Análisis de LaRouche Resumen electrónico de EIR, Vol. I, núm. 16

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Dejemos de ser Sancho Panza


"Y denme de comer, o si no, tómese su gobierno; que oficio que no da de comer a su dueño no vale dos habas". (El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, II parte, capítulo 47).

Documentation: Juventudes larouchistas

Durante su reciente visita a México, Lyndon LaRouche tuvo oportunidad de platicar con los jóvenes mexicanos el 4 de noviembre de 2002, en la ciudad de Saltillo, México, sobre cómo la juventud tiene la capacidad, y el compromiso, de crear un nuevo renacimiento en México, y en el mundo. A continuación presentamos el diálogo que LaRouche sostuvo con su movimiento de juventudes en México, después de su mensaje inicial (ver Resumen ejecutivo de la 2a quincena de diciembre de 2002, vol. XIX, núm. 24, pág. 22). Marivilia Carrasco fue la moderadora.

Pregunta: Por ejemplo, al momento de organizar —pues obviamente que usted mismo ya cuenta con mucha experiencia, más que cualquiera de los aquí presentes—, ¿qué pasa cuando se insmiscuye? ¿Siente inseguridad? ¿Qué es, por ejemplo, lo que usted pensaba, si alguna vez le pasó esa situación de sentirse, pues, como inseguro para poder hacer un cambio? ¿Qué es lo que le pasaba por la mente para escuchar eso, y asimilar y retomar el liderato necesario?

El arte de organizar

LaRouche: ¿Qué harías si fueras una actriz o estuvieras preparándote para ser una, para desempeñar un papel en un drama clásico? Supongamos que quieres hacer una presentación dramática de Don Quijote. Es el mismo proceso, el mismo problema. Primero, en el ensayo, cuando uno se prepara para escenificar esta dramatización de Don Quijote, o de cualquier obra dramática.

Bueno, supongamos que, por ejemplo, quieres presentar una dramatización de Don Quijote; vas a necesitar tres personajes. Uno, un personaje que salga al escenario, como el Coro en Enrique V de Shakespeare, que diga: "Lo que ven en este escenario —digamos el escenario del Don Quijote de Cervantes— no es real". ¿Adónde yace, entonces, la realidad, si la mera descripción de lo que les digo no es real? ¿Adónde yace la realidad? En la imaginación. No me miren a mí, no se fijen en el escenario, miren el escenario de su propia mente, el escenario de su imaginación, y vean lo que tiene lugar en ese escenario.

Ahora, tenemos otros personajes que verán como si fueran irreales. Tenemos a ese loco de don Quijote y a ese méndigo gordo de Sancho Panza. Sancho Panza es España, esa es la verdadera España. La España que ustedes creen ver no es real, estos personajes no son reales, pero en alguna parte existe una verdadera España que llamamos una tragedia, que vemos atrapada entre ese idiota de Felipe II y el típico campesino español que no podía pensar más allá de su interés local. A Sancho Panza se le da una isla para que la gobierne, le dan toda la autoridad para que gobierne. La gente que antes la agarraba contra él, ahora lo deja tranquilo; es gobernador. Y lo que él hace, ¡es sentarse a llenarse la panza!

Ahora, en alguna parte existe esta realidad, en la imaginación. Ahora vas a escenificar esto, vas a designar a distinta gente para que represente el papel del personaje de don Quijote. No vas a sentarte ahí a recitar las líneas que aparecen; te convertirás en ese personaje. Pero no te van a ver a ti —no te verán si lo haces bien— sino al personaje que has creado en su imaginación.

Esto, en esencia, es lo que haces cuando estás en la calle con una situación parecida. Intervienes en una sociedad que es una tragedia; nuestra sociedad. Hay gente más o menos lunática, como don Quijote, Sancho Panza y los otros personajes del Don Quijote. Uno trata de transmitir, como Cervantes trató de transmitirle a la pobre gente de España: "Esto es lo que eres, esto es lo que te haces a ti mismo. Escúchame, éste eres tú, no el personaje en el escenario, sino el personaje que puedes ver con el poder de tu imaginación".

Y eso es exactamente lo que haces cuando organizas. Cuando uno agarra a la gente en la calle, y le dices algo, no quieres que te vea a ti, sino que escuche lo que le dices a su imaginación para que vea la farsa de lo que cree que es y comience a ver la realidad en su imaginación.

Concretamente, veamos el caso al que me referí hoy, el problema generacional (ver Resumen ejecutivo de la 2a quincena de diciembre de 2002). Alguien te dice: "Bueno, tú eres una niña, ¿qué sabes? Eres muy joven, no has vivido lo suficiente para saber qué hacer. ¿En dónde eres maestra? ¿En qué escuela eres profesora? Ningún periódico le hace caso a lo que dices".

Uno le responde: "Sí, eso podrá ser cierto, pero esta es una sociedad de idiotas. Yo no creo que tú seas personalmente tonto, pero te comportas como tal al conducirte así. No sabes que gente como tú, cuando nosotros los jóvenes vemos a gente como tú, ¿sabes qué vemos? Al que nos dejó sin futuro. Ustedes son los dinosaurios que se comieron todos los huevos; el futuro".

Y eso es lo que uno quiere comunicarle, y al mismo tiempo, también la idea de lo sublime, que hay una solución.

¿Cómo hizo Juana de Arco? Juana de Arco entregó su vida para salvar a la civilización. Ella hizo algo parecido, dijo: "Tenemos que deshacernos de esta epidemia, esta epidemia que está destruyendo a Europa, de los Plantagenet, de los venecianos que están destruyendo la civilización".

Y lo logró. Tuvo éxito desempeñando su papel en el escenario de ese momento, de esa generación, y de las generaciones venideras. Ella, por esa devoción —que fue la razón por la cual se le beatificó, por la cual se le canonizó—, hizo posible la civilización europea moderna. Ella es un alma que vive eternamente en su lugar y en su tiempo en nuestra historia humana. Es una inspiración para la gente que vive hoy y que quiere saber lo que es el valor.

Cuando uno se encuentra en una situación así, lo que tienes que decirte es: "Mira, yo soy un aprendiz, estoy aprendiendo a hacer esto; pero no voy a condenarme, porque sé que estoy haciendo lo correcto. Tengo que ver qué ha pasado con las generaciones de los que han hecho esto antes". Entonces, uno se pone muy ducho. Y voy a mencionarles algunos trucos que funcionan.

Ustedes han visto el problema de una o dos personas que se van por su cuenta a tratar de organizar. Es mejor tener a 6 o 7, más o menos, intelectualmente listos a entrarle, y que crearán un cañoneo en una acera, o en una situación parecida. Al primer vago que se les presenta vestido de traje, por supuesto, o algo así, primero les dirá:

—"Mira, quítate de mi camino, yo no creo en nada de eso".

—"Bueno, tú no leíste lo que dice aquí, ¿cómo sabes que no estás de acuerdo?"

Y el otro organizador está esperando.

—"¡Ya! Me rindo, me rindo, ¿qué quieres?"

