parte de la campaña del Partido Demócrata este año. Es una consigna que ideamos para Kesha Rogers [integrante del MJL], quien contiende por la presidencia del Partido Demócrata en Texas: “Fuera del atraso y hacia el futuro” (o también puede interpretarse como “Librándonos de los Bush y hacia el futuro”, por el doble sentido que la consigna tiene en inglés—Ndr.).

Los baby boomers no creen en la verdad

Hay algo que va junto con eso, el problema de los boomers [o sesentiocheros]. Y es muy importante tener un entendimiento clínico de este problema. Primero que nada, los sesentiocheros nunca salvarían a la sociedad ni a ellos mismos. La mayoría de ellos anda ahora entre los 55 y 65 años de edad, está pensando cómo abandonar esta vida con gracia, tras lo cual, el futuro se acaba para ellos. Esto es algo inusual en la historia. Como saben, en la mayoría de las sociedades, en el Hemisferio Occidental, por ejemplo, las Américas, que eran en gran medida naciones de inmigrantes o de gente que estaba luchando por salir del peonaje, la actitud era que sus hijos y nietos debían tener una vida mejor que la que ellos tuvieron. Y ésta era la moralidad básica de la mayor parte de la gente en nuestra sociedad. Como saben por experiencia propia, en general eso no es así hoy.

La generación que nació después de 1945, al final de la guerra, fue condicionada mediante un lavado cerebral. Una de las organizaciones que hizo esto fue el Congreso a Favor de la Libertad Cultural, que en esencia es liberarse de la verdad y la cordura. Así fue que los condicionaron. Y entonces, cuando azotó la crisis de los 1960, conforme estos jóvenes entraban a la vida adulta, se volvieron un fenómeno llamado los sesentiocheros. Se volvieron locos, y se quitaron la ropa para mostrar qué tan ricos eran; y, en su mayor parte, era la riqueza de ser muy melenudos.

En fin, tenían un valor diferente. No creían en la verdad. En la escuela los habían educado para no creer en la verdad. Devinieron esencialmente en un equivalente moderno, en Europa y las Américas, de los antiguos sofistas griegos, que son infames en la historia por ser la facción de la antigua Atenas que llevó a la civilización griega al colapso que se conoce como la guerra del Peloponeso. Cosas como la Guerra del Peloponeso, por supuesto, fueron la guerra de Vietnam; la guerra francesa anterior en Indochina; la guerra francesa en el norte de África, en Argelia; la guerra de Estados Unidos en Indochina, todo en el marco de una tensión fundada en la amenaza de la extinción termonuclear de la civilización.

Ésta fue una generación a la que se le enseñó a no creer en la verdad, a cómo obtener tu placer, cómo arreglártelas, cómo triunfar. Y, con eso, vino una falta del sentido de responsabilidad por gente que no les importaba, como, en un sentido, sus propios hijos. Esto llevó a un conflicto, un conflicto generacional. No todos en las generaciones, sino en la conducta característica de generaciones enteras. Esto vino a conocerse como el fenómeno sesentiochero.

Para darles un ejemplo muy concreto de esto, ahora mismo: a principios del año pasado, en un momento en el que una influencia significativa en el Senado y otras partes del Partido Demócrata, entre otras cosas de las que advertí, estaba la amenaza inmediata de un paro de la industria automotriz estadounidense. Como algunos de ustedes ya saben, porque han seguido lo que he estado haciendo en el último año, el significado de la industria automotriz de EU no se trata simplemente de una industria, no es sólo un lugar donde se emplea a mucha gente. El significado de la industria automotriz es que representa la concentración más grande de lo que se conoce como la capacidad de diseño de máquinas–herramienta.

El diseño de máquinas–herramienta es una correa de transmisión entre un descubrimiento científico y la invención de productos que hacen uso de esos descubrimientos científicos, como retomaré esto en mis comentarios hoy. Se basa en una comprensión del significado de un principio físico universal; un principio físico universal como el descubrimiento de Johannes Kepler de la gravedad. Éstos y varios otros descubrimientos se han traducido, en especial en la civilización moderna, en un dominio de la naturaleza como nunca.

Ahora bien, ¿qué haces en esta materia, cuando descubres un principio científico como el de la gravitación? Estás descubriendo un principio que es universal. El objeto llamado gravedad es tan grande como el universo entero, y es un ejemplo del hecho de que el universo es finito, pero no limitado. Podemos concebir el principio, pero nunca verlo en tanto objeto. Puedes ver los efectos del principio, pero jamás verás el principio con tus sentidos. Si puedes verlo con tus sentidos, no existe en tanto principio.

Por supuesto, lo que hacemos, como Kepler ilustra esto, es construir un experimento que demuestre la existencia, la existencia eficiente de un principio que no puedes ver. El mismo método que usas para diseñar un experimento de prueba de principio, es el principio del diseño de las máquinas–herramienta. Creas un aparato o algo parecido, donde lo que diseñas para la prueba no funcionaría a menos que el principio exista. Una vez que has descubierto este principio o su aplicación de ese modo, lo que puedes hacer en la manufactura moderna, es tomar a la misma clase de personas que construyen diseños de experimentos, y que empleen el mismo método para aplicar ahora ese principio a la producción y el diseño.

Éste es un concepto que en general no se enseña ni se entiende en la educación universitaria moderna, por varias razones, pero es el principio fundamental de la economía: el descubrimiento del hombre de principios físicos universales; principios tales como el de la gravedad, que no puedes ver ni sentir, pero que existen, y para los cuales puedes diseñar pruebas científicas que demuestran que estos principios existen como tal. Y luego aplicas estos principios a la práctica de la sociedad.

Nuestro mejor conocimiento de la historia de esta noción, que en griego se llama dúnamis, o Kraft en alemán, o poderes en español, es que son el poder que representan principios universales que no puedes ver, pero que gobiernan el universo. Al aplicar estos principios, aumentamos el poder del hombre para existir, podemos cambiar la naturaleza, podemos capacitar a la sociedad para que progrese. Pero, de no ser por la capacidad del hombre de descubrir principios físicos universales, el ser humano sería simplemente otro mono, otro simio, y la limitación demográfica sería que nunca hubiéramos tenido más de uno, dos o más millones de individuos sobre este planeta, viviendo en un momento dado, en los últimos dos millones de años. No sabemos por cuánto tiempo ha existido el hombre en el planeta, pero podemos calcular que unos 2 millones de años. Y nunca puedes obtener un ser humano mediante la evolución de un mono, o incluso empleando o entrenando a ciertas clases de seres humanos que piensan como monos. Saltan por todos lados, hacen mucho barullo, comen cosas, tiran cosas, se pelean, hacen sonidos ruidosos, gritan en sus jaulas, pero no son humanos. Entonces, lo que distingue a los seres humanos es este poder, el poder de la razón creativa, que no existe en ninguna forma inferior de vida animal. Ahora tenemos más de 6 mil millones de personas que viven en este planeta. La razón por la que eso es posible, es por los efectos de la razón humana, el descubrimiento de principios universales.

Volvamos ahora a la industria automotriz. El significado del sector automotor es que representa —como en EU— la concentración más grande de la destreza experimentada y capacitada para transformar ideas en productos. Pasa lo mismo en la agricultura, el mismo principio. Toda mejora en las condiciones de vida de la humanidad depende de esta conexión.

Lo que sucede entonces es que la generación baby boomer, sesentiochera, dice: “La ciencia es el enemigo. Queremos una vida cómoda. No queremos trabajar, queremos ser ricos”. Y éstos son sus administradores hoy: “No queremos ensuciarnos las manos. No queremos trabajar duro”. Por tanto, cuando ven a la gente del ramo automotriz, esta gran parte de la población estadounidense que está a punto de perder sus empleos y sus hogares, no dicen —los buenos dirán: “Bueno, tenemos que hacer algo por esa gente”—, no harán nada para salvar esos trabajos, por salvar la industria. Ahí es donde está el problema. Y cuando vives en un país como México, y como la mayoría de los países en la mayor parte de Sudamérica, ves una gran pobreza, tasas elevadas de mortandad y enfermedades. Todas las aflicciones de la pobreza, son aflicciones que podrían enmendarse de conservar una industria moderna. Pero lo que ha pasado es que el sesentiochero dice: “¡No! Nosotros ya no trabajamos. Nosotros le damos nuestro trabajo a gente pobre en países pobres, que trabaja por poco”. Vinieron a México a encontrar mano de obra barata, y luego decidieron que era demasiado cara, así que se fueron a Centroamérica. Y siguen recurriendo, más y más, a gente cada vez más pobre. De modo que éste es el problema.

Tengo ahora a estos demócratas —muchos de ellos en el Senado y otras partes, pero hablemos del Senado en particular—, que son gente buena, en cierto sentido son mis amigos, algunos de ellos son mis amigos, la mayoría son mis aliados políticos, ¡pero son baby boomers! Así que no dicen que lo que tenemos que hacer por el pueblo estadounidense, en particular, es salvar esa capacidad productiva de la que dependen las condiciones de vida de toda la población de EU. “Tenemos que darle al pobre un poco de caridad”. Ése es el problema del baby boomer.

Tenemos lo mismo en Alemania. Los políticos alemanes, en su mayoría, votaron a favor de enviar tropas alemanas al Congo, por lo que un oficial militar ya mayor en Alemania dijo: “¡Esta gente son baby boomers!”, refiriéndose a los políticos. No tienen un sentido eficiente de la moralidad. Algunos de ellos tienen buenos sentimientos sobre sus amigos y vecinos, son caritativos, se preocupan; pero no se preocupan de manera eficiente, no reconocen que existen ciertos principios que posibilitan la capacidad de satisfacer las demandas de la gente.

Como son sofistas, tampoco creen en la ciencia. Creen en las computadoras. Les preguntas, “¿cómo es que piensas?”, y contestan: “Voy con mi computadora y le pregunto. Lo busco en la internet. Busco en la internet. Dejo la internet cuando me aburre”. ¡No piensan! No realizan experimentos. Hablan, pero no saben lo que dicen. Pueden recitar una fórmula, pero no saben lo que significa. Saben que funciona. Es como tratar de descubrir por qué la internet hace lo que hace. No sabes. La internet te adiestra para que te reportes. Aprendes a reportarte como te indica la internet. Aprendes a pensar como tu computadora te dice que pienses. Tu no estás usando la computadora, ¡la computadora te está usando a ti! Con esto es que estamos bregando.

La ‘mano de obra barata’ destruye economías

Bueno, esto va al meollo del asunto. Tenemos que bregar con ese problema en EU. También lidiar con él en América Central y del Sur, donde a veces cobra una forma parecida, pero a veces diferente, porque las condiciones son diferentes, aunque pronto serán casi lo mismo. Esto tiene dos aspectos: primero, por un tiempo América Central y del Sur fue un trampolín de mano de obra barata para la inundación con productos baratos, como en el caso de las maquiladoras; un trampolín para la producción barata en México, en la que, en general, una persona obtiene un empleo pero no puede mantener una familia con el ingreso de ese trabajo. Y por esto, no había dinero suficiente para mejorar la infraestructura en la región donde operaban las maquiladoras. Así, América Central y del Sur eran zonas para la explotación de mano de obra barata. De modo que, México hoy no tiene el poder económico que tenía en 1982. Tomaría de cinco a diez años reconstruir la industria petrolera, la industria petrolera de México, a lo que era en 1982. Y piensen en lo que significaba la industria petrolera para México, en términos de la economía en general. Los sistemas educativos, toda clase de cosas se pagaba con los ingresos del petróleo. Así que eso se ha destruido.

En EU, la ilusión es que estamos exportando todos nuestros empleos a mercados de mano de obra barata en el extranjero. Exportamos nuestra capacidad productiva a China, a India, a otros países pobres. Seguimos buscando un país más pobre, donde la gente esté dispuesta a trabajar por menos que en cualquier otro país. Las condiciones de vida en estas regiones de mano de obra barata empeoran cada vez más, porque los bajos salarios se fundan en la falta de infraestructura, la falta de apoyo a la familia. El ingreso no alcanza para mantener familias. No mantiene el medio ambiente, no mantiene las instituciones necesarias para una vida decente. No es porque la gente en estas regiones sea más productiva; no lo es. Trabaja más barato, trabaja más barato porque tiene un nivel de vida más bajo; porque sus hijos tienen menos oportunidades de sobrevivir; porque a esa sociedad no se le suministra la infraestructura básica, incluyendo cosas como agua potable, atención médica, todas estas cosas que no se pagan. La verdadera educación es privilegio de una minoría pequeñísima de países de este tipo, y la actitud de los pocos que se educan tiende a ser oligárquica. “¡Yo soy importante! ¡Mis amigos no!” Ésa es la clase de condición que tenemos.

