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Resumen electrónico de EIR, Vol.XXV, núm. 2
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Iberoamérica

Calderón suelta la sopa sobre el plan fascista de Bloomberg

por Gretchen Small

El alcalde de Nueva York y aspirante presidencial estadounidense Michael Bloomberg promete puntualidad ferroviaria, no sólo en EU, sino hasta en México, desde y hacia los campos mano de obra esclava que Bloomberg y sus compinches financieros pretenden establecer como parte de su reorganización mundial fascista.

En boca de Bloomberg y de otros, todo es infraestructura. Sin embargo, el presidente mexicano Felipe Calderón acaba de aguarles la sorpresa. En una gira que realizó por cinco ciudades de Estados Unidos del 10 al 14 de febrero, Calderón planteó la idea de un bloque económico norteamericano unido capaz de competir con el resto del mundo, porque México ofrece su famélica fuerza laboral, y los financieros internacionales algo de capital y la administración de las carreteras, los puertos y. . . el petróleo de México.

“Mientras su economía es intensiva en capital, México es intensivo en mano de obra. . . Trabajemos juntos para tomar ventaja de las economías complementarias que tenemos para pavimentar el camino hacia la prosperidad”, dijo Calderón en la Asamblea de California el 13 de febrero.

El futuro económico de México está en el uso intensivo de mano de obra, afirmó, en un discurso que dio dos días antes en la Escuela de Gobierno Kennedy de la Universidad de Harvard. Pero hay que construir carreteras, puertos y aeropuertos, y una ferrovía o dos, para abaratar aun más el transporte de los bienes que su mano de obra barata produce. A su regreso a México resumió el mensaje: “No tenemos tiempo que perder, o fortalecemos nuestros procesos de integración de libre mercado y de fuerza laboral y de inversión en toda la parte de Norteamérica, o vamos a perder la carrera de la competitividad y la productividad”.

Lyndon LaRouche advirtió en 1991 que el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), entonces en su etapa embrionaria, terminaría por crear un “Auschwitz al sur de la frontera”, que destruiría a las tres economías norteamericanas en el proceso. Eso ya es prácticamente un hecho.

Incapaces de sobrevivir en su propio país, los mexicanos han cruzado a puños la frontera hacia EU en busca de trabajo. En algunos estados, 10% de la población masculina se ha ido para el norte; ¡la mitad de los zacatecanos están en EU!

Ahora que la economía estadounidense se desintegra junto con el sistema financiero mundial, a esos trabajadores los están mandando de regreso a casa. Calderón y sus amos dicen: ha llegado la hora de construir campos de concentración para la industria privada, nuevos Auschwitz.

Corporativistas del mundo, uníos

La consigna de este programa es “infraestructura”. Ve la conferencia de prensa en la que el gobernador Arnold Schwarzenegger de California; su “alma gemela” —como él lo llama— Bloomberg; la presidenta de la Fundación Rockefeller, Judith Rodin; y su pelele, el gobernador Ed Rendell de Pensilvania, instaron el 19 de enero a la formación de una coalición apartidista a favor de la infraestructura privada (www.rockfound.org). Ahí es donde Schwarzenegger le dijo a un representante del Movimiento de Juventudes Larouchistas (LYM) que si quería podía llamar a su programa “corporativismo estilo Mussolini”, pero que seguiría adelante.

Aunque Calderón no se reunió con Bloomberg durante su gira por EU, ya lo había hecho en abril pasado para echar a andar una operación a cargo de la eminencia gris de Bloomberg, Judith Rodin.

Pero Schwarzenegger sí lo recibió en la Legislatura de California. Luego del discurso que el Presidente mexicano dirigió a este organismo, los dos lacayos de Félix Rohatyn y George Shultz se dieron una escapada para tener un almuerzo privado, después del cual, Schwarzenegger se deshizo en elogios a “nuestra magnífica relación”. Calderón “está en la misma onda que California” en cuanto a “mejorar nuestra añosa infraestructura”, declaró.