Es igual que en el escenario, un gran dramaturgo no le pone toda la carga a un solo actor.

La función de un movimiento de jóvenes es crear la imagen de una barricada, de que hay un grupo que viene de una escuela de tiburones.

—"¿Te hicieron daño, te lastimaron?"

—"No, estos tiburones no me lastimaron".

—"¿Por qué eran tan terribles, entonces?"

—"Porque me insultaron".

—"¿Cómo te insultaron?"

—"Es como me miraron, no pensaron que yo era muy inteligente".

—"¿Cómo se pusieron tan perspicaces?"

Es ese efecto de un movimiento de juventudes lo que mueve a una sociedad. Es como el caso del actor; reconozcan que son aprendices desarrollando una destreza. Al principio, uno se concentra en la forma en que te ven, pero cuando uno desarrolla un papel, de lo primero que hay que olvidarse es de cómo te están viendo. Lo que tratas de hacer, es crear un escenario dentro de la imaginación del otro, de forma que lo sacas de la ilusión de sus creencias para que vea la realidad, de la misma forma en que lo hizo Rabelais. Él fue un predecesor muy eficaz de Cervantes. Sin Rabelais, Cervantes no hubiera sido posible. Esta es la forma de verlo: no te exijas demasiado, pero exige todo, exige la habilidad de convertirte en un maestro, y date cuenta de que los amigos que colaboran contigo pueden ayudarte a desarrollar esa destreza. Como buenos actores en el escenario clásico, lo que puede ganar la causa es el efecto combinado de sus esfuerzos.

La responsabilidad de los jóvenes

Pregunta: Soy de Los Ángeles, y vine aquí con mi amiga a organizar en la ciudad de México. Hemos estado organizando durante un mes y ha sido una cuestión muy aparatosa. Somos cinco o seis en un carro Volkswagen, y nos presentamos en una calle de México y enfrentamos al tipo del traje. Y nos hemos enfocado en crear un movimiento de juventudes aquí, en México, como hemos hecho en los Estados Unidos. Es muy diferente organizar en México que en los EU, y he observado las limitaciones que tenemos organizando aquí, a diferencia de las que tenemos en los EU. Hemos observado que en México el potencial para desarrollar un movimiento de jóvenes es enorme, pero hay cierta resistencia. Mi pregunta es ¿qué consejo le daría a los jóvenes que ven este problema para que lo enfrenten directamente y así crear un movimiento de jóvenes en toda Iberoamérica?

LaRouche: Todos nosotros tenemos responsabilidades en cuanto a esto. Yo tengo una responsabilidad, y ustedes se darán cuenta de que el 40 o 60% de lo que escribo o digo tiene que ver con eso, con organizar, organizar el movimiento de juventudes, y ustedes se acostumbrarán a esto porque con frecuencia lo que hago es abordar la misma situación desde un ángulo un poco distinto, para tratar de llegar al meollo del asunto.

Mi ventaja es que tengo una visión global de esta situación mundial y me ayuda mucho involucrarme en las experiencias que ustedes tienen, porque yo tomo lo que recibo de ustedes, como me llega directamente, o de otra forma. Se acostumbra tener estas reuniones, con dos o tres horas de discusión, y saco tanto de ella como lo que aporto, porque mi trabajo es evocar en ustedes, sacarles lo que saben pero que no han reconocido que saben. Acabas de describir un fenómeno, pero tengo que ayudarte a que veas cuál es la naturaleza real de ese problema, y a que veas esta situación que observas en el microcosmos —en la calle, en la esquina— y que la compares con lo que ocurre en el mundo en general, y sus relaciones.

Lo que enfrentas en este caso, específicamente, es la cuestión de la autoridad interna. Es como el adiestramiento militar. Un tipo sale y dice: "ya sé el adiestramiento, ya aprendí a disparar, aprendí a hacer esto, aprendí a hacer lo otro". Y le pregunto: "bueno, ¿estás listo para una guerra hoy mismo?" Es una pregunta. "Bueno, eso es algo distinto. No sé si mi período de práctica terminó. Tengo una hermana enferma, que llora por mi presencia".

Así que el asunto del compromiso real es una cuestión de autoridad interna. La cuestión de la autoridad no es tú autoridad, ese no es el problema; ellos no tienen un sentido de autoridad interna. Lo que acabas de describir, el tipo de situación que has descrito, hay objetivos en conflicto entre distintas personas, y hay gente que dice: "pues yo creo que esto sería bueno hacerlo tal vez dos o tres veces a la semana, pero es sólo parte de mi vida".

Voy a darte un ejemplo del problema típico que se presenta en el sector hispanoparlante de la región del Caribe. Yo tuve la oportunidad una vez de obtener unos documentos secretos de la inteligencia estadounidense sobre esta región de la época de 1920 a 1946. Propuse que nos deshiciéramos del servicio de inteligencia de los EU como existe hoy, porque no sirve. Lo que pasa con el Departamento de Estado, la CIA y otras instituciones es que toman gente de las universidades. La gente tiene ideas equivocadas sobre la CIA. Por ejemplo, la CIA no es una organización de matones, por lo menos no como costumbre. Lo que la gente con frecuencia ve en las Américas como la CIA, en realidad es un brazo del aparato militar, que es la sección de operaciones especiales, de guerras especiales. A este brazo a veces se le conoce como los moonies, a veces se le conoce como la Liga Mundial Anticomunista [WACO, siglas en inglés], a veces se le conoce como CAUSA [Confederación de Asociaciones por la Unificación de las Sociedades de las Américas]. Y están en todas partes, porque a veces las operaciones sucias no son para ganar una guerra, sino para sembrar confusión; si uno aterra a la gente y siembra confusión, puede controlarla.

Pero la otra parte era que los egresados de las universidades estadounidenses, aun desde la perspectiva de aquellos que eran relativamente honestos y tenían buenas intenciones, eran esencialmente incompetentes; no tenían la competencia para juzgar en realidad cuáles eran los intereses legítimos de los EU.

Así que dije: "hay que deshacernos de la forma como manejamos los servicios de inteligencia de los EU; necesitamos un instituto nacional como Westpoint o Annapolis, pero específicamente para la inteligencia, donde tengamos esa gente que aprenda cuáles son los verdaderos intereses de los EU, que tendríamos una política como la de John Quincy Adams para las Américas, una comunidad de naciones soberanas, Estados nacionales soberanos, una comunidad de principios. Y este era uno de los asuntos que estaba trabajando por los problemas que surgieron en México, en Argentina, en Brasil, en 1982. Estaba muy enojado, por decirlo, y dije, "esto hay que acabarlo". Necesitamos oficiales de inteligencia de los EU que sepan cuáles son los verdaderos intereses de los EU, y que no permitan que este tipo de cosas ocurran.

Alguna gente estuvo de acuerdo y sabía que tenía la razón, y me preguntaron: "¿qué necesitas? ¿Qué necesitas para asesorarnos sobre cómo establecer esta academia de inteligencia?"