Por tanto, la misión hoy es cómo tomamos un planeta con más de 6 mil millones de habitantes, y cómo permitimos que la población crezca, cómo mejoramos el nivel de vida; en muchas partes del mundo, la mayoría vive en condiciones muy pobres. Estamos agotando lo que llamamos recursos naturales o su calidad normal, y al presente no estamos haciendo nada para corregir ese problema. Por eso es que hay mano de obra barata.

Y en el mismo EU estamos destruyendo el nivel de vida necesario para hacernos productivos como antaño. Si ven un mapa de EU, un mapa económico, y lo examinan en los últimos 27 a 28 años, verán partes enteras de EU, condado por condado, que hace 25 o 30 años eran productivas, donde gente que antes solía criar su familia basándose en el empleo o las industrias, cosas como ésas, que no sólo mantenían a sus familias, sino que por medio de los impuestos y demás apoyaban programas educativos, la salud pública, etc. Lo que tenemos, condado por condado, son personas trabajando de meseros o en empleos parecidos. La economía no brinda el ingreso —la economía local— para mantener las escuelas, la atención médica. La gente que tenía pensiones las está perdiendo. La atención médica está viniéndose abajo; hasta los doctores sufren una persecución económica, en momentos en que la atención médica está cayéndose.

Entonces, el problema que encara el Congreso hoy, con Bush, es que la generación baby boomer que domina la política desde arriba —en realidad no la domina, pero son los que están en los puestos por elección y otros de importancia; los banqueros controlan la economía, no los miembros del Congreso—, son baby boomers; no piensan que sea necesaria una sociedad industrial moderna impulsada por la ciencia. Son sofistas; no creen en principios. Puede que crean en ser amables, en dar caridad a la gente que sufre, pero no creen en elevar el poder de una economía dedicada a posibilitar las soluciones a estos problemas.

La semana pasada la bancarrota de la empresa Delphi salió a primer plano otra vez. Miembros prestantes del Senado y otros, aun mientras estaba aquí, decían: “Sí, tenemos que hacer algo por esa gente que está perdiendo su trabajo”; ¡pero no entenderán la importancia de salvar los empleos mismos! No entienden que la capacidad tecnológica de las máquinas–herramienta impulsada por la ciencia es el medio para generar productividad, para ofrecer un nivel de vida decente para las personas. Ellos dirán: “Compartamos la miseria con nuestro vecino”, y ven eso en México y otros lados desde 1982. Ésta ha sido la tendencia general. Es un problema del fenómeno sesentiochero. Esto fue una conspiración dirigida por la misma turba financiera internacional que controlaba a Hitler. No les gusta el Estado nacional soberano republicano moderno.

El problema que enfrenta Iboeramérica

Lo que pasó en el 82 en México lo dictaron desde fuera intereses financieros poderosos. Fue la decisión de destruir a México en tanto república estable y pujante. Y en gran medida lo lograron. Pueden verlo en el mero sector bancario en México. En 1982 había en México bancos que representaban los intereses nacionales del país. Ahora los principales bancos los controlan extranjeros. En esa medida, el destino de los mexicanos está determinado por extranjeros.

La lucha que representa el presidente Kirchner en Argentina, es una pelea por restaurar la soberanía de la nación contra los depredadores financieros internacionales. Tenemos una mejora en Chile, con la nueva presidenta, quien por lo pronto sacó a los nazis. Eso es lo que eran, eso es lo que era Pinochet; no era una aproximación, él era, él todavía lo es; si es que todavía sabe lo que es, lo es. Hay algunas dudas al respecto. Brasil. Tenemos una pelea, y la pelea es porque Brasil piensa que es una nación muy grande; están pensando en rebautizarlo, de Brasil, a “Grande”. Bueno, sí tienen el río y la opinión de sí más grandes del mundo, y no hablan español. Luego ven lo que pasó en Perú, ven las condiciones en Centroamérica, ven los problemas continuos en Colombia, ven la amenaza contra Bolivia por presiones externas.

De manera que la lucha decisiva hoy, que en cierto sentido Kirchner ejemplifica para el Hemisferio, es una lucha por la soberanía de las naciones, y la lucha por la soberanía se expresa en torno a cuestiones que representan la soberanía de la nación en determinar su propio futuro. Las cuestiones centrales son económico–financieras, e implican una pelea contra fuerzas financieras internacionales poderosas.

Estamos en un momento en que si nos quedamos cruzados de brazos y dejamos que continúe esta tendencia, esto no va a funcionar. No habrá ningún imperio nuevo que prospere. Son tan estúpidos como poderosos, porque recuerden que la gente que está haciendo esto es más que nada la que anda entre los 55 y 65 años de edad; son baby boomers. Un imperio baby boomer no funciona. Ellos no creen en los elementos fundamentales del poder, del verdadero poder: el poder económico. Quieren su suerte de imperio, de modo que su imperio será simplemente una catástrofe para ellos, así como para toda la humanidad.

Su generación tiene que dirigir

Así que ésa es la naturaleza esencial de la lucha. El otro lado de la moneda los afecta de manera muy personal. ¿Cómo vamos a cambiar esto? Vamos a cambiarlo con su generación. No lo harán ustedes solos, sino que tienen que presionar a los boomers para hacerlo; y ellos son flojos. Los presionarán 18 horas al día, mientras están dormidos o haciendo otra cosa inútil 18 horas al día. En otras palabras, van a presionar a la generación baby boomer para hacer las cosas necesarias para salvar su propio pellejo, así como el de sus hijos. ¡No lo van a hacer por su propia cuenta! Una guerra encabezada por baby boomers, será una guerra perdida desde el comienzo. Les falta el don de mando.

¿A qué se reduce esto? ¿Quiénes son ustedes? ¿Qué los hace o debe volverlos tan poderosos? En cierto sentido, ustedes representan una selección dentro de la sociedad de su generación, y lo saben por gente que asocian con su propia generación. Descubren que su generación también es corrupta, que está desmoralizada, drogada, sin un sentido de propósito ni compromiso moral con la sociedad, pero, más importante, con una suerte de impotencia moral que comparte con el baby boomer. “No hay nada que podamos hacer al respecto. Tienes que aprender a vivir en la realidad”. Se rendirán, antes que pelear. Se matarán entre sí, antes que combatir al enemigo. Pero algunos de ustedes no hacen eso, algunos de ustedes quieren saber qué pueden hacer que le dé sentido a su vida, no que la haga necesariamente rica, pero sí significativa. Porque cuando los hombres mueren, ya no les hace mucha diferencia si son ricos o pobres, sino que lo que han hecho por la sociedad significa muchísimo. Lo que han hecho por la sociedad es la medida de su sentido de identidad personal. No son animales; son seres humanos, y tienen una inmortalidad interna que les sobrevive.

Vean lo que creía el pobre promedio, incluso una persona ignorante de generaciones anteriores. “¿Para qué haces esto?”, le preguntas. “Lo hago por mis hijos, lo hago por mis nietos”, responde.

Inversiones importantes en la infraestructura básica y otras cosas con entre 25 y 50 años de vida. Una planta nuclear, una planta eléctrica es una inversión a más de 25 años. Un sistema hidráulico de envergadura es una inversión a 50 años o más. Como un viejo, puedo decirles que las cosas más importantes que haces implican tu concepto de lo que pasará mucho después de que estés muerto. Y es por esos objetivos que haces todo. Peleas, arriesgas tu vida, haces lo que es necesario, no por lo que recibirás mañana como recompensa, sino por el sentido de poder sonreír luego de morir. “Cumplí con mi deber para cuidar de ellos, para preservar los aportes de quienes me antecedieron, para sentar los cimientos para la vida de gente que viene después de mí”. Es el sentido de inmortalidad espiritual.

¿Qué nos hace humanos?

Por tanto, en estas condiciones, llegamos ahora al asunto decisivo: ¿cuál es la diferencia entre un humano y un animal? Veamos dos cosas: simple y obviamente, el descubrimiento científico, el descubrimiento válido de principios científicos universales. Ningún mono puede hacerlos; la mayoría de los profesores no puede, porque lo que te enseñan en las escuelas en general, es que te sientas en la clase —especialmente en una universidad—, y quizás haya entre 500 y 1.000 estudiantes sentados en una gran sala, y están gritándote algo o mascullando, y tienes un libro o manual o algo. Vas a la computadora y buscas algo en la internet, y te vas de la clase. Pues bien, has estado expuesto a cierta cantidad de lo que se llama “información”; pero, ¿qué es lo que sabes en realidad? ¿Qué sabes que puedas probar que es cierto en tanto principio? ¿Cuántos estudiantes de física saben cómo se descubrió el principio de la gravitación? ¿Quién podría probarlo? ¿Quién puede probar lo que Kepler demostró? Prácticamente ninguno de los estudiantes de la ciencia física. ¿Quién podría probar por qué Euclides es un fraude, un fraude descarado?

Tomemos ese ejemplo de Euclides. Euclides hizo su trabajo unos 50 años después de la muerte de Platón. En la medida que hay alguna cosa con algo de valor en Euclides, se representaba como descubrimientos en la geometría y materias relacionadas, que se efectuaron durante los 100 a 150 años anteriores. Así que lo que Euclides representa, es un comentario sobre estos descubrimientos anteriores. Nada más acuérdense, no tiene ningún descubrimiento original. Todo descubrimiento del que Euclides informó lo hicieron generaciones anteriores. Y el supuesto fundamental de Euclides es fraudulento. La idea de que puedes basar la ciencia en el supuesto de definiciones, axiomas y postulados es un fraude.

Esto es producto de la sofistería. En vez de decir, “sé algo”, ahora dices, “¡sé lo que puedo repetir!” Sales del aula y repites lo que se te dijo ahí, y llamas a eso “conocimiento”. ¡No descubriste nada! Destapaste lo que alguien dejó en el camino. En realidad no sabes nada. Estás lleno de opiniones: “¡Bueno, ¡yo sé esto! ¡Todos mis amigos estarán de acuerdo conmigo!” ¿Por qué? En razón del chisme. Les hablas de un principio y te dicen: “¡No es cierto! ¡Ninguno de mis amigos estará de acuerdo contigo!” Le dices a alguien en la costa del Caribe que existe un Océano Pacífico. . . “¡No existe! Nunca estuvimos allí”.

Ésta es la clase de cosas. . . De modo que te metes en algo en lo que aceptas la opinión socialmente aceptada; la repites. Lo que tienes que hacer es de veras descubrir y conocer por ti mismo cuál es la verdad. Esto es lo más importante para ustedes en tanto movimiento. Cuando todos los demás están confundidos, ustedes tienen que conocer la verdad. Si no la saben, deben descubrirla, de ser pertinente para el problema. Así que tienen que desarrollar el hábito de la creatividad.

Lo que hemos estado haciendo, como lo vieron con esta especie de libro que hicimos sobre los principios fundamentales —algunos de ustedes han estudiado parte de este material—,[1] lo que hice y en lo que tuve trabajando a estos jóvenes del MJL en EU, es que identifiqué el campo esencial de conocimiento, desde la Grecia antigua hasta los tiempos modernos, y entonces lo asigné a los jóvenes y dije: “Ahora ofrézcanse para efectuar la investigación original, a fin de descubrir la respuesta que identifiqué”.

El comienzo es atacar a Euclides como un fraude. No puedes derivar una línea de un punto; no puedes derivar una superficie de una línea; no puedes crear un sólido a partir de una superficie. Éstas son las ironías y paradojas elementales que plantean Platón y sus predecesores entre los pitagóricos. A ustedes los someten a la sofistería en las escuelas, en las que les enseñan que éstas son definiciones de axiomas que tienen que aceptar. Y les dicen que en esencia tienen que usar métodos algebraicos lineales. Así que usas los métodos algebraicos lineales y te lanzas asumiendo que has probado algo. ¡No probaste nada! Porque lo que hiciste fue simplemente suponer que Euclides tenía razón, cuando Euclides fue un fraude.

