Movimiento de Juventudes Larouchistas

Un renacimiento organizativo para Iberoamérica


Jóvenes lideres del movimiento larouchista en Perú atentos a la presentación que diera Lyndon LaRouche vía internet

LaRouche le hizo una presentación muy importante el 12 de abril a dos grupos de líderes y organizadores del Movimiento de Juventudes Larouchistas, reunidos de forma simultánea en la ciudad de México y en Lima, Perú.

Abordaré dos áreas básicas, para empezar. En primer lugar, quiero resumir la situación internacional; la conozco bastante bien. Por tanto, debo dar este informe, pues soy el único que de veras sabe lo que pasa en el mundo, de la forma tan adecuada como yo sólo puedo hacerlo.

En segundo lugar, quiero abordar las repercusiones internacionales específicas de un movimiento de juventudes —de mi movimiento de juventudes—, para la situación estratégica actual hoy. Y con eso me refiero muy específica y categóricamente a México y Perú, que son las dos partes de la organización iberoamericana que, en cierto sentido, tienen una base de masas entre sus afiliados. Eso, aparte de la situación horrible que enfrenta nuestra gente en Colombia, por ejemplo, o el aislamiento que hay en Venezuela.

En primer lugar, el mundo enfrenta el siguiente problema: ahora estamos en la fase final de desplome del sistema monetario y financiero internacional, que ha regido al mundo desde agosto de 1971. Ese sistema financiero y monetario ahora se encuentra en un derrumbe económico y no puede reformarse, no puede rescatarse, ya acabado. Y cualquier intento por continuar ese sistema llevará a la destrucción de la civilización en el sentido más amplio. Es decir, precipitará al planeta entero en una Era de Tinieblas prolongada de una, dos o más generaciones. Por tanto, tenemos que deshacernos de ese sistema.

Hay otro aspecto del sistema que es parte integral del mismo, y es el comienzo, a partir de más o menos 1964, de un movimiento existencialista, con la Guerra de Vietnam en particular, en las postrimerias de las crisis de los misiiles de 1962, el asesinato del presidente Kennedy y el inicio de la Guerra de Vietnam. En ese momento, en el ámbito internacional, se sometió a los jóvenes que entraban a la edad adulta o, digamos, a las universidades, en 1963–64, cada vez más al desarrollo de la contracultura. Esto tuvo como efecto que a toda esta generación —no a todos los individuos, pero en general a esa generacion—, en las Américas, por todas las Américas, en Europa y otros lugares, pero sobre todo en Europa y las Américas, a generaciones enteras se les sometió a una contracultura contraria a la cultura clásica, llamada a veces la contracultura del "rock, las drogas y el desenfreno sexual", o a veces simplemente la "generación del aquí y el ahora".

Esta generación, que pasó a cobrar creciente influencia en su vida adulta, a partir de 1964–66, se correlaciona con una transformación de la sociedad, en especial en los Estados Unidos y el Reino Unido, pero también propagándose a Europa y al resto de las Américas. [Esto representó] una destrucción de la cultura, de ser una cultura orientada a la producción, a una orientada a la sociedad posindustrial, una sociedad posproductiva, la llamada "sociedad consumidora" o generación del aquí y el ahora.

Los valores de esta generación, al ir llegando a la adultez, de mediados y fines de los 1960 en adelante, eran obtener una satisfacción inmediata de corto plazo en la vida, en lugar de proponerse un propósito más elevado para su vida. Es decir, en generaciones anteriores, quizás no teníamos personas muy morales que digamos, pero sí había cierto tipo de moralidad, y veían sus vidas en términos de lo que hicieron durante su vida para beneficiar a la generación de su hijos y a la de sus nietos. También miraban algo al pasado, para tener en cuenta su obligación para con los aportes de generaciones anteriores —sus abuelos, sus padres, etc.— a su desarrollo, a su propia generación. La "generación del aquí y ahora" rompió este sentido de conexión, esta clase de aproximación a un sentido de inmortalidad, que surge de la relación de una generación con otra en la lucha por el progreso de la condición humana.

La generación sin futuro

Tenemos pues, ahora, una generación, y tomemos en particular a la generación de aquéllos que tienen entre 18 y 25 años de edad, quienes muy correctamente ven y consideran que la generación de sus padres los han abandonado, para convertirse en una generacion sin futuro. Así, tenemos la generación que se encuentra ahora en las más altas posiciones del gobierno y del sector privado, con unas cuantas excepciones entre la gente mayor. Esta generación es indiferente y muestra una sangre fría en cuanto a las condiciones de vida que le imponen al resto de la humanidad. Sólo les preocupa su comodidad, la comodidad de su propia generación, su búsqueda de placer, no la humanidad en general.

