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Resumen electrónico de EIR, Vol. II, núm. 05

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La cosa se pone cada vez más fea


Tony Balir, George W. Bush y Colin Powell

por Jeffrey Steinberg

La semana del 16 al 24 de febrero, varios periódicos de los Estados Unidos y la Gran Bretaña publicaron extractos de un documento del Pentágono, que sugiere que el gobierno de Bush lleva adelante planes para desarrollar una nueva generación de "mini" armas nucleares, para emplearlas contra los "déspotas del Tercer Mundo" coludidos con terroristas y poseedores de armas de gran poder destructivo, como Saddam Hussein, por ejemplo.

El 10 de enero pasado, un memorándum del doctor Dale Klein esbozó los planes de una conferencia a realizarse en agosto próximo en Omaha, Nebraska, sede de los cuarteles generales del Comando Estratégico Estadounidense, en la que se reunirán científicos y estrategas militares para decidir sobre la producción y despliegue de una nueva generación de "mini" bombas nucleares "a prueba de búnkers", y otros artefactos nucleares por incorporar al arsenal de armas de ataque del Ejército estadounidense. Atacar primero con armas nucleares ya no es un tabú. Los EU ya no se contendrán en el uso de estas armas contra naciones no nucleares, a menos que detengamos esa locura.


Senadores Diane Feinstein y Edward Kennedy

Varios demócratas destacados, entre ellos el precandidato presidencial estadounidense Lyndon LaRouche y los senadores Edward Kennedy y Diane Feinstein, ya han armado un gran escándalo en torno a este cambio insano de política de los utopistas.

LaRouche identifica la presión en favor del uso de armas nucleares contra Iraq, como un escándalo que debe explotarse de inmediato para detener la campaña de guerra. Es sabido que los senadores Kennedy y Feinstein circulan ya una resolución preparatoria entre sus colegas, enarbolando ese tema. Y altas personalidades del Partido Demócrata cercanas al ex presidente Bill Clinton confirmaron también el desarrollo de un fuerte debate y la gran preocupacion tras bastidores que hay en torno a esa locura del partido guerrerista del gobierno de Bush, de que puedan llegar al grado de considerar el uso de tales armas nucleares en un ataque a Iraq.

El posibilidad de que los EU empleen armas nucleares contra Iraq, le añade una nueva y aún más horrible dimensión a la amenaza de guerra en el Golfo Pérsico. LaRouche instó ya al presidente Bush a que renuncie a esa locura.


LaRouche: No a la guerra

Hacia la destrucción

La filtración del documento del 10 de enero no cayó en oídos sordos. El año pasado, el gobierno de Bush procedió, paso a paso, a dar marcha atrás a 50 años de una política estadounidense de mantener guardadas las armas nucleares, como parte de la disuación estratégica estadounidense. A continuación un resumen cronológico:

* En enero de 2002, el gobierno de Bush dio a conocer su Revisión de la Posición Nuclear, un informe mandatorio del Congreso sobre el programa de armas nucleares de los EU. Por vez primera, el informe de 2002 aborda abiertamente la posibilidad de emplear armas nucleares, identificando a siete países como posibles blancos: Rusia, China, Iraq, Irán, Corea del Norte, Libia y Siria.

* El 22 de febrero de 2002, John Bolton, destacado "gallinazo" del gobierno, quien dirige la oficina de control de armas y desarme en el Departamento de Estado, alardeó durante una entrevista con el Washington Times de las intenciones del gobierno de Bush de recurrir al armamento nuclear en determinadas circunstancias. Con toda desvergüenza, le dijo al Times que el mundo había cambiado tanto desde el 11 de septiembre de 2001, que ya no era impensable el uso de armas nucleares contra estados forajidos de los que se sospeche tengan armas de gran poder destructivo.

Bolton le dijo al Washington Times que el mantener la doctrina de no usar armas nucleares primero, reflejaba "un parecer poco realista de la situación internacional. La idea de que las teorías corteces de disuación funcionan contra cualquiera, implícitas en los compromisos de seguridad negativos, acaba de echarla por tierra lo del 11 de septiembre", dijo, para añadir que "lo que pretendemos es crear una situación en la que nadie use armas de gran poder destructivo de ningún tipo".

No es casualidad que el principal subalterno de Bolton en el Departamento de Estado sea David Wurmser, uno de los autores, junto con Richard Perle y Doug Feith, del informe de 1996 "Un rompimiento limpio", que se redactó para el entonces primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, en el que se convoca a Israel a abrogar los Acuerdos de Oslo, a lanzar una ataque preventivo contra la Autoridad Palestina y a empujar a los EU a una ofensiva militar contra Iraq.

