Internacional

Resumen electrónico de EIR, Vol.XXV, núm. 9
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Videoconferencia internacional

LaRouche presenta su programa de recuperación económica mundial

El político y economista estadounidense Lyndon LaRouche dio el siguiente discurso el 1 de octubre ante un público en Washington, Estados Unidos, que se transmitió en vivo y con interpretación simultánea al español—entre otros idiomas—por espanol.larouchepac.com, el portal electrónico del Comité de Acción Política Lyndon LaRouche o LPAC. Debra Freeman, vocera nacional de LPAC, fue la moderadora.

Debra Freeman: Buenas tardes, señoras y señores. Mi nombre es Debra Freeman y, a nombre de LPAC, les quiero dar la bienvenida a la reunión de hoy.

Planta nuclear de San Onofre, en California. (Foto: NRC)

Con toda seguridad, no hay momento más alarmante para nuestra nación y, de hecho, para el mundo, que el actual. Y, sin duda, es apropiado que, después de la derrota tremenda que la Cámara de Representantes le infligió al llamado paquete de rescate hace sólo un par de días, estemos reunidos aquí hoy. Entiendo que éste es el público más grande que jamás hayamos tenido en todo el mundo. Eso no me sorprende. Pero no quiero tenerlos esperando, así que, sin más, quiero pedirles que le demos la bienvenida al estadista y economista Lyndon LaRouche.

Lyndon LaRouche: Gracias. Hemos entrado a tiempos que nunca antes en su vida habían experimentado. De hecho, en toda la historia europea moderna extendida al orbe no hay nada que se compare con lo que está aconteciendo a nivel mundial, así como en Estados Unidos, en estos momentos. No ha habido nada como la crisis que enfrentamos hoy, desde una crisis comparable que sufrió Europa durante el medioevo, conocida como la Nueva Era de Tinieblas. Estamos al borde de un desplome total del planeta entero hacia una nueva Era de Tinieblas.

El 25 de julio del año pasado, anuncié que estábamos a punto de ver el comienzo de una crisis de desintegración de la economía estadounidense. En ese momento, indiqué las medidas que había que tomar para bregar con esta crisis que iba a golpearnos, medidas que de haberse adoptado, entre el 25 de agosto y el momento actual, no estaríamos en la crisis que padecemos hoy. Estamos en esta crisis porque gente como el senador [Christopher] Dodd, y “Barney al Rescate” [Frank] en la Cámara de Representantes, pararon las iniciativas que había especificado, ¡las cuales hubieran prevenido la crisis que la nación y su pueblo enfrentan hoy! Así que, si no te gusta lo que está pasando, échale la culpa a “Barney al Rescate” y a Chris Dodd, quien es un secuaz de Félix Rohatyn y uno de los derechistas más terribles de nuestro país.

grafica 1

Ahora bien, además de esta advertencia, también propuse ciertas otras medidas que EU debía tomar para evitar y empezar a corregir este problema. La primera se conoció como la ley de Protección a los Bancos y Propietarios de Vivienda de 2007, que especifiqué en ese momento. En realidad se puso en marcha como una propuesta formal a principios de septiembre de ese mismo año. Esto contó con mucho apoyo a nivel de los estados y los condados de todo EU. Organizaciones de los condados y de los estados la sometieron a votación, pero nunca se adoptó de manera formal porque intereses que controlan a individuos como Dodd y “Barney al Rescate” lo bloquearon.

De modo que estamos en una crisis porque Barney al Rescate y Dodd, y gente como ellos, actuaron para impedir que se tomara esta medida, que hubiera salvado a nuestros bancos ahora en problemas, y que hubiera salvado a los propietarios de vivienda, quienes ahora se ven amenazados por desalojos continuos y en aumento.

Ésta es una de las razones por la que la Cámara de Representantes mostró semejante odio contra todo el Congreso en la votación reciente del lunes [29 de septiembre], en contra del rescate financiero.

Pueda que el proyecto de ley para el rescate se someta a votación. El peligro es que un desesperado Gobierno de [George W.] Bush y aquéllos con quienes tiene vínculos en el ámbito internacional podrían tratar de suprimir militarmente ahora la oposición a su política; podrían usar la fuerza militar para tratar de imponer el tipo de rescate de los bancos que se está tratando de llevar a cabo ahora.

Al borde de una hiperinflación planetaria

El otro aspecto de esta propuesta, aparte de otras medidas que he indicado antes, pero que repetiré de nuevo aquí hoy, la ironía esencial de esta situación, es que ésta ya no es la crisis de la que han estado hablando el gobierno mentiroso que tenemos y el Presidente estúpido que tenemos. ¡Ésta no es una crisis hipotecaria! ¡Éste es un desplome, una desintegración de la totalidad del sistema monetario–financiero internacional! ¡Es algo que nunca antes ha ocurrido en la experiencia europea!, y para lo cual no hay nadie competente en la Casa Blanca [que pueda hacerle frente] en estos momentos. Estamos al borde de una hiperinflación planetaria como la que azotó a la Alemania de Weimar en octubre de 1923 (ver gráfica 1).

Cuando uno empieza a hablar de 700 mil millones de dólares, y luego de un billón, y luego de 2 billones, tres billones, y luego 7 billones para este rescate, porque es para donde vamos, ¡estamos hablando de un estallido a la Weimar de todo el sistema monetario–financiero internacional! Y el problema ahora es que el método mismo del rescate es el motor de la hiperinflación, de la hiperinflación mundial.

Y lo que tenemos es una sensación como la de la Revolución Francesa, en la que el marqués de Lafayette tenía la posición correcta, en lo político, con el Juramento de la Cancha de Pelota y cosas parecidas, pero le faltaba algo: las agallas para enfrentar a su propio rey. Al Rey lo había corrompido por completo una serie de medidas. Y no era muy brillante; no debías presionarlo demasiado. Era algo estúpido. Era bueno para componer y construir relojes, pero no tanto en la política. Y a su esposa, María Antonieta, quien era hermana del Emperador de Austria, la engatusaron con una operación británica que se conoció como el escándalo del collar de la reina. La humillaron en público. Y luego el Emperador austríaco, quien hasta ese momento había sido una persona amistosa, una persona progresista en comparación con el resto de su familia, enloqueció.

El 28 de julio de 1932, el presidente Herbert Hoover sacó tropas a la calles para desalojar al “ejército” de veteranos depauperados que se manifestaban en Washington en defensa de sus derechos. Campamento de los veteranos al que los soldados le prendieron fuego; al fondo se aprecia el Capitolio. LaRouche advierte que en la Casa Blanca hay quienes hoy desplegarían “tropas estadounidenses contra el pueblo de EU para reprimir la oposición a esta ley” de rescate de Wall Street. (Foto: Archivos Nacionales de EU).