Esto es una ruptura con la cultura histórica, que enfrenta a una generación compuesta principalmente por los que ahora tienen entre 18 y 25 años, con que la generación de sus padres los ha traicionado. Y prácticamente no hay una comunicación eficiente entre ellos y la generación de sus padres, sobre estos temas. Este es el problema de la "generación del 68". En Francia los llaman los "bobos" (en francés, burgueses bohemios—ndr.), y en otras partes del mundo hay otros nombres, a veces un tanto escatológicos, para la misma generación.

Este es un problema fundamental, que ha llevado al surgimiento a una nueva variedad de fascismo especialmente característica de esta generación, la llamada "generación de los bobos", o del 68. Esta generación ha adoptado una perspectiva existencialista y sólo se ocupa de sus intereses locales, de sus intereses personales, de su propia satisfacción, a costillas de la sociedad en general. Están contentos si los cuidan a ellos. Dicen: "No me hablen a mí de la sociedad en general, háblenme de mi comunidad, de mi familia, de mis intereses inmediatos, de mi placer, de mis deseos, no de la sociedad".


Friedrich Wilhelm Nietzsche

Esta clase de existencialismo que corresponde a aquél de Arthur Schopenhauer, Friedrich Nietzsche o Jean–Paul Sartre, etc., es una corrupción que se ha propagado por las Américas, en particular, al igual que en Europa, desde que que tengo memoria. Tienen esto, por ejemplo, en Perú, la propagación del existencialismo entre las clases educadas en Perú. La difusión del existencialismo en la forma de los seguidores de Jacques Soustelle y demás en México. Así que a todo lo ancho y largo del hemisferio, hemos tenido una corrupción existencialista que se arraigó en la forma de la mentada generación del aquí y el ahora, la generación que ahora tiene menos de 60 años de edad y que domina las instituciones de gobierno, del sector privado y de la sociedad en general. Ese es nuestro problema.

Si vamos a depender de esta generación, la generación del aquí y el ahora, los baby boomers (como se les llama en los EU—ndr.), los bobos, para conducir ahora la sociedad, con su idea de valores, nos dirigimos a una Era de Tinieblas. Tenemos que ver lo ocurrido de 1971 en adelante, hasta el presente, es decir, el desplome de la economía y del actual sistema monetario y financiero como producto de este cambio de paradigma cultural, vinculado con la generación de del 68, que fue reclutada en conjunto a todo esto.

La ideología fascista

Esta clase de ideología también es fascismo, un fascismo del que el caso de Napoleón Bonaparte, que fue el primer fascista moderno, es típico. El modelo para el fascismo es, por supuesto, el de la antigua Roma, la Roma de los césares y, claro, Napoleón fue una imitación de los césares. Esa no fue la única expresión de esto, las monarquías europeas, en el período anterior al Renacimiento, en esencia se basaban, aunque Carlo Magno y otros lucharon por cambiarlo, en un concepto feudal que era una copia de ese cesarismo imperial romano. Y esto también era así con los Reyes de España, los Habsburgo y demás, que escencialmente eran prefascistas. Luego, con el deterioro del sistema monárquico, del viejo sistema feudal, tuvimos, con el típico caso de Luis XIV en Francia, que era un verdadero cerdo, el surgimiento de Napoleón Bonaparte, que en principio fue producto de la intervención británica en la Revolución Francesa. Napoleón Bonaparte es el primer fascista moderno.

Y de 1806 en adelante, Friedrich Heguel se convirtió cada vez más, no sólo en un entusiasta de la figura fascista de Napoleón, sino que creó una teoría de la sociedad y el estado, es la base de la amenaza actual contra la civilización. Esta idea de Heguel se expresó en lo que se da en llamar "el fin de la historia", [es decir], que llegaría un momento en la historia en la que un gran hombre destruiría el proceso histórico de desarrollo de la civilización, y le daría a la sociedad una forma fija, que sería el fin de la historia, bajo el cual, hombres grandes y poderosos gobernarían al resto de la sociedad. Este concepto lo desarrolló aún más Nietzsche, con la idea de las sectas dionisiacas. Debe surgir, decía, un nuevo Dioniso, que destruirá a la civilización y ejercerá su poder e influencia cometiendo crímenes tales, que horrorizará e intimidará al resto de la sociedad. Así, la sociedad, bajo la influencia de este "superhombre", este hombre capaz de crímenes que rebasan la imaginación, dominaría a la sociedad.


