Internacional

Resumen electrónico de EIR, Vol.XXV, núm. 5
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Aún no termina

Por el momento,

sólo hay dos candidatos

por Lyndon H. LaRouche

6 de junio de 2008.

Ahora, a partir del sábado 7 de junio, es oficial: sólo hay dos candidatos de los partidos grandes. O quizás no...

Los dos precandidatos presidenciales actuales son los senadores John McCain, republicano, y Barack Obama, demócrata. Ambos candidatos han mostrado el temperamento de una granada de mano sin espoleta. Con McCain, el problema es bien conocido; con Obama, la dificultad de que tiene un temperamento de pocas pulgas ya no es ningún secreto. Es de dudar que cualquiera de ellos sea nominado realmente. Alguna gente en la trastienda de la política tiene una idea diferente, gente que opera tras bastidores a un nivel muy alto de los círculos de poder del mundo. McCain y Obama son piezas sobre el tablero del ajedrez político; los tipos de la trastienda son los jugadores que saben cómo un peón se convierte en reina.

En estos momentos, mientras hablamos, las manos de los jugadores ya están en movimiento.

John McCain   Barack Obama
John McCain. (Foto: johnmccain.com).   Barack Obama.
(Foto: barackobama.com).

En ese caso, es probable, hasta ahora, que el juego se arregle para entregarle la elección a un candidato republicano al que probablemente se escogerá como remplazo del senador John McCain. Es probable que el candidato demócrata a seleccionarse para sustituir a Obama —quien no tarda en ser desacreditado— esté condenado a perder de antemano. En esa situación, no es el candidato el que decidirá el resultado de la elección o el programa del próximo presidente; serán los jugadores de ajedrez, cuyas políticas no serán escogidas por ninguno de los candidatos.

Hay una alternativa: que algún otro jugador, un tercer factor, voltee el tablero.

En los próximos dos meses, en lo que estos acontecimientos se ponen en marcha, la crisis del sistema financiero mundial acelerará. Para fines de julio, la situación mundial, así como también la que impera dentro de Estados Unidos, habrá cambiado radicalmente, conforme nos acercamos al primer aniversario del estallido de la crisis mundial de desintegración financiera general inflacionaria de fines de julio de 2007, que ahora acelera.

Cualesquiera que creas saber serán las condiciones, por los medios noticiosos o los chismes que se escuchen en la calle de las finanzas, el actual sistema monetario–financiero mundial está prácticamente acabado. A Bear–Stearns le dieron un funeral financiero de pacotilla; el siguiente grande en irse tal vez no tenga tanta suerte. Tras bastidores, lo que está en la mente de esos jugadores que urden la creación de un nuevo sistema son los problemas de esta desintegración físico–económica general del actual sistema monetario–mundial que ahora arrecia.

Ni McCain ni Obama tienen las cualidades que los jugadores de ajedrez consideran útiles. Dentro de dos meses, es probable que ambos se hayan ido. No es seguro que esto ocurrirá, pero un jugador inteligente no apostaría mucho a que no sucederá.

Para algunos, a esos jugadores de los que he hablado se les teme por considerárseles prácticamente todopoderosos. Admito que tienen poder, pero sé que no son todopoderosos.

Yo tampoco soy todopoderoso, obviamente, ni omnisciente, pero sé mucho, y mi trabajo es compartir contigo lo que sé. Juntos, tenemos una oportunidad de flanquear la crisis actual; sólo es una oportunidad, pero es lo único que vale la pena hacer.