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(Este artículo se publicó originalmente en la edición del 3 de febrero de 2023 de Executive Intellligence Review).

Militares de Estados Unidos se despliegan para forzar a Iberoamérica a meterse a las guerras globales de la OTAN

Por Gretchen Small

La teniente general Laura J. Richardson, comandante del Comando Sur de Estados Unidos, declaró ante el Consejo Atlántico que la participación de las naciones iberoamericanas en la Iniciativa de la Franja y la Ruta, y su aceptación de las inversiones chinas para sus proyectos, plantean la principal amenaza de seguridad nacional de Estados Unidos.

27 de enero A principios de 2023, las fuerzas armadas de Estados Unidos abrieron una nueva fase en su campaña para reclutar a las naciones de Iberoamérica y el Caribe en la misión imposible de la OTAN Global de aplastar militarmente a las naciones de Rusia y China. El cambio fue señalado por el profesor del Instituto de Estudios Estratégicos de la Escuela de Guerra del Ejército de EU y experto de planta en relaciones iberoamericanas-chinas, Robert Evan Ellis, en un explosivo artículo del 13 de enero titulado “El papel estratégico de América Latina en un conflicto global sobre Taiwán”.

Ya era de conocimiento público que la principal preocupación actual de la política militar estadounidense en esta región es negar a sus vecinos del sur el derecho a desarrollar sus recursos naturales, de infraestructura y científicos como parte de la Iniciativa de la Franja y la Ruta de China o con la ayuda de Rusia, porque esos recursos han de ser para uso exclusivo de Estados Unidos en su guerra de dos frentes contra Rusia y China. La general Laura J. Richardson, jefa del Comando Sur de EU, que es responsable de las operaciones militares de Estados Unidos en esta región, habló con un entusiasmo excepcionalmente descarado de esa política de acaparamiento de recursos en julio pasado, en el Foro del Instituto Aspen.

Lo que es nuevo en el artículo de Ellis es su premisa: que debido a que es probable que Estados Unidos entre en guerra con China a más tardar en 2027, y debido a que esa guerra será global, es por lo tanto “imperativo” para los mandatarios de Iberoamérica y del Caribe “anticipar” y aclarar cuál es su posición en ese conflicto que se avecina. Los planificadores militares estadounidenses también deben "anticipar" y tratar todos los proyectos, empresas, contactos diplomáticos e incluso contactos personales, existentes o planificados, en la región, como puestos de avanzada enemigos que se preparan para esa guerra prevista.

Seis días después de la publicación del artículo de Ellis, la general Richardson dejó en claro que el artículo de Ellis no es una política descabellada inventada por un tonto solitario. En una presentación que dio, muy apropiadamente, al principal grupo de expertos en política de guerra de la OTAN en Washington, el Consejo Atlántico, Richardson expuso los elementos de la estrategia para subyugar a las fuerzas armadas de Iberoamérica y el Caribe ante la OTAN Global, y presentó nada menos que a la “gran relación” de las fuerzas armadas estadounidenses con las de Ucrania como un modelo para esa transformación.

El contexto

Esta no será una tarea fácil. Si bien ningún dirigente sensato en Iberoamérica quiere un choque frontal con Estados Unidos, los gobiernos, los analistas militares, la sociedad civil y las empresas de la región ven mejor que nadie que Asia es el nuevo centro del crecimiento económico mundial y que otro país en desarrollo, China, está trabajando espectacularmente para acabar con la pobreza y, al mismo tiempo, convertirse en una potencia industrial, científica y tecnológica. Existe un gran interés en participar en la expansión del BRICS [Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica] al BRICS-Plus; Argentina ya solicitó unirse a esa agrupación, y Bolivia ha anunciado que también desea unirse. Los esfuerzos para armar un sistema financiero alternativo en torno a BRICS-Plus que fomente el desarrollo económico-físico y penalice la especulación, son el centro de las discusiones sobre la formulación de políticas en países grandes y pequeños de Iberoamérica y el Caribe.

