Eurasia es la llave para la paz y el desarrollo mundial


Conferencia de prensa de Lyndon LaRouche a su legada a Estambul el 13 de junio. Su candidatura y el propósito de su visita -- plantear su estrategia del Puente Terrestre Eurasiático para resolver la actual crisis económica -- recibieron amplia difusión en la prensa turca.

A continuación aparece el discurso que pronunció Lyndon H. LaRouche en la conferencia "Eurasia: Nueva llave para la paz y el desarrollo mundial", realizada el 14 de junio de 2003 en Estambul, Turquía, bajo los auspicios de la revista mensual Yarin y del Departamento de Asuntos Culturales del municipio de Estambul.

El doctor A. Altay Unaltay, del consejo editorial de Yarin, al presentar a LaRouche, dijo que éste refuta a Norbert Weiner y John von Neumann, y que tiene sus raíces filosóficas en Godofredo Leibniz. También se refirió a la propuesta de LaRouche de un Nuevo Bretton Woods.

LaRouche: Ya que voy por la Presidencia de los Estados Unidos, heme aquí.

Quiero concentrarme principalmente en la situación que enfrenta Turquía, tanto en los peligros como las oportunidades de la presente situación estratégica y económica mundial.

Comenzaré refiriéndome a un discurso que di poco antes de la toma de posesión del actual presidente de los Estados Unidos, en enero de 2001. Para entonces, yo era candidato declarado a la candidatura presidencial demócrata para 2004, pero hice algunas observaciones sobre lo que iba a ocurrir en el período intermedio, en especial en los años inmediatamente venideros. Y dije que, dado que el Presidente de los EU no era una persona especialmente inteligente, él iba a tomar ciertas medidas económicas que significarían que el sistema financiero monetario mundial —y la economía estadounidense— que ya estaban desbaratándose, seguirían deshilanchándose a un ritmo acelerado durante 2001 y 2002, cosa que ha ocurrido.

Dije también que en una crisis como esta, uno tiene que mirar al pasado, a 1928–1933 y el efecto que tuvo sobre Alemania, en particular, la gran crisis económica de entonces. En esa época, un grupo con sede en Londres, pero con respaldo financiero de círculos de Nueva York, adoptó a Adolfo Hitler como su proyecto. Su propósito era poner a Adolfo Hitler en el poder, para impedir una respuesta natural, o democrática, al gran derrumbe financiero que ya estaba en marcha entonces.

A fines de 1932, el partido de Hitler fue derrotado en una campaña electoral. Como resultado de la derrota de Hitler, se nombró como Canciller de Alemania a Von Schleicher, quien no fue mal canciller; pero los dirigentes del partido Nazi, tales como Göbbels y Hitler, amenazaron con el suicidio, porque el partido Nazi estaba en quiebra.

Entonces, los banqueros de Londres, encabezados por el ex gobernador del Banco de Inglaterra, Montagu Norman, respaldado por financieros de Nueva York, financiaron la recuperación del partido Nazi. Luego, el 28 de enero de 1933, presionado y chantajeado, el presidente Von Hindenburg destituyó a Von Schleicher. Y el 30 de enero de 1933, Hindenburg nombró a Hitler canciller.

Al mes siguiente incendiaron el Reichstag, lo cual se usó para hacer súbitamente a Hitler, quien para entonces era un payaso en tanto figura política, dictador de Alemania. Esa secuencia de acontecimientos determinó el destino del mundo desde ese momento en adelante, hasta el final de la guerra.

El peligro en el año 2001, así como hoy nuevamente, el peligro era y es que un grupo de círculos financieros, según el modelo de los fondi venecianos —como, por ejemplo, los que estuvieron detrás de Hitler, detrás de la Francia de Vichy, detrás de Mussolini en Italia, detrás de Franco en España—, ese pequeño grupo de banqueros que está fuertemente representado en la bolsa de Nueva York, y que representa influencias muy poderosas ahí; que este grupo trate de ensayar una solución estilo Hitler, que trate de valerse esta vez del poderío nuclear de los EU para establecer una dictadura mundial económico–monetaria total sobre el planeta a través de algún tipo de golpe, siguiendo el precedente de Hitler. Dije que debíamos esperar que eso ocurriese; que era algo probable.

Eso fue lo que sucedió el 11 de septiembre de 2001. Para los expertos militares, que conocen de sistemas de seguridad, y que conocen también el sistema de seguridad de los EU, resulta imposible que un montón de estudiantes saudíes tomasen los aviones e hicieran lo que se hizo el 11 de septiembre de 2001. El sistema de seguridad de los EU es complicado. Controlar cuatro aeronaves: secuestrarlas cronométricamente, de un mismo golpe; desplegar y coordinar el despliegue de esas cuatro aeronaves, en diferentes partes de los EU, de tal modo que los movimientos de las aeronaves coincidiera con una secuencia en que la primera aeronave chocara, y la segunda respondiera después de eso dando un viraje para hacer el segundo choque, y así por el estilo, para finalmente llegar al Pentágono; eso no podía suceder en los EU sin conocimiento y coordinación desde adentro.