Les pedí los archivos de 1920 a 1945, abordé varias regiones del mundo y tomé ciertos documentos, yo los leía y ellos volvían a clasificarlos como secretos. Así que sé lo que estaban haciendo los servicios de inteligencia en México y en otras partes del Caribe, de cierta forma íntima. Estos tipos no habían aprendido a mentir, simplemente eran soldados que estaban llegando a tener ciertas opiniones.

La gran familia iberoamericana

Voy a mencionarles un ejemplo típico: la familia típica y pudiente del Caribe, ¿qué es? Bueno, el ejemplo más clásico que voy a dar es el de Venezuela. También, un representante de esto era una persona que conocía, que trabajaba para mí cuando era ejecutivo en una empresa de consultoría de administración en los 1950. Era sobrino de uno de los ex presidentes de Venezuela. En esa empresa, yo trabajaba como una especie de inspector general para ver cómo era que funcionaba la empresa. Y, pues, tuve una imagen más o menos clara de cómo funcionaba el Caribe, especialmente el caso de Venezuela. Como vemos en el caso del régimen de Chávez en ese país, es un fraude total. ¿De qué lado está quién? Esencialmente es un fraude. Tenemos un par de personas honestas vinculadas a nosotros en Venezuela, pero la situación entera es un fraude.

Es típico. En el Caribe tenemos ciertas familias influyentes, son familias oligarcas. También el caso de Fidel Castro, él es típico de esto. Castro, por ejemplo, fue a la escuela con este conocido mío de Venezuela, y todos son un solo grupo de Colombia, de Venezuela, de Centroamérica, hasta cierto grado de México. Van a la misma escuela, seducen a las hermanas del uno y del otro; la misma cosa.

Entonces, tenemos a estos tipos en una reunión familiar. Tenemos una lista donde aparece la extrema derecha, ¿verdad? El terrorista de la extrema derecha, el narcotraficante o el capo de los narcotraficantes, el socialista, el comunista, y se juntan una vez al año o más en una reunión familiar, y no se matan el uno al otro.

El problema en esta región, sobre todo a partir de 1982, es que a los pueblos de estos países —de México, de Centroamérica, de estos países en general— se les trata como ganado humano y no como seres humanos. No se les trata como seres humanos con derechos inherentes. Como resultado de este problema —que no se ha corregido este fenómeno de que no se le cumplió con las promesas al campesino mexicano, de que no se le dieron los ferrocarriles que necesitaba— lo que ha pasado aquí en Monterrey, en la región de Monterrey, donde desapareció la industria acerera, ¿qué paso con esa industria acerera?

Lo que ocurre es que hay una estratificación de la población, una estratificación ideológica que resulta en dos fenómenos contradictorios, pero que son la misma cosa. La persona que tiene oportunidad de ir a una universidad, que tiene el apoyo de la familia, llega a pensar que pertenece a un estrato social distinto, y esa conciencia de un estrato social distinto es el fundamento de una sociedad oligarca. Igual que estas familias que tienen estas reuniones familiares en las que el terrorista comefuego y el fascista comefuego se sientan a comer juntos, y se abrazan el uno al otro y no se matan; se portan de forma "civilizada", un comportamiento "civilizado". Los "Cien años de soledad" en Colombia, en verdad son una forma muy atenuada de la situación que tenemos en Venezuela.

El problema que debemos enfrentar en este Hemisferio —en Brasil, en el Hemisferio en general, ya es también un fenómeno que se ve en los los EU— es la estratificación de la población, donde tratamos a gran parte de la población como si fuera ganado humano. Llegamos a cierto nivel en el que el joven dice, "pues a mí no me gusta esto; quiero cambiarlo, pero tengo que ser `civilizado'. Tal vez no pueda cambiarlo, mis padres y mis amigos me dirán, `pues sí, está bien dar tu corazón por la causa, pero no seas tonto, no lo tomes muy en serio, no le pegues un tiro a tu primo fascista en la próxima reunión de la familia' ".

Entonces, surge una cierta indiferencia hacia la realidad.

El problema que tenemos aquí —y no quiere decir que estés equivocado—, en lo que esta gente se encierra en lo qué piensa, simplemente está tratando de ajustar cuentas con ella misma, pero a fin de cuentas lo fundamental es si una persona, o un grupo de personas, acepta la autoridad para cambiar esta maldad. Si uno no cree que de veras puede cambiarla, lo que pasa entonces es que se pregunta, "¿cómo aprendo a vivir con ella? Uno le tira unas cuantas monedas al mendigo".

El problema es si una población no tiene un sentido de inmortalidad. El futuro de la nación es con lo que uno tiene que tener el verdadero compromiso, el futuro de la humanidad en general. Y lo importante de tu vida es tu capacidad de hacer ese tipo de contribución. Cuando hayas ajustado cuentas contigo mismo en ese sentido, si tu juicio es competente, entonces tienes un sentido de autoridad.

Mi trabajo, en parte, es evocar en ustedes, y en gente como ustedes, un sentido de la naturaleza de eso, de cómo encontrar la autoridad para hacer lo que están haciendo. Mi otra tarea es asegurarme de que tengan una apreciación correcta del problema, de lo que puede hacerse ante el problema. Y lo más importante, así, es el grado al cual la discusión los ayuda a moverse en la dirección correcta a las respuestas.

Hay ciertos temas de discusión —y esto ocurría tanto en la costa oriental como en la occidental—, había muchas discusiones intensas sobre asuntos de conocimiento: "Hay que decirle al profesor idiota que no sabe nada de matemáticas, que no sabe lo que es el teorema fundamental de Gauss". Y eso es muy importante para darse cuenta del fraude de mucho de lo que llaman educación. Y para que tengan un sentido de que una generación que debe tener el equivalente a una educación universitaria, la obtenendrá sea como sea, la gente normal de entre 18 y 25 años de edad necesita el equivalente a una educación universitaria competente. Si uno va a jugar un papel de liderato en una sociedad, debes saber algo; si vas a manejar una industria, debes saber algo. Así que este asunto de la historia y ese tipo de cosas, uno tiene que verdaderamente definirlas y verlas en su generación y en las generaciones sucesivas, y meterse a este tipo de discusiones, que son discusiones acaloradas por la frustración que hay con la educación universitaria.

Y están contentos, porque cuando uno hace un descubrimiento real uno se pone contento. Es importante estar contento, hacer las cosas que lo hacen a uno feliz de ser uno mismo.

Con ese mismo espíritu, entonces, uno ataca: "¿Qué vamos a hacer la semana próxima?" Y estas discusiones se extienden 3 o 4 horas en la tarde. "Mañana en la mañana vamos a atacar las siguientes 4 universidades, en sucesión rápida". Y lo hacen.

Así que están aplicando el proceso de discusión con cierto intercambio con nosotros y demás, ciertos consejos de nosotros, pero aplicando esto y tomando las decisiones ellos mismos. Y se mantienen animados, porque dicen, "Mañana en la mañana esta gente no tiene la menor idea de con qué los vamos a golpear". Entonces, esto le da al movimiento, en cierto sentido, su autoridad interna.

Y mi autoridad, como también pasamos por una crisis económica, es darles esta autoridad de qué es lo que hay que hacer para que ustedes vayan a decirles: "Mira, esto es lo que ustedes, vagos, tienen que hacer con este problema".