Entonces, lo que pasó es que el Rey francés, quien tenía algo de pelmazo, trajo tropas extranjeras —no francesas— para ocupar los alrededores de París, a fin de suprimir al pueblo francés. Y esto condujo a lo que devino, sin remedio, en la Revolución Francesa, la sangrienta Revolución Francesa, por este tipo de error.

Hoy estamos al borde de cosas como ésas. Tenemos una situación en la que, como vieron con el voto de la Cámara de Representantes en contra de esta ley, a pesar de toda la presión a que se sometió a los representantes. . . Y la presión no nada más venía de los representantes, ¡sino de los representados! Es el pueblo allá afuera el que odia esto. Y el instinto de este gobierno es usar la fuerza militar en contra del pueblo de EU para suprimir la oposición a esta ley. ¡Ésa es la realidad ahorita mismo! No es algo que “podría ocurrir”; ésta es ya la realidad.

De imponerse esta ley, con o sin el uso de la fuerza militar en contra la población estadounidense, por parte de tropas estadounidenses —que ahora están apostándose para este tipo de operación— EU desaparecería a muy corto plazo, y la civilización se desplomaría a escala planetaria.

El mundo entraría a una nueva Era de Tinieblas, como la de una situación parecida en la Europa del siglo 14, en la cual, en una generación, el número de parroquias en Europa cayó a la mitad, la población cayó en un tercio, e imperó una locura general entre la población de entonces. Ése fue el fin de la autoridad del sistema imperial feudal que había regido a Europa desde más o menos el año 1000 d.C., hasta ese momento.

Estamos al borde de una situación en la que, si se impone esta ley, sus efectos de reacción en cadena asegurarán que la población de este planeta se reduzca, de cerca de 6.500 millones de personas, a menos de 2 mil millones, y eso en un período de tiempo bastante corto. Desaparecerán idiomas enteros, naciones enteras en tanto entidades, y pasaremos por una nueva Era de Tinieblas peor que la que vivió Europa en el siglo 14.

En el Congreso y otras partes hay algunos que ahora dicen: “¡Ay, ay, qué miedo! ¡Tenemos miedo! ¡No puedes hacer eso! ¿Qué no sabes lo que estás haciendo? ¡No se puede hacer eso, no podemos votar en contra de esta ley!” ¿Por qué? “¡Porque nos van a matar!

Si, por órdenes del Presidente, se vuelcan tropas estadounidenses contra el pueblo de EU para reprimir la oposición a esta ley, ¡Estados Unidos dejará de existir! ¡Esto es peor que traición! Y cualquier acción de esta índole, por cualquier parte del gobierno, ¡sería peor que traición! Y quienquiera que acate semejante orden es un traidor.

Así que ésa es la situación que enfrentamos.

Sí hay soluciones

Ahora bien, ¿cuáles son las soluciones? ¿Cuáles son las alternativas? Existen algunas alternativas excelentes, pero no para Wall Street. Wall Street se ha ganado su propia muerte. Es un pescado muerto y apestoso que yace en las calles del bajo Manhattan. ¡El sistema de la banca de inversión está muerto! ¡Y debieron haberlo matado antes de que se pudriera hasta morir!

Así que éste es nuestro problema particular.

Si queremos salvar al país, y a la civilización, y evitar una edad oscura, existen soluciones muy elementales, algunas de las cuales ya he planteado antes, hace un año. Una es, como dije, que los propietarios conserven sus casas; ¡nada de desalojos! Podemos hacer otros arreglos para reducir la deuda, porque la mayor parte de la deuda hipotecaria es fraudulenta. Es decir, las agencias que llevaron el endeudamiento a este nivel, la crisis de vivienda a este nivel, cometieron un fraude, un fraude contra la nación. Por lo tanto, no tienen derecho al precio total de la hipoteca en cualquier caso. No sabemos cuál debe ser ese precio, pero lo vamos a averiguar. Pondremos esta situación de la vivienda bajo la protección del gobierno federal por bancarrota, con la cooperación de los gobiernos estatales y locales. La gente se quedará en su casa, si así lo desea, si de verdad tienen la hipoteca, porque también tenemos que mantener a los bancos funcionando.

granja embargada

Una granja embargada se subasta en Iowa en 1933. La ley de Protección a los Bancos y Propietarios de Vivienda de LaRouche impediría semejantes medidas; “¡nada de desalojos!” .(Foto: Archivos Nacionales de EU)

Aquí tenemos un problema: en 1999 Clinton estuvo en graves aprietos por la trampa que le tendieron republicanos y otros que pretendían parar su intención de cambiar la arquitectura financiera. Recuerden que entonces, allá por 1998, hubo un gran desplome de la burbuja especulativa que se creó en torno a la campaña de reelección de [Boris] Yeltsin en Rusia, el caso de los [bonos del gobierno ruso] GKO. En ese momento, el sistema se desplomaba. Yo le advertí al gobierno entonces que el derrumbe estaba en marcha; era inevitable. Y el Presidente entonces—esto fue en agosto—estuvo de acuerdo conmigo, en que ése era el problema. Él actuó, junto con el secretario del Tesoro en ese momento, para iniciar lo que devino en el intento de emprender un cambio en la arquitectura de nuestro sistema monetario–financiero, para eliminar este factor de corrupción y crear soluciones al mismo.

Sin embargo, en ese entonces, le tendieron una trampa las fuerzas que se oponían a esta reforma, las cuales se movilizaron para enjuiciar al presidente [Bill] Clinton. Entonces, el presidente Clinton, ¡la mayor parte del año siguiente vivió bajo la dictadura de [su vicepresidente] Al Gore!, quien fungía como la fuerza de ocupación de la Casa Blanca. Y la capacidad del Presidente, de Clinton, para enfrentar esta clase de problemas, que se estaban acumulando en 1999, era limitada.

En estas condiciones, y con un Congreso confundido y corrupto —y vaya que estaba confundido y corrupto—, se dio la abrogación de la ley Glass–Steagall. Si esto no hubiera ocurrido, no estuviéramos en la crisis que vivimos ahora. Debemos restablecer la ley Glass–Steagall de inmediato. Ésa es una de las cosas que debe hacer el Congreso. Pero no basta; hay nuevos problemas, además de los que resolvía la ley Glass–Steagall, originados por este proceso. Por consiguiente, tenemos que contar con una legislación más amplia, y a eso voy.

También propuse una protección de nuestro sistema bancario, en cuanto a la moneda. Propuse que tengamos una tasa de interés mínima del 4%, como la tasa de préstamo para nuestro sistema bancario, salvo en el caso de las obras gubernamentales que sean de interés nacional, proyectos del gobierno autorizados por el Congreso, que tendrían una tasa de interés más baja. Eso nos hubiera protegido de algunas de las peores cosas que ocurrieron en ese período.