Así que ahora tienen a Descartes en la educación en la sociedad moderna. Tienen a Newton. ¡Ésos son fraudes! Se derivan del concepto euclidiano, y pueden probarlo; la manera más simple de hacerlo es doblando el cubo mediante construcción geométrica. Porque doblar el cubo de hecho demuestra un principio que está más allá de la percepción sensorial. Y una vez que has entendido esta cuestión del problema cúbico, entonces empiezas a entender lo que es la ciencia y lo que es la verdad. El asunto es, como dije hace unos momentos, que un principio físico universal como el de la gravitación no puede verse ni escucharse con los sentidos en tanto objeto; pero puedes probar su eficiencia por métodos experimentales, por una acción que demuestre el principio. Y el problema con la mayor parte de la educación con la que tienen contacto, es el hecho de que este asunto, el asunto más decisivo sobre todo el pensamiento científico, no está incluido en las normas y el programa educativo.

La función indispensable de la música clásica

Veamos ahora otra cuestión. Veamos la música, veamos la música clásica moderna fundada en Bach. No piensen en música de teclado; podrían engañarse con facilidad. Si suponen que las notas corresponden a cierta frecuencia que es oficial, de manera que golpeando una tecla en el tono correcto puedes hacer música, es falso. Porque lo que encuentran al momento que enfrentan el contrapunto, el contrapunto vocal o la interpretación de un cuarteto de cuerdas clásico o de un instrumento de viento, y agarras una obra de Bach, Haydn, Mozart, Beethoven, Schubert y demás, descubres que no puedes interpretarla como es debido si nada más tratas de tocar las notas según su frecuencia oficial preestablecida.

Por ejemplo, escuchen un coro. Cantan las notas. ¿Están cantando la música? No es necesariamente lo mismo, porque la norma de ejecución y la de la intención del compositor clásico es la presentación de una idea. Ahora bien, lo que significa una buena ejecución es que escuchas la interpretación entera, de principio a fin, como si no hubiera interrupciones. Vean el Ave Vérum Corpus de Mozart. El Ave Vérum Corpus se base en una obra coral, con un acompañamiento de cuerdas mínimo. Está organizado conforme a una serie de intervalos lidios. La manera de interpretarlo con un buen director coral, es dirigiendo las voces para ajustar ligeramente el color de la nota, de forma que el efecto es que escuchas un proceso de desarrollo de principio a fin, y no sólo las partes individuales. Esto es lo que el gran conductor Furtwängler refería como “tocar entre las notas”.

Muy poca gente que canta en un coro captura en realidad esa intención, como se buscaba. Pero, al trabajar para ese efecto, empieza a entender. Y con una aproximación razonable de lo que debe escucharse, encuentras que la música coral de ese tipo es uno de los instrumentos políticos de comunicación más poderosos. El significado de los intervalos lidios en el Ave Vérum Corpus, que recomendé porque se trata de una composición corta, es una unidad de un solo concepto, de principio a fin. Lo que escuchas no son las notas, es el proceso de desarrollo. El principio es lo mismo que el descubrimiento de Arquitas de cómo doblar el cubo.

El dominio del pensamiento creativo

El equilibrio entre las dos, la cultura clásica —en particular la música clásica— y la ciencia física, es la esencia de la educación que es fundamental para ustedes. Porque su concepto es entender el principio físico universal, como el descubrimiento de Kepler de la gravitación. Por ende, llegas más allá de esta educación ordinaria de libro de texto; entras, así, al dominio del pensamiento creativo. Y descubres con la música, si tu intento es razonablemente bueno, que cuando cantas obras clásicas en la calle o en otras ocasiones, tienes un impacto positivo más grande en atraer la atención de la población que por cualquier otro medio.

En el trabajo científico ordinario, la mente se concentra en el descubrimiento individual de algo acerca de la naturaleza. En la obra artística clásica, como la música clásica de esta clase, también estás descubriendo un principio físico universal. En el primer caso, al estudiar la ciencia física como tal, estás descubriendo un principio de lo que llamas naturaleza, la observación individual de la naturaleza. En la gran música, estás observando al individuo que contempla el genio científico del proceso social. El principio de la música y el de la ciencia física significan lo mismo, pero tienen una forma diferente. En un caso, observas la naturaleza a través de los ojos de un hombre individual. En el otro, con la gran música o arte clásicos, contemplas el proceso de la creatividad en el proceso social como tal. Los principios son de la misma calidad; son un reflejo de la cualidad natural de la mente humana individual que diferencia entre un mono y el ser humano. Cuando entiendes estos aspectos en esta conexión, entiendes la naturaleza del hombre y eres capaz de dirigir a la sociedad, porque no le estás dando explicaciones a la gente; estás resolviendo los problemas con base en principios.

Cuando ustedes, como gente típicamente pobre que con frecuencia no puede tener acceso a una educación universitaria moderna, que se ven inmersos en medio de una población de su propia generación que tampoco tiene acceso a una educación eficiente en lo que debiera ser una norma moderna, entonces entienden por qué digo que una operación de jóvenes debe dividirse en unidades de unas 15 a 25 personas. Verán, éste es el tamaño de un buen salón de clases. Es lo bastante pequeño como para que todos tengan la oportunidad de participar; es lo suficientemente grande como para que puedas inducir la participación. Y así es como ustedes funcionan, cuando van de una clase a otra en una universidad.

Y luego, a sabiendas de esto, se remontan un poco más allá en la historia, se remontan al período medieval, al surgimiento de la universidad en Europa. ¿Quién manejaba las universidades? De hecho, la enseñanza estaba en gran medida a cargo de los estudiantes y de unos cuantos filósofos entre los más viejos.

Entonces, lo que tenemos que hacer es que toda esta población de su generación haga de toda la generación una universidad en torno a las ideas de la creatividad, y que mezcle esto de estudiar la ciencia física y el arte con una solución a los problemas y retos actuales de la sociedad. Y usen su energía juvenil como un arma, como un arma de ideas. El baby boomer puede trabajar si acaso dos horas al día, después de lo cual sus manos y piernas siguen moviéndose, pero su mente no. Ustedes tienen más energía, tienen juventud. Tienen que combinar eso con la idea de hacer de la generación entera una universidad. Necesitamos ese concepto de sí en toda su generación, porque tenemos que dar grandes pasos de progreso en la sociedad en los períodos venideros. Para crear una población que pueda apoyar esos grandes cambios, necesitamos una población de adultos jóvenes con cierta clase de energía y aptitud. Y ustedes pueden prenderle fuego a los calzoncillos de los baby boomers, y eso los pondrá en movimiento. Y, de ese modo, podemos ganar.

Diálogo con LaRouche

Pregunta: [Este proceso social] involucra directamente que están desaprovechando, diría, en lo que sucede en la naturaleza, pero es precisamente este proceso en que involucras directamente al arte clásico el que es de un nivel superior; o sea, que está en un nivel superior a la noosfera, a la que correspondería el primer nivel del individuo y la naturaleza. Entonces, si este proceso social corresponde al cuarto nivel, que pienso sí se puede atribuir a la inmortalidad, o sea, que trasciende [el plano] en que vivimos. . .

LaRouche: En cierto sentido eso es cierto. El asunto aquí es que, como saben, estamos lidiando normalmente con los sentidos. . .

¡Oh! Algo está entrando aquí. Ah, ya veo, ¡es una torre de enfriamiento de una planta nuclear que hace su entrada! ¡A ver si enfría el cuarto!

El asunto es que cuando uno está lidiando con los sentidos, éste es el problema: para lidiar con esto, primero tienes que eliminar esta cuestión de la certeza sensorial. Cuando ves, no estás viendo directamente la realidad; lo que ves es el efecto de la actividad real sobre tu aparato sensorial. De modo que lo que creen que pueden ver o escuchar no es lo que está allí. Lo que ven o escuchan es el efecto que tiene sobre sus sentidos lo que está ahí. Los procesos físicos de su mente ven el efecto, no la realidad. Pero el desarrollo de esos procesos mentales, en un bebé y después, saca al niño de un estado de lo que se conoce como ofuscamiento.

Obviamente, desde que el niño está en el vientre. . . Ya saben, el hecho es que hay bebés que nacen a los seis meses de gestación y, en general, en las condiciones modernas, un niño que nace a los seis meses del embarazo puede sobrevivir y llegar a ser un ser humano normal. Lo interesante de esto, que es pertinente para tu pregunta, es que te preguntas —como este bebé a la edad de seis meses puede escuchar dentro del vientre los agarrones de los padres—: ¿qué consecuencias le acarrea al niño?

Por ello, no cabe duda que el infante probablemente reconozca la voz de la madre, que escuchaba antes de nacer; tiene sentimientos emocionales y demás, que experimentó antes de nacer. Al nacer, no es una tábula rasa, pero la visión viene más tarde, después de que naces. Y sabes que bregas con el ofuscamiento de un recién nacido. De modo que el bebé recién nacido, que ya puede oír, por lo general experimenta los sentimientos emocionales de las circunstancias, y ahora tiene que interpretar estas cosas desde la perspectiva de este algo borroso llamado visión. Ahora, lo que hacemos es que en realidad tenemos las facultades innatas para poder hacer esto. El concepto de visión se desarrolla. El recién nacido está tratando de adaptarse a la realidad de las circunstancias en este mundo al que lo arrojan! Y al tratar de discernir las cosas, lo primero que distingue por lo general es a la “madre”. Y empieza a tratar de ordenar algunas de estas cosas, y a encontrar las relaciones entre ellas en su medio ambiente.

Esto sucede por varias razones; este proceso usualmente produce un resultado perfectamente sensato. Así que la mente del niño en realidad no ve ni escucha los objetos. Escucha el efecto de esos objetos sobre su percepción sensorial. La mente interpreta estas cosas, porque sus sentidos son como instrumentos, como instrumentos científicos; no son el proceso que estás midiendo, sino una forma de medir el proceso.

Cuando te topas con algo como un principio físico universal, eso tiene un efecto que puedes descubrir que se trata de un principio, pero no hay un objeto discreto explícito para tus sentidos. Surge como una disonancia, como una disonancia en la música; y no es una nota musical, sino una disonancia.

La mente aprende ahora a emplear este descubrimiento, y por eso es muy importante, cuando subrayo esto, regresar a los pitagóricos y Platón con este fin. Tomemos el caso de la astronomía: la mayor parte del conocimiento científico de la humanidad como lo conocemos —como lo conocemos, digamos, desde hace 30.000 años en Asia Central y lugares así— vino de lo que fue en realidad una cultura transoceánica. El hombre no vino del desierto o de tierra adentro y de manera gradual llegó a los ríos y al mar; el desarrollo de eso que llamamos ciencia hoy empezó en los mares. Surgió en períodos de glaciación, cuando partes enteras del planeta estaban bajos glaciares como la Antártica o el Ártico. Y, en ese tiempo, las culturas que sobrevivieron fueron las migrantes, culturas migratorias transoceánicas. En México vas a este famoso lugar, y descubrirás que uno de los sitios es el de una cultura marítima. De modo que en la región que llamamos México en realidad hubo culturas transoceánicas conectadas con otras partes del mundo hace mucho tiempo.

Hay ciertas características en las variedades válidas de la astronomía antigua. Por ejemplo, encontramos calendarios que se basan en la emigración del polo norte geomagnético. Esto abarca un período de entre 16.000 y 18.000 años para que este ciclo ocurra. Por tanto, el hecho de que alguien tenga un calendario con esta característica en la que está basado, ¡nos dice que estuvieron usando brújulas magnéticas para la navegación! Y también algunos de los calendarios antiguos, como los de los antiguos vedas, indican ciclos de onda larga del sistema solar.

Por consiguiente, la humanidad, su cultura y su desarrollo del lenguaje, a través de Egipto, por ejemplo, que conocemos muy bien, así como algunas otras cosas. . . Bueno, si toman a Euclides, y lo sacan y lo queman, o a una copia de Euclides, y se paran allí a reírse por horas: “¡Un idiota! ¡Un idiota!” “¡Un fraude!” tendrán a los profesores tirándose por las ventanas. Pero, fue en razón de esto que la cultura europea en particular se desarrolló, a partir de Egipto; por ejemplo, las antiguas pirámides de Gizeh son una muestra de la cultura que produjo esto, la cual se fundaba en la astronomía.