Creando un verdadero movimiento de juventudes


Lyndon LaRouche y el movimiento de jovenes en Californía

Pregunta: El movimiento de juventudes que presenta, ¿cuál nos está dando? ¿Uno del tipo del Che Guevara? ¿Uno del tipo de Roosvelt? ¿O en cual se basa? Porque Roosevelt es el único que ha propuesto a nivel tecnología, con los EU, que fue totalmente devastado en una guerra mundial, y los movimientos del tipo del Che Guevara.

LaRouche: Yo he escrito bastante al respecto, el Che Guevara no representaba verdaderamente un movimiento, es un fenómeno que fue orquestado por ciertas agencias. La mayor parte de los llamados movimientos juveniles de los 1960 eran un fraude. Por ejemplo: tomemos las Brigadas Rojas en Italia. Les doy una serie de ejemplos rápidos para abordar algunos de los aspectos más importantes.

¿Quién creó las Brigadas Rojas de Italia? ¿Quién creó la izquierda italiana, la de fines de los 1960 y principios de los 1970? Yo sé quién lo hizo.

Al terminar la guerra en Italia, la Segunda Guerra Mundial, el gobierno de los EU y otros establecieron lo que se llama una organización que se queda atrás. Al principio, lo que terminaron haciendo es que se fueron donde los comunistas, algunos de los comunistas, fueron donde la democracia cristiana, con los socialistas y algunos otros —los que habían formado parte del movimiento de resistencia contra Mussolini—, y les dijeron: "Ustedes van a tomar sus armas, van a esconderlas, y si alguien invade el país, ustedes saldrán como un movimiento de resistencia".

Bueno, no funcionó, porque las otras organizaciones se dieron cuenta de que los británicos y los estadounidenses estaban incluyendo a los fascistas dentro de ese mismo movimiento. Los que crearon la izquierda italiana, la llamada nueva izquierda, entre 1967, 1970 y 1980, eran fascistas. Los llamaban izquierdistas, pero los controlaba la OTAN, la organización de los moonies, los israelíes de derecha; esa es la verdad. Ellos mataron a Aldo Moro por órdenes de Henry Kissinger; ellos pusieron una bomba en la estación ferroviaria de Bolonia; ellos lo hicieron, todo esto. En el caso del movimiento francés de los 1970, es lo mismo, un fenómeno parecido. La izquierda de las Alemanias estaba controlada simultáneamente por la OTAN y por la inteligencia alemana, y por la inteligencia de Alemania Oriental también; y cuando se realizó la unificación de las Alemanias se descubrió que las mismas organizaciones eran controladas de manera intencional por los dos bandos: Alemania Oriental y Occidental. Todo el movimiento ambientalista organizado en 1970, 1972, fue, desde el primer momento, un fraude que se creó de la misma manera; un lavado de cerebro.

Entonces, cuando se habla de movimientos, la llamada sociología de los movimientos que se enseña en varias Universidades es un fraude total. En base a lo que conozco por haber bregado con estos problemas, es un fraude total. No existen organizaciones terroristas independientes. No existen. En cualquier Estado poderoso no podrían existir, ni por unas cuantas semanas; en cuanto sacaran el hocico se les eliminaría. Si existe un movimiento terrorista, es porque un gobierno lo patrocina; un gobierno de ese mismo, o de otro país.

Así que todas estas cosas sobre los movimiento, de cuáles son los buenos y cuáles los malos, tendríamos que ir muy atrás, hasta la Revolución Francesa, por ejemplo. La encrucijada del 14 de julio de 1789 en Francia, lo que este país celebra como un gran momento de victoria, en realidad fue una operación de la inteligencia británica organizada por dos agentes controlados por el comité secreto de la inteligencia de la Cancillería británica del mismo Jeremy Bentham que Bolívar posteriormente denunció.

Esta gente, el duque de Orléans y Jacques Necker, ambos orquestaron, bajo órdenes de la inteligencia británica, la toma de la Bastilla. Todo el movimiento terrorista —el movimiento jacobino, la llamada izquierda de Francia— lo organizó esta gente. A Danton y Marat los entrenó la inteligencia británica en Londres; directamente Bentham. Los desplegó la inteligencia británica, y así, Napoleón fue el primer fascista moderno. El primero que creó un estado fascista fue Napoleón Bonaparte.

Esa es la historia. A la izquierda del siglo 19 la organizó principalmente la inteligencia británica; primero bajo Bentham, y después el que le siguió, lord Palmerston. La Joven Europa y la Joven América organizadas por Bentham y Palmerston. Los estados Confederados en los EU los organizó Palmerston, los organizó desde fuera de los EU. La operación de los españoles, los franceses y los británicos para ocupar a México con tropas francesas y poner a ese cerdo de Maximiliano en el poder, esa fue también una operación británica. Y la operación terminó cuando los EU ganaron la Guerra Civil, cuando le dijeron a Francia, "Saquen sus tropas de México y dejen a ese Maximiliano colgado de la brocha, y a ver qué le pasa", para restaurar en el poder a Juárez, a quien Francia había tumbado por instrucciones británicas.

Entonces, cuando hablamos de movimientos, la mayoría de ellos —la sociología de movimientos de oposición— son un fraude total.

Sin embargo, existen movimientos reales, de los cuales yo represento uno; es decir, me muevo. Les doy un ejemplo: en economía he estado pronosticando una idea exitosa por más de 40 años, mis pronósticos se han publicado, y mi historial es público, se ha publicado por unos 35 años de manera bastante amplia, y se me conoce en todo el mundo en los círculos más importantes. Jamás me he equivocado en esos pronósticos, y cada vez que ataqué las políticas existentes y cuando dije que iban a conducir a tal o cual resultado, tuve razón.

Entonces, mi autoridad en economía es de una naturaleza científica experimentalmente validada; pero tampoco me la he pasado sentado, cruzado de brazos, como algún académico en una universidad, como un impotente. He estado interviniendo. Y nosotros, ¿quiénes somos, que hemos estado interviniendo?

En 1963, ya sabía lo que iba a pasarles a los EU y al mundo, especialmente después del asesinato de Kennedy, y dije: "Tengo que hacer algo". Estaba solo, era un consultor de empresas, y decidí que tenía que hacer algo. Entonces, había cierto fermento en los campus universitarios, y empecé a dar cursos en varias universidades —cursos sobre Marx y otras cosas—, y entonces recluté un movimiento en varios países —incluido México— en torno a este trabajo. En cierto sentido, era un movimiento de juventudes.