Las cuatro grandes potencias

Lo tercero, que es lo grande, que es de importancia decisiva en este momento, es que propuse que EU se acerque a Rusia, China e India, como las cuatro grandes potencias de este planeta, no para que establezcan una dictadura, sino para tomar un grupo de cuatro naciones que, en su conjunto, son tan poderosas, que el mundo entero tiene que escucharlas y obedecer algunas de las recomendaciones que hacen. De inmediato tendrían el apoyo para esta clase de medidas de parte de Japón, de Corea, de algunas naciones de Europa; de algunas fuerzas en Italia, de algunas fuerzas en Francia, como el presidente [Nicolás] Sarkozy ahora. También hay un movimiento en Italia, organizado por el ministro de Finanzas de ese país, que se mueve en la misma dirección. La propuesta de ley italiana se hace directamente en mi nombre; o sea que la idea del Nuevo Bretton Woods, mi política, está especificada en un proyecto de ley que acaba de someterse a consideración del Senado italiano, para establecer un nuevo sistema de Bretton Woods.

Ésa es la solución, la clave de la solución de esta situación a nivel internacional. Tenemos un sistema mundial; ¡el sistema entero está en bancarrota! ¡En la totalidad del sistema monetario–financiero del mundo ya despegó una hiperinflación estilo Weimar! ¡Estamos a unas semanas de que estalle una crisis más allá de lo imaginable! Y todas las tropas que Bush quisiera desplegar a las calles para tratar de que se apruebe esa ley, ¡no salvarán a EU de la destrucción que acarrearán los efectos de llevar a cabo eso!


Si Estados Unidos se une a Rusia, China e India para convocar a una conferencia por el Nuevo Bretton Woods, otras naciones se les sumarán. De izq. a der.: El ministro de Finanzas italiano Giulio Tremonti, un viejo partidario del Nuevo Bretton Woods; el senador italiano Oskar Peterlini, quien acaba de presentar ante el Senado una moción de apoyo al Nuevo Bretton Woods de LaRouche; y el presidente francés Nicolás Sarkozy, quien quiere convocar a una reunión del G8 para hablar de un nuevo sistema financiero. (Fotos: www.epp–ed.org; Parlamento de Italia; Rick Bajomas/ONU).

Por tanto, necesitamos la cooperación de Rusia, China e India, como los “Cuatro Grandes” alrededor de los cuales puedan aglutinarse otras naciones y, sencillamente, ¡acabar con la oposición a que se haga eso! Es en el interés de los pueblos del mundo, así que por qué no movilizar a la mayoría de la población mundial, de estas y otras naciones combinadas, y digamos, los pueblos del mundo, a través de nuestros gobiernos nacionales respectivos en acuerdo: “¡Esto tiene que parar!

¿Qué haríamos? Echaríamos mano de una de las ideas del presidente Franklin Roosevelt, que es mucho más inteligente que estos tarambanas que tenemos ahora en el gobierno. También tenía mejores partidarios entonces.

Entonces diríamos que vamos a establecer —con todas sus palabras, en Rusia, en Italia, por parte del Presidente de Francia y de otros— ¡un nuevo sistema de Bretton Woods! Y lo que significa es un nuevo sistema de Bretton Woods en la tradición de Franklin Roosevelt, nada diferente. La diferencia entre eso y lo que hizo [el presidente Harry] Truman es notable; lo que Roosevelt hizo fue ceñirse a la Constitución.

Los planes de Roosevelt para la posguerra

Permítanme explicarles cuál era el problema entonces, porque es pertinente para entender el problema hoy. La intención de Roosevelt durante la guerra era establecer una alianza forzada con los británicos para aplastar a los nazis y algunas otras pestes que andaban sueltas por ahí. Pero la intención de Roosevelt también era, al terminar la guerra, eliminar el colonialismo y todo lo que se le asemejara sobre el planeta. Como algunos de ustedes tendrán edad para recordar (o creo que muy pocos de ustedes; tienen que ser de mi generación para acordarse de esto), emprendimos, como una medida de recuperación de la Depresión que crearon [los presidentes Calvin] Coolidge, [Herbert] Hoover y gente como ésa, que usamos como nuestra campaña, con la participación de Harry Hopkins y otros, para movilizar económicamente a EU en preparación para nuestra obligación de lidiar con esta amenaza de Hitler y demás en Europa, y en el mundo en general. Echando mano de los pobres de nuestras calles, con los programas de Harry Hopkins y otros programas de Roosevelt, creamos la maquinaria económica, la maquinaria físico–económica productiva más grande que el mundo jamás había conocido, en nuestro EU. Sí, teníamos aliados de los que dependíamos, ¡pero fue el margen de la movilización de EU que emprendió Roosevelt lo que nos permitió derrotar a Hitler y problemas parecidos! La intención de Roosevelt era atacar la raíz de estos problemas mundiales, ¡eliminando el poder del imperialismo británico! Y ésa fue la gran pelea entre Roosevelt y [el primer ministro británico Winston] Churchill durante toda la guerra.

De modo que la intención de Roosevelt, como dijo con claridad, era que al terminar la guerra. . . Como le dijo a “¡Wi–i–n–ston!”: “Al terminar la guerra, Winston, ¡no más de esta basura británica! La gente será libre. Ya no habrá más colonias”. Usaremos la poderosa maquinaria militar bélica, la maquinaria productiva de EU, para liberar a la gente, para permitirle desarrollarse, para ganar su libertad, para eliminar las colonias de planeta, y para permitir que las naciones se desarrollen al grado de la dignidad plena de la humanidad.

Pero no hicimos eso después de la guerra, porque Truman adoraba a Churchill. También era un vago. Lo metieron sólo porque era un derechista y porque Roosevelt estaba bajo presión en 1944, por parte de la derecha, que estaba resurgiendo en ese entonces. Y pusieron a este fulano, a Truman. Y éste le besó el trasero a Winston Churchill; eso caló hasta los huesos. Tal vez haya besado algunas otras cosas también, pero lo del trasero dejó marca.

Así que lo que hizo Truman. . . Con el Gobierno de Truman no seguimos las directrices de Roosevelt para la posguerra. La política de Roosevelt para la posguerra consistía en convertir la maquinaria productiva militar que se había creado para ganar la guerra, en una maquinaria de producción en beneficio del mundo, para fabricar bienes de capital y otras cosas para el mundo. Lo que hizo el Gobierno de Truman fue decir: “No, a nosotros nos gustan los británicos”. ¡El Gobierno de Truman apoyó la recolonización de Indochina! A los soldados japoneses se les apresó en Indochina; los había liberado una revolución apoyada por EU, por gente de la OSS [Oficina de Servicios Estratégicos] y otros en EU. Por órdenes británicas, se sacó a las tropas japonesas de los campos, se les regresaron sus armas, y se les ordenó ocupar Indochina; de ahí salió la guerra de Indochina, que nos ocupó por un tiempo en los 1960 y 1970. Hicimos lo mismo con los holandeses en Indonesia, una versión modificada de lo mismo en India, la misma cosa en África.

