LaRouche: Hay que enjuiciar al vicepresidente Cheney


Pensativo ante su sombrío futuro, el vice presidente Dick Cheney

Washington (EIRNS)—En vista de la creciente acumulación de pruebas de que el vicepresidente estadounidense Dick Cheney encabezó un equipo que, a sabiendas, empleó un informe falsificado de un gobierno extranjero para embaucar al Congreso y al público a respaldar la guerra contra Iraq, Lyndon LaRouche, el aspirante a la candidatura del Partido Demócrata a la Presidencia de los Estados Unidos, emitió una declaración cortante insistiendo que hay que realizar una investigación a fondo sobre exactamente qué sabía el vicepresidente Cheney, cuándo lo supo, y precisamente qué fue lo que hizo a sabiendas de que era contrario a la verdad.

El meollo de las acusaciones contra Cheney es el hecho de que usó documentos, mucho después de enterarse que eran falsos, que supuestamente provenían del gobierno de Niger, y que dizque demostraban que el gobierno de Iraq trató de comprar grandes cantidades de un óxido de uranio empleado en la fabricación de armas atómicas a esa nación africana.

El 2 de junio, el representante Henry Waxman, demócrata por California y vicepresidente de la Comisión de Reforma Gubernamental del Congreso de los EU, le envió una carta al presidente George W. Bush, en la que exige una explicación plena del por qué encumbrados funcionarios del gobierno de Bush, entre ellos el vicepresidente Cheney, el secretario de Defensa Donald Rumsfeld, y hasta el Presidente mismo, "citaron las pruebas falsificadas respecto a los esfuerzos de Iraq por obtener materiales nucleares".

En una declaración que dio a conocer a través de su portavoz nacional, Debra Hanania–Freeman, LaRouche dijo:

"Sin duda alguna, la naturaleza de estos cargos es tal, que constituye un fundamento sólido para un juicio político. Esta cuestión hay que encararla de frente. Es hora de que Dick Cheney diga la verdad. Yo quiero saber exactamente qué es lo que Dick Cheney sabía, y cuándo lo supo. Las acusaciones son graves y específicas, y no dan lugar a equívocos".

Freeman citó el historial de LaRouche en desafío a la avalancha de desinformación e informes manipulados esgrimidos por las redes de los seguidores del fascista Leo Strauss en el gobierno de Bush, para desatar la reciente guerra contra Iraq. Este historial, dijo, le da a LaRouche una autoridad moral única para exigir que rinda cuentas, no sólo el gobierno, sino también los otros precandidatos presidenciales demócratas que avalaron incondicionalmente lo que representa un fraude en marcha contra el Congreso y el pueblo de los EU.

La relación de hechos que presenta el representante Waxman en su carta, dijo la señora Freeman, indica que el vicepresidente Cheney fue uno de los primeros funcionarios del gobierno en enterarse de que los documentos de Niger era falsificados. No obstante, él siguió insistiendo que el trato de uranio entre Iraq y Niger era un hecho. "Defraudar adrede al Congreso y al pueblo de los EU de esta manera y repetidas veces, es un crimen de lo peor, y puedo decirles que, dado el caso, el señor LaRouche obligara a tomar una determinación a la brevedad, y no dará un paso atrás hasta que se tome una acción apropiada y severa contra los que perpetraron este fraude".


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Los hechos son los siguientes:

* A fines de 2001 la Agencia Central de Inteligencia de los EU obtuvo una serie de documentos con el membrete del gobierno de Niger, que detallaban varios intentos de Iraq de comprar grandes cantidades de un óxido de uranio empleado para la fabricación de armas atómicas.

* A principios de 2002 el vicepresidente Cheney solicitó una investigación sobre los documentos, lo que causó que un ex embajador de los EU en África fuera enviado a Niger.

* En febrero de 2002 el ex embajador les informó al Vicepresidente, al Departamento de Estado y a la CIA que los documentos eran falsificados. La información de que los documentos eran falsificados circuló en el gobierno de Bush.

* No obstante, el 24 de septiembre de 2002 funcionarios del gobierno de Bush y de la CIA le dijeron a directivos del Congreso que Iraq hacía esfuerzos por adquirir óxido de uranio de Niguer. Ese mismo día el despacho del primer ministro británico publicó un expediente sobre las armas de gran poder destructivo de Iraq, que propalaba la misma información falsa sobre las compras de uranio a Niguer.