Y hemos cambiado al mundo, no como hubiéramos querido en todo, pero sí lo hemos cambiado. Como en el caso de 1982 en México, nosotros peleamos, peleamos por salvar a México. Por cierto, hubo una reunión que Mari [Marivilia Carrasco, presidenta del MSIA] organizó con su amigo, el entonces presidente mexicano José López Portillo. Esto pasó en el marco de la Guerra de las Malvinas. Yo encabezaba la pelea para que los EU no se sumaran a los británicos en esa época, y nos divertimos bastante. Entonces, me reuní con el Presidente de México, porque él quería saber lo qué pensaba sobre lo que estaba pasando; qué pasa. Así, me reuní con él en los Pinos en un encuentro de una hora más o menos, y luego él organizó todo para que más tarde yo diera una conferencia de prensa, que tuvo una asistencia bastante nutrida. El propósito de la conferencia de prensa era nada más dejarme hacer lo que pretendía; es decir, tratar de organizar una pelea —estamos hablando de la primavera de 1982—. Esta pelea era para salvar a Mexico y a otros países de lo que sabía que iba a ocurrirles.

Entonces, el Presidente me preguntó: "¿Que ves, qué es lo que se viene? ¿De qué debo preocuparme?" Yo le dije que para septiembre de ese año, la intención era desmembrar a Mexico pedazo por pedazo, y le expliqué el porqué. Luego esto ocurrió, efectivamente, en agosto. Así, lo que hicimos fue que me senté y, entre otras cosas, redacté mi documento que se llamó Operación Juárez. Operación Juárez se publicó el 2 de agosto de 1982, y planteaba un programa que incluía lo que debería ser la respuesta de las Américas, incluido México, al tipo de problemas que veía venir para septiembre.

Después de que sentó sus reales la crisis, el presidente López Portillo y otros se movieron. Por un tiempo, el Presidente de México contó con el apoyo del gobierno de Argentina y del Presidente de Brasil. Después, a estos señores se les sometió a una presión tremenda por parte del gobierno de los EU, y capitularon, se doblegaron, y abandonaron a México. Y, por tanto, se aplastó a México en octubre de 1982.

Pero lo que hicimos en ese período fue pelear para salvar a las naciones de las Américas, y podemos ponerle fecha al infierno que arrebató y golpeó a estas naciones en ese periodo; un preparatorio de 1981–1982. Pero la crisis de 1982, y el hecho de que se aplastó tanto a Argentina como a México, eso condenó a todas las naciones de Centro y Sudamérica. Brasil está por morir, aunque puede que viva; se destruye a Argentina; a Perú lo están destruyendo; Colombia casi no existe; Venezuela existe sólo en una fantasía; Centroamérica está esencialmente destruida; Ecuador no tiene soberanía; a Bolivia la está tomadando la secta Moonie de las drogas; Uruguay y Paraguay están en las mismas condiciones. No hay un solo Estado sólido y seguro al sur del Río Bravo.

Pero, como mi reciente ciudadanía honoraria de la ciudad de São Pablo dejó claro, como esto demuestra lo que hicimos nosotros en los 1970, y desde entonces a la fecha, ese es el punto de movilización, la resistencia a la destrucción que ocurre ahora.


Lyndon LaRouche y el movimiento de jovenes en Berlín

Te doy un ejemplo más de esto: en octubre de 1988, ofrecí una conferencia de prensa en Berlín, Alemania, donde dije que estábamos en un momento en que el sistema económico de la Unión Soviética estaba por desintegrarse. Por tanto, enfrentábamos —dije— la unificación inmediata de las Alemanias, con la intención de establecer de nuevo a Berlín como la capital de la Alemania unificada. Yo propuse que este era el tema central que el gobierno entrante en de los EU tenía que abordar y encarar. Eso es lo que ocurrió un año más tarde. Eso se basó también en un pronóstico que había publicado en 1983, de que, de ocurrir ciertas cosas en la Unión Soviética, ésta desaparecería en unos 5 años; tardó seis. Hicimos ciertas propuestas respecto a lo que había que hacerse; algunas las adoptó mucha gente en Europa y en otros lados.

También propusimos en 1992 el desarrollo, el lanzamiento de un programa de desarrollo del Puente Terrestre Eurasiático, como un movimiento general contrario a la depresión económica que golpeaba a toda la política mundial; esa política ahora está haciéndose realidad. Hace poco, en el caso de Corea, está unificándose el sistema ferroviario de las dos Coreas. Esta unificación ocurrió en base a la presión que Rusia y China ejercieron sobre Corea del Norte, y la que ejercieron sobre Japón para que les diera dinero para construir ese sistema ferroviario. Los chinos y otros en una reunión esta misma semana (el 4 y 5 de noviembre de 2002—ndr.) de las naciones de la ASEAN, establecieron un proyecto de desarrollo de la región del Mekong, que incluye a China y a todo el Sudeste Asiático.

Estos cambios son cambios contrarios a lo que es la política actual de los EU. Estas son políticas que hemos logrado introducir dentro de las esferas de influencia política en estos países. No se han hecho como me hubiera gustado, pero tenemos la posibilidad de conformar, de orientar la historia.

La forma en que se hace eso, conformar la historia, es como se hace con la humanidad: con ideas. Todos los movimientos verdaderos son movimientos de ideas, no son movimientos de los llamados programas izquierdistas, nunca ha habido un movimiento antiguerra, por ejemplo; jamás. Las alternativas sublimes detienen las guerras, las ideas paran las guerras, las ideas positivas, no los movimientos de protesta.

Entonces, la clave en esto es entender la verdadera historia, rechazar a todos los sociólogos y meterlos a un basurero en el que puedan intercambiar, que hagan un trueque entre sí del material que tengan —no sé, lo que sea—. Y partamos de la naturaleza de la humanidad y de cuál es el interes propio de la humanidad, lo que es el interes propio inmortal del individuo, y tratemos de encontrar entre nosotros a los individuos calificados para ser estadistas o verdaderos líderes. Se tienen que encontrar líderes de este tipo, hay que organizarlos, escogerlos, guiarlos, utilizarlos.

Es así como se hace la historia, ese es un verdadero movimiento. Yo he estado metido en eso. Funciona, créeme, por eso han tratado de matarme varias veces. No por nada por 20 años el gobierno de los EU le ordenó al de México que no me dejara entrar a este país; por algo fue.

El modelo veneciano

Pregunta: Sobre lo que menciona acerca de la problemática, lo que hay en diversos países en el mundo entero, y nos pone los escenarios conflictivos que hay en todos los países. ¿Por su parte, hay alguna propuesta para arreglar esto? ¿Cuál sería el proceso y cuáles sus etapas para lograr el objetivo?

LaRouche: Estamos en un sistema global. Este sistema lo domina una cábala angloamericana cuyo origen específico es el modelo veneciano de una potencia marítima imperial. Para fines del siglo 17 en Europa, los venecianos habían perdido su poderío como Estado, como nación, pero tenían una gran influencia financiera, diplomática y de otros tipos. Los venecianos trataron de destruir a Europa creando dos fuerzas: una, en la nueva forma del imperio Hasburgo que se estableció cuando Carlos V se volvió Rey de España; y luego, plantear esto contra una fuerza angloholandesa que se basaba realmente en el imperio veneciano (lo que ellos denominan liberalismo) de un poderío marítimo imperial, de una oligarquía financiera. El rasgo característico de este tipo de organización es un sistema de banca central.

