El FMI le exige al Japón que inicie la
'Crisis asiática II'


Heizo Takenaka, Ministro de Servicios Financieros

por Kathy Wolfe

Newsweek, vocero del banco de inversiones Lazard Frères de Wall Street, reanudó la primavera pasada la campaña de exigencias del American Enterprise Institute (AEI) y sus economistas de Wall Street, de que Japón aplique la misma "terapia de choque" del Fondo Monetario Internacional (FMI) que se impuso a Corea del Sur de 1997 a 1999. El editorial de Newsweek Asia del 14 de octubre, titulado, "Aprendiendo del alumno: si Japón quiere evitar una crisis bancaria debe considerar el camino que siguió su ex alumno, Corea del Sur". Ese programa del FMI destruyó 20% de la capacidad industrial de Corea, incluyendo 14 de sus 30 conglomerados industriales, y 30% de las empresas industriales y bancos restantes se vendieron a extranjeros a precio de ganga.

Al ensayo de Newsweek lo acompaña una entrevista con el experto en terapias de choque japonés, educado en Harvard, el ministro de Servicios Financieros Heizo Takenaka, cuyas responsabilidades aumentaron durante el reciente cambio en el gabinete. Takenaka dijo: "Ningún banco [de Japón] es demasiado grande para quebrar". Takenaka también le dijo a la televisión japonesa el 5 de octubre, que las principales compañías industriales deben cerrar. "Si las empresas inviables se vienen abajo, sería parte de las reglas de la economía capitalista", dijo Takenaka. "A las empresas no se les permitirá seguir funcionando sólo porque son grandes".

Estas declaraciones, que dieron en llamar "el choque de Takenaka", golpearon a los mercados bursátiles japoneses y coreanos cuando ya estaban a la baja, mandándolos a pique del 7 al 10 de octubre, cuando los inversionistas extranjeros vendieron al descubierto. La bolsa de Tokio, ya con una baja de 23% a fines de septiembre, de los 10.200 puntos con que contaba en julio, cayó otro 8,5% en los primeros diez días de octubre, a 8.400. El índice KOSPI de Seúl, habiendo perdido un tercio de su valor, también cayó otro 9% en los primeros diez días de octubre. Irónicamente, al proponerse el experimento del FMI en Corea como modelo, esta nación se derrumba violentamente, en lo que Morgan Stanley llamó "un aterrizaje duro".

Este y otros acontecimientos similares muestran que se encuentra en marcha una "Crisis asiática, parte II". Ahora se organiza una corrida contra los valores asiáticos como la de 1997, en un intento de los especuladores angloamericanos y globales por obtener dinero para tratar de levantar los agonizantes mercados de Wall Street una última vez. También es un intento de realizar una acción de "bombardeo estratégico", para golpear otra capa de la industria pesada japonesa y coreana, y reducir su capacidad de construir la Nueva Ruta de la Seda a través del este de Asia.[FIGURE 31]

El ángulo Lazard

EIR ha advertido una y otra vez de la propuesta del FMI de repetir la terapia de "choque" coreana en Japón. Los resultados fueron bastante destructivos en Corea; hagan lo mismo en Japón, la segunda economía del mundo, destruyan la soberanía nacional de Japón, y Wall Street podrá inutilizar el eje industrial de todo el Puente Terrestre Eurasiático. Como EIR informó, el embajador Steven Bosworth, enviado de los Estados Unidos a Seúl durante la crisis de 1997–1999, le exigió esto a Japón por primera vez en una entrevista que le hizo Nikkei en noviembre de 2001. EIR informó el 29 de marzo que los economistas de Wall Street, como John Makin del fondo de apuestas financieras Caxton, el AEI, Citibank y el gobierno de Bush, han venido exigiendo desde enero que Japón promulgue un "programa Corea".

En 1975, el entonces director de operaciones del banco Lazard de inversiones, Felix Rohatyn, paralizó la economía de Nueva York para rescatar a J.P. Morgan, al Chase y a Citibank. En 1997, se destruyó la economía y el sistema financiero de Corea del Sur, junto con la mayor parte del sureste de Asia, para rescatar la cartera vencida de sus principales acreedores: Morgan, Chase y Citibank. Hoy, las mismas firmas de Wall Street, más quebradas que nunca, quieren "cobrarse" a una escala aún mayor. Los créditos y las inversiones de estas y otras firmas angloamericanas ya están volando de Tokio y Seúl, a razón de 20.000 millones de dólares y 3.000 millones por trimestre, respectivamente. Este flujo sirve, en efecto, para cubrir las perdidas de Wall Street.