* El 14 de septiembre de 2002, el presidente Bush firmó el documento secreto "Directiva presidencial de seguridad nacional 17" (DPSN 17), que establece que "Los EU seguirán dejando claro que se reservan el derecho de responder con fuerza abrumadora —incluyendo la posibilidad de usar armas nucleares— ante el uso de [armas de gran poder destructivo] contra los EU, nuestras fuerzas en el exterior, amigos y aliados".

* El 11 de diciembre de 2002, el gobierno de Bush dio a conocer la versión desclasificada de la DPSN 17, con el nombre de "Estrategia nacional de armas de combate de gran poder destructivo". La referencia al uso de armas nucleares quedó excluida de esta versión, indicando en cambio que el gobierno "recurriría a todas sus opciones"; una versión apenas encubierta de la misma idea.

El 31 de enero de 2003, el Washington Times publicó en primera plana una nota en la que revela la existencia de la DPSN 17, y advierte que "la divulgación del texto clasificado sigue informes periodísticos de que la planificación de una guerra contra Iraq se centra en el uso de armas nucleares, no sólo para defender a las fuerzas estadounidenses, sino también para evitar que se salven instalaciones iraquíes muy escondidas que pudieran resistir explosivos convencionales".

* El 19 de febrero de 2003, el periódico londinense Guardian fue el primero en dar a conocer las minutas del Pentágono del 10 de enero de 2003 sobre los planes para la reunión de agosto en Omaha. El Guardian y otros periódicos importantes recibieron copias del memorándum de Klein, de manos de Greg Mello, quien encabeza al grupo conocido como Grupo de Estudio Los Álamos, primer depositario de la filtración.

Complot de una década

El empuje por crear una nueva generación de armas nucleares para el arsenal militar ofensivo de los EU, ha estado en marcha desde hace una década. Primero surgió poco después de la guerra del Golfo Pérsico de 1991, justo cuando la ahora supuesta "nueva" doctrina de seguridad nacional del gobierno de Bush, de guerra preventiva, la plantearon por primera vez ese año Dick Cheney, Paul Wolfowitz, Lewis Libby, Erick Edelson y Zalmay Jalilzad, cuando todos estaban en el Pentágono.

En abril de 1991, poco después de la Operación Tormenta del Desierto, el entonces secretario de Defensa Cheney comisionó un estudio de cómo debían responder los EU ante la nueva realidad estratégica militar del derrumbe de la Unión Soviética, que los dejaba como la superpotencia militar indisputable del mundo. Wolfowitz, a la sazón dubsecretario de Política del Departamento de Defensa, hizo equipo con sus asistentes Libby, Edelman y Jalilzad, y le presentaron a Cheney un plan para formar un imperio militar estadounidense que atacaría a cualquier nación o alianza de naciones que amenazaran su hegemonía militar, que consideraba el uso de una nueva generación de armas nucleares como parte del nuevo arsenal.

En 1992, cuando Cheney y sus secuaces trataron de incorporar la idea de la guerra preventiva y el uso ofensivo de "mini" armas nucleares en su bosquejo, "Guía de planificación defensiva", el entonces presidente George Bush vetó la propuesta a instancias de sus asesores de seguridad nacional más importantes, el general Brent Scowcroft y James Baker III.

No obstante, en enero de 1993, después de que Bill Clinton derrotara a Bush en las elecciones, Cheney plasmó esas ideas utópicas en su pronunciamiento programático final, llamado "Estrategia de defensa para los 1990: la estrategia de defensa regional".

Para octubre de 1991, el Comando Aéreo Estratégico de la Fuerza Aérea de los EU ya había comisionado un estudio sobre el uso futuro de "mini" armas nucleares, y dos científicos del Laboratorio Nacional de Los Alamos, California, dieron a conocer entonces un estudio desclasificado con la propuesta de desarrollar y desplegar "mini", "micro" y "pequeñas" bombas nucleares.

Por supuesto, los arquitectos de esta locura del período 1991–1993 están de nuevo en el poder. Cheney es el vicepresidente, su jefe del estado mayor y principal asesor de seguridad nacional es Lewis Libby, Paul Wolfowitz es subsecretario de Defensa y Eric Edelman es uno de los principales estrategas de Libby en la oficina vicepresidencial. Zalmay Jalilzad es el enlace del gobierno de Bush con la oposición iraquí.

El 4 de febrero pasado, durante un foro realizado en el Hotel Willard de la capital estadounidense, Michael Ledeen, vocero prominente de los "gallinazos" y "fascista universal" confeso, afirmó, como si tal cosa, que de lanzar los EU una guerra contra Iraq —cosa que apoya totalmente— en realidad será una guerra regional, que también incluirá a Irán, Siria, Líbano e incluso Arabia Saudita. Si no se les pone un alto a los maquinadores utopistas al interior del Pentágono, esto terminará en algo mucho mayor que un conflicto regional.

Como Lyndon LaRouche ha advertido una y otra vez, esto significaría el inicio de la Tercera Guerra Mundial, que bien podría ser nuclear.