Lo que ha pasado, es que hemos llegado al momento en que la degeneración de los EU que fue cobrando impulso de manera creciente en el período de la posguerra después de Franklin Delano Roosevelt, junto con los británicos, llevó a que se les ocurriera la idea de eliminar a todos los Estados nacionales y crear un imperio mundial anglófono basado en los intereses financieros. Esto empezó a activarse en 1944, en la convención demócrata en los EU. Se tomó la decisión de eliminar la influencia de Roosevelt, y de utilizar el hecho de que los EU habían emergido como la única potencia mundial después de la guerra para establecer a unos EU más o menos controlados por los británicos, como un imperio mundial anglófono para destruir la soberanía de todas las otras naciones del mundo, y hacer de éste un solo imperio basado en el modelo veneciano.

El modelo era esencialmente fascista en su intención. En los EU se hizo en torno a un grupo de seguidores de Bertrand Russell, la gente que tiró las bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki. Porque la idea era que, con el desarrollo de las armas atómicas, que había organizado Bertrand Russell, y equipando a las fuerzas marítima, de tierra y de aire con armas, podía aterrorizarse al mundo para que aceptase el gobierno mundial.

Este es el punto, esa ha sido la política. Una vez que Eisenhower salió de la Presidencia de los EU, salió el último que pudo resistir de manera eficiente este ataque desde adentro de los EU. Tuvimos un período que fue una pesadilla: con el lanzamiento de la guerra en Indochina después de 1964, el mundo entró a un período de cambio de fase cultural a nivel mundial, un cambio parecido a lo que pasó en el Imperio Romano durante y después de la Segunda Guerra Púnica.

Con lo que bregamos ahora, es que en la historia de las Américas desde 1971 se ve lo establecido en 1971: el nuevo sistema, el sistema de cambios flotantes. Eso llavó a la bancarrota a todas las naciones de las Américas. Luego, la decisión de 1982 contra Argentina y México desató el proceso de destrucción total. Entonces, toda la destrucción de Centro y Sudamérica hoy es resultado de ese cambio, es parte de esta política utopista, lo que quieren hacer es crear un imperio mundial; están locos. Tienen poder, pero también son débiles. Así, el problema, el enemigo, es el imperio mundial.

Sobre el asunto de una política de guerra, la idea de una guerra preventiva, la que anunció el gobierno de Bush en los EU, hay una oposición total a la misma en toda Eurasia. Tampoco hay apoyo mayoritario dentro de los EU, todo eso es pura propaganda.

Entonces, tenemos un mundo en bancarrota; un sistema financiero muerto sin remedio. No hay posibilidad alguna de recuperación para este sistema financiero, nunca jamás. Sólo con un nuevo sistema financiero es posible que las naciones sobrevivan.

Lograr eso es bastante sencillo, en un sentido. Hay que regresar al sistema original de Bretton Woods; hay que poner a todo el mundo en el proceso de reorganización por bancarrota monetaria y financiera. Luego, en base a acuerdos entre estados, crear un Nuevo Bretton Woods; se establece un sistema de cambios fijos; se restablecen las garantías proteccionistas; se crea nuevo crédito respaldado por el Estado a nivel nacional y, especialmente, a un plazo de 25 años, a tasas de interés simples de 1 o 2%. Y en base a esto hay que lanzar grandes obras de desarrollo de infraestructura, que es la base para crear una economía: ferrocarriles, sistemas hidráulicos, de energía, de educación, de salud pública. Es así como se construye una economía, ese es el estímulo de una economía, eso lo que hay que hacer.

Entonces, uno dice: "Bueno, ahora hace falta una política. Y esta es mi política, y, también, ha sido la política de otra gente en los EU por mucho tiempo, porque la historia de las Américas es única en este sentido: desde el principio, en el siglo 18, los patriotas en los EU en torno a Benjamín Franklin, y después gente como John Quincy Adams, Abraham Lincoln, James Blaine y otros.

Nuestra política se denomina el destino manifiesto, ejemplificada por la Doctrina Monroe que redactó John Quincy Adams en 1823, y la política fue la siguiente: hay que mantener fuera de las Américas al sistema europeo, el legado del feudalismo, el modelo veneciano, debemos prevenir que los europeos colonicen a las Américas, tenemos que dar garantías para que puedan emerger Estados nacionales soberanos al sur de los EU. Y tenemos que utilizar este acuerdo de unidad para crear una comunidad de principio en el mundo. Y nosotros debemos defender a los EU para esta misión; que no es una misión imperial, sino para crear un bastión de Estados nacionales soberanos, que puedan unirse en su interés común para defender esta institución que es el Estado nacional soberano. Y en base a ese poder, convencer al mundo de que pueden reproducir o hacer lo mismo.

Eso es lo que tenemos que hacer hoy día. El mundo no quiere la guerra, pero no se le puede parar con un movimiento antiguerra. La guerra se detiene creando un sistema que la prevenga, un sistema de una comunidad de naciones que tengan un interés común, principios comunes. Y para mí, esto significa establecer un nuevo sistema monetario para poner al otro en bancarrota. Hay que crear nuevo crédito y, luego, ponernos de acuerdo para respaldar ciertos proyectos, grandes obras de desarrollo, que beneficiarán a la nación por un cuarto de siglo al futuro, y, sobre esa base, crear un interés claramente definido que garantizará la paz: que no necesitamos la guerra, no necesitamos enderezar los asuntos del planeta mediante la guerra —tenemos que poder defendernos, pero eso no quiere decir buscar la guerra—, lo que necesitamos es el arma del progreso, que sólo pueden tenerla Estados nacionales soberanos, y no un gran sistema global, una sopa globalista.

Y en las Américas, esto sólo puede funcionar en base a la unidad de los movimientos en el avance, progreso y soberanía de cada una y de todas las naciones de las Américas. En cada país, tiene que ser un movimiento patriota, pero de un patriotismo orientado a la unidad de principios con otras naciones que compartan esa defensa de la soberanía. Podemos salvar a México; podemos salvar, y más, al Brasil; a Argentina también; podemos darle de nuevo a Perú su soberanía; podemos rehacer a Ecuador; podemos eliminar al imperio de los moonies en Bolivia.

Podemos resolver estos problemas, no de formas perfectas, pero sí con programas que movilizarán a los patriotas para que defiendan los intereses de sus propias naciones, y dándoles la seguridad de que vamos a cooperar como una unión de estados para defender a cada nación en ese sentido. Lo que antes teníamos, la idea de los derechos de las naciones de las Américas contra la intervención externa, eso es lo que necesitamos.

Entonces, ha llegado el momento en que el peligro es tan grande que debemos lograr eliminar lo horriblemente peligroso de esa situación, porque la gente no va hacer algo en contra de eso —de ahí lo horrible—, que no sea bajo la esperanza de algo posible. Pero no puede ser un sueño utópico nada más, tiene que ser algo realizable.

Y mi preocupación en las Américas es —como lo ha sido— promover ese tipo de movimientos en cada una de estas naciones para defender su soberanía, defender su progreso, y crear entre ellas una alianza en torno a esos principios, que nos darán la fortaleza y la fuerza que viene de la unidad para protegerlas, a cada una, dentro de ese sistema. Esa es mi intención, hacer esto a escala global.

