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Bill Gates y el mundo que vendrá

Schiller Institute
Jacques Cheminade

por Jacques Cheminade, presidente de Solidarité & Progrès

29 de julio de 2020 – Jacques Cheminade, presidente del partido francés Solidarité & Progrès (Solidaridad y Progreso), escribió este análisis sobre “Bill Gates e le monde qui vient” el 28 de mayo en su portal electrónico http://jacquescheminade.fr/. Por su importancia lo reproducimos íntegro aquí.

París, 28 de mayo de 2020 — Me han llegado muchas opiniones acerca de las preguntas que se hacen en las redes sociales sobre las actividades de Bill Gates y sobre las reacciones a un artículo que se publicó en el sitio electrónico de Solidarité & Progrès. Creo que es necesario hacer algunas aclaraciones a este respecto en este período tan confuso de ideas y sentimientos.

  1. La pandemia COVID-19 es un hecho. Fue necesario implementar cuarentenas en países como el nuestro (Francia), que no estaban preparados para hacer frente a este desafío (falta de máscaras tapabocas, camas para Unidades de Cuidado Intensivo, respiradores, etc.). El escándalo verdadero es la negligencia, de consecuencias criminales, de un sistema cuya prioridad es la ganancia financiera a corto plazo y no el respeto a los seres humanos. El peligro es que la cuarentena se utilice como herramienta para imponer medidas contra la libertad, y que transformen nuestro limitado estado de derecho en una “dictadura blanda” (o una “dictablanda”) que se haga progresivamente cada vez más dura. Pero esto es una cuestión fundamental del debate político en general, que no puede reducirse a este o a aquel punto en particular, sacados fuera de contexto.

  2. Solo es posible un cambio del sistema si los países de mayor peso en el mundo intervienen en favor del interés de sus pueblos, para poner fin al sistema de la City de Londres y de Wall Street. En particular, si continúa la confrontación geopolítica entre Estados Unidos y China, sería desastroso para todos nosotros porque llevaría al caos y a la guerra. Nosotros apoyamos y promovemos una alternativa que está en contra de toda forma de maltusianismo y de la geopolítica, sustentada en el principio de la paz por medio del desarrollo mutuo, basado en el aumento de la densidad relativa potencial de población y en la utilización de una alta densidad de flujo energético y tecnologías. Esto reclama, de todo el mundo, el equipamiento del “hombre y de la naturaleza”: mejorar la mano de obra calificada, la educación, el sistema de salud pública, la vida cultural y los descubrimientos.

  3. Sobre esta base debemos determinar nuestros compromisos, que hemos enumerado en Solidaridad y Progreso recientemente en nuestro “Mapa de ruta” para Francia.

  4. El papel personal de Bill Gates se tiene que considerar en este contexto, y sustentarse en hechos confirmados.

  5. Él es un representante de la política de la globalización financiera, asociado a los círculos del mutante imperio británico, con cara angloamericana, al cual nosotros desafiamos y contra el cual luchamos. Dijimos esto mucho antes que otros, que ahora lo están descubriendo. El cabildo farmacéutico se adaptó a estas políticas oligarcas, y el fideicomiso financiero que “alimenta” a la Fundación de Bill y Melinda Gates es una expresión de esta adaptación.

  6. Sin embargo, aislar a Bill Gates del resto del sistema en el que opera y de su naturaleza, al multiplicar las noticias falsas y los increíbles inventos sobre él, solo favorece a la causa de este sistema y los lleva a caer en su trampa. Seamos claros: Bill Gates no dice que él quiere despoblar el planeta, pero, como las Naciones Unidas, él considera que un mejor sistema de salud en los países en desarrollo puede reducir el ritmo de la tasa de nacimientos desbocada en estas zonas, cosa de lo cual él está muy preocupado. Así que no hay duda alguna, él es un maltusiano, y esto está comprobado. Exagerar o tergiversar esto, lo que hace es desacreditar y perjudicar las críticas que nosotros hacemos.