Así que volteen al cielo, como ellos, y observen los movimientos estelares y también los planetarios, y elaboren calendarios que se basen en el momento en que tienen cierta alineación de planetas y estrellas juntos. En la primera aproximación con el sistema estelar, al hombre antiguo le parece que el sistema estelar es uno de posiciones fijas; es decir, las cosas cambian, pero los cambios siempre se repiten. Luego pasas a otra etapa, donde observas los planetas conocidos como “errantes”, y son problemáticos. De modo que tienen la astronomía antigua de la cultura europea concentrada más que nada en esta cuestión de las relaciones entre los planetas del sistema solar. De manera que, si llegan a observar lo que Kepler, los períodos en los que hay un alineamiento del Sol, la Tierra y Marte juntos, que le permitió a Kepler definir las características de la órbita, de la órbita de la Tierra, entonces encuentras un principio, una aberración que no se ajusta a ninguna medición ordinaria. Esa aberración es la base del descubrimiento original de la gravitación.

Fue este descubrimiento, extendido a todo el sistema solar, lo que llevó de los descubrimientos de Kepler a los de Leibniz, porque Kepler encargó en su obra dos estudios para los matemáticos que le siguieran: uno consistía en desarrollar el cálculo infinitesimal, como lo hizo Leibniz. Y Leibniz es el único que lo formuló originalmente; la obra de Newton no tiene nada que ver con el cálculo, ni el sistema cartesiano guarda relación alguna con él, cuando ves el cálculo desde la óptica de la cuestión de Kepler. La segunda cosa que mencionó Kepler es el estudio de las funciones elípticas, problema que no se resolvió ni siquiera de forma aproximada hasta que vino la obra de Gauss.

De modo que ésta es la clase de interrogantes en las que estás bregando con algo que no puede explicarse como un fenómeno ordinario, pero que, no obstante, es legítimo. Como con la gravitación y las funciones elípticas, estás bregando con cosas que no tienen un objeto físico visible. Es la misma clase de objeto que estás observando en términos de doblar el cubo. Éstos son objetos mentales, no de la visión; pero son reales —contrario a lo que dicen los empiristas—, son reales porque son físicamente eficientes.

¿Cómo conceptualizamos estas cosas? Esto nos define entonces como seres humanos, a diferencia de ser un animal; estos conceptos, como doblar el cubo por construcción geométrica y la gravitación, estos dos principios. Y hay más, pero esto es lo que nosotros en tanto individuos, si estudiamos la ciencia, podemos conocer sobre el universo. Éstas no son cosas simplemente repetibles en un sentido simple, en la vida.

Cuando tratas de representarlas en la física matemática, topas con un problema muy interesante, que Moivre, D’Alembert y Euler denominaron “números imaginarios”. Pero no son imaginarios; son reales, porque corresponden a la acción de principios físicos reales.

Así, la mente ingenua, la percepción sensorial, dice: “Lo que veo es lo que es”. Y lo que sabemos es que algunas de las cosas que creemos ver corresponden a la realidad. Pero hay otras cosas que no podemos ver con los sentidos, que también corresponden a la realidad; esas cosas que no corresponden a la realidad visual, pero que son reales, son principios universales.

¡Ah, vaya! Y luego preguntas: “¿Cómo se conocen estos principios?” Sólo la mente humana individual puede concebir semejante principio. Esa experiencia puede reexperimentarla otra gente. Los que han compartido esa experiencia ahora pueden comunicarse entre sí basándose en ese conocimiento compartido. Este proceso, de esta clase de conocimiento, es la base sobre la que se mejora el poder de la especie humana para existir.

Demos otro paso atrás. Tomemos ahora el caso de Vernadsky: tienen la Tierra; existe, contrario a lo que dice el presidente Bush, no es simplemente una extensión del rancho Crawford. Por consiguiente, lo universal realmente existe en esta forma. El enfoque del reduccionista es que la Tierra es en esencia inerte, y tenemos toda una química que trata a la Tierra como algo inerte.

Entonces te metes en algo de geología, como Vernadsky y otros lo hicieron, y te das cuenta que la capa exterior de la Tierra la crean procesos vivos. Estos procesos vivos usan los mismos materiales —como dije en el Tec (Instituto Tecnológico de Monterrey—Ndr.)—; los mismos elementos químicos se encuentran tanto en los procesos vivos como en los inertes. Pero las acciones químicas que ocurren y que distinguen a los procesos vivos no ocurren en una operación inerte. Así que tienes la corteza de la Tierra, que incluye la atmósfera y los océanos; éstos son producto de los procesos vivos. También sabemos, por la geología, que parte de la Tierra, en su superficie exterior, que incluye la atmósfera y los océanos, ha estado creciendo como parte de la Tierra. De manera que ahora la Tierra está convirtiéndose, en porcentaje, más y más, en el producto de los procesos vivos, más que de los inertes.

Demos ahora otro paso, veamos los efectos que los procesos inertes en sí pueden producir, exceptuando la humanidad. Esto se llama la noosfera. Esto está creciendo con más rapidez que la biosfera, y ambas crecen más rápido que el planeta en su conjunto, como parte del planeta. Por tanto, ahora dices que el hombre no sólo tiene el poder creativo, sino que la vida posee un poder que los procesos inertes no tienen, y la mente humana tiene facultades de las que otros procesos vivos carecen. Y el poder de la mente humana es superior al del resto del sistema.

Este poder de la mente humana radica en la creatividad individual, que no es un fenómeno colectivo; es un proceso que sólo genera la mente humana individual. En otras palabras, no puedes conectar las mentes entre sí para que se vuelvan creativas. Observen ese hecho.

Observen el proceso de cambio del planeta, de un planeta abiótico a uno con biosfera, el cual crece en relación con el planeta abiótico, y entonces con la noosfera, que crece en relación con el biótico. De ahí que no podamos ver este proceso simplemente como un producto de escoger la conducta individual. Este proceso de la creatividad por el que sucesiones de individuos mueven al planeta más y más hacia la parte humana, no sólo es un proceso universal, sino del universo.

De modo que el cuarto grado es el hecho de que, por lo que sabemos que el comportamiento humano nos prueba por experimento, ese comportamiento humano tiene una característica dirigida. Así, entendemos que existe un cuarto grado, superior al individual, que es el principio mismo. Y ésa es la cuestión.

Pregunta: ¿Cómo podemos cambiar este país, cuando tenemos una clase política muy atrasada, que no entiende ni qué de los principios de tecnología elemental que la generación pasada entendía? Y, como representamos una fuerza política bien pequeña y, pues, tenemos que hacer cosas, pero donde quiera vemos trabas y cosas que nos cierran el paso para actuar. . . .

LaRouche: Bueno, eso es algo que ustedes tendrán que hacer, ¿no es cierto?

Tomemos el caso de Cristóbal Colón. Cristóbal Colón es producto de Nicolás de Cusa, porque Cusa, tras la caída de Constantinopla y la derrota a manos de los turcos otomanes en los Balcanes, vio el desplome de la unificación de las iglesias cristianas y una gran amenaza para la civilización a consecuencia de este proceso. Así que estableció una política, de que la humanidad, la civilización europea, tenía que emprender viajes marítimos de circunnavegación del globo para encontrar gente al otro lado del Imperio Otomano. Esto también quedó registrado en su última voluntad y testamento. Más o menos en 1480 Cristóbal Colón, quien era un navegante italiano que trabajaba para los portugueses, descubrió esto, porque el obispo que era el albacea de la herencia de Cusa estaba en Portugal. A través de este contacto, Cristóbal Colón descubrió este testamento de Cusa, estos documentos. En 1480 Colón le escribió a un colaborador en Italia pidiéndole más información al respecto. De ahí fue que obtuvo un mapa, mismo que se basaba en una medición previa de la Tierra, hecha alrededor del 200 a.C. por los grandes científicos de ese período.

Colón realizó otros estudios sobre el mapa, y conocía las corrientes oceánicas atlánticas; porque la corriente del Atlántico Norte corre así, y la del Atlántico Sur así (LaRouche lo indica con gestos—Ndr.). Por ello los portugueses no pudieron llegar hasta la punta de África, hasta que primero fueron a Brasil. Colón sabía esto y, por consiguiente, sabía que el mapa era correcto, en el sentido de qué tan lejos cruzando el océano encontrarían tierra, que corresponde al cálculo ofrecido por el amigo de Cusa.

Entonces, encuentras que un individuo encabezó una expedición a través del océano basándose en un conocimiento científico específico, que encontró tierra donde esperaba. Y fue la tierra de una civilización que ya había existido antes, que era la misión de Cusa.

Así es como funciona la sociedad. El individuo en la sociedad, la mente del ser humano individual en la sociedad es el poder más característico de la misma; yace dentro del individuo. Y hay quienes tratan de comportarse como animales, como coyotes ¿mmh? Y son diferentes; puede que parezcan humanos, ¡pero no se comportan como tales!

Y ése es su problema de seguridad. Así que te consideras como un genio poderoso con un problema de seguridad, y entiendes a la sociedad.

Pero, recuerden: la lección de la ciencia, el poder de la mente individual representa el poder superior en este universo, y cualquier persona que lo desee, toca ese poder.

El arte clásico y la táctica

Pregunta: Tengo dos preguntas. . . Es sobre el arte clásico y la ciencia: cuando tienes principios físicos universales, en la ciencia hay maneras de encontrar si son verdaderos o falsos, porque tienes una máquina–herramienta que representa la catenaria, para lo que dijo Leibniz; el principio de acción mínima; el modelo de Arquitas, para duplicar el volumen de un cubo, y está bien, porque eso hace feliz al individuo, el poder descubrir eso, porque sabe que esto es correcto o no, o sea, [de forma] totalmente tajante.

Pero en el arte clásico, es el alma del individuo; o sea, en el arte clásico son emociones. Entonces, no es algo tangible. ¿Cómo sabes que es correcto? ¿Cómo sabes que es verdad que el coro va a hacer que organicemos políticamente bien? Ésa es mi primer pregunta.

La segunda es sobre un documento que escribió, hablando de la diferencia entre la táctica y la estrategia. Entonces, cuando nosotros organizamos políticamente en la calle, si hacemos cosas que son buenas, tiene repercusiones buenas. Pero nosotros no necesitamos cosas buenas, necesitamos cosas que cambien la geometría. Entonces, ¿cómo sabemos que realmente lo que estamos haciendo, como misión estratégica, es eficiente? Y creo que es el punto; digamos, cómo Gauss, que no es algo práctico . . . Un pragmático podría decir: “Es que Gauss no ayuda a comer hoy; Gauss no me ayuda a hacer algo ahorita”. O sea, ¿cómo diferenciar esto?, porque tenemos que ser líderes políticos a largo plazo, ¡sobre todo cuando Lyn ya no esté! Entonces, la idea es, ¿cómo hacerlo?

LaRouche: ¡Oh oh!

Pregunta: Entonces, ¿cómo lo haces tú?

LaRouche: Bueno, primero que nada, no hay una verdadera diferencia. Tomemos primero el caso de la música, en cuanto al arte; tomemos obras clásicas vocales y tengámoslas en mente, pero veamos un reto mucho más sencillo: el cuarteto de cuerdas; Haydn, Mozart, Beethoven. ¿Cómo funciona? Se aplica el principio que mencioné antes hoy, en mi discurso principal: que tienes una modulación, una coloratura.

Por ejemplo, mi finado amigo Norbert Brainin, quien encabezaba el Cuarteto Amadeus, el principal cuarteto del mundo, y la forma en que practicarían es que dirían: “Hagámoslo de nuevo”. Bueno, ¿cómo sabían, si él no criticó nada de lo que habían tocado antes, que tenían que hacerlo de nuevo? En otras palabras, él no decía: “Eso está mal, hagámoslo de nuevo para corregirlo”. Simplemente decía: “Hagámoslo de nuevo”.

¿Qué significa eso? Bueno, primero que nada, como el principio musical que mencioné antes es típico, un cuarteto de cuerdas clásico se basa esencialmente en los conceptos bachianos del “bien temperado”. De manera que no son cuerdas verticales las que definen el cuarteto de cuerdas; es el proceso de desarrollo entre las voces.