Friedrich Heguel

Ésta se convirtió en la teoría del fascismo moderno, basado en Heguel y Nietzsche. Esto es lo que se gestaba a fines del siglo 19 y en el siglo 20. Esto es Benito Mussolini, esto es Adolfo Hitler y esto también es lo que controla actualmente al Presidente de los EU. El grupo en torno al vicepresidente estadounidense Dick Cheney, los seguidores de Leo Strauss, que por mi parte —y la de otros— ya he descrito en este documento sobre "Los hijos de Satanás".[1] Estos son los vástagos de Satanás, en particular los que provienen de la generación del 68, quienes han aceptado el existencialismo y, por esta aceptación, tienden a verse atraídos por el tipo de ideas que representa el estrato de los gallinazos de Cheney. Esta es la amenaza a la civilización hoy.

La alternativa positiva

Del lado positivo de esta situación, tenemos el desarrollo del concepto de una alternativa económica positiva a la desintegración del actual sistema monetario y financiero mundial. Esta solución a la crisis actual se centra en estos momentos en Eurasia, y se organiza en torno a la cooperación de Francia, Alemania y Rusia, por un lado, y de Rusia, China e India y otros países, por el otro. Es decir, tenemos a gran parte de la población del mundo concentrada en Eurasia, y también gran parte de la masa terrestre, en la parte septentrional y central de Eurasia, donde se encuentran algunas de las concentraciones más grandes de recursos minerales del planeta. Europa está en bancarrota, necesita ampliar sus mercados. Estos mercados existen en Asia y, por consiguiente, haciendo ese nexo, esa conexión eurasiática de cooperación en la transferencia de tecnología y en proyectos de largo plazo de mejoras de capital, de infraestructura, representan la solución a la crisis económica en Asia; si esto se lleva a cabo de forma apropiada. Y lo mismo, el mismo principio, se plaica a las Américas.

La solución existe, pues, y la oposición a esta solución es que, tal como dije en enero del 2001, antes de que George W. Bush tomará posesión [como Presidente de los EU], el peligro en ese momento era que la combinación de este tipo de condiciones con el desbarajuste de la economía, que ya estaba en plena marcha entonces, conduciría a algo como el fenómeno de Hitler, en el que alguien, tal como Montagu Norman y otros lo hicieron a fines de los 1920 y 1930, adoptaría un movimiento fascista. En ese caso, el de Hitler, con financiamiento de los banqueros de Nueva York, dirigidos por los banqueros británicos, que habrían de instalar en el poder a un dictador en Alemania, es decir, a Hitler.

Se llevó a Hitler al poder, justo cuando se tenía programado introducir a Franklin Roosevelt, con su Nuevo Trato y su programa de reconstrucción, en marzo de 1933. Hitler asumió al poder el 30 de enero de 1933. Poco después, a las tres semanas, Hermann Goering organizó el incendio del Reichstag (el parlamento alemán—ndr.), el cual se usó para convertir a Hitler en dictador. Y así, cuando Rooseveelt se convirtió en presidente, ya Europa estaba en camino a la guerra y a la dictadura. Para mediados del año siguiente, la Segunda Guerra Mundial fue inevitable, a nivel global.


Hermann Goering

Como señalé en esa alocución que hice antes de la toma de posesión de Bush, el peligro era que el nuevo gobierno muy posiblemente tomaría el rumbo de continuar la necedad de esta política y que, al mismo tiempo, surgiría la oportunidad de que alguien hiciese algo parecido al incendio del Reichstag, para crear una crisis que estableciera una dictadura y [permitiera] lanzar guerras desde los EU. Esto fue lo que sucedió el 11 de setiembre del 2001. Desde dentro de las instituciones de los EU, elementos que obraron como Goering lo hizo, organizaron el equivalente de un incendio del Reichstag: los avionazos contra Nueva York y Washington el 11 de septiembre del 2001. Esto de inmediato desató un programa de conquista mundial fascista, de boca de los círculos del vicepresidente Dick Cheney.

Ese es el problema que encaramos. Eso es lo que vemos en la guerra en Iraq y la amenaza de extender esta guerra a otras partes del mundo. Ellos están hablando en serio.

Así que nuestra lucha contra este tipo de existencialismo no es sólo contra ellos, sino para introducir la alternativa que pueda impedir que tengan éxito. Esto es, si no pasamos a instaurar el tipo de reformas al sistema monetario y financiero internacional que propongo, entonces el mundo se irá a un infierno fascista. Ahora bien, esto no quiere decir que Cheney ha ganado. Cheney y compañía recientemente han creado un tremendo lío en el Oriente Medio; son un enorme fracaso. No han logrado nada, excepto crear el caos. Su incompetencia es evidente, sus planes militares eran absurdos y destructivos, no ofrecen ninguna solución a la crisis que han creado. El Presidente de los EU peligra por esta situación, que irá empeorando conforme pasen las semanas, a menos que se haga algún cambio fundamental.

