Internacional

Resumen electrónico de EIR, Vol.XXIV, núm. 2
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Los LaRouche en Italia

La crisis financiera podría regresarnos al fascismo

por Claudio Celani

Lyndon LaRouche y Helga Zepp–LaRouche visitaron Italia del 26 al 28 de febrero, para participar en una serie de reuniones políticas. El momento cumbre de su gira fue una conferencia que tuvo lugar el 28 de febrero en una sala del Senado italiano en Roma, titulada “La crisis sistémica internacional y una solución estilo Roosevelt”. Lyndon LaRouche debatió el tema en un diálogo con Alfonso Gianni, subsecretario de Estado encargado de Desarrollo Económico, y Catia Polidori, presidenta nacional de Giovani Imprenditori (Jóvenes Empresarios) o Confapi, una asociación de pequeñas y medianas empresas. El senador Luigi Ramponi, quien ayudó a organizar la reunión, participó en la primera parte, pero tuvo que retirarse para atender obligaciones electorales (habrá elecciones parlamentarias el 13 y 14 de abril), y al vicepresidente de la Cámara de Diputados, Giulio Tremonti, no le fue posible asistir por la misma razón.

El economista y simpatizante de LaRouche, Nino Galloni, advirtió del peligro de que, como ha sucedido en el pasado, sea la oligarquía financiera la que dicte el programa del gobierno de Gran Coalición que ahora se debate en Italia, el cual consistiría en las llamadas “reformas” que despedazarían los sistemas de bienestar social y de salud. Alfonso Gianni afirmó que, también gracias a LaRouche, hay un viraje que permite darle marcha atrás a las políticas librecambistas que enarbolan facciones de todos los partidos. A instancias de uno de los periodistas, LaRouche dijo que, en gran medida, todo depende de las elecciones en Estados Unidos.

LaRouche encontró oídos atentos durante su visita a Roma, a pesar de que a muchos políticos los agarró en el frenesí de las negociaciones de último minuto para definir a los candidatos, que con frecuencia es una gran distracción de la deliberación sobre la realidad. LaRouche advirtió: “Nos amenaza un regreso al fascismo a una escala mucho mayor que cualquier cosa que hayamos conocido en el pasado”.

Las ideas de LaRouche inspiran un gran respeto y apoyo entre diferentes círculos políticos. Algunos representantes del Gobierno que no pudieron asistir al seminario de EIR el 28 de febrero, le enviaron sus saludos con mensajes como: “Sus políticas van ganando”. Gianni reconoció que “LaRouche ha demostrado el fracaso de las directrices librecambistas”, y que “se necesita el poder del Estado para emprender una recuperación económica”. Polidori, por su parte, hizo hincapié en la enseñanza de LaRouche de que la economía física es lo primordial. Ambos dirigentes apoyaron su propuesta del “Nuevo Bretton Woods”, que insta a las potencias más importantes del mundo a acordar un sistema de valores monetarios estables.

En otro seminario que se celebró el 27 de febrero en el Instituto Italiano Quadri, que es una asociación de medianos empresarios, LaRouche habló del Imperio Británico y la energía nuclear. En todas sus reuniones, tanto públicas como privadas, causó estupor al insistir que el mundo enfrenta un derrumbe potencialmente más grande que el del sistema bancario de la Liga Lombarda en el siglo 14; una referencia histórica delicada para su público, pues ese crac tuvo su epicentro precisamente en el corazón de Italia, con la quiebra de la Casa de Bardi en la ciudad de Lucca. Sin embargo, podemos evitar este peligro, dijo LaRouche, si las naciones europeas reviven su cultura clásica, una cultura que nació hace 3.000 años con el encuentro de tres culturas mediterráneas, y que revivió durante el Renacimiento italiano que sacó a la civilización de la Era de Tinieblas.

Por su parte, la esposa de LaRouche y presidenta del partido alemán Movimiento de Derechos Civiles Solidaridad (BüSo), Helga Zepp–LaRouche, hizo estremecer de nuevo a los presentes al revelar la conspiración que existe para imponer una dictadura “constitucional” en Europa mediante el llamado tratado de Lisboa. La señora LaRouche pidió que se apoyara su iniciativa de convocar a un debate público sobre el Tratado en todas las naciones de la Unión Europea, y de someterlo a un referendo.

Luego del seminario, en respuesta a una pregunta sobre el efecto de su visita, LaRouche sólo dijo: “¡Se propagará como el fuego!”