El ángulo de Lazard Frères explica el hecho, de otro modo extraño, de que una revista popular como Newsweek haya publicado, no un artículo noticioso, sino una larga y detallada lista de políticas que se le exigen al Japón. El "problema" en Japón y Corea, dice Lazard, son las políticas pro industriales de la Restauración Meiji del siglo 19. Esto, en la "lógica de Lazard", ha causado una "sobrecapacidad industrial" tal, que las industrias no pueden pagar sus préstamos, lo que lleva a una explosión de los préstamos inviables de los bancos. Corea le permitió al FMI cerrar una parte de su industria, pero Japón se ha negado, concluye Lazard, así que, a menos que Tokio adopte esta solución, Japón sufrirá una gran corrida especulativa contra sus acciones.

Newsweek dijo que "puede que de veras estemos llegando al final del camino esta vez" para los sistemas financieros japoneses, y los extranjeros lanzarán una corrida especulativa, a menos que de inmediato "compongan sus bancos con problemas", como hizo Corea "después del crac financiero de 1997". El nuevo zar económico del primer ministro Junichiro Koizumi, Takenaka, no esconde el hecho de que es alumno de las reformas bancarias de Seúl. Cuando Newsweek le preguntó el año pasado si Japón seguiría el esfuerzo de Corea de liquidar las empresas industriales sepultadas en deudas, respondió, "podemos y debemos hacerlo".

¿No más Meiji?

El "problema" que señalaron Newsweek y Lazard, es que tanto Japón como Corea utilizaron una política industrial planificada. "Las raíces de ambos sistemas bancarios datan del Japón del siglo 19, cuando los bancos florecieron en el centro de los zaibatsu, camarillas industriales dirigidas por clanes acaudalados con nombres como Sumitomo y Mitsui. Los bancos canalizaron el ahorro interno y los préstamos gubernamentales a compañías hermanas cuyas exportaciones absorbieron divisas extranjeras para el Tesoro, lo que erigió una reserva de dinero que se cultivó como símbolo de fortaleza nacional. Corea del Sur copió la estructura de estos conglomerados bancarios y manufactureros con chaebol como Hyundai y Samsung, que convirtieron al país en una gran potencia exportadora mundial después de la Guerra de Corea".

Este fue el mayor pecado contra el fundamentalismo del libre mercado. "La lógica de ambos países no era del todo económica", lloriqueó Newsweek; en cambio, se atrevieron a preservar la soberanía nacional. "Los cabecillas del Japón han dirigido su país, ya por más de un siglo, con tres objetivos: mantener la independencia del país de la dominación extranjera, su propia sobrevivencia como élite gobernante y su control continuo sobre los aspectos económicos y políticos cruciales".

Qué tontos son Japón y Corea al querer evitar el destino de China en las Guerras del Opio "del librecambio" británico. Las exigencias de Wall Street no mencionaron el hecho de que los economistas japoneses y coreanos del periodo Meiji fundaron sus programas en los de Alexander Hamilton, el primer Secretario del Tesoro de los EU, quien peleó en la Revolución Americana, también contra el "libre comercio" imperial británico

Newsweek llamó "suertuda" a Corea por habérsele "forzado a aceptar un rescate del FMI por 58.000 millones de dólares" en 1998. "De la humillación surgió la voluntad de hacer cambios radicales. . . Presionado por el FMI, el presidente coreano Kim Dae-jung rápido procedió a romper las cómodas conexiones entre los principales conglomerados y los bancos. Catorce de los 30 mayores chaebol han cerrado sus puertas, incluyendo al tercero más grande, Daewoo. Nacionalizó los seis bancos principales y cerró los negocios de veintenas de pequeños prestamistas, recortó la fuerza laboral industrial un 40% e inyectó un total de 130 mil millones de dólares para sanear los balances de los bancos que quedaron.

"Las reformas despertaron a las fuerzas del mercado. `El mayor cambio en la economía coreana fue el fin del control gubernamental sobre la colocación y el costo del crédito', dijo un banquero".

Pero, se queja Newsweek, Japón tenía 14 billones de dólares de ahorro interno, y así eludió al FMI, "permitiendo que continuara la sobrecapacidad industrial. . . Pero ahora, Takenaka. . . le declaró la guerra a los principales bancos japoneses. Nombró una fuerza especial atiborrada de reformadores, incluyendo a Takeshi Kimura de KPMG Consultores [de Wall Street], que piensa que Japón debe cerrar rápidamente sus 30 empresas más endeudadas". Japón tiene sólo unos meses para aplicar la terapia de choque del FMI, o será destruido, concluye Lazard.

Cae el 'modelo coreano'

Sin embargo, mientras Wall Street trata de vender el "milagro económico" de Corea, ésta se derrumba, al igual que Brasil, México y todas las "historias de éxito" del FMI. De hecho, el "éxito" de la terapia de choque del FMI en Corea se basó en la inyección de dinero caliente del extranjero, el cual casi triplicó el valor del mercado bursátil coreano desde 1998, a un nivel máximo de 960 puntos en el KOPSI en abril pasado. Pero ahora, el dinero caliente del extranjero está saliendo tan rápido como entró, desenmascarando el milagro como un fraude al consumidor.