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U.S. Army War College
El Dr. R. Evan Ellis, profesor de investigación de estudios latinoamericanos en el Instituto de Estudios Estratégicos de la Escuela de Guerra del Ejército de Estados Unidos, afirma que, dado que es probable que Estados Unidos entre en guerra con China a más tardar en 2027, es “imperativo” que los mandatarios iberoamericanos escojan bando ahora para el conflicto que se avecina.

También está en el centro de esos esfuerzos la Iniciativa de la Franja y la Ruta, que se considera como una forma de lograr la integración económica-física de la región a través de los grandes proyectos de infraestructura --planeados desde hace mucho tiempo— que se requieren para generar la productividad necesaria para acabar con la pobreza y desarrollarse. China ha ofrecido asistencia concreta para construir ferrocarriles transcontinentales en América del Sur y conectarla, a través de Centroamérica, con México y más al norte con Estados Unidos. El puerto de aguas profundas y el centro logístico regional que COSCO Shipping Co. está construyendo en Chancay, Perú, si se le permite proceder, transformaría las economías a lo largo de la costa del Pacífico de América del Sur y potencialmente redefiniría las rutas de carga del Pacífico en general.

Sin embargo, los mandos militares de Estados Unidos han declarado ahora que todo eso constituye apoyo para un enemigo de Estados Unidos en tiempos de guerra. ¿No es esta política, de hecho, una guerra de facto contra las naciones de la región, tanto como contra China y Rusia? ¿No está esto relacionado con el papel de las fuerzas armadas de EU (y su socio “especial” del Reino Unido) en desencadenar una guerra híbrida dentro y entre las naciones de la región, desde Brasil hasta Bolivia, Argentina, México y Perú?

Lo que queremos es guerra

Ellis se las arregló para que se publicara su artículo en Seguridad y Poder Terrestre, la revista del Centro de Estudios Estratégicos (CEEEP) del Ejército Peruano, con el cual ha trabajado en los últimos años para transformarlo en un puesto de avanzada virtual para la Escuela de Guerra del Ejército de EU.

Ellis no pretende presentar evaluaciones serias, sino que simplemente integra afirmaciones que justifiquen sus conclusiones. Todo en el artículo es hipotético, excepto la intención del autor.

Su planteamiento de partida es que “una guerra de proporciones globales con Estados Unidos, desatada por una invasión a Taiwán por parte del Ejército Popular de Liberación (EPL) u otro asunto [¡cualquiera servirá!—ed.], ya no es impensable”. Proyecta que esa guerra podría ocurrir para 2027, el final del tercer mandato del Presidente Xi Jinping, porque eso es lo que quiere Xi.

Su siguiente afirmación dice:

En el contexto de una guerra con la República Popular China, la operación y utilización de infraestructura de "doble uso" por parte de China en América Latina, en combinación con sus interacciones militares normales en la región, aumentan la posibilidad de que la región se convierta en un campo de batalla en tal conflicto, incluso si [la región] simplemente desea beneficiarse del dinero de China sin involucrarse en la 'Competencia de las grandes potencias'.

Quienes en la región insisten en ver las inversiones y proyectos chinos como empresas comerciales, advierte, no toman en cuenta

las implicaciones estratégicas de la creciente posición china en el contexto de una posible guerra de alcance global. Este trabajo examina cómo la participación militar, espacial y de infraestructura basada en la RPC en América Latina podría involucrar indirectamente a América Latina en un conflicto militar potencialmente ocasionado en los próximos años por una posible invasión a Taiwán por parte de la RPC o eventos similares. [Énfasis añadido—ed.]

Sobre estos fundamentos endebles, Ellis concluye que los planificadores militares del Comando Indo-Pacífico de Estados Unidos deben "anticipar", es decir, trazar un mapa y prepararse para contrarrestar, las posiciones chinas desde las cuales el EPL "podría afectar la capacidad de Estados Unidos para desplegar y mantener fuerzas en el Indo-Pacífico en el contexto de tal conflicto”. Ellis sostiene que esto debe comenzar no solo para el hemisferio occidental, sino también “en otras partes del mundo”. (¡Cuidado África!)