Ahora bien, ¿por qué se hizo? Se hizo para poner al vicepresidente Cheney en el poder en los EU. No lo hizo George Bush, ni siquiera creo que él sepa lo que es una aeronave; lo entrenaron en una, pero no estoy seguro que sepa lo que es. Y el 11 de septiembre y al día siguiente, el 12 de septiembre, apareció Cheney con una propuesta para ir a la guerra en base a planes que había presentado en 1991, y que había rechazado el previo Gobierno de Bush [padre]; que volvió a presentar de nuevo en 1996, y que constituían su programa vigente.

Así que es obvio que la reacción al 11 de septiembre de 2001 fue ésta. Ahora bien, llevó tiempo condicionar al Presidente de los EU para que aceptara el programa de Cheney. La aceptación se ratificó en el mensaje a la nación de enero de 2002, en donde se presentó el programa de Cheney como el elemento del "eje del mal" en el discurso que dio el Presidente de los EU ese día.

Eso es lo que está en marcha.

Este problema, como dije, es un grupo de financieros. No se les conoce como bancos importantes. Son la clase de gente que controla a los bancos tras bambalinas, de financieros acaudalados que llevan a cabo exactamente planes como este sin ningún otro propósito que el de emplear armas nucleares —entre ellas las llamadas armas mininucleares— contra países que no tienen armas nucleares; y buscan pretextos para hacerlo. Su objetivo general no es Iraq, o simplemente las naciones islámicas, aunque ese es su blanco principal; lo que pretenden es crear una condición geopolítica en la que no pudiera ocurrir lo que esbozaré como alternativa a planes de esta índole.


Proyecto del Puente Terrestre Mundial

El potencial para reanimar la economía mundial hoy reside, como indicaré, en Eurasia, en el potencial de Eurasia. Si empiezan suficientes guerras en Eurasia, de modo que no haya coordinación, o ninguna coordinación posible entre las principales naciones de Eurasia, entonces no habrá una recuperación significativa de la economía mundial, Por tanto, la pregunta hoy día, como lo fue en 1933, cuando Franklin Roosevelt iba tomar posesión de la Presidencia de los EU, es realmente: ¿qué camino tomaremos? ¿Tomaremos un camino como el que tomó Alemania con Hitler? ¿O el camino que representa lo que sucedió en los EU con la elección y posterior toma de posesión del presidente Roosevelt?

¿Haremos, en breve, lo que se propuso en Alemania en 1931, en una conferencia secreta del Friedrich List Gesellschafft, en Berlín? En esa ocasión un destacado economista alemán, el doctor Wilhelm Lautenbach, presentó una propuesta, y planteó: "No podemos recurrir a la austeridad fiscal para equilibrar presupuestos en condiciones de depresión. Más bien, debemos usar el crédito público directo, enfocado en proyectos de infraestructura a gran escala, para elevar el empleo, aumentar la producción, y así emprender una recuperación de crecimiento alentado, como este".

Roosevelt hizo eso para los EU. Lautenbach y su círculo en Alemania tenían la intención de hacerlo, pero no lo hicieron debido al golpe de Hitler. Nosotros nos proponemos hacerlo en los EU, y otros países proponen moverse en esa dirección, como indicaré. La interrogante hoy es ¿cuál prevalecerá?

Estamos en un proceso ahora en que yo y otros en los EU —no todos amigos míos, no mis colaboradores, sino gente que tiene opiniones que coinciden con la mía en cuanto a este asunto— nos proponemos encausar, potencialmente, al Vicepresidente de los EU, Dick Cheney, al señor Wolfowitz, al señor Rumsfeld, al señor Bolton del Departamento de Estado, al señor Wurmser del Departamento de Estado, al señor Libby del despacho del Vicepresidente, etcétera, para limpiar este nido de los mentados neoconservadores, muchos de los cuales tienen antecedentes trotskistas; para sacarlos del Gobierno y poner simplemente, digamos, gente más normal en esas posiciones de Gobierno, de manera que las instituciones del Gobierno puedan funcionar de manera normal.

En esas condiciones, estoy convencido por lo que sé ahora, que en condiciones de crisis, los EU —-luego de encausar y limpiar ese nido de bribones, como les decimos— tenderán a responder de manera saludable a la embestida de la presente crisis financiera monetaria económica mundial. De allí que, puede haber el equivalente a una alternativa a la Roosevelt a la depresión, contrario a la alternativa a la Hitler, cuya expresión fue la Segunda Guerra Mundial, y las cosa inherentes a ella.

Por lo tanto, en ese sentido, me siento optimista.

¿Cuál es la situación?


LaRouche entrevistado por la CNN en Turquía

A menudo la humanidad es desquiciada. Es decir, los Gobiernos, las instituciones poderosas, a veces adoptan medidas absolutamente descabelladas. Pero debido a la inercia de estados previos de la economía, debido a la ceguera de la gente hacia lo que le sucede — porque la gente a menudo tiende a pensar en el corto plazo, no en el largo plazo— la idiotez puede durar por mucho tiempo antes de que la opinión pública y las instituciones reaccionen y reconozcan que ha sido una idiotez.