Tenemos fuerzas en la India, que no es un país de poca monta, hay fuerzas también en Rusia, tenemos fuerzas en Corea, en Europa Occidental, en Italia, por ejemplo, que están de acuerdo con lo que trato de hacer. Lo que pretendo lograr es que esto cristalice, para que logremos que estos elementos y oportunidades se unan, y así darle a la raza humana una oportunidad.

Es así de simple; complicado, pero simple.


Lyndon LaRouche y el movimiento de jovenes en Pensilvania

Marivilia: Tenemos que acortar a sólo una pregunta más, y tenemos varias. Así que júntenlas para que Lyn dé una respuesta global

Pregunta: Hola Lyn, soy Elizabeth de los Ángeles, una de las embajadoras de tu movimiento estudiantil a México, y quiero darte la bienvenida acá, después de 20 años, a este estado de Coahuila, que es de donde provienen mis padres, donde mi abuelo ayudó a construir el ferrocarril, que ahora está desmembrándose. Esta ha sido una experiencia increíble para mí en la ciudad en México, como lo fue el organizar para la organización mexicana. Y nos recibieron con la esperanza de que ojalá regresemos algún día. También, por supuesto, hubo mucha incomodidad; esto te va a dar gusto saberlo. Algunas de las cosas que ocurrieron y algunas de las cosas que dijimos en algunas de las clases, donde nos paramos frente a una clase en una universidad en la ciudad de México, y dijimos: "¿Saben ustedes cómo se devalúa el peso mexicano? ¿Saben cómo México ha pagado la deuda por 20 años, una y otra vez? ¿Están aprendiendo los principios de LaRouche de la economía física? Si no están haciendo eso, están haciéndole al estúpido". Y de esa sola clase vinieron 4 estudiantes, y algunos de ellos están acá. Así que nos divertimos, tal como nos dijiste que hiciéramos.

Hemos establecido un diálogo, deberíamos establecer algún tipo de traducciones de las obras sobre ciencia de Bruce Director, algún trabajo intelectual, las obras de Tennenbaum. Hemos hablando sobre cómo cooperar en estos proyectos, y quiero saber nada más cómo quieres que siga avanzando este tipo de diálogo entre los dos lados, los EU y México.

Pregunta: Yo vengo de Monterrey y el motivo por el cual vine a esta conferencia es porque mi amigo y yo estamos haciendo un libro acerca del éxito. Entonces, estamos haciendo entrevistas a diferentes personalidades de Monterrey y también del país, y nos gustaría conocer, ¿cuál es el concepto o la apreciación que tiene usted del éxito? Y también, ¿cuál considera que debe ser el concepto de éxito que deben tener los jóvenes?

Pregunta: Hola, mi nombre es Raquel y también soy de Monterrey. Mi duda es sobre la cuestión que usted decía del patriotismo, del nacionalismo. Aquí en México, en los jóvenes, hay una cultura en la que, como que está preparándose todo para fomentar o regresar a lo que es la cultura azteca, el imperialismo azteca, sanguinario completamente. Entonces, esa es como tu identidad; te dicen: "Ese es nuestro pasado, a eso debes volver". La cuestión es que, por ejemplo, en Europa, ¿cómo es esa situación? Porque aquí se nos recuerda el pasado y estas cuestiones, pero allá, pienso, en Italia, donde hubo la cultura del Renacimiento, que después se traspasó a todos los países. ¿Cómo es que aquí, en Latinoamérica, podemos generar un sentido o una identidad universal? Porque comienzas a pensar, a decirles, "No, pues es qué tenemos que defender. . .", por ejemplo, en los EU, la tradición Americana; en Europa, la cultura clásica. Pero, ¿cómo logras tener esa identidad en Latinoamerica de decir, "eso también nos pertenece". De tener un sentido universal de decir, "bueno esto es universal", no particularizarlo? Esa es mi duda.

Pregunta: Hola, buenas noches, mi nombre es Israel, de México. Pues yo soy un apasionado de la ciencia y de la búsqueda de la verdad. Hay tantos documentos por leer que quisiera devorármelos todos, y llega un momento en que me empiezo a volverme loco porque no puedo terminar con ellos. Quisiera que me dijera por qué documento empezar.

Pregunta: Gracias. He esperado esto muchos años, para preguntarte. En cierta forma, tengo la responsabilidad de León, Guanajuato, y agradecemos tu visita Lyn. Debes saber que estoy muy, muy emocionado. Ahora que tenemos la crisis financiera final, una crisis financiera sistémica que llega a su fin, que tenemos probablemente un choque de civilizaciones. En la discusión que tenemos con la gente, ésta reacciona de una forma religiosa y cae en la trampa: "Ya ves, el mundo musulmán ataca al mundo occidental". Y, al mismo tiempo, ante las propuestas de Bretton Woods, la decisión de Roosevelt, la decisión de Lincoln para tratar de incorporar el principio de repúblicas, dicen: "No, esas son ideas de judíos", o, "son ideas de masones". Entonces, cuando ellos hablan sobre el concepto del cristianismo, como cristianos, dicen estar en contra del aborto, pero hay que matar a los infieles. Entonces, ¿qué principio podemos evocar para poder resolver esa paradoja, con esa gente, para tratar de cooperar en esta idea de un Nuevo Bretton Woods?

Pregunta: ¿Qué clase de principios fundamentales necesitamos redescubrir los jóvenes? Es decir, a mí, personalmente, no me gusta, sin embargo, ha habido períodos en los que ha funcionado bien la humanidad, en base a ciertos principios, pero los jóvenes no los conocemos.

¿Cómo gastarán sus talentos?

LaRouche: Bueno, vamos a ver, la primera pregunta, sobre estos últimos 20 años. Ustedes tienen que verse como he dicho varias veces esta noche, en términos de su mortalidad personal. La ciencia más fácil para eso es tal vez la ciencia física. Para los propósitos de esta ilustración voy a limitarme a la ciencia física.

Si alguno de ustedes hubiese sido el descubridor original de cualquier principio físico universal experimentalmente validado, ¿pensarían que eso representa —ese descubrimiento— su interés personal en la vida? Y esa es la forma en la que uno tiene que ver la historia. La gente opera en una escala de codicia: "¿Cuándo me va a llegar mi recompensa?"

Uno no puede ser estadista si piensa de esa forma. Su tarea en esta vida no es obtener la satisfacción de las recompensas. Su recompensa es lo que hacen. Es como la parábola de los talentos en el Nuevo Testamento: "¿Gastaste de forma sabia tus talentos?" Si dedicaste toda tu vida a descubrir un solo principio válido de la ciencia, ¿gastaste de forma valiosa tu talento? ¿Debes estar feliz? Por supuesto que debes estarlo. Si puedes transmitir estos descubrimientos del arte o la ciencia a los niños, para que éstos tengan esa idea por su propia cuenta en la cabeza, y que puedan difundirla a otros para que toda la humanidad pueda compartir el descubrimiento de esa idea, ¿crees que habrías invertido tu vida de forma sabia?

