Reportaje especial
Cómo constituir el
México nuevo
Preámbulo a la Constitución:
política de los Estados Unidos Mexicanos
El presente
preámbulo a la Constitución mexicana que redactó y dio a
conocer el Movimiento de Juventudes Larouchistas (LYM) el 18 de enero,
representa un flanco crítico en la batalla por decidir si el Gobierno de
México responderá a su pueblo o a los financieros. La batalla
estalló luego de que los financieros internacionales se rehusaron a
permitir un recuento del resultado fraudulento de la elección
presidencial de julio de 2006, y ahora está cobrando de nuevo
proporciones enormes con la crisis del precio disparado del alimento
básico de México por excelencia, la tortilla.
Este preámbulo encarna los conceptos que los millones de
mexicanos que luchan por el futuro de su nación necesitan para
trinufar.
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Portada del documento en el que el Movimiento de Juventudes Larouchistas
presenta su propuesta de un preámbulo a la Constitución
mexicana. |
Nosotros, el pueblo de México, representantes de esta
República y del género humano, declaramos ante el juicio de la
historia pasada, presente y futura que continuamos la lucha de nuestros
antepasados, que con su razón, su voluntad y su sangre nos dieron la paz
y restituyeron nuestra dignidad con el establecimiento de nuestra patria como
nación libre y soberana.
Declaramos que el fin último y más alto de la nación
libre y soberana de México es el desarrollo del potencial creativo de
todos y cada uno de sus ciudadanos, y que la perfección del Estado es
fruto inseparable de la realización de este potencial en los individuos
que lo conforman. El aumento de nuestra población y la mejora de sus
condiciones de vida serán la medida del éxito económico, y
prueba innegable de que nuestro pueblo avanza en el entendimiento del
propósito legítimo de la existencia de la humanidad, que es el
aporte creativo al perfeccionamiento del universo y la trascendencia del ser
humano. En estos principios hacemos descansar todo fundamento y legitimidad de
esta Ley, que lo será en la medida en que resulte de la Ley Natural que
el Creador hizo brotar en la inteligencia humana.
Por ello, los mexicanos llamamos por testigos a las generaciones pasadas,
presentes y futuras, de que en virtud de lo ya expresado, damos el nombre de Ley
sólo a aquello que en nada contravenga esos sagrados principios, y
extirpamos desde ahora y para siempre cualquier tiranía que se introduzca
ilegítimamente en el cuerpo de estas leyes. Asimismo, confirmamos que
sólo llamaremos legítimo al gobierno que emane de este
entendimiento, y que comparta y ame los principios que han dado forma a estas
sentencias; y que el gobierno así legitimado está por encima de
cualquier interés financiero o de cualquier tipo que vaya en contra de
los principios que hemos enunciado. Por ejemplo, modelos económicos
usureros representados por las bancas centrales independientes, quienes se
sirven del sistema parlamentario para denigrar la condición humana,
violan los principios constitucionales aquí consagrados, mientras que el
establecimiento de un Banco Nacional propiedad del Estado, que emita
crédito soberano para promover el Bienestar General, promueve esos
principios.
Que así sea cumplido por nosotros y por nuestra posteridad, en cuya
tranquilidad, dignidad y felicidad se encuentra el fundamento de nuestra lucha,
y a quienes corresponderá velar por la permanencia de estos sagrados
principios que constituyen nuestra grandeza. |