Hora de elegir: “Estás con nosotros o contra nosotros”

El mensaje es claro: los planificadores de guerra de Estados Unidos consideran que cualquier proyecto comercial o de infraestructura que involucre a China es de “doble uso” y, por lo tanto, debe cerrarse. Ellis pinta los muchos proyectos de infraestructura que China está construyendo en la región --y las empresas chinas que los construyen o los operan-- como posibles "conductos" en tiempos de guerra para espionaje, para operaciones especiales, como ataques contra el personal militar de Estados Unidos, y para posibles ataques contra el territorio nacional de Estados Unidos. Ellis señala al puerto de aguas profundas de Chancay, Perú, como un ejemplo principal del tipo de instalaciones que podrían convertirse en una "base de operaciones intermedia de la RPC" para dichos ataques.

El escrito de Ellis tiene una obsesión al estilo del Dr. Strangelove. Por la forma en que escribe, uno pensaría que el Ejército Popular de Liberación de China ya está posicionando sus fuerzas en proyectos y empresas chinas, preparándose para cerrar las cadenas de suministro de Estados Unidos. Igualmente peligrosas son todas esas actividades diplomáticas chinas y los intercambios personales, que brindan "ventanas" a través de las cuales China puede recopilar inteligencia en tiempos de guerra y obtener tal influencia que China podría convencer a los gobiernos de permanecer neutrales o incluso apoyar a China en el próximo conflicto global entre Estados Unidos y China.

Ellis llega al punto de advertir que, si uno o más países de la región rompen relaciones con Taiwán y reconocen a la República Popular China, eso podría precipitar una acción militar china para “retomar” Taiwán. (Cinco de las 13 naciones que todavía tienen relaciones diplomáticas con Taiwán se encuentran en esta región). Ellis está más preocupado de que llegue al poder en Haití un nuevo gobierno (porque gobierna alguien que no fue electo, Ariel Henry, y está contaminado por el narcotráfico) que por el genocidio que ocurre en el país bajo este presidente. ¿Por qué? Porque en entrevistas extraoficiales con expertos en Haití en octubre de 2022, descubrió que “la mayoría de los actores interesados en reemplazar al primer ministro no electo de Haití, Ariel Henry, todos quieren reconocer a la República Popular China”.

La conclusión de todo esto es que ya no se tolerará la neutralidad. Ellis ordena:

Para los mandatarios, planificadores militares y analistas latinoamericanos, es imperativo anticipar cómo la región, considerada durante mucho tiempo una zona de relativa paz, podría convertirse en objeto de lucha como resultado indirecto de la agresión de la República Popular China contra Taiwán, incluso si fuesen ciertas las afirmaciones de la RPC de que no tiene designios militares en el hemisferio. [Énfasis añadido].

Tememos que puedas desarrollarte”

La general Laura Richardson, jefa del Comando Sur de Estados Unidos (SOUTHCOM, por sus siglas en inglés), transmitió este mismo mensaje a un público más amplio, en su aparición el 19 de enero en la Serie de Comandantes del Atlantic Council, transmitida por Internet.

Richardson dijo que la participación de los países de la región en la Iniciativa de la Franja y la Ruta, y su aceptación de los proyectos de inversión chinos, es la principal amenaza a la seguridad nacional para el territorio estadounidense. Cuando se le preguntó, qué amenaza a la seguridad la mantiene despierta por la noche, respondió: la inversión china en infraestructura crítica e instalaciones espaciales en la región.

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CC/Casa Rosada, Argentina
Antena de la Estación Espacio Lejano, provincia de Neuquén, Argentina. La opera la Administración Nacional del Espacio de China, como parte de su Red de Espacio Profundo, para la gestión de misiones interplanetarias, en colaboración con la Comisión Nacional de Actividades Espaciales de Argentina. Estados Unidos, Rusia, Europa, Japón e India también disponen de redes de espacio profundo.

