Otros artículos importantes

En el aniversario del asesinato del Dr. Martin Luther King, el 4 de abril de 1968

4 de abril de 2014

por Dennis H. Speed

"Usted tal vez tenga 38 años, como yo casualmente. Y un día se le presenta una gran oportunidad y lo llama a luchar por un gran principio, un tema importante, una gran causa. Y usted rehúsa hacerlo porque tiene miedo… Usted rehúsa hacerlo porque quiere vivir más… Usted tiene miedo porque perderá su trabajo, o porque se le criticará y perderá su popularidad, o teme que alguien le apuñale o le dispare o ponga una bomba en su casa, así que rehúsa tomar esa posición…

"Bien, usted puede seguir su vida y vivir hasta los 90 años, pero realmente estará tan muerto a los 38 años como lo estará a los 90. Y el cese de la respiración en su vida solo es el tardío anuncio de la previa muerte del espíritu. Usted murió cuando rehusó luchar por el bien. Usted murió cuando rehusó luchar por la verdad. Usted murió cuando rehusó luchar por la justicia".

—Martin Luther King, Iglesia Bautista de Ebenezer, Atlanta, noviembre de 1967

Un año antes del día de su asesinato, el Dr. Martin Luther King dio un discurso en la iglesia Riverside de la ciudad de Nueva York, en el que anunció su rechazo moral a la Guerra de Vietnam. En ese momento, el 4 de abril de 1967, King estaba a un paso de ser declarado el portavoz y catalizador del movimiento de los derechos civiles americanos, y asumió la responsabilidad moral por las acciones políticas y globales de la Presidencia de los Estados Unidos de América. Enfrentó el fuego más intenso de la crítica que alguna vez había encontrado en su vida. En una entrevista-diálogo con el representante John Lewis, cofundador en 1960 del Comité Coordinador Estudiantil No-Violento y el último orador viviente de la marcha de 1963 a Washington, la periodista Amy Goodman señaló:

"En aquel entonces, la revista Time llamó al discurso [de King] 'calumnia demagógica que sonó como un guión para Radio Hanoi'. Ese es el discurso del Dr. King contra la guerra en Vietnam. El Washington Postdeclaró que King había, cito, 'menguado su utilidad para su causa, su patria, su pueblo' ". La respuesta del representante John Lewis fue: "Pienso que esto es muy desafortunado en publicaciones como la revista Time y el Washington Post; si tuvieran que reescribir esos artículos hoy, sería una historia diferente. El Dr. King estuvo correcto. Él estuvo correcto –y tantos otros, políticos, quienes se opusieron abiertamente a la guerra, fueran Eugene McCarthy u otros, más tarde Bobby Kennedy. Esa guerra ayudó a destruir las esperanzas, sueños y [aspiraciones] de mucha gente".

Aunque John Lewis le da un elogio muy merecidamente al discurso de King en la iglesia de Riverside, el discurso de King del 3 de abril de 1968 es único en los anales de la historia de América y del mundo. (Entre los teólogos cristianos se sostiene que la aceptación de Jesucristo en el huerto de Getsemaní, del costo de su misión redentora para la humanidad –que él sería crucificado–, es un acto irrepetible. Sin embargo, la "imitación de Cristo" –decir la verdad ante el poder, incluso bajo el riesgo de la propia vida– es una reconstrucción del principio de Getsemaní, algo que "rinde testimonio inmortal" a su verdad. Los cuatro evangelistas del Nuevo Testamento relatan que a la aceptación de Jesucristo del amargo cáliz de Getsemaní le sigue de inmediato su crucifixión al mediodía del día siguiente. La aceptación autoconsciente de King del "costo del apostolado" será seguida por su muerte menos de 24 horas más tarde, a las 6:01pm del 4 de abril). King aplicó una presciencia profética. Él decidió confrontar a sus asociados más cercanos y a sus adeptos, en la forma de una reunión en el templo del obispo Charles Mason en Memphis, Tennessee, con la verdadera naturaleza de su propia inmortalidad. Con frecuencia muchos citan el final apasionante del discurso, pero la metáfora inicial deja sumamente claro que la totalidad es una sola idea compuesta de manera comprensiva. En realidad no es improvisada sino elaborada, desde su primera oración hasta la última, sobre un y solo un tema: la inmortalidad. En realidad es el discurso de "Getsemaní" de Martin Luther King.