¿Cómo funciona un movimiento de juventudes?


Jovenes peruanos recitando a Schiller en escuela de cuadros que tuviera lugar el 12 de abril de 2003

Ahora la pregunta es: ¿cómo introduciremos el cambio? Ahí es donde ustedes son necesarios.Por sí mismos, ustedes los jóvenes, digamos el grupo entre los 18 y 25 de edad, no pueden hacer mucho individualmente, o simplemente como anexos a movimientos políticos existentes. Pero sí tienen un poder secreto, y ese poder es que la generación de sus padres, que en gran medida, quiero decir, en su gran mayoría, son moralmente corruptos, en el sentido de que son miembros existencialistas de una generación del "aquí y el ahora", y han perdido la perspectiva de un futuro que sí tenían las generaciones anteriores de la misma nación. Por tanto, lo que representan ustedes, es el futuro. Ellos no les han dado a ustedes ningún futuro. Bajo la continuación de la política que la generación de sus padres ha impuesto, no tienen futuro. Pero, si ustedes organizan con eficacia, pueden reclutar a la generación de sus padres a que se reincorporen a la raza humana, y ustedes son los únicos que realmente lo pueden hacer, porque ellos tienen que reconocer que ustedes y sus hijos, quienes quiera que sean, posteriormente, son el único futuro que tienen.

Ese es el significado pues de un movimiento de juventudes.

Ahora, ¿cómo funciona un movimiento de juventudes?

En épocas anteriores, había un proceso de transmisión de la cultura, de una especie de tradición cultural, de una generación a la siguiente; una especie de moralidad tradicional, que pasaba de una generación a otra, y que variaba de país a país, de cultura a cultura, de región a región. Pero existía y, por tanto, los jóvenes en formación adoptarían y usarían la cultura que heredaban de las circustancias o de su crianza, y eso les daría una pauta de lo que era una orientación veraz para construir un futuro. Bueno, ese vínculo, ese nexo, se ha roto.


EL profesor Vargas interpretando un tema clásico
Escuela de Cuadros de Lima, Perú

Ahora, ¿cómo hallan ustedes una base cultural para erigir las ideas sobre las cuales fincar un futuro exitoso para la humanidad? Tienen que remontarse a la cuestión de la verdad, porque ya no pueden recurrir a la tradición, ya no pueden confiar en la opinión popular, porque todo eso ha fracasado, nada de eso les funcionará. Ahora deben remontarse a una perspectiva clásica y encontrar una solución a la moralidad, en el sentido de qué es lo que debe significar la verdad, como la define Platón. En los EU y en otros lugares he empleado la refutación de Gauss de las necedades de Leonhard Euler y Joseph Louis de Lagrange, comparándola con el concepto clásico griego de la noción de poderes en la física matemática,[2] dándole a la gente un sentido de que pueden descubrir y saber qué es la verdad, independientemente de cuál sea la opinión popular. Y eso es lo que necesita un movimiento de juventudes.

Puesto que la gente de entre 18 y 25 años, en edad universitaria, no son individuos completos, cerrados. Son individuos que tienden a estar abiertos a descubrir la verdad, y la forma en que lo hacen es como en las universidades. Hay una dimensión de un aula que no pasa de 15 a 25 personas, más o menos, suficiente gente para que todos los que están en la clase puedan participar en la discusión, pero no tanta que se impida su participación. Este es el típico formato para el diálogo socrático. Y eso es una buena aula universitaria, y una clase universitaria básica.

La gente joven dentro de ese rango de edades requiere ese tipo de agrupación, de círculos de entre 15 y 20 personas que se reúnen regularmente, y que tienen suficiente interacción y oportunidad de interactuar como individuos, para realmente participar de un proceso socrático de adquisición de conocimiento. En otras palabras, lo que requiere es una universidad en movimiento, de gente que se mueve en la sociedad, que obra de forma política y le ofrece liderato a la humanidad, para inspirar a una generación que está a punto de precipitarse al abismo. Pero hacerlo de la forma en que se llevan a cabo experimentos en la vida universitaria. Eso funciona, y lo hemos demostrado especialmente en los EU y, hasta cierto, punto en Francia, recientemente.

