LaRouche en Italia: No aflojemos la presión para parar la guerra en Iraq


Lyndon H. LaRouche en Italia

En su visita más reciente a Italia, del 22 al 25 de noviembre, el precandidato presidencial estadounidense Lyndon H. LaRouche ofreció una conferencia sobre la seguridad en Europa, y la Asociación de Prensa Católica le organizó una conferencia de prensa; los periódicos y la televisión lo entrevistaron; y amplió el impacto de su ya profunda influencia en Italia. Su perspectiva del Nuevo Bretton Woods para rehacer el sistema financiero mundial fue el eje de una resolución aprobada por la Cámara de diputados de Italia en septiembre.

A su llegada el 22 de noviembre, LaRouche habló en la conferencia de prensa que tuvo lugar en las oficinas de Cáritas en Milán, misma que duró dos horas.

Al día siguiente, 200 personas se congregaron para la conferencia que dictó sobre "La necesidad de seguridad en Europa", organizada por la Casa d'Europa, una organización nacional de empresarios, profesionistas y políticos que aborda cuestiones que le competen a Italia y a la Unión Europea. LaRouche fue uno de los tres invitados de honor, junto con el presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, y el reconocido sociólogo Giorgio Galli. Prodi, que no pudo asistir, envió un telegrama. Galli abrió el pánel de la mañana, en el que LaRouche también participó.

El 24 de noviembre, LaRouche visitó la República de San Marino, a invitación expresa de ese pequeño enclave; se reunió con los regentes, así como con funcionarios del gobierno, del banco central y de algunos bancos privados, y habló ante el congreso del Partido Demócrata de San Marino.

El peligro de guerra sigue latente

En cada una de estas intervenciones, LaRouche exploró la relación entre el peligro de guerra y la aguda crisis monetaria y financiera global. Explicó que su movimiento y otros que se oponen a una guerra en Iraq han tenido éxito, por ahora, en parar la amenaza de guerra, pero advirtió que el peligro sigue latente; la facción guerrerista de los "gallinazos" en los Estados Unidos sigue empecinada en tener su guerra. Todo mundo rió cuando LaRouche dijo que las fuerzas antiguerra incluyen a los militares, mientras que la facción belicista está compuesta por elementos que le sacaron al servicio militar, como el vicepresidente Dick Cheney. Estos gallinazos utopistas no cejarán en su intento de emprender una guerra, advirtió.

LaRouche insistió en que los europeos no repitan el error de pensar que la guerra es inevitable, sino que, en cambio, aumenten la presión antiguerra.

LaRouche les explicó a los italianos cómo opera la Presidencia de los EU, y dijo que su papel especial ha sido, entre otras cosas, el de representar la perspectiva de Europa contra la guerra ante las instituciones estadounidenses, incluyendo la de la Presidencia. En ese marco, dijo, no aflojemos la presión; si logramos evitar la guerra hasta febrero, puede que ya no ocurra.

El sistema financiero está condenado

En cuanto a la crisis financiera, LaRouche demostró que la economía del orbe está quebrada: los bancos de los EU, el sistema bancario japonés, los principales bancos europeos, todos están quebrados. La proporción de obligaciones financieras a corto plazo, especialmente los derivados, frente a la producción mundial total, hace virtualmente impagable la deuda. Por ejemplo, si Brasil acepta las condiciones del Fondo Monetario Internacional, tanto el Brasil como el FMI revientan. Si no lo hace, el FMI y los principales bancos estadounidenses (como J.P. Morgan Chase y Citigroup) están perdidos. Esa eventualidad podría desatar una sucesión de bancarrotas en el sistema financiero, que podría azotar tan pronto como la Navidad.

Así que, se hace urgentemente necesario un nuevo sistema monetario y financiero para el mundo; entre otras cosas, para pemitir un comercio ampliado entre Europa y Asia, sobre la base de acuerdos a 25 años, que deben gozar del respaldo de los gobiernos. El Parlamento italiano ha tomado el liderato en el movimiento hacia un Nuevo Bretton Woods, como lo ejemplifica su resolución del 25 de septiembre. Por jugar este papel, indicó LaRouche, Italia ha sido blanco de un ataque desestabilizador; por ejemplo, en el uso del testigo controlado por el Departamento de Justicia de los EU contra el senador Giulio Andreotti, una figura destacada del ámbito político italiano, ahora víctima de un complot. Esta desestabilización no debe detener a Italia en su empeño por desempeñar un papel político internacional digno de su gran tradición.[FIGURE 1]

LaRouche, cuyos análisis y "fuertes ideas" son sumamente apreciadas en Italia, fue muy bien recibido. En Milán, el periódico nacional Milano Finanza y la estación local de televisión Telenova lo entrevistaron. En San Marino, la red nacional de televisión también lo entrevistó, y los regentes lo recibieron como el representante "de una de las escuelas de pensamiento más destacadas en el campo de la economía, quien demostró en varias ocasiones tales cualidades de interpretación y discernimiento sobre cuestiones económicas, que se le considera una referencia obligada en el debate internacional".