La verdadera historia del FMI en Corea es que "simplemente importamos al mayoreo el estilo bancario y de los mercados de capitales de los EU, y ahora nuestros mercados no funcionan", le reveló a EIR un economista coreano que negoció con el FMI cuando la burbuja estaba en todo su esplendor. "El imponer un sistema bancario como el de los EU a la economía industrial coreana, fue como mezclar kimche con coca cola. . . El FMI insistió en que liberalizáramos nuestros mercados bancarios, nuestros mercados de capitales, nuestros mercados laborales, todos los mercados. Así que nos abrimos a todo, y subimos las tasas de interés hasta en un 20%, como lo exigió el FMI; y el único resultado fue que los bancos estadounidenses obtuvieron ganancias increíbles, comprando empresas barato y ¡haciendo préstamos al 20% de interés!

"Las empresas y los bancos coreanos sólo siguieron perdiendo dinero. El mayor pecado del chaebol, a los ojos del FMI, fue que ampliaron sus instalaciones productivas muy rápido. Tomen como ejemplo a Hanbo Steel: terminó fulminada por el pecado de construir una planta de producción de acero demasiado grande. . . Antes, los bancos coreanos solían ayudar a las industrias cuando sufrían de falta de liquidez. Ahora, los bancos coreanos se niegan a dar cualquier préstamo a la economía coreana; ahora siguen el estilo americano, y prestan sólo por las ganancias, evitando el riesgo. El gobierno coreano le ofrecería fondos a los bancos, pero lo único que harían es colocar el dinero en bonos del gobiernos con un 20% de interés. Por eso tenemos tantas pequeñas y medianas empresas que se han ido a pique, sin mencionar a los gigantes industriales que perdimos, como Hanbo Steel, Daewoo y Hyundai. Pero esto fue muy redituable para los inversionistas occidentales", concluyó. "Ahora, el dinero caliente del extranjero controla un 30% del mercado bursátil coreano, cuando antes de 1997 sólo controlaba un 9%".

Basados en la burbuja bursátil, el gobierno coreano y los bancos crearon una enorme burbuja adicional de crédito al consumo. Por consejo del FMI, las empresas y los bancos coreanos comenzaron a repartir tarjetas de crédito en casi cada esquina, incluso casa por casa. Desde 1997, Corea pasó de ser una nación sin tarjetas de crédito, donde el gasto se basaba casi por completo en el dinero ahorrado, a tener un promedio de cuatro tarjetas de crédito per cápita. La deuda total por hogar ha aumentado a un ritmo de 34% anual, hasta casi los 400 mil millones de dólares.

Pero, como dijo la fuente de EIR, la burbuja de Seúl no duró. Este verano, cuando Wall Street se hundió y le siguió el índice Nikkei, todo se desfondó en Seúl. Las acciones del KOSPI han caído casi 30% desde abril, mientras el dinero caliente del extranjero huye tan pronto como entró. Con el derrumbe bursátil, también la burbuja del consumo está reventando. El Banco de Corea (banco central) presentó un informe el 8 de octubre, titulado, "Se teme que la deuda hogareña desate bancarrotas generalizadas". Y concluye: "Los hogares corren cada vez mayores riesgos crediticios al aceptar más préstamos de las instituciones financieras, causando preocupación acerca de un posible gran número de bancarrotas hogareñas". Un funcionario le dijo al "Korea Times" que, "el aumento de los préstamos al sector de ventas al detalle aceleró el mes pasado, debido a un aumento en los préstamos hipotecarios, causado por incrementos en los precios de los bienes raíces"; pero dijo que estas hipotecas estaban vendiéndose en la especulación con bienes raíces.

Peor aún, la proporción de la deuda hogareña frente al PIB llegó al 70%, lo que es "una rápida aproximación al nivel estadounidense del 80% del PIB", advirtió el Banco de Corea. "Tener una expansión del crédito cuando los precios de los bienes raíces están en una burbuja, es una señal peligrosa para la economía".

"Ansiedad por un aterrizaje duro", fue el editorial del Korea Times del 9 de octubre. "Además de la advertencia de Morgan Stanley de un aterrizaje duro para la economía de Corea, los presagios de una deflación se ven en toda nuestra sociedad, mientras que una serie de factores económicos adversos del extranjero, como el crac de los mercados bursátiles estadounidenses y el riesgo persistente de una guerra de los EU contra Iraq, se suman a las preocupaciones. Las deudas hogareñas se acercan rápidamente a los niveles de los EU, con una deuda promedio por hogar que se espera llegue a los 30 millones de won (25.000 dólares) para fines de este año. Sobra decir que esta tendencia crea la preocupación de que haya un número inmenso de bancarrotas hogareñas".

Corea regresará a los días negros de 1997 y a algo peor, a menos que Asia bote la política del FMI de una vez por todas.