Economía

Resumen electrónico de EIR, Vol.XXIV, núm. 2

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Economía

 

El dólar enfrenta un desplome inminente

Un margen estrecho de decisión

El economista estadounidense Lyndon H. LaRouche escribió un memorando el 15 de diciembre de 2006, en el que explica que tenemos “un margen estrecho de decisión” para evitar la caída del dólar y, por tanto, de la humanidad, en una nueva Era de Tinieblas planetaria. A continuación reproducimos extractos de ese memorando.

Hasta ahora el estado emocional que impera en el Congreso de Estados Unidos es uno de anhelante confianza chamberlainesca sombríamente histérica, la obsesión ilusa con la esperanza de que en realidad no ocurrirá ningún gran desplome financiero “en nuestro tiempo”.

Como los procesos económicos son reflejo de la selección humana voluntaria de vías de acción o de inacción, el momento exacto en que embista la amenaza de una crisis de desintegración general del actual sistema monetario–financiero mundial no ha de encontrarse en el sedimento estadístico de ninguna tasa de té cartesiana. Sin embargo, la característica de cualquier forma actual de sistema monetario–financiero mundial determina el destino de dicho sistema; pueda que las demoras que no alteran de manera radical las reglas axiomáticas del sistema vigente demoren un poco el inicio del crac, pero sólo tornándolo más mortal, menos susceptible de corregirse, que de haberse enfrentado antes los problemas sistémicos.

Sí hay cura para este desplome que arremete. El problema es que se le está agotando el tiempo a esa oportunidad. Tenemos que actuar pronto, como lo hubiera hecho el presidente Franklin Roosevelt, o se nos quitará de las manos nuestra capacidad de actuar, de emprender una recuperación.

El estado actual de la crisis de los valores hipotecarios en EU ilustra la cuestión.

En EUA, por ejemplo, el manantial de especulación con valores hipotecarios del ex presidente de la Reserva Federal Alan Greenspan, un truco que usó en su intento por ocultar el fracaso del desempeño neto real de las políticas de su Reserva Federal luego de 1987, devino en una droga en el mercado. La droga, como la cocaína colombiana o el opio afgano, volvió rica a alguna gente, al destruir la productividad económica de la población de consumidores de esa mercancía, empujando así cada vez más a la economía entera hacia la ruina en el largo plazo. La proporción del total de la burbuja especulativa de Greenspan que dependía de la especulación en bienes raíces que se fomentó mediante conductos tales como el “Y2K” y la agencia hipotecaria semiprivada Fannie Mae, crearon la situación actual, en la que la embestida del desplome del sistema de valores fundado en las hipotecas ha devenido en una amenaza importante de derrumbe de todo el sistema mundial actual.

El Movimiento de Juventudes Larouchistas organiza en las calles de Washington, D.C. La manta reza: “LaRouche dice: ‘¡Sólo es dinero!’ Recreemos la economía”. (Foto: Dan Sturman/EIRNS).

Ese caso de especulación en bienes raíces fundada en las hipotecas no es más que un ejemplo típico importante de las razones por las que un derrumbe general de todo el sistema monetario–financiero mundial va camino a un colapso físico–económico general, así como financiero, en el futuro inmediato. El resultado es el miembro demasiado típico del Congreso u otro, que dice: “¡Pero el mercado de Wall Street está a la alza!”, tal como decían muchos de los que habían caído en garras de la epidemia maniática de apuestas, al borde del desplome de 1929, en contra de las advertencias de mentes más avisadas.

Del pasado

Vean un pasaje ilustrativo de mi pasado. En 1957 pasé la mejor parte de una semana en La Habana, Cuba, en compañía de otro consultor ejecutivo que estaba de visita para asesorar al Banco de Fomento sobre cómo mejorar el capital físico de la industria manufacturera del calzado de Cuba. La destrucción del régimen de Batista estaba escrita en todas partes, hasta en La Habana misma. La corrupción moral era increíble. Mi interés era fomentar medidas que salvaran la industria del caso en Cuba, con el supuesto de que sería vecina de EU una vez que Batista se fuera. Mi problema era ayudar a que la industria consiguiera las mejoras de capital necesarias, sin dejar que la pandilla de Batista simplemente se robara cualquier capital financiero provisto para ese propósito.

Para palpar la situación, caminé por el centro de la ciudad, y dediqué parte de una noche a observar el comportamiento de las operaciones de apuestas en Clark. También visité el Copacabana, donde estudié a enjoyadas señoras maduras vestidas de “negro clásico”, a las que hombres en librea acomodaban frente a una máquina “robamonedas”; una dama de pronto se abalanzó, como un leopardo sobre su presa, contra la robamonedas. Tal era la energía que mostró la mujer. La rapidez con la que atacaba la máquina, una y otra vez, era pasmosa para una persona de la edad que aparentaba.

Cuando recuerdo esa experiencia ahí, pienso en muchos de los funcionarios por elección de nuestros partidos políticos en el sistema económico y político de EU que están metidos de cabeza en una orgía de sicosis apostadora, una manía de apuestas llamada “el mercado”, que impera donde alguna vez hubo granjas e industrias.

‘La perspectiva ante nosotros’

Con raras excepciones, casi todos los banqueros que sabían cómo organizar una forma exitosa de economía han desaparecido hoy, en razón de su edad. La generación de altos dirigentes políticos y económicos en EUA ahora, por ejemplo, se limita a aquellos que están dispuestos a reconocer dos hechos. Primero, que cada cambio de orientación en EUA desde más o menos 1967 fue una causa que contribuyó de manera decisiva a los desastres económicos actuales de EUA, el Hemisferio americano, y Europa Occidental y Central. Segundo, que al retomar la reconstrucción de la infraestructura para regresar del terrible fracaso del llamado “paraíso posindustrial” a una infraestructura agroindustrial impulsada por la tecnología de punta con un uso intenso de capital, y con la adición de un acento en un “programa de emergencia” de tecnologías nucleares y termonuleares de fusión, podemos proceder, al estilo de Franklin Roosevelt, a construir la economía saludable del mañana.

El obstáculo decisivo en el camino de tales cambios ahora con desesperación necesarios en la dirección de la toma de decisiones, son los hábitos inducidos de la clase asociada, en lo principal, con la variedad “sesentiochera” de la generación “de corbata”. Para ellos, su legado cultural “sesentiochero” y relacionado les brinda el conjunto de definiciones, axiomas y postulados de corte cartesiano en el que se funda su forma ideológica de pensar. Un estrato preocupado de esta generación de “sesentiocheros de corbata” está dispuesto a introducir reformas humanas, pero sigue renuente a derribar las “definiciones, axiomas y postulados” de lo que “sienten” que es obra de su generación.

Como este estrato funciona con ese conjunto generacional de “definiciones, axiomas y postulados”, no tiene ni el conocimiento ni el deseo de arribar a ninguna comprensión verdadera de la forma en que ha funcionado en realidad un proceso económico exitoso en el pasado. Sólo su percepción activa de una destrucción inminente abriría su mente a las alternativas reales disponibles para parar el derrumbe mundial en este momento.

No hay nada más urgente hoy que comunicar esta cuestión que acabo de señalar. Nuestra nación, y además el mundo, disponen de una lista muy, muy corta de alternativas para escapar de la embestida inminente de una nueva Era de Tinieblas planetaria de toda la humanidad. Las alternativas necesarias existen, pero no nos salvarán a menos que se reconozcan y, luego, se adopten más bien con prontitud.