Siempre existe un proceso de desarrollo, del que es típico, por ejemplo, el principio lidio, de uso muy difundido en la composición clásica. Y a lo que le tiras es al efecto de lo que Furtwängler describe como “tocar entre las notas”. En otras palabras, quieres un flujo que se ajuste a un proceso de desarrollo, para no desviarse de ese movimiento. Es como hacer brillar o apagar una nota para mantener el flujo. Un músico consumado, como los del Cuarteto Amadeus, cuando escucha algo, tiene una imagen de lo que han tocado como reflejo. Cuando Brainin dice, “hagámoslo de nuevo”, no dijo más que, “tratemos de que esto salga mejor que la vez anterior”. Y lo que les impacta son las cosas que no encajan precisamente con el propósito, lo que significa que tienes que hacer un ajuste muy ligero a la interpretación para evitar un desenvolvimiento incongruente en la misma.

El principio aquí es el efecto del todo, como lo afecta la parte. En otras palabras, es un proceso dinámico, no uno mecánico. Y cualquier gran músico, todos ellos, tenderán a estar educados en la entonación; un músico consumado tendrá un sentido muy preciso de la entonación, y no necesita un diapasón de afinación, porque su educación y desarrollo es tal, que está fijo en su mente, y escucha la composición como un todo de manera especial, no parte por parte. A veces leer una partitura estorba al tratar de entender qué significa la composición en su conjunto. Uno quiere arribar a un concepto de una unidad de idea.

En cada rama del arte se aplica lo mismo. Tomen una pintura; tomen la obra de Leonardo da Vinci, en la que hizo un descubrimiento y se apartó de esta idea de la perspectiva rectilínea. Vean aquí las montañas, por ejemplo, y tendrán una neblina ligera o menos neblina. Consideren partes locales, cómo luce la textura. Vayan de una colina a la siguiente, y sobre el terreno se verán bastante parecidas en términos de textura; pero cuando las ves desde una perspectiva, digamos, desde este hotel, el color en efecto cambia, es un efecto de la distancia. De modo que Leonardo da Vinci cambia la forma en que definió la perspectiva para la pintura, de muchas maneras. Y cuando ves algunos de sus descubrimientos en el arte de dibujar, te asombra la profundidad del genio que expresa lo que parecen ser cosas muy sencillas.

Así es en el arte, el perfeccionamiento de esta idea de los principios de composición, que en cierto sentido corresponde a principios científicos. Como, por ejemplo, Leonardo da Vinci en la cuestión de la visión, ¡un genio en cuanto a la visión!, que es una rama de la física; en cuanto al descubrimiento de ciertas formaciones en el viento. Representar eso era poderoso, y corresponde precisamente al descubrimiento científico en la ciencia física, y a comunicar ideas sobre el hombre y la naturaleza, lo cual implica procesos más grandes que el individuo.

Por ejemplo, la Mona Lisa: ¿está empezando a sonreír o muestra una sonrisa plena? ¿Cuál de las dos cosas? Es la obra de un genio.

¿Está empezando a sonreír o estaba sonriendo?

Y esto es así en todo el gran arte. Lo esencial es el desarrollo de la mente para poder ver los procesos sociales, con la misma fidelidad que piensas en la forma física matemática de principio.

En cuanto a la táctica y la estrategia—y el ejemplo de Gauss es lo mismo, ¡exactamente lo mismo!—, lo que ves es la importancia de cómo afectas el proceso sobre el que actúas. Yo tomo el caso de un actor británico muy famoso —un mal actor—, sir Laurence Olivier. En una entrevista, hacia el muy atrasado fin de su vida, le preguntaron qué lo hacía un actor —era un actor terrible, lo habían educado profesionalmente, ¡pero era un fraude!—: “¿Por qué, sir Laurence, decidió usted convertirse en actor?” Y se enardeció: “¡Míreme! ¡Míreme!”

Esa no es una buena actuación. Se volvió actor para que lo admiraran en el escenario, como un objeto del mismo. Un gran actor clásico hace exactamente lo contrario. El gran actor clásico está tratando de comunicar un hecho histórico o algo equivalente a un hecho histórico. Tomemos el caso de Hamlet o las otras tragedias que se refieren a leyendas en Shakespeare. Éstas son sociedades, la Dinamarca de Hamlet o las sociedades celtas, que, como la antigua Roma, estaban inherentemente corrompidas.

Algún idiota siempre dirá: “Bueno, ¿cuál es la lección de estas obras? ¿Cuál es la lección de Julio César?” Pues bien, ¡la lección es que no hay nadie que sirva para nada en la Roma de Julio César! ¿Por qué poner una obra? ¿Eh? [El rey] Lear, ¡todos son unos idiotas! ¡Otelo es un retrato de la maldad! ¡Hamlet retrata la maldad! ¡Todos son pillos, todos son asesinos, todos son hampones! ¡Necios supersticiosos!

¿Por qué representarlo?

Porque, como dijo Schiller, la idea de un drama clásico es afectar al público de modo que, al salir del teatro, sean mejores personas que cuando entraron. El propósito de mostrar el mal en un drama clásico, es para darle a la gente un atisbo de lo que es el mal, en especial la clase de mal que lleva a una sociedad entera a acarrearse su propia destrucción. Lo ven en Otelo, por ejemplo, el Otelo de Shakespeare es un ejemplo perfecto de esto.

Así que, la función aquí —y la táctica es lo mismo: en vez de tratar de producir un efecto que te haga sentir bien porque fuiste así de listo o luciste tan bello ese día, quieres que te admiren, o simplemente quieres salirte de ahí— es que tomas una intervención individual como mi acción.

En una acción real, eres como el dramaturgo en un drama clásico, como Schiller: lo que pretendes hacer es que la gente vea algo, algo que es pertinente, que es importante que reconozca. Y estás tratando de encontrar la mejor manera de lograrlo. Cuando te apartas de una intervención de algún tipo, te ves como si fueras el personaje sobre un escenario; subes al palco del teatro y te ves en el escenario, y te preguntas: “¿Qué estaba yo haciendo allí?” Y ése es el asunto del juicio, porque seguido la tendencia, el peligro, es que reaccionas a una situación. Tomemos un caso que aplica a problemas militares; tomen las guerras como las de Iraq, que son totalmente injustificadas. No hay excusas. La guerra que procuran contra Irán; no tiene excusa. ¿Hay problemas? Sí, claro que los hay. Pero, el que un problema exista, ¿justifica ir a la guerra? ¿Es la guerra un acto apropiado? Obviamente la guerra de EU en Vietnam fue un error terrible; cualquiera con un poco de cerebro lo admitiría.

También en la política en general es lo mismo. A menudo un político actúa de forma estúpida, porque dice que quiere “ganar la delantera”. Y dejará que eso influencie su decisión, en vez del efecto que tendrá sobre el país. Así que seguido sientes los impulsos de reaccionar a una situación, que no se justifican cuando los miras desde una perspectiva más amplia.

De manera que a tus acciones tácticas debe forjarlas, tanto como sea posible, una perspectiva estratégica. Por ejemplo, constantemente me preguntan aquí, la gente me pregunta: “¿A qué presidente apoyarías en México?” Yo respondo: “Ése no es asunto mío; en cualquier caso no los conozco tan bien. Y, en tanto figura política de EU, no debo interferir. Mi deber es actuar de manera tal que pueda influenciar el proceso aquí, de modo que algunas personas en México tomen ellas mismas una mejor decisión. Mi deber aquí es darle forma a los procesos de la toma de decisiones”.

En EU hago ambas cosas: hago la una, pero también estoy ahí causando un alboroto. ¡Y me meto en muchos problemas!, como habrán escuchado.

Lo apropiado de la acción, en tanto acción táctica con un propósito estratégico, tal como subir al palco del teatro y recordarte ahora a ti mismo sobre el escenario, es: ¿puedes decir que la acción que tomaste fue apropiada para ese fin estratégico?

Arriesgarse por un principio

Pregunta: Señor LaRouche, gracias por venir acá. Quiero hacerle unas preguntas que creo que son importantes para nosotros aquí, aun si no le compete: ¿qué le espera a México? Hace algunos años mencionó que había un gran interés internacional en la destrucción de México, ¿qué hay detrás del proceso electoral del 2006? ¿Qué nos recomienda, como adolescentes, para que estemos preparados, y para saber de qué tenemos que cuidarnos?

LaRouche: Primero, acuérdense que yo estaba en medio de esto allá en 1982. Empezó con mi preocupación por la guerra de las Malvinas, que traté de prevenir, y seguí trabajando en eso durante el transcurso de la guerra. En conexión con eso, vine a México para una conferencia, a la Ciudad de México. Y en el marco de la reunión, me invitaron a hablar con el entonces Presidente de México, José López Portillo. Así que él me preguntó que si qué iba a pasar con su país; dijo: “¿Qué le van a hacer a mi país?” Yo le respondí: “Pretenden destruirlo, empezando más o menos en septiembre”. Y, claro, empezaron en agosto.

De modo que escribí una propuesta, un documento largo llamado Operación Juárez, que se publicó en inglés y en español el 2 de agosto de ese año, el cual trataba todo el problema de la reorganización de la deuda de los países de América Central y del Sur. La política que propuse, que se había deliberado antes, en el proceso de redactar este documento, la aceptaron los círculos de López Portillo. Pero fuimos derrotados. Las medidas que tomaron López Portillo y sus colaboradores fueron brillantes, y valientes. Sus reflexiones al respecto, que expresó en un discurso que dio ante la Asamblea General de las Naciones Unidas en octubre, que creo que algunos de ustedes han visto —lo tenemos en la página electrónica— y que otros debieran ver, en particular en cuanto a esto, porque resume la situación, el dilema de principio involucrado.

Al mismo tiempo, yo había intervenido, entre otros, con el presidente Reagan, y diseñado entonces una propuesta de una nueva iniciativa política de EU con la Unión Soviética. Esto lo presentó el presidente Reagan el 23 de marzo de 1983, y fue rechazado por los soviéticos, a pesar de que yo les había advertido que si el Gobierno soviético rechazaba la oferta del Presidente, el sistema soviético caería en cuestión de cinco años. Empezó a desmoronarse a los seis.

Menciono estos dos ejemplos, porque son típicos en la historia. Uno no gana todas las batallas, pero no basas lo que haces en ganar batallas. Tratas de no cometer errores, pero no necesariamente pierdes una batalla porque cometiste un error. A veces tuviste que correr el riesgo de perder una batalla por causa de un principio más amplio. Por lo que le pasó a la Unión Soviética y Europa Oriental, yo cobré más influencia en el ámbito internacional; tanto, que fuerzas prestantes de EU se dieron a la tarea de destruirme por estas dos acciones: mi defensa de México contra los depredadores extranjeros y mi propuesta de lo que llegó a conocerse como la Iniciativa de Defensa Estratégica (IDE). Y tenían razón en temerme. En ese entonces no sólo contaba con el apoyo de militares importantes y otros grupos en EU, sino con el de autoridades militares principales de Francia, Alemania, Italia y otros lugares. Lo que estaba haciendo representaba una verdadera amenaza para la oposición, como en el caso de la defensa de México. En retrospectiva, lo que digo es: “Hice lo correcto”.

Me metieron a la cárcel; iban a matarme, pero se le puso alto a eso. Pero lo de la IDE y lo que pasó en México —el hecho de que libramos la batalla por defender la soberanía de México, y también la de las naciones del Hemisferio— nos da una ventaja de que ahora podemos pelear con honor, porque enfrentamos una batalla que se nos impuso entonces, y sentó un precedente del que la gente puede sentirse orgullosa hoy.

Y, en realidad, eso es lo mejor que puede uno hacer en la historia. No tienes que alcanzar una victoria garantizada. Tienes que tener un sentido de inmortalidad, tienes que pensar en lo que estás haciendo ahora, en términos de su efecto sobre las generaciones venideras. Y tienes que preguntarte si este riesgo que asumes como soldado en una batalla se justifica: ¿es necesario, aun si significara una posible derrota?

Y eso es lo que no puede hacer un baby boomer.

Ciencia, religión, educación. . . y la verdad

Pregunta: Comentaba de que es necesario conocer la verdad como la base estratégica para resolver problemas en general. Ahora, ¿qué papel juega en la sociedad la ciencia y la religión, y si ésta se considera como parte de la estrategia para su búsqueda?