Harry Hopkins

El presidente Roosevelt, con la ayuda de su asesor Harry Hopkins (arriba), tomó a los desempleados de las calles de EU y creó la máquina económica más grandiosa que el mundo jamás haya visto. Trabajadores de la Comisión del Valle de Tenesí (TVA) construyen la presa Douglas en Carolina del Norte, en 1942. (Fotos: Biblioteca Franklin Delano Roosevelt).


  Trabajadores de la TVA

Trabajamos con los británicos y los holandeses para recolonizar al planeta, para restablecer el Imperio Británico, que es lo que representa el sistema angloholandés. Y lo que hicimos en EU, en vez de convertir nuestra maquinaria bélica para la producción para el mundo y su desarrollo, ¡cerramos partes grandes de eso! Tomamos la deuda que heredamos de la guerra, pero cerramos la capacidad para pagarla, de haber convertido el potencial militar en potencial industrial y relacionado.

Y así, nosotros, EU, íbamos cuesta abajo; hemos venido cuesta abajo por etapas sucesivas. Caímos, en la primera etapa, con Truman. Caímos tras el asesinato de[l presidente John F.] Kennedy. Johnson estaba aterrado; pensó que él era el siguiente al que estos tres tipos iban a dispararle en la nuca o algo así, y lo dijo. Johnson no fue un mal presidente, pero sí uno aterrado.

Reconstruiremos la economía mundial

Entonces tuvimos el factor sesentiochero, en 1968, y eso destruyó a EU y permitió que se eligiera a [Richard] Nixon. Y dimos ese viraje derechista del que nunca nos hemos recuperado desde entonces. A partir de 1967–68, medido en producción física, no en dinero, sino en producción física productiva, el poderío económico, físico, per cápita y por kilómetro cuadrado, de EU ha venido menguando año con año, con cada presidencia. De 1968 a la fecha, nunca ha habido prosperidad en EU (ver mapas 1a, 1b y 1c, y gráfica 2); la ha habido para algunos, en cuanto a dinero, como los ladrones que apoyan esto del rescate. Pero nuestra infraestructura no ha mejorado; hemos perdido industrias. Perdimos nuestro sector automotriz, tenemos un sector japonés que funciona muy bien dentro de EU, pero no tenemos un sector automotriz estadounidense; y nunca la tendremos, no en el sentido normal, porque los japoneses lo están haciendo un buen trabajo y otra gente parecida fabrica todos los automóviles que necesitamos.

MAPAS 1a, 1b y 1c

Reducción de los trabajadores manufactureros como porcentaje de la fuerza laboral en el oeste medio de EU, condado por condado, de 1975 a 2000

mapa del oueste medio de EU 1975
mapa del oueste medio de EU 2000
mapa del oueste medio de EU

Fuente: Oficina de Estadísticas Laborales.

grafica 2

Pero necesitamos algo más: necesitamos movilizar la fuerza productiva de EU, que en gran medida significa el diseño de máquinas–herramienta y cosas relacionadas, para construir infraestructura, sistemas, un sistema ferroviario que remplace este loco sistema carretero; reparar nuestros sistemas fluviales, que están por desplomarse; restablecer nuestra agricultura; poner en pie de nuevo las manufacturas y actividades parecidas en EU, en vez de hacer hoyos para tapar hoyos. Para reconstruir nuestra nación en la tradición estadounidense, no en la esclavista británica en la que estamos moviéndonos ahora.

Ahora bien, enfrentamos un período en el que, con el sistema actual, el dólar estadounidense en esencia no vale nada ahora. No ha perdido todo su valor, pero lo está perdiendo y no hay nada que detenga su caída. De hecho, ¡el secretario del Tesoro está haciendo que el dólar caiga a un ritmo cada vez más acelerado! ¡Ya estamos en la hiperinflación! Como Weimar para fines de 1923: el mundo sigue una espiral hiperinflacionaria, y va a estallar.

Bueno, ¿qué hacemos? ¿Qué hacemos con el acuerdo de las cuatro potencias? ¡Rusia ya está lista para acordar esto! Hay fuerzas en Italia y en Francia que se han proclamado a favor de ello. Qué quieren decir con eso aún está por verse, pero allí está. China lo respaldará, pero no si EU no se suma, porque le preocupa el precio del dólar, porque depende en gran medida de su comercio con EU. India se uniría. Si Rusia se une, estos países se unirían.

Si estos Cuatro Grandes, a los que se les unan pronto otros países, llegan a un acuerdo, someteremos al mundo entero a una reorganización por bancarrota. Crearemos la intención de formar lo que llamaríamos el “sistema de un Nuevo Bretton Woods”. Usaremos el poder internacional del gobierno —o sea, no el de una agencia internacional, sino el poder de los gobiernos unidos en una fuerza internacional— para regular un sistema de paridades fijas en todo el planeta. Le pondremos un hasta aquí a la hiperinflación. Mantendremos abiertos los bancos de los países; los reales, no los fraudulentos. Construiremos la economía con medidas apropiadas, las obras de infraestructura a gran escala necesarias con tecnología avanzada, con diseños de ingeniería. Esto significará una reconstrucción de la economía mundial.

Jintao Putin Singh

Si EU puede llevar a cabo los cambios necesarios, dijo LaRouche, “puedo garantizarles. . . Rusia cooperará de manera plena; China cooperará, India cooperará”. El presidente chino Hu Jintao, el presidente ruso Vladimir Putin y el primer ministro indio Mammohan Singh se reúnen en San Petersburgo el 17 de julio de 2006. (Foto: Oficina de Prensa e Información de la Presidencia rusa).

Crearemos crédito nuevo, no el fraudulento que les han estado dando últimamente, sino crédito nuevo de largo plazo y a bajas tasas de interés, como lo hicimos con Roosevelt, para fomentar el empleo en todos los países, con un sistema de tipos de cambio fijos que nos permita reconstruir el poderío productivo de las naciones. Sí, nos tomará tiempo limpiar este desastre que tenemos hoy; probablemente tome dos generaciones antes de poder eliminar por completo las secuelas de la corrupción que nos han echado encima en los últimos 40 años.

Una nueva misión para la humanidad

Pero tienen que entender algo más, en realidad, en materia de economía física, cada directriz de EU en los últimos 40 años ha sido un fracaso miserable, un error.

La economía estadounidense, medida por su fuerza y producción física, per cápita y por kilómetro cuadrado, incluyendo la infraestructura básica esencial, ha venido desplomándose de manera continua por 40 años. Desde el año presupuestal de 1967–68, la economía estadounidense no ha visto ningún crecimiento neto real per cápita.

Lo que esto nos dice es que todos los Gobiernos de EU; cada sesión del Congreso, en lo principal; las opiniones de los periódicos, de los diarios principales y otras publicaciones, de la mayoría de los medios de comunicación, ¡han sido estúpidos! Porque constantemente hemos tomado las decisiones, una tras otra, que han empeorado las condiciones de vida de cada generación. El producto físico per cápita de EU hoy es menos de lo que era en cualquier período previo desde 1967–68. La influencia de los sesentiocheros, especialmente de los llamados ambientistas, ha sido un factor decisivo en esto. Hemos estado destruyéndonos nosotros mismos. Un proceso parecido ha ocurrido en Europa Occidental, y en otros lugares.