Este método funciona, es un método nuevo que yo introduje, pero no es nuevo en el sentido de los principios; estos son los mismos principios en los que se ha basado todo gran movimiento renacentista. Los jóvenes, sobre todo en esas edades, que se reúnen y trabajan juntos para dominar los grandes principios de la historia clásica, especialmente de la historia griega clásica, como parte de ese proceso desarrollan la fortaleza para convertirse en una fuerza revolucionaria en las ideas y la políticia, para hacer grandes avances en la condición de la civilización. Eso es lo que estamos haciendo.

Ronny Chanca durante su exposición sobre Erastótenes en la Escuela de Cuadros en Lima, Perú (12 de abril 2003)

Un buen comienzo

Hemos tenido un excelente comienzo en los EU, que sirve de ejemplo sobre cómo hacerlo. Yo rompí con la basura que prevalecía de punta a punta en los EU, de 1992 a más o menos el año 2000 o 2001. Paseé por eso. Ahora ya contamos con una organización que estaba destrozada, camino al basurero. Ahora tenemos otra vez una organización funcional, y también un renacimiento de algo importante en términos de la organización iberoamericana. Esto está en marcha, el movimiento de juventudes es la clave para eso, el movimiento de juventudes no es simplemente un añadido a la red o ideas organizativas previas. Es una nueva dimensión organizativa, que requiere orientación, en el mismo sentido que el aula universitaria representa un foco de orientación. Pero representa una fuerza, una fuerza social para influir muy rápidamente, no sólo a su propia generación, sino también a la anterior.

Tenemos una base bastante buena para esto en México. En Iberoamérica, México es la clave para tal movimiento de juventudes. Perú es el ejemplo de un segundo caso, donde ya hay algo para empezar esto y extenderlo. Perú tiene cierta integridad histórica, que le da algo diferente, pero parecido a lo de México, una base para este tipo de trabajo. Se extenderá, y puede extenderse a otras partes de las Américas. Sin las condiciones de existencia en Colombia hoy, podría darse ahí; Argentina es ideal, excepto por las condiciones extremadamente opresivas que afectan a la gente ahí. Hay un gran potencial en Brasil, y así sucesivamente.

Entonces, lo que ustedes hacen ahora, reunidos en México, con Perú en la línea [telefónica], y con los EU, es que representan una extensión de mi Movimiento de Juventudes internacional. Es mío, porque debo responsabilizarme por él, porque puedo mantenerlos libres de las garras de la generación del 68. Tengo que protegerlos de la generación del 68. Pero ustedes deben tener la orientación. Ustedes son el núcleo de una nueva organización revolucionaria, que es la mejor esperanza para la transformación de este planeta. Vean a su alrededor. Ustedes son unos cuantos, pero eso es lo que representan.


Lyndon y Helga LaRouche junto a jóvenes representantes de Perú y México durante la Conferencia del Instituto Schiller en febrero de 2003


[1] Folleto en inglés que produjo LaRouche in 2004, el comité de la campaña presidencial de LaRouche, "Children of Satan" (Los hijos de Satanás), y del cual se imprimieron más de 400.000 ejemplares para su distribución en los EU.

[2] Nota del traductor: El problema que enfrentan tanto el traductor como el lector respecto al significado del término griego dúnamis, que aquí traducimos como poder, es conceptual y no semántico. Por ejemplo, en este discurso, pronunciado originalmente en inglés, LaRouche usó la voz inglesa power para vertir el concepto en cuestión. En castellano, enfrentamos un dilema diferente. Si usáremos la voz potencia, como lo hacen la mayoría de los traductores, el lector moderno traería consigo dos conceptos diferentes y hasta contradictorios de esa palabra: una, probablemente la dominante, es la idea algebraica de un número exponencial, referente al grado, condición o estado existente de una ecuación o relación energética; la otra, es la connotación de poder generador o capacidad para producir cambios.

Para Platón, y para toda la escuela griega clásica de matemáticas, no había ninguna ambigüedad conceptual respecto a dúnamis. Significaba poder generador o poder de construcción ubicado en el dominio de la física, y no en el de las matemáticas. Esta claridad conceptual fue destruyéndose como resultado de la introducción, por parte de Aristóteles, de la basura anticientífica de que la certeza sensorial es la base del conocimiento, y que, por tanto, el único dúnamis que puede existir es el que puede verse o tocarse: la potencia.

En aras de evitar tal contaminación aristotélica del concepto original platónico, hemos traducido dúnamis al castellano como poder, salvo en aquellos casos específicos donde se refiera a las exponenciales algebraicas como tales.

Ver el artículo de Jonathan Tennenbaum, "La diferencia entre dúnamis y energeia", en Resumen ejecutivo vol. XX, núm. 6, de la 2a quincena de marzo de 2002..