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Resumen electrónico de EIR, Vol. XXIII, núm. 1

 

¡Estamos haciendo milagros!

Al caracterizar la situación política actual durante su intervención por internet el 16 de noviembre pasado (la cual sigue disponible en www.larouchepub.com/spanish), Lyndon LaRouche describió los acontecimientos del último año y pico como prácticamente un milagro. Desde la reelección de George W. Bush en Estados Unidos, cuando el Partido Demócrata estaba en la lona, a la fecha, hemos tenido casi una resurrección de ese partido como fuerza de combate, al menos en lo que respecta a su dirigencia en el Senado. Por otra parte, la “autoridad” de Bush se ha desinflado de modo increíble, no sólo en las encuestas de opinión, sino también en cuanto a poder político real.

Nosotros los del movimiento de LaRouche conocemos de primera mano el proceso que generó esta transformación. Estuvimos ahí, presionando, golpeando, guiando a cada paso del camino. Podemos decir, sin temor a equivocarnos, que la intervención del Movimiento de Juventudes Larouchistas y del propio LaRouche fue indispensable para que el Partido Demócrata olvidara su hostilidad contra Franklin Roosevelt y se convirtiera, de hecho, en un partido rooseveltiano, y en crear ahora el potencial para salvar al mundo de la pandilla fascista de Cheney.

No obstante, es claro que éste no es el momento de dormirnos en nuestros laureles. A estas alturas, parece evidente que la dirigencia del Partido Demócrata en el Congreso, si no es que todo el partido, reconoce que no puede esperarse hasta “la próxima elección” para darle un giro decisivo a la política del país. Pero aún tenemos un enorme problema, en dos sentidos: uno, lograr que los congresistas luchen por los programas económicos rooseveltianos que tienen que instaurar para sacar a EU y al mundo de la tumba, al tiempo que le dan la puntilla a la carrera política de Cheney; y dos, transmitirle el impulso que está generándose en el Congreso a la población y a las demás naciones, que tienen que ponerse en acción si es que hemos de salir victoriosos.

Demorar la ejecución de cualquiera de estas empresas representa un peligro tremendo.

Las bestias de la camarilla de Cheney, ahora heridas, no se quedarán cruzadas de brazos. Ya andan afanadas tratando de manipular el ambiente político, ya sea con alguna nueva atrocidad terrorista o esgrimiendo un tema social “candente”. Es absolutamente indispensable que los demócratas y republicanos cuerdos no muerdan el anzuelo y se concentren en lo fundamental: botar a Cheney, y luego emprender la recuperación económica necesaria para poner de nuevo en pie a nuestra economía moribunda. Los demócratas del Senado le dieron al clavo cuando denunciaron el nombramiento de Samuel Alito a la Corte Suprema de EU como un ardid para “cambiar de tema”, justo después del encauzamiento del secuaz de Cheney, Lewis Libby; y los republicanos cuerdos coincidieron, al grado que las audiencias de confirmación se postergaron para enero. Es hora de dar los pasos decisivos correspondientes.

La segunda gran tarea a cumplir consiste en transmitirle a la población y al mundo en general el impulso actual que impera en el Congreso. Una cosa es que la gente se queje de la política bélica del Gobierno de Bush en Iraq, y dejar que Halliburton y los emporios transnacionales le roben a mansalva al mundo, y otra muy distinta que se comprometa de forma activa a derrotar estas políticas ipso facto.

Un gran obstáculo son los poderosos órganos de difusión, que impiden que el público conozca la verdad. Si Cheney recibe un golpe devastador, ¡los periódicos como el Washington Post ni siquiera lo mencionan! Prácticamente toda la prensa, excepto la ligada a LaRouche, ha ignorado la guerra que el senador Harry Reid le ha declarado Cheney.

La conclusión es clara: la única forma de echar a andar la movilización necesaria para salvar al mundo, es que la gente se integre al movimiento de LaRouche, lea sus publicaciones, visite sus sitios electrónicos, participe en sus actividades. Es el movimiento de LaRouche, animado por la Juventud Larouchista, el que está transformando al movimiento sindical, a la población, al Partido Demócrata de EU, ¡al mundo! LaRouche hablará este 11 de enero a la 1:00 p.m. (hora del este de EU), por www.larouchepub.com/spanish y www.larouchepac.com/spanish; su presentación contará con interpretación simultánea al español. ¡Únete!