Ahora tenemos una situación mundial en la que ha habido un cambio implícito del poder, un cambio del poder de Europa y las Américas, a Asia. El futuro del planeta yace en el desarrollo de Rusia, China, India y otras naciones asiáticas. Éstas son regiones de gran población, donde el 60 a 70% o más son muy pobres y subdesarrollados. Esto representa una crisis social, una crisis social planetaria con toda clase de efectos secundarios posibles. ¡Pero!, si vamos a tener un planeta exitoso, tenemos que concentrarnos en obras de infraestructura a gran escala y cosas parecidas que, en un par de generaciones, aumentarán la fuerza productiva del trabajo de los pueblos de todo el mundo. Esto significa que la principal inversión en el planeta, en este período, será primero en Asia; el segundo elemento grande será el África negra, en especial el África negra; el tercero será el desarrollo de América Central y del Sur.

Estados Unidos y Europa Occidental tienen que movilizarse como un motor, como un motor económico, así como político, para realizar el éxito del desarrollo del planeta entero con lo que hacemos en apoyo al desarrollo de Centro y Sudamérica, África y Asia. Necesitamos una nueva misión para la humanidad.

No tenemos ningún enemigo en el mundo peor que el presidente George Bush. Es la gente que nos controla, y los británicos, los liberales angloholandeses, estos tipos nos están induciendo a destruirnos. ¡No tenemos enemigos verdaderos en Asia, en tanto naciones! No tenemos enemigos verdaderos en Sudamérica. No tenemos enemigos verdaderos en África; ¡no si pensamos como Franklin Roosevelt! Si pensamos como Roosevelt, no tenemos enemigos ahí. Son nuestros amigos, ¡y nuestro gobierno es nuestro enemigo!

Así que, en esencia, si el pueblo estadounidense puede hacerle frente a esto, como muchos del segmento de menores ingresos, como están representados en el Congreso, en la Cámara de Representantes, para lograr los cambios necesarios, puedo garantizarles, absolutamente, que si ese cambio tiene lugar, Rusia cooperará de manera plena; China cooperará, India cooperará. Entonces Japón cooperará, Corea cooperará, ¡otras naciones también cooperarán! Las naciones de África celebrarán esto —¡ahora las están asesinando en masa bajo la política británica!—, se regocijarán porque regresemos a la acción de esta manera. El mundo estará del lado de EU.

La rendición de los británicos ante el Ejército Continental del general George Washington en Yorktown, pintura de John Trumbull. Estados Unidos rompió con Inglaterra, dijo LaRouche, “porque ésta se había convertido en un imperio y estaba tratando de saquearnos”. (Foto: clipart.com).

Lo que EU representa

Lo otro que tenemos que apreciar es lo que nuestro EU representa.

En la historia moderna hubo una evolución, tras un largo período de guerras religiosas, de 1492 a 1648, desde la misma época de la primera exploración de [Cristóbal] Colón a través del Atlántico, hasta la Paz de Westfalia en 1648.

En este período, las fuerzas que pretendían aplastar la institución del Estado nacional, no pudieron hacerlo, porque las mejoras en las fuerzas productivas del trabajo, y el auge intelectual y de la libertad entre la ciudadanía pujante de las ciudades que estaban surgiendo en este período eran tales, que, como lo describe Maquiavelo, la ciudad podía derrotar a las fuerzas de la oposición. Y, así, vimos una adaptación de los enemigos de la humanidad, conocido como el movimiento de Paolo Sarpi. Paolo Sarpi era un personaje resbaladizo, un veneciano que, entre otras cosas, trasladó las operaciones de su parte de Venecia lejos de su base en el Mediterráneo, al norte de Europa, con centro en partes de Alemania, en los Países Bajos y en Inglaterra.

Éste es un proceso que empezó con la reestructuración veneciana de las normas matrimoniales de Enrique VIII, lo cual se dirigió desde Venecia: le mandaron un consejero matrimonial y él se deshizo de las esposas; fue descabezando sus carreras, por así decirlo. “No necesitas cabeza si no me satisfaces”, dijo. En cualquier caso, fue un proceso en el que el poder del desarrollo, de la civilización, pasó del Mediterráneo al norte de Europa. Y las dos regiones fueron los Países Bajos e Inglaterra.

De modo que ahora había una división, que ocurrió en 1763, en febrero de 1763, con el Tratado de París, la Paz de París, en la que nosotros en EU, o en lo que devino en EU, rompimos con Inglaterra, porque ésta se había convertido en un imperio y estaba tratando de saquearnos. Por este factor cultural, la característica dominante de la civilización planetaria ha sido el dominio y control anglófono de la civilización mundial, desde entonces a la fecha; en especial desde 1763 hasta el presente. Así, la división entre dos pueblos de habla inglesa, nosotros en EU hoy y quienes representaban a la oligarquía británica o angloholandesa —los banqueros, los ladrones—, se convirtió en la fuerza principal en el planeta; no necesariamente la fuerza con el dominio absoluto, pero sí principal. Y de este modo, ¡la intervención de EU está empotrada en la historia de Europa! Está empotrada en la historia de la civilización, como una característica orgánica: que nosotros en EU hemos adoptado y se nos ha encomendado como destino la creación del liderato, para ayudar al resto del mundo a liberarse del imperio liberal angloholandés y sus costumbres.

Quincy O'Neal

Quincy O’Neal, uno de los dirigentes del LYM en Estados Unidos que viajó hasta México para ayudar a organizar la videoconferencia de LaRouche en el Congreso, conversa con algunos de los asistentes. (Foto: Fabiola E. Ramírez Germán).

Ésa era la intención de Roosevelt, su intención explícita. Ésa fue la intención de todos los grandes presidentes que hemos tenido, de todos los grandes patriotas que ha tenido este país. Se nos consideraba una amenaza para Gran Bretaña, para el Imperio Británico, por esta razón. Por ende, es intrínseco de las relaciones culturales del planeta que, cuando EU asume una posición moral, como lo hizo con Roosevelt, dice: “Nos preocupa encontrar la manera de cooperar con otros Estados nacionales del planeta, para formar una sociedad de Estados nacionales perfectamente soberanos que participen en formas de cooperación que sean de su interés común. No pretenderemos dictar las características internas del gobierno de estas otras naciones; sencillamente cooperamos con ellas en tanto personalidades nacionales. Y nosotros, como una personalidad nacional, cooperamos con estas otras naciones, en tanto personalidades nacionales, y definiremos metas y fines comunes, los objetivos comunes de la humanidad”.