King, sin perder tiempo, primero reproduce, visual y verbalmente, el arco y el movimiento circular del espacio-tiempo histórico en el cual se inscriben realmente sus observaciones, la causa de los trabajadores recolectores de basura, y la última noche de King sobre la Tierra:

"Algo está sucediendo en Memphis; algo está sucediendo en nuestro mundo. Y, ¿saben ustedes?, si estuviera ubicado en el origen de los tiempos y pudiera tener una visión general y panorámica de toda la historia humana hasta ahora, y el Todopoderoso me dijera, 'Martin Luther King, ¿en qué era quisieras vivir?', mi mente volaría por Egipto y observaría a los hijos de Dios en su magnificente travesía desde las oscuras mazmorras de Egipto atravesando, o más bien cruzando el mar Rojo, transitando por tierras salvajes hacia la Tierra Prometida. Y a pesar de su magnificencia, no me detendría allí.

"Me iría a Grecia y dirigiría mi mente hacia el monte Olimpo. Y vería a Platón, Aristóteles, Sócrates, Eurípides y Aristófanes reunidos en los alrededores del Partenón. Y los observaría en el Partenón hablando sobre los grandes y eternos temas de la realidad. Pero no me detendría allí.

"Avanzaría a los tiempos del gran apogeo del imperio romano. Y vería los acontecimientos en los alrededores, durante el tiempo de varios emperadores y líderes. Pero no me detendría allí.

"Incluso ascendería a los días del Renacimiento y echaría una rápida mirada a todo lo que ese Renacimiento aportó a la vida estética y cultural del hombre. Pero no me detendría allí.

"Aun iría por los rumbos en que vivió el hombre cuyo nombre me pusieron. Y observaría a Martín Lutero mientras pegaba sus noventa y cinco tesis en la puerta de la iglesia de Wittenberg. Pero no me detendría allí…

"Por extraño que sea, me volvería al Todopoderoso y le diría: 'Si me permites vivir solo unos pocos años en la segunda mitad del siglo 20, seré feliz".

Cerca del fin de su discurso, King también reflexionó sobre su cercano asesinato como un resultado de una puñalada en la ciudad de Nueva York en 1958:

"El New York Times de la mañana siguiente publicó que si yo simplemente hubiera estornudado, hubiera muerto. Bien, unos cuatro días después de la operación, después de que abrieran mi pecho y extrajeran la cuchilla, me permitieron moverme alrededor en silla de ruedas en el hospital. Me permitieron leer algo del correo que llegó de todos los estados y del mundo, las generosas cartas que habían llegado. Leí unas cuantas, pero nunca olvidaré una de ellas. Había recibido una del Presidente y del Vicepresidente. He olvidado qué decían esos telegramas. Había recibido una visita y una carta del gobernador de Nueva York, pero he olvidado qué decía esa carta. Pero hubo otra carta que llegó de una chica, una jovencita que estudiaba en la escuela secundaria de White Plains. Y vi esa carta y nunca la olvidaré. Simplemente decía:

Querido Dr. King,

Soy una estudiante de noveno grado de la escuela secundaria de White Plains.

Aunque no debería importar, quisiera mencionar que soy una chica blanca. Leí en el periódico sobre su desventura y su sufrimiento. Y leí que si hubiera estornudado, hubiera muerto. Y simplemente le estoy escribiendo para decirle que estoy muy feliz de que no estornudara.

Y esta noche quiero decirles, quiero decirles esta noche que yo también estoy feliz porque no estornudé".

Después de hacer un recuento de todas las cosas que había iniciado y dirigido, de las que había sido parte y logrado –Birmingham, la Marcha a Washington, la Ley de los Derechos Civiles, el Premio Nobel de la Paz, Selma, la Ley del Derecho al Voto, la oposición a la guerra en Vietnam– "porque yo no estornudé", insistió King, "eso no importa ahora, porque yo he estado en la cima de la montaña”, haciendo referencia al profeta Moisés, quien no entró a la Tierra Prometida después de guiar a los hebreos a través del desierto durante cuarenta años, pero ascendió a la cima del monte Nebo y Dios le permitió verlo. King habló de cómo él había visto el futuro, estaba ubicado en el futuro y era inmortal en ese sentido. King no habló de una premonición de la muerte; él habló de su aceptación del costo del apostolado.

"Bien, no sé qué pasará ahora. Hemos tenido algunos días difíciles por adelantado. Pero ahora eso realmente no me importa, porque he estado en la cima de la montaña.

"Y no me preocupa.

"Como cualquiera, me gustaría vivir una larga vida. La longevidad tiene su lugar. Pero ahora eso no me preocupa. Solo quiero cumplir la voluntad de Dios. Y Él me ha permitido subir a la montaña. Y he echado una ojeada. Y he visto la Tierra Prometida. Puede ser que no llegue allí con ustedes. Pero quiero que esta noche sepan que nosotros, como pueblo, llegaremos a la Tierra Prometida".