La Liga Antidifamación (ADL, siglas en inglés) y sus copensadores del Partido Radical (quienes eligieron a la prostituta Cicciolina al Parlamento italiano en los ochenta) trataron de sabotear la reunión programada para el 22 de noviembre, entre Concejo Regional de Milán y LaRouche, pero con poco éxito (ver recuadro).

En una cena con el Concejo Regional, LaRouche explicó que la movilización de la ADL debía interpretarse como parte del esfuerzo por desetabilizar el ambiente político interno de Italia, y entenderse en términos de la importancia de la iniciativa del Parlamento italiano sobre el Nuevo Bretton Woods, y en el marco del ataque contra el senador Andreotti.

La herencia clásica de Italia y su papel en la solución a la crisis sistémica actual

Lyndon LaRouche habló el 23 de noviembre ante la Casa d'Europa en Milán, una organización nacional italiana de empresarios, profesionistas y políticos preocupados por la integración económica de Europa. LaRouche fue el primer orador del pánel de la mañana. Se añadieron los subtítulos.

Gracias, señoras y señores.

Lo que tengo que decir en relación al asunto que enfrentamos, tiene que ver con el hecho de que el mundo encara, en lo inmediato, ciertos cambios amplios, generales en las relaciones institucionales entre regiones y entre naciones del mundo. Presentaré estos puntos desde ángulos sucesivos diversos; al final, verán a qué me refiero.

Para empezar, quiero que consideren la situación que existe entre la crisis económica que ahora desciende sobre el mundo, y la escapada que nos dimos recientemente, de lo que ya se creía un ingreso inmimente a una guerra generalizada en el Oriente Medio.

Parando la guerra contra Iraq

Sé que mucha gente en Europa, que en realidad no entiende cómo funcionan las instituciones de los Estados Unidos, fue persuadida de que los EU definitivamente irían a una guerra contra Iraq. Ahora bien, la guerra nunca fue inevitable, aunque todavía es posible. Es cierto que tanto la dirigencia del Partido Demócrata como la del Republicano no hicieron nada significativo para evitar la guerra; pero deben saber que nuestra Constitución en los EU es única entre las constituciones de las naciones. Pueden comprenderlo, porque se basa en principios que se desarrollaron en Europa. El nuestro, es un sistema presidencial, en donde el poder legislativo no tiene ningún poder ejecutivo importante; lo que significa que, alrededor del presidente de los EU, existen instituciones permanentes, tanto oficiales como extraoficiales.

De modo que, cuando enfrenté el problema de tener que persuadir a mis conciudadanos de no irnos a una guerra contra Iraq, me concentré en esas instituciones, y no perdí mi tiempo con la dirigencia de los partidos políticos. Para ustedes en Europa, fue más visible el papel de los militares estadounidenses. Los militares de EU, como las personas inteligentes que son, no querían una guerra ahí. Y en nuestras instituciones, los militares retirados tienen un papel activo, al igual que los que están en servicio activo.

Es usual que, en público, los militares activos cierren la boca y dejen que los retirados hablen. Y probablemente sepan del papel que jugó el general Brent Scowcroft en contra de esta guerra, y también el del general Zinni, de la infantería de Marina.

La oposición militar fue crucial, pero sólo lo esperado. Grandes sectores de la inteligencia, grandes sectores de diversas instituciones de los gobiernos, todos concordaban en esto. Así que todos los que estábamos involucrados, estuvimos de acuerdo en tres puntos. Y mi función era articular algunos de estos conceptos, que se adoptaron.

Primero, teníamos que quitarle de las manos al gobierno la prerrogativa de la guerra, y ponerla en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.

Segundo, teníamos que convencer a Saddam Hussein para que aceptara esa idea.

Tercero, teníamos que hacer que los EU aceptaran una decisión favorable de parte de las Naciones Unidas.

Antes de las elecciones del 5 de noviembre no pudimos avanzar mucho. Pero en negociaciones, tras bastidores, con Francia y otros gobiernos, Rusia y demás, se hicieron arreglos previos. Y, como pudieron observar, una vez concluidas las elecciones intermedias del 5 de noviembre, estos arreglos empezaron a funcionar.