Si nosotros adoptamos esa política, no la idea de “¿quién es el enemigo?, ¿a quién vamos a vapulear?”, tenemos un enemigo que derrotar: los liberales angloholandeses. Los otros son sólo tontos que no saben lo que hacen. Pero se supone que nosotros sí sepamos lo que hacemos. Tenemos que convertirnos de nuevo, tenemos que recrear en este país, un nuevo movimiento político basado en el legado de Franklin Delano Roosevelt, en los legados de muchos republicanos, un nuevo movimiento político que adopte la idea de EU como una personalidad universal única, que tiene una función que desempeñar en este planeta para beneficio de toda la humanidad y, por tanto, del suyo propio: es el principio de la Paz de Westfalia, “¡el beneficio del prójimo!” Es el principio del Estado nacional moderno, el beneficio del otro pueblo, porque si te preocupa el beneficio del otro pueblo, se preocuparán del tuyo. Vas a crear el tipo de sociedad en el que se cuidará de ti. Crea justicia para otros, y crearás un clima de justicia para ti; crea un clima de progreso, y crearás un clima de progreso para ti.

Un acuerdo para llegar a un acuerdo

La experiencia que tuve desde que estuve en el extranjero durante la Segunda Guerra Mundial, en Asia, es la de ver el mal en las condiciones de vida y la cultura con las que vive la gente, en buena medida, por el factor del imperialismo, del imperialismo británico en particular, y también del holandés y demás. Y entonces, estas personas, cuando estuve en India, por ejemplo, a principios de 1945–46, ésa era la aspiración: los indios nos veían, y los culís en las calles se acercaban a mí, en uniforme estadounidense, y decían: “¿Estados Unidos nos va a enviar maquinaria agrícola? ¿Nos va a enviar maquinaria textil para que ya no seamos culís que trabajan por ocho anas al día, para que podamos tener nuestra propia vida?” Ésa era la imagen de EU a los ojos del mundo, mientras Roosevelt fue presidente, y eso continuó por algún tiempo. Roosevelt representaba la mejor tradición de EU, que no procuraba ver “quién es el enemigo al que hay que derrotar”. Un enemigo es alguien que viene a matarte; y bueno, lo combates. ¡Pero no quieres un sistema de relaciones entre Estados que se funde en consideraciones de antagonismo! El sistema de uno, aunque pueda resolver problemas de antagonismo, en el largo plazo tiene que depender de cuestiones no antagónicas, como el de la Paz de Westfalia.

En esas condiciones, dado lo terrible de la situación actual, con nuestro sistema monetario–financiero, si nosotros—EU—podemos obligar, en este país, tomar e este pedazo de basura, a este Presidente, y obligarlo a moverse, a pactar un acuerdo; es decir, que acuerde llegar a un acuerdo. . . No se necesita un acuerdo totalmente acabado y probado; se necesita el proceso de llegar a un acuerdo, un acuerdo para llegar a un acuerdo entre Rusia, EU, China, India y otros países que ahora probablemente incluyan a Italia y Francia, y a algunos otros. En esas condiciones, nosotros, en tanto combinación de potencias, ¡podemos dictar cuáles serán los tipos de cambio fijos del sistema monetario! Podemos dictarlo y regularlo para combatir la inflación; podemos crear crédito, tecnologías nuevas a gran escala y nuevos tipos de infraestructura. ¡Podemos hacer estas cosas!

¿Cómo se dan los saltos en la productividad de la mano de obra? No en el lugar de producción, sino mediante descubrimientos creativos que cambian el ambiente en el que se realiza el trabajo. Tomás Alva Edison (izq.) trabaja con el ingeniero Charles Steinmetz en 1922.

Pero tenemos que estar de acuerdo en el acuerdo. Y luego ejercer el poder que representa ese acuerdo, entre estas potencias y otras que se les unirán, para aplastar a esa fuerza que está imponiéndole esta hiperinflación al mundo entero y que ahora amenaza hasta con usar tropas estadounidenses para tratar de suprimir a cualquiera que se oponga a un rescate que, de por sí, destruiría a EU. ¡A estos tipos a los que encubre el secretario del Tesoro no les importa EU! Lo que les preocupa es su clase, su clase de Wall Street, su clase bancaria de inversión; ¡les preocupa más Goldman Sachs que EU! Y quieren vengarse de EU por permitir la quiebra de Goldman Sachs o, mejor dicho, que esté en bancarrota.

Ése es el asunto.

La verdadera economía

El lado positivo tiene otro aspecto: impera cierta idiotez económica, no sólo entre nuestros economistas. En general, si quieres convertirte en un idiota económico, ¡tienes que estudiar economía y volverte profesional! ¡Uno no puede ser un idiota exitoso si no es profesional!

Y hay buenos economistas, en el sentido de que hacen cosas útiles, de que saben cosas importantes. Pero, cuando se trata de las cuestiones elementales de los sistemas internacionales, no tenemos economistas—a los que se llame “economistas”—que sepan qué demonios está pasando. Simplemente no saben. Pueda que sean personas bien intencionadas, con frecuencia son inteligentes. Saben algo, son útiles para algo, pero no entienden los fundamentos de la economía, porque se creen lo que les enseñaron en la universidad, y ése es el primer paso hacia la destrucción absoluta de tu intelecto en estos días.

La cosa es muy sencilla, el idiota dice, en particular el librecambista —no sé con quien esté intercambiando nada, pero es un librecambista—: “Bueno, todo comienza en el lugar de producción”. Bueno, eso es una tontería. La economía no comienza—no una economía exitosa—en el lugar de producción. Por ejemplo, tomemos un caso de alrededor de 1910–1912, en la zona de la Ciudad de Nueva York, en general, porque Tomás [Alva] Edison vivía en dicha zona, había un avance, una mejora en los motores eléctricos, en los pequeños motores eléctricos que podían conectarse a máquinas individuales. Y hubo un salto en la productividad en la zona metropolitana de Nueva York, con el método de Edison de introducir estas máquinas individuales de nuevo cuño para conectarlas a máquinas, en vez de a sistemas de bandas u otros parecidos. Representó un salto en la productividad. No hubo un aumento significativo, como tal, que de otro modo explicara este aumento en la productividad en el lugar de producción, sino que fue el efecto de alterar el ambiente de la producción.

Ésta es sólo una expresión de otra cosa que en la economía: el origen del aumento en la fuerza productiva del trabajo yace en los descubrimientos fundamentales de principios físicos. Y la adopción de un principio descubierto, y el perfeccionamiento de la aplicación de ese principio, es algo que no se ubica en “alguna cosa”; sí, pueda que la mente individual o grupos de mentes individuales hayan hecho ese descubrimiento, pero lo que importa es la aplicación de estos descubrimientos en sectores enteros de la producción de la sociedad o de sus miembros vivos.