* El 19 de diciembre de 2003 el Departamento de Estado de los EU publicó una hoja informativa en la que impugnaba la declaración sobre armamentos presentada por Iraq al Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas, alegando nuevamente que Iraq trató de comprarle óxido de uranio a Niger.

* A lo largo de enero de 2003 todos los altos funcionarios de seguridad nacional del gobierno de Bush, entre ellos la asesora en materia de seguridad nacional Condoleezza Rice, el secretario de Defensa Rumsfeld y el propio presidente Bush concedieron entrevistas y dieron informes en los que hablaron de los esfuerzos de Iraq de obtener materiales nucleares en el África. Bush lo hizo en su informe a la nación.

* El 7 de marzo de 2003 el doctor Mohammed ElBaradei, director general de la Agencia Internacional de Energía Atómica, rindió testimonio ante el Consejo de Seguridad de la ONU donde puso al descubierto que los documentos de Niger eran un burdo fraude.

* Aun después de las declaraciones públicas de ElBaradei, el vicepresidente Dick Cheney, en una entrevista en el programa de televisión Meet the Press el 16 de marzo, repitió la mentira sobre los materiales nucleares de Iraq.

* Al día siguiente el representante Henry Waxman le escribió su primera carta al presidente Bush, preguntándole por qué seguía repitiéndose un fraude probado.

Hay que destituir a los responsables

De hecho, la escandalosa falsificación de los informes de inteligencia que sirvieron de pretexto para la invasión de Iraq ha dado pie para que muchos exijan la destitución de los funcionarios responsables, tanto en los EU, como en el gobierno británico de Tony Blair, el cual podría caer.

Como señala LaRouche, el blanco no es Bush, sino los integrantes de la camada neoconservadora encabezada por Cheney y Rumsfeld, que han tomado el control de la Presidencia con el propósito de imponer una serie de políticas fascistas "imperiales". Lo importante, dice LaRouche, es liberar al presidente Bush de manos de esta pandilla, para que pueda actuar como mandatario de verdad, con la ayuda de asesores competentes.

LaRouche dijo que un indicio del giro que empieza a darse contra los gallinazos, o más bien gallinazis neoconservadores, es el hecho de que el Senado comienza a reafirmar el papel que le corresponde acorde al equilibrio de poderes que define la Constitución de los EU. Varias comisiones del Congreso han anunciado que sostendrán audiencias sobre los informes falsificados.

También la Junta de Asesoría sobre Inteligencia Exterior de la Presidencia, que encabeza el general Brent Scowcroft, ex asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, realiza una investigación, y la CIA ha iniciado una revisión interna de sus procedimientos.

Según algunos, estas investigaciones tarde o temprano llevarán a un examen más detallado de la unidad del Pentágono conocida como la "Oficina de Planes Especiales", a cargo del fanático straussiano Abram Shulsky, quién está bajo la jurisdicción del subsecretario de Defensa para Asuntos Políticos Douglas Feith, otro gallinazi straussiano.

Según versiones que han trascendido a la prensa, hubo enormes presiones sobre la CIA para que acomodara la información de modo tal que favoreciera la campaña a favor de la guerra de la camarilla de Cheney y Rumsfeld. Muchas de las revelaciones que han venido filtrándose, vienen de funcionarios de inteligencia de los EU y la Gran Bretaña, quienes están molestos y enojados por la "invención" de informes de espionaje para justificar la guerra contra Iraq.

A fines de mayo las tres revistas principales de noticias de los EU, U.S. News & World Report, Newsweek, y Time, publicaron sendos artículos sobre el fraude de inteligencia respecto a Iraq.

U.S. News & World Report describió cómo el secretario de Estado Colin Powell rechazó el borrador de la presentación que él habría de hacer el 4 de febrero ante el Consejo de Seguridad de la ONU. descartando de golpe un buen número de páginas, al tiempo que exclamaba: "Yo no voy a leer esto. Es pura mierda". El borrador lo había escrito Lewis Libby, oficial mayor de Cheney. Desde hace algún tiempo EIRNS señaló a Lewis como uno de los principales discípulos del fascista Leo Strauss en el gobierno de Bush, y promotor de la doctrina de ataques preventivos por lo menos desde 1991.

Cada día hay más pruebas de que Colin Powell y George Bush fueron embaucados por Cheney y sus gallinazos con documentos falsos.