'Damas y caballeros, estamos en bacarrota'

Pero esto sólo ilustra el asunto. Ahora, el mundo enfrenta la peor crisis sistémica en siglos. Es una crisis de desintegración generalizada, no una coyuntural. Por tanto, esto significa que las instituciones existentes han fracasado, que no se trata de un problema coyuntural normal interno. Esta crisis embiste de tal forma, que no podemos más que esperar que ocurra un desplome de los sistemas bancarios de naciones enteras, en las próximas semanas o meses. Los principales bancos de los EU están, se los aseguro, todos en bancarrota actualmente. Las principales instituciones bancarias europeas están en bancarrota. El sistema bancario japonés está en bancarrota.[FIGURE 2]

Este es un proceso de bancarrota que ha venido gestándose por un largo período, desde más o menos 1964, pero especialmente desde 1971. Por 1964, después del asesinato de Kennedy, ocurrieron ciertos cambios en Inglaterra y en EU, que se extendieron a Europa y al resto del mundo. Como la mayoría de ustedes recordará, durante la posguerra, después de 1945, Europa y otras partes del mundo emprendieron una gran reconstrucción, y recuperación, período que abarcó desde el inicio de la posguerra hasta mediados de los 1960. Pero a partir del primer gobierno de Harold Wilson en Gran Bretaña y de que los EU se embarcaron en la guerra de Indochina, y de la introducción en los EU, y dondequiera, de la llamada contracultura juvenil de las drogas, rock y sexo, los EU sufrieron un cambio cultural, Gran Bretaña sufrió un cambio cultural, y a Europa se le obligó a seguirlos.

Como resultado de esto, especialmente desde la decisión de 1971, de las decisiones en Rambouillet de 1975, y en especial del período posterior a 1982, el mundo sufrió uno de los peores períodos de degeneración y decadencia que hayamos experimentado en la civilización europea moderna.

El mundo antes de 1964–1971, creía en la reconstrucción, en la reconstrucción económica. Los países en desarrollo querían el derecho, no sólo a la libertad política, sino también a la contrucción y al desarrollo agroindustrial, como en Europa y las Américas. Pero a mediados de los 1960, dimos un giro, como el de Italia después de la Segunda Guerra Púnica. Antes de eso, creíamos en la producción. Entramos a lo que se llamó una sociedad consumista. Y como la antigua Roma en el período posterior a la Segunda Guerra Púnica, los EU y Europa se convirtieron cada vez más en sociedades consumistas, en vez de productoras; especialmente después de la decisión de 1971 de cambiar a un sistema de tasas de cambio flotantes. La globalización y demás no fue sino una nueva forma de imperialismo, en la que saqueamos las regiones más pobres del mundo, su mano de obra barata y sus materias primas, para que nosotros en casa, en Europa y EU, viviéramos como consumidores, endeudándonos con tarjetas de crédito.

Esta es una gran destrucción de la riqueza, y de la capacidad para producirla, que ha afectado al mundo en su conjunto desde entonces. Hemos destruido la infraestructura económica básica, los sistemas ferroviarios, los de generación y distribución de energía. Hemos destruido la agricultura. Hemos destruido nuestras principales capacidades de producción industrial. Pero hemos multiplicado enormidades la cantidad de obligaciones financieras por pagar, a la vez que hemos contraído nuestras capacidades reales de producción física.

Ahora hemos llegado al punto en que la deuda a corto plazo del mundo, equivale a 10 veces el producto interno bruto de todas las naciones juntas.

Damas y caballeros, estamos en bacarrota. Las naciones están quebradas. Los sistemas bancarios están quebrados. Y estamos en quiebra a causa de nuestras propias políticas. La mayoría de las quiebras se deben a que la administración es incompetente, o el gobierno es incompetente, o el sistema de banca central es incompetente.

Reorganicemos la deuda de Europa, ¡y exportemos!

Así que, esto es lo que quiero decir por crisis sistémica. Tenemos una crisis cultural. Hemos destruido la cultura de la que dependía el desarrollo exitoso de la civilización europea. Nos hemos enfrascado en una gran destrucción del capital esencial, de infraestructura, industria y agricultura, del que ha dependido nuestra prosperidad. Por tanto, debemos cambiar el sistema.

Esto nos obliga a llevar a cabo, muy pronto, cambios radicales en las instituciones, pero aprovechando las mejores lecciones de la experiencia del pasado.

Por ejemplo, Europa está, bajo las presentes circunstancias, irremediablemente en bancarrota. Por ejemplo, en el norte de Italia existe un espíritu emprendedor entre los pequeños empresarios privados. Muchos de ellos, sobre todo de esta región del norte, promueven muy agresivamente sus exportaciones. Su rendimiento es excelente. Como saben, tienen poco capital; se autofinancian. Son innovadores, adaptables. En [otros] países los quieren, porque no sólo van como vendedores, sino como socios.

Alemania tiene una gran potencial exportador. Alemania exporta considerablemente a la India, y el mayor crecimiento de sus exportaciones es con China.