Como un buen sistema de transporte colectivo, a diferencia de manejar en la autopista y perder, ¿cuánto?, ¿7 dólares en cuotas para trasladarse de Virginia Occidental hasta aquí, a la ciudad de Washington, y entonces pasar tres horas y media o algo así manejando en cada dirección, en una zona de mucho tráfico? ¿Esto qué significa? ¡Que se pierde la vida personal familiar! Si le quitas seis horas de su vida a cada persona, o cinco horas diarias —¡para esto!—, ¿qué le has hecho a su vida familiar? ¿Qué has hecho, en un sistema que requiere que dos miembros adultos de un hogar saquen el ingreso para criar cualquier clase de familia de manera medio decente? ¡Estás destruyendo a la familia! ¡Estás creando toda la gama de problemas que no quisiera tener en la familia! Probablemente estás creando los problemas en la comunidad, porque dices que el tiempo que la gente tiene que pasar, desperdiciar con esta clase de tonterías, no es importante; eso es sólo la vida personal, no afecta a la economía. Lo único que nos interesa es cuánto trabajan.

Las fuentes energéticas con una baja densidad de flujo (como los molinos de viento de la costa de Dinamarca), dijo LaRouche, no son sustituto para las de alta temperatura (como los reactores nucleares de lecho fluido). (Fotos: Laboratorio Nacional Sandia; Instituto Kurchatov).

Así que viajan, trabajan ocho horas diarias, y tres o cuatro horas en esos días, o cinco, las pasan viajando. Con todo lo que cuesta y demás. Y cuando ambos miembros de la familia están atrapados en una situación como ésa, ¿qué clase de vida familiar se tiene? ¿Qué clase de vida intelectual y emocional tiene uno con sus hijos? ¿Cómo es la educación escolar?

De manera que los factores de más peso en la productividad no son necesariamente las medidas que se toman en el lugar de producción, como esta clase de cosas. Lo principal son los descubrimientos de principios universales y los cambios en la organización de la sociedad que puedan hacer más productiva a una persona con el mismo nivel de productividad, al cambiar las circunstancias en las cuales trabaja, entre ellas la tecnología que se le facilita.

Por tanto, la forma en que tenemos que funcionar es directamente contraria a lo que está haciéndose por influencia de los verdes.

La cuestión de la energía

Tomemos otro caso, la cuestión de la energía: ¿cuál es la naturaleza del progreso en la energía? Bueno, la energía no se mide en calorías. Puedes medir el calor, y puedes medirlo en calorías todo lo que quieras, pero eso no mide la energía. La energía se mide en densidad de flujo energético. Éste es un principio básico de la física nuclear: para alcanzar cierto estado, tienes que tener cierto nivel correspondiente de densidad de flujo energético, o no puedes pasar a ese estado. Por consiguiente, para ciertas clases de producción, uno tiene que recurrir a una densidad de flujo energético más alta. De modo que tener fuentes energéticas de baja temperatura no es un sustituto de las fuentes de alta temperatura. La educación que orienta a la gente hacia la ciencia física y la cultura clásica, produce una mente más productiva en esa misma persona o en esa misma población, que la que carece de esa clase de educación. Una persona que asiste a conciertos de rock es menos inteligente que una que no lo hace. Es cierto; ¡con rocas en la cabeza es difícil escuchar cualquier cosa!

La casi inexistente red ferroviaria actual de África la construyeron principalmente las potencias coloniales para transportar materias primas a los puertos. ¡No puedes atravesar el continente, ni de norte a sur, ni de este a oeste! Los proyectos del mapa 3 los propuso la Fundación de Energía de Fusión en 1990, pero nunca se pusieron en marcha. LaRouche instó al mundo a darle a África, como regalo, un sistema ferroviario de levitación magnética (maglev).

 

MAPA 2

Ferrocarriles en África

MAPA 3

Red ferroviaria africana propuesta (líneas principales)


mapa del oueste medio de EU 2000

De ahí que lo que no logramos entender sea, no la infraestructura en el sentido más amplio del término, sino cierto tipo de infraestructura: son sistemas de transporte colectivo eficientes, es la forma como organizamos las ciudades, a diferencia de estas superciudades o supersuburbios, donde la gente tiene que viajar cinco horas diarias al trabajo, cosa que la destruye; es una mejor orientación de la sociedad, un mejor sistema de transporte, más centrales de alta temperatura. Tomen el caso de los combustibles: ¡qué idiotez traer petróleo de Arabia Saudita a EU para nuestros carros! ¡Están locos! Con un reactor de alta temperatura enfriado por gas, estilo Jülich, con el reactor de lecho fluido, podemos generar, más bien con facilidad, ¡combustibles sintéticos a partir del agua! Los combustibles sintéticos son, en esencia, combustibles a base de hidrógeno. Ahora bien, si tenemos grandes reactores como esos en varias partes del país, ¡algo derivado de este sistema de reactores en dicha parte de la nación es la producción de combustibles de hidrógeno! Ahora has cambiado toda la estructura de tu economía, de los combustibles de petróleo, y haz hecho todo el viraje, de modo que ahora tienes aplicaciones para combustibles de hidrógeno, sistemas de calefacción doméstica, toda esa clase de cosas. De pronto, ¡todo es mejor y más barato!

Así que lo que no se entiende, lo que no se respeta, es el hecho de que productividad no consiste en qué tan duro trabajes en el lugar de producción, o qué tan calificado estés allí; esas cosas pueden ser importantes, en especial la destreza, pero lo importante es el ambiente general: los sistemas de transporte, los energéticos, todas estas cosas que definen el ambiente.

Éste es un asunto sencillo, que por una parte separó a [Godofredo] Leibniz de [René] Descartes. En la mayor parte del mundo hoy enseñan la economía en función de un concepto cartesiano. En tanto que la ciencia, la ciencia de verdad, se enseña en función de un concepto leibniziano llamado “dinámica”. Y lo importante es cómo controla uno la dinámica.

El maglev, un regalo para África

Lo que podemos hacer, por tanto, en el ámbito internacional, es que al aplicar la tecnología más avanzada que tengamos o que podamos desarrollar, y al aplicar eso a la escala más amplia posible, por medio de la infraestructura, así como de la educación, a través de eso creamos el ambiente en el que tomamos a la gente, por ejemplo, a los chinos —más del 70% son muy pobres, con una productividad muy pobre— o a India —el 70% tiene una productividad muy pobre—, y al crear un ambiente tecnológico y sistemas diferentes, podemos elevar la fuerza productiva de esa mano de obra, aun antes de que puedan desarrollar un alto grado de destreza y de conocimiento.

Y ésa es nuestra misión, nosotros, las naciones que tenemos esta clase de cultura impulsada por la ciencia entre nosotros, y otra cultura relacionada, tenemos que movilizarnos lejos de toda esta locura ambientista verde —¡es toda una mentira! ¡Es todo un fraude!— y regresar a la ciencia de verdad, a los programas con un motor científico que tenemos nosotros en países con un grado superior de desarrollo, y usar nuestro cerebro y nuestra capacidad para suministrar este tipo de tecnología, de mejora tecnológica, a las partes más pobres del mundo.