LaRouche: Bueno, obviamente la mayor parte de la gente que profesa ser religiosa en realidad no sabe mucho de esto. Cuando más, tiene cierto entendimiento aproximado. La mayoría de la gente, como la gente religiosa hoy, en general piensa en irse a otro mundo luego de morir, lo cual es una superstición pagana. Tienes que considerarte propiamente en términos de tu vida en un universo. Tu inmortalidad yace dentro de ese universo, no en alguno externo. Los fanáticos derechistas creen que Dios tiene un contrato con ellos. El Creador no está obligado por ningún contrato. El Creador, si es un Creador, tiene facultades creadoras; tiene libre albedrío. Tienes que decirle al fanático religioso: “¡Aguas! ¡Tu Dios no es ningún tonto! Puede que te meta en cintura; así que vale más que pienses en lo bueno o lo malo de lo que estás haciendo”.

Ahora bien, en un sentido verdadero, no hay diferencia entre la ciencia y la religión. La verdad no se divide contra sí misma. La una es lo mismo que la otra, cuando entiendes esto: que nuestro conocimiento del universo muestra que es creado, y que fue creado por una forma de inteligencia que compartimos. La parte que entendemos mejor es la ciencia.

Pregunta: Quisiera hacerle una pregunta sobre la educación. Sí, la educación es una base fundamental en todo, pero, digamos, como hace rato dijo, ¿en la escuela me están engañando con lo que me están enseñando, o son bases para que vaya descubriendo algo más del conocimiento? ¿Cómo se puede llegar realmente a la verdad?

LaRouche: Bueno, el problema es que en gran medida la educación hoy día es defectuosa. Hay mucha gente en el sistema educativo que es muy útil; empero, tiene problemas sistémicos. Voy a darte un ejemplo, de mi experiencia con científicos que participaban con la Fundación de Energía de Fusión allá en los 1970 y 1980: que los científicos con los que trabajaba representaban lo más granado del mundo en aquel entonces; en materia de ciencia experimental, o sea, la ciencia del experimento físico, eran muy buenos. Pero cuando iban al pizarrón a explicarlo matemáticamente, se volvían absurdos.

La otra parte del asunto fue la división entre lo que se da en llamar arte y ciencia. Por razones que ya presenté aquí, no hay tal diferencia entre el arte y la ciencia. Hay una diferencia en el sujeto de referencia: una ve el universo en tanto universo físico o biológico; cuando vemos el arte, lo vemos como un universo social. El sujeto es el mismo; la diferencia es que en el arte el sujeto también somos nosotros mismos, nuestra propia identidad social.

La creatividad individual y el cuarto dominio

Pregunta: Tengo una pregunta, que fue por algo que leí en un artículo tuyo que me sorprendió mucho. Es un pie de página de este artículo, “Las creaciones únicas del hombre”. Dices que Furtwängler era muy bueno en una obra de Chaikovsky —no recuerdo cual—. Me impresiona, primero que nada, que haya sido Chaikovsky, porque yo lo que he tratado. . . o sentido que agarro bien, es esta cuestión de que la música funciona dinámicamente y no mecánicamente; en lo de Bach, por ejemplo. Y lo que yo he estudiado así, de obras en general de piano, he notado mucho que los clásicos, en el momento que te presentan algo que rompe un poco con lo que has visto hasta allí en la composición, que representa algo que se oye irónico, siempre, siempre lo resuelven y lo llevan a un lugar mejor, por decirlo así. Me he dado cuenta que, por ejemplo, Chopin lo hace de una manera bien, bien, muy, muy. . . siempre me impresiona a mí. Entonces, he tratado de ver, pues, cuál es el fallo en sí, por ejemplo, con los románticos: ¿en qué la riegan? Porque, por ejemplo, viendo estas obras, ya sabes que tienen elementos que muestran que piensan y demás, pero, ¿qué es lo que los echa a perder? ¿En qué momento ya no funcionan?

LaRouche: Mmh. Bueno, en esencia, que el compositor clásico existe en el mundo real. El romántico está ofreciendo entretenimiento; algunas veces uno muy cercano al entretenimiento sexual. Liszt es en esencia un fanático sexual con facilidad para el teclado. No, de hecho Liszt era un protegido de Carl Czerny. Así que Czerny llevó al joven Liszt con Beethoven, como un joven talentoso. Era típico de Beethoven hacer la siguiente observación; en la propia cara de Czerny dijo: “El joven es muy talentoso, pero ese criminal, Czerny, lo va a echar a perder”.

En la composición clásica, como en toda ciencia, nunca haces algo para causar un efecto. Lo haces por un propósito, lo haces por un propósito moral, al servicio de la verdad, no como ejercicios sexuales.

Pregunta: En realidad es algo que ya traía de antes. Me parece muy provocativa la manera en que presentas esta idea del cuarto poder. Porque si entendemos, por ejemplo, como Vernadsky lo presenta, el dominio de lo inerte, el dominio de la vida toma el control y se convierte en el factor principal; y después la noosfera. Entonces, tenemos tres dominios. En algún momento yo te había entendido, leyéndote y escuchándote, que el cuarto dominio era el de la transmisión de esas ideas que genera la noosfera, el dominio de la mente humana sobre la Tierra. Entonces, ser parte de ese proceso dinámico de transmisión de ideas era lo que yo tenía entendido como el cuarto dominio.

Hoy, definitivamente, lo único que pensé es que cuando terminaste de hablar del cuarto dominio, era Dios, por dejarlo en una palabra, así: en el principio–guía de los principios–guía. Entonces, no sé ni cómo presentarlo. Me parece absolutamente provocativo, y, ¿cómo conocerlo, realmente cómo conocerlo?

LaRouche: ¡Suena divertido! ¡Bien! De acuerdo, en realidad es bastante sencillo, en el sentido de que es elemental. Pero, elemental no necesariamente significa simple.

Es simple en el sentido de que hay una respuesta muy clara, una respuesta única. Pero llegar a entender la respuesta no es tan simple. No es un problema inusual en el trabajo científico. Había un sentido en la pregunta, un aspecto de disonancia que de repente se hace presente, que quizás refleje lo que te intriga: verán, cuando uno habla del cuarto principio, y recurres a una idea ontológica de identificar un objeto, el Creador en tanto objeto, eso crea cierto problema ontológico que debe evitarse. Porque, en todas estas cosas, tienes que decidir de qué estás hablando.

El efecto es la acción de este cuarto principio, este cuarto dominio, que describo como un dominio. Y cuando tratas de cambiar eso, de dominio a personalidad, tienes un problema. No logras distinguir la diferencia entre las huellas y la persona que las deja. El dominio es una pauta de huellas; no es la personalidad ontológica que deja las huellas.

Ahora bien, ¿cuál es la ontología? Tienes que verlo desde la óptica que planteo, en tanto geometría física. ¿Cómo está organizado el universo? Permítanme tratar de repasar como sigue las complicaciones del entendimiento que pueden presentarse. Muy bien, empezamos con el aspecto más simple del universo, la Tierra abiótica. Eso tiene cierta geometría. Tú preguntas: “¿Es ésa la geometría del universo?” No, porque una vez que introduces el hecho de que la vida es un principio físico universal, ahora tienes que cambiar tu geometría. Porque el principio de la vida se expresa como una diferencia en la geometría de los procesos, de los simplemente abióticos. Cuando incorporas la cuestión del comportamiento creativo humano, de repente ya no estás en un universo que sólo es una combinación de procesos inertes y vivos; estás en una geometría física distinta.

Luego tienes la siguiente fase. Ahora consideras: “¿Qué está causando este cambio en la geometría del universo?” El cambio geométrico lo causa, en este caso, el comportamiento creativo individual. Por tanto, ¿cuál es la geometría rectora que hace que el comportamiento creativo del ser humano individual le dé esta forma adicional al universo? Por eso lo llamo cuarto dominio, porque representa una geometría, una geometría diferente que un mero dominio abiótico o biótico. Y esto, según se reconoce, es un problema que no se entiende. Para mí es algo sencillo, pero ver esto sencillo no es tan fácil.

Esto ha atribulado a todo tipo de personas hasta la modernidad, una y otra, y otra vez. En el transcurso de mi vida he realizado unos cuantos descubrimientos originales importantes, y éste es uno de ellos.

Descubrimiento, ironía y los principios del gobierno

Pregunta: ¿Cuál sería el principio para discernir una acción bella de una acción que no es bella?

LaRouche: Mmh–mmh. ¡Ah! Bueno, si eres un ser humano y te gusta la humanidad, y quieres hacer que la vida de los seres humanos sea mejor en general, cualquier cosa que de veras logre eso, es bella. En especial algo que sea un descubrimiento, un verdadero descubrimiento de principio; cualquier descubrimiento verdadero de principio que resuelva problemas de la humanidad, que de otra manera están irresueltos en esa localidad, es bello.

Lo que también es bello, es cuando tienes hijos, y entonces sale por ahí un viejo irritado y dice: “Bueno, ¿qué vas a ser cuando crezcas?” Hoy la mayoría de los adultos temen hacer esa pregunta, pero en otros tiempos tendrías a algún niño que respondería de manera espontánea a una pregunta que no anticipaba, y diría: “Bueno, voy a ser esto, y voy a hacer esto porque tendré este resultado. Y ése va a ser el propósito de mi vida”. Y cuando encuentras a un niño, sólo un niñito que, con su voz infantil, de un modo infantil, expresa así esta gran idea de humanidad, es muy bonito.

Pregunta: Yo soy muy malo como tal para la música; no he podido desarrollar una rigurosidad en un instrumento. Estoy desarrollando mi voz, que he ejercitado más. Pero, mi pregunta es más en cuanto al liderato respecto a la misma composición musical. Porque a veces uno no puede inspirar a más personas o ha generado relaciones viciosas. Pero, ¿cómo confronta eso para envolver esos elementos en una composición distinta?

LaRouche: La clave de la creatividad se llama ironía clásica. Está muy relacionada con un buen sentido del humor. En una situación típica, descubres que la gente dice tonterías, pero está debatiendo un problema importante. Y la conversación va de mal en peor, y tú tienes una perspicacia que hace que todo el mundo se ría de la forma en que está comportándose. Ése es un ejemplo fundamental del principio de la perspicacia. Es ironía.

Por ejemplo, tomemos el caso de Shelley. Shelley estuvo en Egipto de visita, y tuvo que escribir un poema que le encargó ese grupo de gente. Así que pronto compuso un poema llamado Ozimandías —y deberías leerlo, meditarlo, meditarlo en esos términos—. Lo hizo en un período de tiempo muy corto, en una situación en la que le preocupaban algunas cosas, y este curioso poema, Ozimandías, expresa una intervención que al paso del tiempo ha resultado ser algo de lo que se ríe mucha gente, por la perspicacia que muestra. De modo que ese mismo principio —el principio de la ironía— aplicado a cualquier medio de comunicación, es ironía clásica.

Pregunta: En tu escrito sobre, “¿Qué es Dios, que el hombre está hecho a su imagen?”, dices que gracias al Renacimiento del siglo 14 se expande la densidad de población, pero gracias al primer Estado nacional soberano fundado en Francia, después de Juana de Arco. La pregunta es: ¿por qué, si esto fue posible —que creciera la población en Europa gracias a un Estado nacional—, ahora Asia, donde se concentra la mayor parte de la población en el mundo, ha vivido durante toda su historia bajo monarquías [y] viven en pobreza extrema? Entonces, ¿cómo puedes defender un Estado nacional en este momento con un principio? ¿Qué es lo que te hace ver el Estado nacional como un verdadero principio?

Y la otra pregunta, aprovechando, es el caso de Thomas Paine. Thomas Paine, quien escribe el Sentido común, el panfleto provocador de la Guerra de Independencia en EU, también escribe un libro que se llama La edad de la razón, donde habla de que la Biblia es un fraude, porque las escrituras del Viejo y Nuevo Testamento son un fraude, y de forma muy irónica se burla y critica desde el punto de vista científico, que es falsa la Biblia.

LaRouche: En cuanto a Paine, es simple. Paine salió de este movimiento irlandés, de donde Franklin lo recogió. Franklin lo empleó como propagandista de la guerra revolucionaria estadounidense. A mucha de la gente que se vio inspirada por la Revolución Americana, se la llevó a una suerte de decadencia moral por los efectos de la Revolución Francesa. Por ejemplo, Thomas Jefferson se corrompió a consecuencia de esto; tuvo una situación en la que el presidente, George Washington, quedó casi aislado, excepto por Alexander Hamilton, en términos de liderato en la presidencia de ese período. La madre de John Quincy Adams ¡devino realmente en una amenaza! John Adams se desorientó; se volvió pro británico; tomó medidas represivas contra el pueblo estadounidense, o contra parte de él.