  7. El hecho de que Bill Gates contribuye a la globalización del sistema de salud y al financiamiento del esfuerzo por conseguir una vacuna, no debería ser motivo para pelear en contra del principio mismo de las vacunas. Puesto que este principio se sustenta en el mismo compromiso que nos lleva a utilizar una máscara tapabocas: la preocupación por proteger a los demás. La vacunación, como la desarrolló Louis Pasteur, ha salvado millones de vidas humanas, y su principio es científico. Por supuesto, puede utilizarse con otras intenciones, pero confundir las vacunas con el posible propósito que otros quieran darle, es algo similar a confundir a la energía nuclear, que es la forma más densa de energía, que puede proporcionar los medios de desarrollo económico en naciones que carecen de este, con la utilización que los nucleócratas cortos de mente o el complejo militar industrial puedan hacer de esta. Este dilema entre el descubrimiento científico, la tecnología que permite su uso, y la intención que lleva a quienes la utilizan es idéntica para cada una de las invenciones humanas, desde el hacha de piedra hasta la fecha. Eso define la necesidad del poder político.

  8. El hecho de que Bill Gates, como muchos otros, haya “pronosticado” una pandemia, no es razón suficiente para inferir que él la haya causado. Todos los elementos han estado presentes desde el 15 de agosto de 1971 para asegurar que, en vista de que se le dio prioridad a las finanzas, a la desregulación, y a las prioridades de corto plazo, no se planificó nada para evitar su propagación. Nuestros servicios de salud y oficiales de las fuerzas armadas advirtieron de esta posibilidad histórica mucho tiempo antes de que lo hiciera Bill Gates. De nuevo, el escándalo es que lo sabíamos y en los países ricos de occidente nos preparamos muy poco o no nos preparamos de manera alguna para poder hacerle frente. El hecho de que hay naciones que han respondido mejor que las nuestras, se debe a una mejor preparación de los funcionarios que están más dispuestos a asumir la responsabilidad ante sus pueblos.

  9. Si la situación sigue como hasta ahora, en que las fuerzas financieras devastan al planeta, por un lado, y por el otro lado los ecologistas canallas reducen a los seres humanos a un factor de contaminación o saqueo, con el común denominador del pesimismo maltusiano en ambos bandos, la política de Wall Street y de la City de Londres va a prevalecer. El imperio británico, que no es una “fuerza oscura” y que no se puede reducir al hambre de poder de una o algunas personas, siempre tiene “dos opciones disponibles” en contra de sus enemigos. El propósito es desorientar a sus enemigos potenciales y hacer que se peleen entre ellos alimentando sus prejuicios, sus miedos y su pesimismo irracional. Q-Anon, Judy Mikovits y Steve Bannon son un lado de ese doble juego, como lo fueron "los hombres de Londres" durante la Revolución Francesa (que financiaron el Terror Jacobino para impedir que se repitiera en Europa la Revolución Americana).

  10. Entonces no es cuestión de obsesionarse en un solo hombre (en este caso en Bill Gates), sino de señalar a un enemigo al demostrar de manera muy concreta y a los ojos de todo el mundo, lo que hace y lo que no hace. El imperio británico, sea en su forma original o en su versión del siglo 21, siempre se ha considerado como “un imperio en el cual el sol no se pone”, a lo que [el escritor francés, Louis Émile Clément Georges] Bernanos habría llamado “el sol de satanás”. Lo esencial es enfrentarlo con un proyecto positivo, que no se puede basar en un tema único, o en el deseo de cortar algunas cabezas, sino en un proyecto que evidentemente debe devolver la esperanza en cada país y en la humanidad. Y que haga florecer lo mejor de las habilidades creativas de cada persona, en vez de un resentimiento estéril. Esto es lo que trata de hacer Solidaridad y Progreso.

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