La motivación esencial de la gran ciencia y los grandes artistas es como la de Juana de Arco: no es obtener la recompensa en la vida mortal de uno, es gastar tu vida de forma sabia, ser feliz porque haber vivido semejante vida.

Una gran amiga nuestra murió hace poco, Gertrude Pitzinger, una de las más grandes contraltos de la historia moderna, muy famosa, una gran artista. Yo me reuní con ella dos veces. Helga mi esposa, y otra gente, se reunieron con ella varias veces. Ella trabajó con nosotros y con nuestros jóvenes cantantes, para desarrollar su capacidad, sus destrezas como artistas. La última vez que nos reunimos con ella fue poco antes de que muriera; celebraba su cumpleaños y durante el curso de esa reunión estaba presente su hermano, un amigo, Helga y yo. Ella organizó algo donde Helga pensaba en un poema específico que había rendido en música algún gran compositor y que Gertrude Pitzinger había grabado, y Helga leía el poema —en alemán, por supuesto— y entonces poníamos el disco, la grabación de Gertrude Pitzinger cantando eso. Así, le dedicamos la tarde; ella estaba enferma, no queríamos ponerle demasiada presión. Y al terminar la tarde nos dijo, cuando terminamos la última canción: "Yo he vivido para cantar estas canciones". Ella se sentía muy contenta en vísperas de su muerte, con una gran carrera; no lo decía con humildad, sino verdaderamente con gran modestia: "Yo he vivido para hacer esto".

Este es el sentido fundamental del interés propio, y eso es lo que todos debemos cultivar dentro de nosotros mismos como nuestra fuente de satisfacción, de felicidad. No el sacar algo; tener lo que necesitamos, pero no para sacar algo. No ser codicioso, algo sucio.

Y esa es la respuesta en cuanto al éxito también; eso es el éxito.


Grupos de jovenes larouchistas organizando

¿Cómo organizamos?, es otra pregunta. Eso es lo que estoy tratando de hacer. Por eso escogí de forma muy cuidadosa esta reunión. ¿Qué vas a hacer en cuanto a nuestra educación? ¿Adónde empezamos? Yo dije: primero que nada, sin pensarlo, y tenía razón, empieza con el teorema fundamental de Gauss de 1799. Y una vez que entiendas las implicaciones de eso, estudia toda la historia desde esa óptica, como la historia de las ideas. Hay que tener una certeza clara de lo que es una idea, a diferencia de una opinión, una verdadera idea. El descubrimiento, mediante hipótesis, de un principio que el experimento demuestra que es un principio físico universal. Piensa en la transmisión de ese descubrimiento de tiempos pasados a los modernos. Piensa en el efecto de estos descubrimiento sobre el hombre, y verás cómo las ideas cambian la condición humana, cómo el aceptar las ideas, o rechazarlas, determina el flujo y el reflujo de la humanidad.

Y así es que uno ubica el concepto del interés propio en la idea de la historia. Uno interpreta toda la historia desde la perspectiva de la idea, de ese tipo de ideas. Y la transmisión de una idea de una generación a otra, de una cultura a otra, eso es lo que es la historia.

Una vez que uno tiene un sentido de eso, uno ha entendido, comprendido, lo que es el conocimiento, y de ahí uno puede ampliarlo. El problema con gran parte de la educación es que la gente no encuentra el punto de partida. No hay solamente un punto de partida; hay ciertas cosas que son fundamentales. Lo fundamental es encontrar el punto de partida, es conocer el acto que separa al hombre de un simio, el descubrimiento de un principio físico universal único que cambia al universo, porque el hombre puede entonces hacerlo en base a un principio que no conocía anteriormente de forma eficaz.

Así tenemos que abordar estas cosas.

En cuanto a la cultura: ¿qué es cultura? ¿Qué es patriotismo? La cultura es esencialmente la transmisión de ideas para la práctica. ¿Cómo funciona esto? Tú vives en una familia, en una comunidad, en una aldea. ¿Cómo lo haces? Uno tiene que saber cómo piensa la gente en esa comunidad, tiene que aplicar entonces el método socrático del diálogo a la discusión, y tiene que tomar lo que ellos piensan, esos conocimientos, para demostrarles que, partiendo de lo que ellos saben, pueden descubrir el significado de su pensamiento.

Por tanto, siempre tienes que partir del conocimiento que ya tienen. El asunto es como un niño: uno tiene que desarrollar a ese niño, uno tiene que pensar como ese niño. Si uno tiene que empezar con las personas en una cultura, tiene que hacer eso.

Desde el principio de la historia de la raza humana, ha habido distintas culturas, algunas de las cuales se fusionaron y se convirtieron en una sola cultura. Pero uno tiene que decir que una cultura es la base de la soberanía, porque una cultura le permite a la gente, a un grupo de gente, llegar a un concepto unificado de lo que es su interés propio.

Por tanto, pareciera solamente pragmático, pero es importante que haya naciones que se funden en el acuerdo cultural de ser una nación.

Eso no es contrario a servir a toda la humanidad. Uno trata de llevar a la práctica el principio común de toda la humanidad. Uno acepta la responsabilidad por una parte específica de la humanidad, no como contraria a ella. Pero entonces, te conviertes en el vehículo para unir a varios sectores de la humanidad. Así que siempre eres un patriota, pero nunca un chauvinista.

La verdad. La verdad. La verdad. De nuevo, es lo mismo. La demostración de la verdad es la idea del descubrimiento de una prueba experimental de un principio físico universal. Yo he escrito mucho sobre este tema. No voy a extenderme más porque ya se hace tarde.

No tenemos ningún problema entre las culturas; yo no tengo ningún problema con la cultura árabe, tengo el problema de bregar con ella, pero no con esa cultura. En Abu Dhabi, por ejemplo, ésta Dabi es una nación sintética, en cierto sentido. Inicialmente eran los Emiratos Árabes Unidos, los emiratos del Golfo que los británicos juntaron. En Abu Dhabi, el Emir tenía cierto interés en desarrollar el proceso hidráulico del país. Así que, cuando formaron los Emiratos Árabes Unidos y se descubrieron grandes depósitos de petróleo en el Golfo, el lugar se volvió bastante rico, desde el punto de vista de los ingresos petroleros. Transformaron al país, construyeron una ciudad en donde antes había un par de casitas; lo transformaron. Para desarrollar al país, trajeron gente de todas partes del mundo árabe; establecieron una nación con gente de muchas partes del mundo árabe. Los niños se mezclan libremente, no hay los problemas que uno tiene al pensar en las culturas islámicas, porque se han juntado para crear una nación, para construir una nación en un lugar. Y han aprendido a vivir juntos, y han logrado cosas maravillosas.

Hemos tenido historias parecidas en el pasado. La mejor forma de bregar con este tipo de culturas es elogiar y apoyar lo que es bueno, y tratar de hacerse de la vista gorda con los defectos. A la larga, esa es la única forma de bregar con estas cosas.

Creo que podríamos hacer más, pero está haciendose tarde y ustedes son maravillosos.