Recuerden, tienen que saber que la Revolución Francesa la organizó Londres; fue organizada por las sociedades francmasónicas en Londres que trabajaron con la Compañía de las Indias Orientales británica. De julio de 1789 a 1815, estuvo destruyéndose la Europa continental con revoluciones y guerras. EU, que había sido una gran influencia en Europa hasta antes del 14 de julio de 1789, se corrompió, y gente como Jefferson, que habían sido héroes mientras Franklin vivió, se corrompieron en estas circunstancias. Y los británicos pudieron apoderarse de buena parte de EU a resultas de esto, de 1812–1814 en adelante. EU fue restaurado con la victoria de Lincoln en la guerra civil, momento en que hubo un repunte. Pero Europa como tal ha permanecido corrupta desde que murió Luis XI en Francia. Tenemos el caso de los Habsburgo, quienes fueron responsables en España de organizar las guerras religiosas que continuaron hasta 1648. La renovación de la civilización europea empezó en 1648 con el tratado de Westfalia, el cual puso fin a las guerras religiosas.

El tratado de Westfalia fue en gran parte obra, en su negociación, del cardenal Mazarino, a quien el Papa había enviado a Francia, y del protegido de Mazarino, quien organizó la ciencia y la economía francesas en ese tiempo, Jean–Baptiste Colbert. Es probable que el ritmo más alto de progreso científico en Europa, hasta nuestros días, ocurriera con Jean–Baptiste Colbert en Francia. Éste fue el período de Leibniz, y de los amigos de éste, los círculos de Leibniz, Pierre de Fermat y ese grupo.

Luego tuvimos de nuevo las guerras religiosas, varias de ellas organizadas por las fuerzas liberales angloholandesas. Tuvimos el ascenso de la Compañía de las Indias Orientales holandesa; la evolución de la Compañía de las Indias Orientales británica, que fue un imperio que rigió a Europa desde 1763 hasta casi el presente. El enemigo más importante de la civilización, en términos de poderío, es la red internacional de banqueros con eje en Londres, hasta la fecha.

El problema es la corrupción de la gente. ¡Lo ven ahora! La generación baby boomer es un ejemplo de los efectos que tiene la corrupción sobre los hijos de la gente que combatió en la Segunda Guerra Mundial. Tienen que conocer esos tiempos. Yo los viví. Regresé del servicio militar al final de la guerra; estuve bajo el mando de Franklin Roosevelt entonces; regresé de Asia a principios de 1946, y era una sociedad diferente. Aún teníamos una política económica buena, en general, pero nos unimos a los británicos para emprender guerras de represión contra las naciones del llamado sector en vías de desarrollo. Adoptamos una política de guerra nuclear preventiva que imperó en el mundo hasta 1989; hace poco. Transformaron a los hijos de mi generación en baby boomers mediante una campaña sistemática de corrupción que fue organizada desde el momento que nacían, con un programa que tomaba como modelo la misma corrupción —se le llamó sofistería— que indujo a que Atenas se autodestruyera en la guerra del Peloponeso.

La civilización no se mide de meras maneras abstractas. Existen principios sistemáticos de gobierno, y son válidos. Pero el gobierno no está hecho de abstracciones; el gobierno y el liderato en la sociedad lo ejercen seres humanos, y si tienes seres humanos corruptos en el gobierno, tendrás una sociedad corrupta. No hay una fórmula matemática simple para esto. Algunos de nosotros tenemos que percatarnos de que debemos hacernos personalmente responsables de asegurar que se preserven los principios del buen gobierno.

A veces tendrás que defender al gobierno físicamente. Tienes que defender un buen gobierno físicamente, cuando lo amenazan. Pero lo elemental para evitar llegar a ese grado es ofrecer liderato, que evita que esa condición tenga lugar. No tienen armas; no están peleando, pero tienen mentes. Ustedes son parte de esta nación, son parte de la juventud de esta nación; tienen el privilegio de ser lo que son y de lo que pueden lograr. Sus armas son las del desarrollo de la fortaleza moral de la nación, al tratar de elevar a la población a un concepto superior de sí misma, para inducir al pueblo de México a convertirse en mejores personas.

Pregunta: Bueno, yo no conocía el movimiento, apenas tuve el honor de conocer a Lyndon LaRouche el día viernes, durante el simposio que hubo en mi institución donde estoy estudiando. No tenía conocimiento del movimiento que presentan, y que estoy viendo que tiene gran fuerza. Tal vez porque no esté conciente de eso, tal vez había planteado algo escrito con un objetivo, pero aun así, al no tener presente esto, tal vez pueda. . . Aun así, el objetivo va a ser el mismo, y nada más quiero compartir:

No dejemos que esta valiosa plática de Lyndon LaRouche se quede en esta sala y que, seguro, todos los que estamos aquí presentes le agradecemos de antemano. Yo soy del Distrito Federal, y les pido a todos los aquí presentes el establecer una comunicación y mantener esa comunicación, para que podamos continuar y expandir lo que hoy se está presentando. Creo que, en sí, ése es el sentido del movimiento, por lo que pido también al comité organizativo. . . que organizara una lista con los datos de todos y de ese modo seguir lo que hoy se nos ha presentado.

Bueno, espero que todos mantengamos y hagamos crecer la semilla que hoy ha sembrado en nosotros Lyndon LaRouche, que es la fe y la esperanza. Y como nos dice Lyndon LaRouche, para tener resultados lo importante. . . Es necesario motivar una voluntad con un sentido inmortal, donde la diferencia entre nuestras esperanzas e ideas para buscar un bien común, un bien para la humanidad. . . se encuentra en la voluntad para nuestras acciones.

La música como fuente de felicidad

Pregunta: Lamento mucho bajar un poquito el nivel de discusión con mi pregunta un poco reduccionista. Y me he estado preguntando mucho sobre la forma en que se abordan los descubrimientos científicos, y la forma correcta de abordar la cuestión de la música en particular. En vista de que hay una decadencia en la forma como nos han educado, y que no hemos sido entrenados, llevados a una forma correcta de aproximarnos a los fenómenos, ahora la pregunta es: en el caso de la música, ¿es suficiente aproximarnos a los originales para tener así un entendimiento? O, en este caso, ¿se hace necesario un Sócrates que nos esté ayudando a parir ideas?

Por ejemplo, el profesor Brainin ya no está. Yo me pregunto: ¿cómo podría yo o los compañeros tener un entendimiento sobre cómo encontrar una idea en la música? Porque en los conservatorios la enseñanza también es muy mecánica, y yo no concibo la forma de encontrar una idea en la partitura como está. Yo quería preguntarle a Lyn si es necesario que alguien nos ayude y, en ese sentido, ¿cómo le podríamos hacer?

LaRouche: Hay un ejercicio que recomiendo en particular, que es clave para esto y que he usado a menudo, con el cual puedes trabajar. Y, por consiguiente, podrás ayudar a otras personas en el proceso de trabajar con él. Una de las obras clave, decisivas para definir toda la música clásica, es una que compuso Bach para Friedrich der Grosse, Federico el Grande, llamada la Ofrenda musical. Ahora bien, si remontas la historia y el impacto de la Ofrenda musical a través de la historia de la composición, pasando por Brahms, encontrarás que hay un diálogo constante entre Bach y sus sucesores. Así que tuvimos una revolución, en el caso de Mozart, en respuesta a Bach, basándose en una inspiración de Haydn, en la que la Ofrenda musical fue clave. Todos los seis cuartetos reflejan esta idea del modo lidio y sus implicaciones.

Luego tenemos lo mismo en Beethoven. Muchas de las sonatas para piano de Beethoven se basaron en lo mismo: Bach; Beethoven era un estudioso cabal de Bach. A Mozart lo había influido, al igual que a Haydn, Carl Philipp Emanuel Bach, pero entonces se familiarizó con la obra directa de Bach, más o menos en 1781–1782, y, en consecuencia, revolucionó la música. Devino en un compositor de fugas, muchas de las cuales están perdidas, pero fue un compositor muy prolífico de fugas. Beethoven usó el mismo material; lo resumió en su Opus 132, que es un ejemplo perfecto de esto. Esto es lo que inspiró a Félix Mendelssohn; esto, a su vez, fue lo que inspiró a Schumann; es lo que inspiró a Brahms. Y a todo lo largo hay un diálogo entre Bach y estos otros compositores. Todos están trabajando en el mismo problema, el mismo objetivo, y respondiendo a lo que ha hecho el otro.

Quizás, como saben, por ejemplo, hay un pasaje en el andante del tercer movimiento, un pasaje de transición que luego deviene en el cimiento sobre el que Brahms compuso su Cuarta sinfonía. Es lo mismo. Por tanto, la diferencia entre hoy y entonces es este diálogo entre compositores. Es como una comunidad de personas que hablan y trabajan unas con otras.

Con la introducción del romanticismo, el modernismo, el posmodernismo y qué se yo, esta continuidad se rompió. Vean, por ejemplo, a uno de los principales ejecutantes de piano relativamente jóvenes, Andras Schiff, quien ahora está grabando un ciclo de Beethoven. El método de Schiff, y puedes oírlo en sus ejecuciones al teclado, se funda fuertemente en una disciplina estricta en Bach. Él elimina por completo esta interpretación falsa de la música, que encuentras en interpretaciones malas de Chopin como una influencia, donde tratan de romantizar a Chopin, quien fue un compositor clásico, no uno romántico.

Así, la clave aquí en la música en general es el diálogo. Existen problemas creativos de una naturaleza científica que surgen en la música, cuya mejor representación es la tradición bachiana en el tratamiento del modo lidio. De modo que, en vez de pretender decir cuál es el método que usaron para componer, para trabajar, el truco es convertirse en parte integral uno mismo, parte del diálogo con ellos. Hay ciertos temas en la música que son musicales, que tienen una pertinencia humana en la actualidad. La educación y la práctica musical moderna, con pocas excepciones, ha perdido contacto con eso. La gente trata de ejecutar estas obras, pero les dices, están tratando de hablar en un lenguaje extraño cuyo significado no entienden.

El mejor acceso a esto es, en general, desde la perspectiva vocal. Lo que experimentaron hoy aquí [en alusión a los ejercicios de vocalización del MJL antes de la reunión], la cuestión del claroscuro, del temperado de Bach y obras similares, y el trabajo coral. A menudo hemos usado el Jesu, meine Freude de Bach como un ejercicio clave, porque plantea algunos problemas interesantes. Es lo mejor para ese propósito.

Vemos que cuando nuestros jóvenes participan en esto, como lo hacen en Europa y EU, por ejemplo, hay una comprensión que surge de lo que estamos haciendo en realidad, que tiene que ver con la práctica vocal constante, asidua. No es sólo simplemente repetir algo, sino hacerlo mejor, para tener una penetración mayor. ¡Funciona! Es un mundo maravilloso para vivir. Tenemos como amigos a genios maravillosos, que pueden cobrar vida en el teclado, en la música. Es una fuente de felicidad.

La construcción de Estados nacionales sin la oligarquía

Pregunta: He estado como seis o siete meses en el movimiento en León, Guanajuato. Entonces, el objetivo de las propuestas que hay ahorita —nuclear, infraestructura básica, etc.— es que se realicen para construir un futuro que, como has mencionado, por ahora está en juego. La pregunta es: ¿cuál cree usted que es la forma más eficiente para hacer que los planes del movimiento también sean planes del gobierno? Y digo eficiente, porque no nos queda mucho tiempo para esperar que los proyectos se hagan. Y a nadie le interesa tanto como a nosotros, porque es nuestra propia vida, nuestro propio futuro. Y, ¿qué calidad [debe tener] y cuán numeroso debe ser el MJL?

LaRouche: Bueno, tan grande como puedan encontrar gente que califique para ser miembro del mismo. Es así de simple; hagan lo mejor que puedan.