El Comando Sur de Estados Unidos, Richardson, Ellis, y demás, todos están cantando la misma melodía sobre la política regional. En su intervención en el Foro del Instituto Aspen el 20 de julio pasado, Richardson advirtió que China está construyendo “infraestructura crítica en la región: puertos de aguas profundas, telecomunicaciones, espacio, inteligencia de señales (SIGINT), estos proyectos de infraestructura, a menudo bajo el disfraz de la economía y la investigación”. Expresó su horror porque no solo 21 países de la región participan en la Iniciativa de la Franja y la Ruta, sino que 25 países tienen proyectos chinos “dentro de su país: una estación de metro, un ferrocarril, una carretera, telecomunicaciones, una represa, proyectos bajo la apariencia de economía”.

La asistencia de China para ayudar a los vecinos de Estados Unidos a participar en la exploración espacial es objeto de un ataque particularmente visceral, tanto de Richardson como de Ellis, quienes exponen públicamente lo que se les ha dicho a los gobiernos en privado: estos proyectos deben cerrarse. En su artículo sobre “Conflicto estratégico”, Ellis se centró en todo, desde el grupo de trabajo espacial China-CELAC en 2021 hasta los cinco satélites meteorológicos y de monitoreo de la Tierra que China y Brasil han construido y lanzado desde que se estableció el programa CEBRS en 1999. Los satélites boliviano y venezolano desarrollados y desplegados en conjunto con China, el radar de espacio profundo de Argentina en Neuquén, la participación de Perú en la Organización de Cooperación Espacial Asia-Pacífico e incluso toda la cooperación china en los observatorios astronómicos de la región están todos etiquetados como operaciones enemigas sospechosas.

¡Esto es una locura criminal! Actualmente, más de 170 millones de personas viven en la más absoluta pobreza en esta región, y las cifras aumentan rápidamente. La infraestructura y el espacio son precisamente el tipo de proyectos de desarrollo que Wall Street y los cárteles de las materias primas se han negado a permitir que construyan esos países, pero que se requieren para generar la productividad necesaria para erradicar la pobreza de una vez por todas en la región, como lo ha hecho China.

Sus recursos son nuestras riquezas”

Richardson admitió en Aspen que los gobiernos de la región quieren este tipo de proyectos “para mostrar algún progreso para sus países”, pero alegó que solo terminan con “deudas en espiral” con China. Luego, con cara seria y sin mencionar a Wall Street o al FMI, salió con el cuento de que: “Nosotros no ponemos ataduras a lo que hacemos”. Simplemente “ayudamos a estos países a comprender dónde están, lo qué tienen que hacer”.

Aún más rica fue su ataque en el foro de Aspen a la inversión china en proyectos de desarrollo en la región —proyectos que Estados Unidos se niega a ofrecer a sus vecinos— a las que calificó de “extracciones” (y no se mordió la lengua). Sin embargo, ella había comenzado esa misma charla exclamando que esta región es importante para los intereses de seguridad nacional de Estados Unidos, porque…

Nuestros competidores saben, nuestros adversarios saben que esta región es tan rica en recursos… Es rica fuera de lo común... El sesenta por ciento del litio del mundo está en la región. Tienes crudo pesado. Tienes crudo dulce ligero. Hay elementos de tierras raras. Tienes el Amazonas, que se le llama los pulmones del mundo. Tienes el 31% del agua dulce del mundo aquí en esta región, y hay adversarios que se aprovechan de esta región todos los días en nuestro vecindario.

El gobierno de Estados Unidos ha estado advirtiendo a todos los países del mundo que no deben tratar con empresas chinas, porque detrás de cada una, está el gobierno de la República Popular China, pero Richardson se jactó de que fue el Comando Sur de Estados Unidos el que organizó el año pasado una delegación de Business Executives for National Security” (Ejecutivos de Empresa por la Seguridad Nacional) de Estados Unidos para visitar Guyana, como parte de la política de “disuasión integrada” del Departamento de Defensa. La general explicó: “¿Por qué es tan importante Guyana? Bueno, acaban de descubrir crudo dulce ligero en las costas de su país…”.