Por ejemplo, África. África, el África negra, tiene la región agrícola más grande del mundo, ¡pero no tienen mucho qué comer! ¿Por qué? Porque los insectos y todo lo demás acaban con su comida. No cuentan con los sistemas de protección que necesitan; no tienen un sistema de distribución que los proteja, así que, ¿qué hacemos? Vamos y decimos: “Bueno, vamos a instalar un sistema ferroviario de levitación magnética internacional, de modo que ¡vamos a meter un sistema ferroviario internacional o maglev en África!” ¡Como un regalo de las naciones del mundo! Les daremos, ¡como regalo!, un ferrocarril o un sistema maglev, que es el sistema básico que significa que, en esos países, tendrán los medios básicos para transportar productos de un lugar a otro (ver mapas 2 y 3).

Eso, y también los sistemas energéticos y demás que se les hagan llegar, les permitirá [a los africanos] encargarse del resto. Y ése es el asunto.

La forma en que uno desarrolla un pueblo no es llegando y diciéndole cómo hacerlo todo. Uno les da las cosas que les permitirán hacer algo por sí mismos, y se les ayuda a hacerlo.

La solución es amar a la humanidad

En suma, para concluir esta presentación, antes de entrar a las preguntas y el diálogo, cualquier solución buena a un problema de la magnitud que encaramos hoy día. . . Encaramos una nueva Era de Tinieblas para toda la humanidad, no en algún momento más adelante; la enfrentaremos antes de Navidad. A lo mejor tu vecino cuelgue de tu arbolito de Navidad. Verán esa clase de situación.

En este tipo de situación, sólo hay una solución, y esa solución es amar a la humanidad. Y uno dice: “¿Cómo podemos arreglar este problema?” No cómo hacer a alguien rico, cómo darle lo que quiere, sino cómo podemos ayudarlo a ser mejor y a mejorar las relaciones entre los Estados. Y entonces invocar el hecho de que estamos haciéndolo, para inducir a las naciones a hacer acuerdos, acuerdos firmes que cambien la naturaleza de las relaciones en este planeta como debamos verlo necesario, al contemplar la alternativa del PLHINO [Plan Hidráulico del Noroeste] en México; al contemplar otros proyectos en América del Sur que están disponibles; al contemplar las grandes necesidades que tiene África, donde se encuentran regiones de hambruna del mundo; al contemplar vastos segmentos de los pueblos de Asia, donde 70% lleva una vida miserable, sin futuro, brutalizada.

Tenemos el poder de cambiar eso, si actuamos. Podemos comprometernos con ese cambio, como una política para unir a las naciones con base en eso.

Rusia está dispuesta a hacerlo si EU acepta. Que estamos decididos, eso es claro. Italia está decidida a moverse en esa dirección con el Nuevo Bretton Woods. Sarkozy, de Francia, está decidido a brindar conducción, desde Francia, con el mismo objetivo. China cooperará si está segura de que EU lo hará. India cooperará; otras naciones lo harán.

¡Todos lo necesitamos! De no conseguirlo, ¡la alternativa es el infierno! Así que no puedes quejarte del precio. Lo necesitamos.

¡Y tenemos que cambiar esta actitud de odio, de a quién odiar, a quién matar, contra quién librar una guerra! No debieron haber destituido a[l presidente pakistaní Pervez] Musharraf; EU lo hizo como un favor a los sauditas, de botarlo, y miren el caos que tenemos en Pakistán ahora a consecuencia de eso. Debemos tener una política, no de conflicto, sino de amor; tiene que ser concreta. Y en razón de eso, podemos unir a las naciones; ¡confiarán unas en otras en razón de eso! Si no lo hacemos, no confiarán en ti, y no puedes hacer un comino. Y ése es el problema que uno tiene.

Así que está sobre el tapete. Lo que propuse el año pasado, en julio pasado, el día 25, es la única maldita buena idea que tenemos en este planeta para resolver este problema, hasta la fecha. Ahora bien, o tienen las agallas para aceptar eso, o se irán al infierno. Yo no voy a enviarlos, ustedes solitos van a hacerlo.

Por ende, necesitamos acabar con este proyecto de ley, ¡destruirlo! Sometámoslo todo a una reorganización por bancarrota, en la que lo que necesitamos que funcione, funcionará. La parte esencial de los bancos, como la define legislación previa, es la que protegeremos, sea que esté o no quebrada, ¡porque las comunidades la necesitan! ¡Necesitan que se protejan sus ahorros! ¡Los necesitan! ¡Los protegeremos! El gobierno los protegerá. Bregaremos con las acreencias de la demás gente después, cuando podamos atenderlas.

Quincy O'Neal

Los valores de la Familia Bush

¿Qué? ¡Por qué tendríamos que pagarle a un apostador que perdió? ¿Qué es esto, una dictadura de los apostadores? ¿Por qué deberíamos tener a un idiota como el secretario del Tesoro, con sus antecedentes, con su historial? Es casi tan malo como Alan Greenspan. ¿Por qué tendríamos que escuchar a estos necios? ¿Por qué tendríamos que poner a estos ladrones y obtusos en el poder? ¿Acaso no podemos confiar en nosotros mismos, si tenemos buenas intenciones?

Yo confío en el pueblo estadounidense, confío en aquella gente que está enojada. No confío en que harán lo correcto, pero sí en su rabia: ¡tienen razón en estar enojados! ¡Este gobierno, este país los ha traicionado! El Congreso los ha traicionado.

En particular, el problema yace en gran medida en el Senado, como verán hoy con la votación [sobre el rescate], porque va a haber un jaloneo. Y el peligro es que alguien en la Casa Blanca va a pensar en llamar a las tropas para reprimir a la población si no le gusta el resultado de la segunda ronda de votación en la Cámara de Representantes. Y la gente tiene que entender esto: tenemos fascismo en este país ahora mismo. Y el centro del fascismo está justo en la Casa Blanca; no se engañen.

Quien ocupa la Casa Blanca es un idiota, un inmoral, un idiota corrupto. Pero, no obstante, ha tenido el poder en sus manos, y hay necios que le permitirán tenerlo y usarlo, o Paulson y su pandilla le darán validez. Podemos tener una dictadura aquí.

Recuerden que el abuelo del actual Presidente de EU fue el tipo que escribió la orden de rescatar a Adolfo Hitler cuando su partido estaba en la bancarrota, hacia fines de 1932. ¡Esta turba era nazi! El abuelo del actual Presidente de EU era un nazi. Para allá iba el padre del actual Presidente; él es algo rústico, un nazi algo rústico, pero perverso. Ese poder está allí, y sólo si el pueblo estadounidense deja en claro que no tolerará esto. . . Y les digo, hay muchos en el Senado a los que les flaquean las piernas con esto; quieren sobrevivir, están demasiados preocupados con su supervivencia como para interesarse en la de la nación o de la humanidad en general. Y tienen que aprender que algunas veces, cuando uno trata de salvar el pellejo, es precisamente así que lo pierde.