Pero tienen que ser objetivos sobre este problema. México no tiene soberanía en este momento. No pueden esperar que México recupere su soberanía tan fácilmente, después de todas estas décadas. Tenemos una responsabilidad internacional. Como dije antes —permítanme recalcarlo de nuevo en conexión con esto—, yo adopto una perspectiva estratégica de esta cuestión. Como dije el otro día, las naciones de las Américas son muy especiales en el mundo, porque había algunas partes de la población, como en Perú o México, donde, digamos, el origen biológico de la población estaba aquí antes de que llegaran los españoles. Pero luego, lo mejor de los europeos —aparte de unos cuantos personajes indeseables, que trataron de convertir a los agricultores en peones—, la mayor parte de la gente que vino de Europa a Norteamérica, Centroamérica y Sudamérica, no vino tanto para alejarse de Europa, sino para salir del alcance de la oligarquía europea. Y Europa, hasta la fecha, está contaminada en lo cultural por la influencia del estado mental oligárquico.

Nuestra idea era construir en las Américas Estados nacionales que hicieran realidad los objetivos de la civilización europea, los objetivos del Renacimiento del siglo 15, sin la oligarquía. La idea de quienes encabezaban esto, era que transformaríamos entonces a Europa con nuestra influencia y ejemplo. Debido a la Revolución Francesa, las guerras napoleónicas y cosas parecidas, Europa nunca ha cumplido el objetivo. Su cultura es defectuosa, defectuosa en términos de esta fuertísima influencia de la oligarquía. Los peores problemas que tenemos en las Américas derivan de la influencia del oligarquismo europeo en varias partes del continente.

El caso de Juárez en México es ejemplar, porque él representaba —biológicamente y en todos los sentidos— un mexicano típico y un héroe de la lucha por la libertad. Y a pesar de todos los demás problemas y otras cosas que sucedieron aquí, en gran medida debido a la influencia francesa y otras, no obstante, en los 1930 emergió un Estado mexicano soberano, una república de cierta solidez. Aún existía aquí en 1982, con todas sus imperfecciones, todos sus problemas.

Ahora bien, por lo que siempre hemos luchado aquellos de nosotros que entendimos esto mejor, es que entendimos que los Estados de las Américas tienen una afinidad natural, porque tenemos un legado común de esta civilización europea moderna: la idea de crear Estados nacionales que no estén gobernados por oligarcas, con constituciones fundadas en el desarrollo de todo el pueblo. Aun cuando esto no se practicara, la idea estaba allí.

En este momento hemos arribado a una gran crisis de esta civilización. Ahora vemos surgir, después de casi 40 años de diversas clases de problemas, un movimiento de cooperación entre los Estados nacionales de las Américas, que viene desde la punta, de sur a norte. Es fácil listar todas las imperfecciones de la cooperación entre estos Estados, pero se impone la idea de que la fragmentación es desastrosa. [El presidente brasileño Luiz Inácio] Lula [da Silva, piense lo que piense, sabe que tiene que cooperar con [el presidente argentino Néstor] Kirchner. En Chile tenemos un avance imperfecto, pero que ciertamente está deshaciéndose del fascismo; eso es bueno. En Bolivia la situación es difícil, y tenemos problemas en Perú; fabricaron un golpe ahí. Hay problemas en Colombia. En Venezuela tenemos una situación que es muy complicada y muy interesante. Pero existe este impulso hacia la cooperación en Sudamérica.

México es muy importante en esta cooperación, que va del sur del río Bravo hasta la punta de Sudamérica. México es una parte muy importante de esto. EU es, de forma implícita, parte importante de esto.

Por tanto, me preocupan los asuntos mundiales —he tenido ideas para Europa y demás, todas estas cosas—, pero en cuanto a las Américas, entiendo la responsabilidad de EU de ayudar a estos Estados de América Central y del Sur a romper las cadenas que la aprisionan. Pero no puedes liberar a un esclavo que no quiere liberarse. Y, de ahí que aunque la fuerza de México o estos otros Estados para liberarse a sí mismos sea limitada, el hecho de que no quieren ser esclavos y de que tienen un espíritu claro de defensa de sus naciones, significa que contamos con gente que no quiere ser esclava. Y la gente que no quiere ser esclava, al dársele la oportunidad, se liberará ella misma.

Así que lo que México puede hacer lo limitan las circunstancias. Pero si el espíritu de México exige libertad, entonces la primera oportunidad que se presente será un éxito.

Combatiendo la raíz del mal

Pregunta: La semana que viene se va a cumplir un mes de un terrible asesinato que hubo aquí en Monterrey, de un joven de 21 años que apuñaló a un niño de siete y degolló a una niña de tres, y a la hermana mayor la apuñaló, pero no murió. Yo conocí a la niña, y la chava era compañera mía en la “prepa”. Entonces, no sé, nosotros en el movimiento juvenil, al hablar de esto. . . Y yo quiero de verdad entenderlo. Se me hace algo demasiado perverso, también muy feo, y quiero —no sé si llegue a tener— porque simplemente, o sea, no lo entiendo. Son chavos de mi edad, sólo niños; no sé. Ésa es mi pregunta.

LaRouche: Lo que estás describiendo suena de pronto a algo perverso. Uno no siempre puede fiarse de los acontecimientos superficiales, como los describes, pero podrías desarrollar rápidamente un sentido de la pauta probable del crimen. En otras palabras, puedes definir líneas de investigación, tanto de investigación penal como para tratar de diagnosticar el fenómeno.

Ahora bien, esta clase de cosas tiene una cualidad satánica. Porque la calidad de lo que describes, verás, tienes que el asesinato es algo simple; pero cuando tienes un asesinato con mutilaciones de implicaciones simbólicas, entonces quizás estés bregando con algo satánico; puede que también estés hablando de consumo de drogas, lo cual puede inducir ciertos estados.

Folleto de la campaña presidencial de LaRouche en el 2004. “Las naciones de las Américas son muy especiales en el mundo. . . la mayor parte de la gente que vino de Europa a Norteamérica, Centroamérica y Sudamérica, no vino tanto para alejarse de Europa, sino para salir del alcance de la oligarquía europea. Y Europa, hasta la fecha, está contaminada en lo cultural por la influencia del estado mental oligárquico”.

Pero la clave es entender, observando esto, que sólo es una hipótesis. Si yo estuviera investigando un caso como ése, éstas serían las primeras cosas que me vendrían a la mente. Éste no es un homicidio ordinario; es el asesinato de niños. Por tanto, el asesinato mismo de niños tiene un significado. Y luego la característica del homicidio es importante.

Hay una propagación significativa de sectas satánicas, que a veces se entrecruzan con el narcotráfico y a veces no. El narcotráfico aquí en la frontera es una de las primeras cosas que tendría en mente a este respecto, porque tiene sus consecuencias: puedes producir cierta clase de personalidad, fomentarla.

No creo poderte dar una conclusión más allá de eso, salvo que tienes que ser capaz de pensar en lo que esto significa, lo que significa en términos de la falta de organización de la sociedad, lo que puede salir mal. Y observa algo más general: lo sagrado de la vida humana, lo sagrado de la vida de los niños. En una sociedad saludable, vemos a los niños como el futuro de la sociedad; los padres, primero que nada, y los abuelos aun más. Por tanto, cuando esto ocurre, la reacción es: “¡Los niños! ¡Los niños!” E indica una descomposición en alguna parte.

No puedo darte la respuesta, porque desconozco todos los hechos, pero lo que preguntaría es: ¿es éste un acto aislado o una aberración? O, ¿es producto de una condición que tiende a fomentar cosas de esta índole, que a lo mejor no están directamente relacionadas con el acto en sí, pero participan en él?

Yo diría que lo que me molesta en esta clase de situaciones o que, digamos, aumenta mi preocupación, es que tenemos una crisis fronteriza. Esta crisis la causa el empobrecimiento de México y el uso de esta región, de estos estados del norte de México, como rutas de tránsito. Y también sé que en varias partes del mundo, incluso en las Américas, tenemos gente con uno u otro grado de capacidad profesional para matar. Tenemos un debilitamiento del gobierno, una tendencia a la formación de pandillas; y en la experiencia reciente del mundo, como ven en el caso de Colombia, algunas de estas pandillas cuentan con capacidades militares extraordinarias. Crean un ambiente de que hay un gobierno dentro del gobierno, al regir en un territorio en el que es más probable que suceda esta clase de cosas.

Mi respuesta genérica es, por consiguiente, tomando tales cosas en consideración, que creo que resolver este problema fronterizo entre México y EU es sumamente importante. Tenemos que imponer la pacificación de esta región. Tenemos que contar con una pacificación para hacer posible el desarrollo económico. Necesitamos desarrollo económico para lograr la pacificación. De manera que es una pregunta sofisticada, a la que no puedo dar más respuesta definida que ésta. Pero creo que, si lo piensas de ese modo y dices que estamos en una guerra para salvar a la civilización, entonces primero libra la guerra, para tratar de asegurarte de que cosas como éstas no ocurran.

¡Desarrollen su intelecto!

Pregunta: Bueno, esta pregunta es una hipótesis, y es como un análisis generacional, porque me he dado cuenta que siempre hablamos mucho en torno a los miedos que le infundieron a la generación baby boomer, pero yo también soy resultado —creo— de esta influencia heredada por mi madre y mi padre, de miedos. Entonces, no se si haya un miedo de ir contra la inmortalidad que impide que todo el tiempo. . . que con este movimiento está haciendo cosas —porque gracias a Lyn estamos haciendo cosas impresionantes desde hace varios años—, hay algo que frena este, como este impulso que sabemos que debemos seguir teniendo. Entonces, ¿cómo se resuelve el asunto de los miedos confrontándonos a una cuestión generacional?

LaRouche: Cuando vienes de una generación que fue a la guerra, una guerra grande, la pregunta tiene un cariz diferente. El temor de esta clase viene de una falta de sentido de inmortalidad. Es decir, si sabes que estás haciendo algo por la sociedad y crees que es lo bastante importante como para correr el riesgo de que te maten por eso, el efecto de las circunstancias adversas no desaparecen, pero ni te acobardas ni te lanzas a lo loco. Yo no conozco a nadie —excepto un sicótico— que no tienda a asustarse en circunstancias en extremo adversas. Pero, la pregunta es: ¿cómo enfrentas eso? Así que no trates de encontrar algún lugar donde no exista el miedo; eso es peligroso. Buscar librarse del miedo. . . El temor, si no es descontrolado, es una emoción muy valiosa; te ayuda, te ayuda a hacer lo correcto, con tal que no entres en pánico. Y la otra cosa es desarrollar la capacidad, si tienes confianza en tu desarrollo, en tu capacidad; y la capacidad esencial es en gran medida intelectual.

Por ejemplo, el MJL en California está por cumplir siete u ocho años. Algunos de los miembros jóvenes de hace algunos años son ahora funcionarios por elección en diversos niveles del Partido Demócrata. Algunos tienen capacidades científicas importantes que han surgido en este período. Son una influencia en la sociedad que los rodea. Eso es bueno. Y ése es el otro lado de asunto: desarrollar la capacidad, no un temor ni el temor mismo, sin ninguna tendencia a abandonarse a lo loco al miedo. Uno puede perder la vida en cualquier momento; puede ocurrir mañana, en un accidente. Así que hay que vivir cada día como si fuera el último.

Pregunta: Mi pregunta es así como de curiosidad, pero así como en el principio tienes un principio de acción que presentas con una máquina–herramienta, y teniendo este mismo principio en los instrumentos musicales con la acción de la voz humana, ¿podremos en algún futuro tener otro tipo de instrumentos creados bajo esta acción, o sea, con el mismo principio, pero distintos? Por ejemplo, los cuartetos de cuerda o no sé, ¿tenemos un límite para esta construcción de máquinas–herramienta para el arte en la música?

LaRouche: En esencia la música viene de la voz cantante humana, y todos los instrumentos musicales decentes son un reflejo del principio de la voz cantante humana. A no ser que logres un diseño diferente del ser humano. . . Y ha habido algunos intentos por ampliar la variedad de seres humanos y otras cosas. No conozco nada que yo recomendaría.

Moderadora: Bueno, muchísimas gracias Lyn, fue una gran alegría. Queremos ahora para terminar, concluir, hacer otro llamado al coro de nuestro movimiento de jóvenes en el Distrito Federal para —esperemos— cerrar con broche de oro con el Battle Cry for Freedom (El canto de batalla por la libertad). Con eso concluiremos, y agradecemos su presencia a todos.


[1]“El principio del ‘poder’ ”, por Lyndon H. LaRouche y el Movimiento de Juventudes Larouchistas, en Resumen ejecutivo de la 2a quincena de febrero y 1a de marzo de 2006 (vol. XXIII, núms. 4–5).

 

 

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