¿Un modelo Ucrania para Iberoamérica?

En su charla del Atlantic Council este mes, Richardson habló como si las fuerzas armadas de Estados Unidos fuera actualmente la agencia principal para las operaciones del gobierno de Estados Unidos en Iberoamérica y el Caribe. Si bien Estados Unidos aún no tiene embajadores confirmados para 12 de los 31 países de la región, el Comando Sur está ocupado convocando reuniones interinstitucionales, firmando memorandos de entendimiento con instituciones académicas y ONG de Estados Unidos, y organizando y desplegando visitas de las principales corporaciones militares-industriales para tener “pláticas francas” con los mandatarios de estos países para “aconsejarles” sobre lo que les debe preocupar.

Notablemente, sus repetidos comentarios sobre cómo está armando el Comando Sur una asociación regional de "Equipo Democracia" contra los "actores estatales malignos", China y Rusia, tienen todas las características de las etapas iniciales de una versión para el Hemisferio Occidental de esas alianzas regionales recientes de la OTAN como la de la Unión Europea-OTAN, la de Japón-OTAN, y el AUKUS (siglas en inglés de Australia, Reino Unido, Estados Unidos).

Ya entrando en los terrenos de la venalidad, Richardson habló efusivamente de cómo el conflicto de Ucrania y las sanciones a Rusia han brindado la oportunidad de que “Estados Unidos se cuele” con sus ventas de armas. La general le aseguró a su público del Atlantic Council que Estados Unidos les está diciendo "agresivamente" a los nueve países de la región que utilizan equipo militar ruso y que ya no pueden obtener piezas de repuestos o servicio ruso de mantenimiento para los equipos debido a las sanciones, que donen ese equipo a Ucrania o los cambien por equipos de Estados Unidos. (Esa maniobra ún no ha producido resultados. Incluso el Presidente de Colombia, Gustavo Petro, que antes había invitado a la OTAN a intervenir con helicópteros para ayudar a vigilar el Amazonas, reconoció que Richardson y otros funcionarios estadounidenses hicieron tales propuestas, y que los helicópteros de fabricación rusa de Colombia pueden deteriorarse hasta convertirse en chatarra por falta de mantenimiento y repuestos, pero Colombia no enviará armas para alimentar el conflicto entre Ucrania y Rusia).

De manera amenazante, Richardson sugirió que Estados Unidos debería utilizar el modelo de Ucrania como cuña, para la formación de este "Equipo Democracia", y destacó el papel de Estados Unidos en la reconstrucción de las fuerzas armadas ucranianas desde 2014 como un posible modelo de lo que el Pentágono pretende para sus "vecinos" del Sur en este hemisferio.

La charla de Richardson giró en torno a las "palancas" con las que cuenta el SOUTHCOM para influir en la región. “En cuanto a la búsqueda de palancas”, dijo en un momento dado, “el programa de asociación estatal de la Guardia Nacional es enorme. Tenemos el programa más grande de asociación estatal de la Guardia Nacional. Ha surgido un par de veces con Ucrania. Ucrania tiene el programa de asociación estatal con California. ¿Cómo empezamos inicialmente nuestra gran coordinación con Ucrania? Se aprovechó del programa de asociación estatal de la Guardia Nacional que tenía California. Pero yo tengo el mayor de todos los co-coms [comandos militares regionales de Estados Unidos]. Tengo 24 programas de asociación estatal [para] utilizarlos al enésimo grado”.

¿Permitirá realmente Iberoamérica convertirse en la nueva Ucrania en la guerra de dos frentes de la OTAN Global contra Rusia y China?

 
Para mayor información escriba a preguntas@larouchepub.com

 

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