Calderón empezó su gira, que se anunció como un diálogo con “la comunidad mexicana” en EUA, en Wall Street, con una cena privada que presidió David Rockefeller el 10 de febrero en el Consejo de las Américas. Le siguieron reuniones, también privadas, con la junta editorial del Wall Street Journal; con el presidente de la Reserva Federal de Nueva York, Timothy Geitner; con banqueros importantes y gente como Henry Kisssinger; y, en Chicago, con ejecutivos de Cargill, Kraft Foods y otras multinacionales. Hasta el rohatyano reverendo Jesse Jackson entró en [la polla.

En la Escuela Kennedy, declaró que la parte del financiamiento de este programa de infraestructura que le toca al Gobierno mexicano vendrá, primero, del dinero que se “ahorró” al privatizar el Seguro Social en 2007, y, segundo, de la privatización de la infraestructura pública restante.


Aunque Calderón no se reunió con Michael Bloomberg durante su gira por EU, Arnold “Gobernator” Schwarzenegger sí lo recibió en la Legislatura de California y se deshizo en elogios a “nuestra magnífica relación”, pues Calderón “está en la misma onda” que nosotros. Schwarzenegger (centro) y Bloomberg (der.) ofrecen una conferencia de prensa.

Reciclaje carretero, y de gente

Cuatro días antes de salir hacia EU, Calderón anunció a un público en el que que se encontraba el multimillonario mexicano ligado a Lazard, Carlos Slim, el establecimiento de un Fondo Nacional de Infraestructura (FONADIN) para canalizar el dinero del gobierno a programas de colaboración público–privada. La principal fuente de financiamiento del FONADIN vendrá de la venta de muchas carreteras más.

La estafa carretera de Calderón tiene su historia. ¡Es la segunda vez que la mayoría de estas autopistas se privatizará! Cuando el estallido de la deuda mexicana llevó a la quiebra a las empresas carreteras en 1995, el gobierno las intervino para rescatar a las constructoras y administradoras privadas, y a los tenedores de bonos nacionales e internacionales por igual. Una vez que el gobierno asume la deuda incobrable, las carreteras se venden de nuevo a intereses privados, los cuales volverán a exprimir el peaje.

Una semana antes, Slim, quien hizo la mayor parte de su fortuna de 60 mil millones de dólares con el TLCAN (ahora es el hombre más rico del mundo ciertos días, dependiendo de cómo ande su cartera de valores), propuso en el Congreso Nacional de Ingenieros Civiles que tuvo lugar del 27 al 30 de enero en la Ciudad de México, que debería establecerse una “asociación público–privada” que dirija la economía mexicana. Debe instituirse una “comisión nacional de infraestructura” autónoma. Con “autónomo” quiere decir que aquí sólo los chicharrones de los financieros truenan, no los del gobierno.

Oportunidades para los compinches de Bloomberg

Ahora veamos el proyecto conjunto de Calderón y Bloomberg, un plan de corte nazi de “combate a la pobreza”, que Rodin se adelantó a diseñar para la Ciudad de Nueva York como una variante del programa mexicano Oportunidades. Rodin y Bloomberg viajaron a México en abril de 2007 para reunirse con Calderón y estudiar su programa, y en septiembre inauguraron “Opportunity NYC” (Oportunidad, Ciudad de Nueva York).

El programa contra la pobreza Oportunidades (originalmente llamado Progresa), que ahora imitan docenas de países, se estableció con la idea librecambista radical de que la ayuda social en una economía regulada debe remplazarse por la entrega de pequeñas cantidades de dinero a las familias que cumplan ciertas condiciones. En el caso de México, se eliminaron los subsidios (es decir, la regulación) al precio de la tortilla, la leche, el transporte y la electricidad, que beneficiaban a toda la población y la economía. En cambio, las familias que calificaban recibían dádivas minúsculas, en tanto que la economía de la cual depende su existencia se desmantelaba.

Pero, con todo lo malo que es el programa mexicano, el de Bloomberg en la Ciudad de Nueva York es peor en dos sentidos bastante escalofriantes.

Los “beneficiados” también tienen que tener algún trabajo. Y el programa recibe, al menos en su etapa piloto, financiamiento totalmente privado (de la Fundación Rockefeller, el Instituto de la Sociedad Abierta de George Soros, los ladrones de la aseguradora American International Group o AIG, el propio Obras de Filantropía Bloomberg del generoso Alcalde, etc.).

Como ves, los nuevos Auschwitz —campos de trabajo esclavo del Gobierno nazi— no sólo son para México.