Candidatos larouchistas anotan un tanto en la primaria de Michigan


por Marla Minnicino y Rochelle Ascher

Washington (EIRNS)—El demócrata de LaRouche, Kerry Lowry, ganó una victoria contundente el 6 de agosto en las elecciones primarias de Michigan, con el 61,3% de los votos, en el circuito 19 de la Cámara de Representantes de ese estado de los Estados Unidos. En las mismas elecciones, Joseph Barrera, otro demócrata de LaRouche, quien contendía contra un concejal municipal respaldado por la maquinaria oficial del partido y por el periódico de Oakland, Michigan, por poco gana en el circuito 12 del Senado estatal, con el 48% de la votación. Barrera obtuvo 8.838 votos, de un total de 18.000, y ganó en Pontiac por más de 1.200 votos.

La importancia de la victoria de Lowry y del gran número de votos que obtuvo Barrera va mucho más allá de Michigan. Al elegir a un candidato claramente identificado con Lyndon LaRouche, el aspirante a la candidatura presidencial por el Partido Demócrata para las elecciones estadounidenses del 2004, los votantes dieron un gran paso hacia el restablecimiento de la cordura política en su estado y su nación, en momentos en que el sistema financiero mundial se despeña, golpeando a todos los estados y municipios del país, y los EU caminan al desastre global económico, y en otros aspectos.

Los partidarios de LaRouche realizan una movilización para repartir 5 millones de volantes antes del 1 de septiembre, para acabar con el dominio político de los senadores de los EU John McCain y Joseph Lieberman, quienes, juntos, representan la principal amenaza a los EU y a su Presidencia. Uno de los volantes se titula "LaRouche puede salir elegido", y plantea lo absolutamente necesario que es la candidatura de LaRouche para ayudar a los EU a hacerle frente al más grande descalabro financiero en más de un siglo.

Tanto Lowry como Barrera, junto con otros partidarios de LaRouche en Michigan, hicieron campaña inundado al estado con esos volantes. Ambos hicieron del programa económico de LaRouche su principal plataforma electoral en todos sus discursos, y en sus diálogos de uno a uno con el electorado. Los dos llevaron su campaña a las calles, a las iglesias y mezquitas (Michigan tiene una de las mayores concentraciones de árabe-americanos en los EU), a las organizaciones comunales, y de puerta en puerta, haciendo hincapié en las cuestiones fundamentales: la caída de la economía y la crisis estratégica mundial.

'Sólo LaRouche nos dijo la verdad'

El mensaje que Lowry y Barrera le llevaron al electorado fue que sólo LaRouche dijo la verdad. En un folleto de campaña de cuatro páginas, Lowry destacó que, "un candidato, y sólo un candidato, nos dijo que la recuperación económica era un fraude. Ese candidato fue Lyndon LaRouche, quien ya anunció su candidatura a la Presidencia de los EU para el 2004. Mientras Al Gore y George Bush hablaban de cómo iban a gastar el 'superávit' en beneficio de los estadounidenses, Lyndon LaRouche nos dijo que no había tal; nos dijo que la crisis económica en la que estábamos, y estaremos, no era de naturaleza cíclica, sino sistémica. Nos dijo que los EU y el sistema financiero mundial estaban, y están, quebrados de manera irremediable e irreversible. Lo sucesos ocurridos desde las primarias del 2000, prueban que LaRouche fue el único candidato que nos dijo la verdad".

El folleto también describe las medidas económicas de emergencia que deben tomarse, los proyectos requeridos en áreas tales como la salud y el transporte público, así como la restauración de la educación clásica, y una verdadera guerra a las drogas.

Tan identificado estaba Lowry con LaRouche, que un periódico de la región, el Observer and Eccentric informó de su candidatura en su edición correspondiente al 18 de julio, con el titular "Demócrata de LaRouche prevee descenso económico". Según el artículo, Lowry es un "autoproclamado demócrata de Lyndon LaRouche", quien describe su campaña como "una de perspectiva nacional amplia, más bien que de perspectiva estatal y local".

En su folleto, Lowry (Barrera también publicó uno) recalcó que LaRouche ganó la primaria presidencial demócrata de Michigan en el 2000. Temiendo la influencia de LaRouche, la cúpula del Partido Demócrata de Michigan determinó que la primaria no contaba, y rehusó reconocer los votos que se sufragaron por LaRouche.

Ahora, dos años después, cuando la condición de la economía desciende a niveles catastróficos, el electorado de nuevo se fija en LaRouche.

El estado de Michigan enfrenta ahora un déficit de proporciones monumentales, y una gran cantidad de obreros del sector manufacturero han quedado cesantes. Aparte de aumentar ciertos impuestos, el gobernador del estado, John Engler, un republicano, recortó 859 millones de dólares en subsidios a los municipios. Al menos dos ciudades del estado, Flint y Highland Park, se han declarado oficialmente en bancarrota. La ciudad de Pontiac perdió 10 millones de dólares de su presupuesto, lo que llevó al presidente del Concejo Municipal a invitar a un representante de Lyndon LaRouche a hablarle a ese cuerpo legislativo sobre la crisis financiera. La presentación del portavoz de LaRouche y las preguntas y respuestas se transmitieron en vivo a todos los residentes de la ciudad.