Ahora, podríamos reorganizar las finanzas de Europa, aunque tengamos que hacerlo en bancarrota. Existen oportunidades muy efectivas a largo plazo en el mundo. Para Europa, éstas se encuentran sobre todo en el este, sudeste y sur de Asia. Realmente podríamos reorganizar, junto con Rusia, su deuda, para que fungiera como intermediaria con el este, sur y sudeste asiático. Esto implica una reorganización del sistema monetario internacional.

Pero también significa que Europa debe desarrollarse, reorganizarse, para convertirse en un gigante exportador, que cubra las necesidades de los mercados del este, sudeste y sur de Asia. Lo que significa que deben darse ciertos cambios institucionales en Europa, como los de un mercado común ampliado.

Por ejemplo, las exportaciones a largo plazo necesitan créditos a largo plazo con una tasa de interés del 1 al 2%, a 25 años. Necesitan un sistema de tasas de cambio fijas. Necesitan un sistema proteccionista. No podemos hacer inversiones de largo plazo a 15 o 25 años en Asia, a menos que protejamos el área en la que extendemos el crédito.

Así que, todo esto es posible. Podemos, si creamos nuevas instituciones, o las reformamos, resolver todos y cada uno de los problemas del orbe y de las regiones de este planeta. Esto significaría someter a todos los actuales sistemas de banca central a una reorganización por bancarrota.

Los utopistas evasores del servicio militar quieren una guerra

Ahora permítanme concluir señalando un asunto muy importante, que pertenece al ejemplo del reciente peligro de guerra contra Iraq.

¿Cuál es la causa de la guerra? ¿Quién quiere la guerra? Si ven a la gente que está detrás de la guerra, todos rehuyeron el servicio militar en los EU durante la guerra de Vietman. Los que se oponen a la guerra, la mayoría eran altos oficiales, u oficiales de alto rango en retiro, quienes, como tenientes, capitales y mayores, prestaron servicio en la guerra de Vietnam. Así que los soldados eran los pacifistas, en tanto que los que le sacaron al servicio militar ¡eran los guerreristas!

Por ejemplo, el vicepresidente de los EU, Cheney. El Presidente de los EU —el actual Presidente— prestó servicio en la unidad de guardias nacionales y así evadió el servicio en el exterior. El núcleo de asesores del Presidente, en cuanto a la guerra, ¡antes fueron trotskistas!

¿Qué significa esto? Encontramos que lo mismo sucede en Europa. ¡La gente tradicional no quiere esta guerra! No quieren ningún esquema utópico. Quieren soluciones institucionales prácticas a problemas prácticos.

El problema que tenemos en los EU, es que mis enemigos ahí —y estoy orgulloso de que lo sean— son los seguidores de Bertrand Russell y Herbert George Wells, quien inventó la idea de una utopía, una utopía mundial: un gobierno mundial por medio de una combinación de movimientos pacifistas y el terror nuclear. Mucha gente de mente estrecha fue reclutada por Bertrand Russell y sus seguidores. Trataron de armar esquemas utopistas basados en, "Me gusta esto; me gusta aquello; me gusta esto otro. Lo Juntaremos y tendremos una sociedad perfecta".[FIGURE 3]

De modo que esta gente, con sus esquemas desquiciados, quisieron crear una utopía unimundista. Es lo mismo que hizo el Imperio Romano. La diferencia entre esta gente y los legionarios romanos, es que los legionarios establecieron un imperio cuando estaban en la cúspide de su poder. Estos tontos quieren establecer un imperio en el nivel más bajo de su poderío económico y mental.

El papel de Italia en el desarrollo

Así que, lo que han estado discutiendo en estas instituciones es relevante. Yo creo que tenemos que situarlo en un marco mundial, ponerlo en términos de la situación mundial global que enfrentamos ahora, y basarnos en principios probados y duraderos de ley, como la ley natural, de la que Italia tiene una gran herencia, en especial desde el Renacimiento del Siglo 15.

En Francia se creó uno de los primeros Estados nacionales, un Estado nacional moderno, bajo Luis XI, y en Inglaterra, bajo Enrique VII. El Renacimiento de la civilización europea, después de la Era de las Tinieblas del Siglo 14, se produjo a la sombra de la cúpula de la Catedral de Florencia; la cúpula que construyó Brunelleschi. La razón por la cual el sistema parlamentario de Italia ha tomado el liderato en la reforma de las instituciones monetarias internacionales [ver Resumen ejecutivo de la 1a quincena de noviembre de 2002], se debe, en mi opinión —por mi contacto y discusiones con esta gente—, a la herencia de la ley natural, que es una herencia de la Grecia clásica, una herencia de los apóstoles Juan y Pedro; pero también es una herencia del renacimiento del clasicismo en Italia durante el Renacimiento del Siglo 15.

Y, de hecho, Italia debería regocijarse nacionalmente por tener que jugar ese papel de nuevo.

Les estoy muy agradecido. [aplausos]