Ese fue el caso de los EU durante buena parte de principios del siglo 20. El asesinato de William McKinley significó un desastre para el futuro de los EU, y para gran parte del resto del mundo. Los Gobiernos posteriores a [Woodrow] Wilson en los EU —especialmente los de [Calvin] Coolidge y [Herbert] Hoover— fueron un desastre absoluto para los EU, un período de locura colectiva. Entonces tuvimos una Gran Depresión, no sólo debido a la mala orientación estadounidense, sino a la mala orientación de Europa.

La interrogante era: ¿nos vamos a pique, o recobramos la cordura ante el impacto de descubrir que andábamos errados? ¿Comprenden los Gobiernos y demás que tenemos que hacer un cambio, reconocer que andamos equivocados, y que tenemos que corregir nuestros errores y avanzar con algún programa hacia la recuperación?

Esa ha sido con frecuencia la historia de la civilización europea y de la civilización en general. Fracaso, fracaso, fracaso. No obstante, si lo vemos desde la óptica de la historia de los últimos dos millones de años, el potencial de la humanidad, si la raza humana la conformaran simios, ahora habría unos 3 o 4 millones de individuos vivos en el planeta. Pero tenemos más de 6.000 millones de individuos humanos vivos en este planeta, a pesar de todas las crisis que han ocurrido. Esto representa un poder para la realización, el desarrollo, el crecimiento y el progreso de la especie humana.

Por consiguiente, en tanto especie humana, debemos sentirnos intrínsecamente optimistas de que contamos con las facultades mentales y espirituales para responder al desafío de la crisis, para desarrollar soluciones. Y yo le digo a la gente, que lo primero en un momento de crisis es revivir su optimismo. Porque es ese espíritu de optimismo respecto a la humanidad lo que puede alentarles a encontrar el ingenio dentro de ustedes para reconocer el error y corregirlo.

Hoy, como aproximadamente desde 1964, los EU y la Gran Bretaña conducen al mundo en general, a Europa, a las Américas, al desastre. Los EU salimos de la Segunda Guerra Mundial como la principal potencia productiva del planeta. Eramos la mayor potencia productiva per cápita que jamás haya visto este planeta. Mucho de esto se desarrolló bajo la función rectora de la recuperación de Roosevelt, y de la movilización de guerra. Nosotros —en colaboración con Europa y con otros países, otras partes del mundo— ayudamos a reconstruir la economía mundial de la posguerra en muchas partes, hasta mediados de los 1960.

Luego nos volvimos locos. Nos volcamos hacia una sociedad posindustrial, o el mentado fenómeno "sesentiochero". Nos volvimos en contra del progreso; volteamos hacia ideas locas, ideas que dominan a mucha de la gente que hoy tiene de 50 a 60 años de edad, que domina a las principales instituciones de Europa y de las Américas. Ahí están con sus ideas locas.

Esto llegó al grado que, a resultas de los pasos tomados entonces, a resultas del derrumbe del sistema de Bretton Woods de tipos de cambio fijos, en 1971 y 1972, el mundo en general hoy está fundamentalmente en bancarrota. El sistema monetario internacional está esencialmente quebrado. El sistema de la Reserva Federal de los EU estaría en quiebra, salvo por el respaldo del Gobierno. Los bancos, los principales bancos —como Citigroup, Chase Manhattan, o JP Morgan-Chase Manhattan—, estas instituciones, están esencialmente en bancarrota. La misma condición existe en los sistemas bancarios de Europa. El sistema bancario del Japón está en bancarrota. Las deudas vigentes en el mundo hoy día, a escala mundial, no podrían pagarse nunca con las tendencias actuales de la economía mundial. El sistema está en bancarrota.

¿Qué hacemos? En esas condiciones sólo puede hacerse una cosa, lo mismo que uno haría con cualquier entidad esencial en bancarrota, y ciertamente los Gobiernos son esenciales, las naciones son esenciales. No pueden eliminarse naciones porque estén en bancarrota. No pueden eliminarse Gobiernos de naciones porque estén en bancarrota. Por consiguiente, lo que hay que hacer es que los gobiernos intervengan la parte del sistema que está en bancarrota para reorganizarla, del mismo modo que se haría con una empresa útil en bancarrota. La empresa es esencial. La institución es esencial. Debe seguir funcionando. Deben pagarse las pensiones. El empleo debe seguir. Debe haber crecimiento. Pero el sistema está en bancarrota.

El Estado debe emplear su facultad de gobierno, su sentido de soberanía absoluta en tanto nación, para intervenir lo que sea que esté en bancarrota, para reorganizarlo, para mantener a los bancos abiertos, para mantener el empleo, pagar los salarios, pagar las pensiones, que lo necesario siga, y buscar cómo crear el crecimiento para resarcir el daño ocasionado por las bancarrotas.

Lo mismo que uno haría con una empresa necesaria que haya quebrado.

Pero en este caso es el sistema mundial el que está en quiebra. A consecuencia, la alternativa de solución es que el mundo, o gran parte de éste, acuerde, a través de sus Gobiernos, someter estos elementos en quiebra del actual sistema financiero monetario mundial a una reorganización por bancarrota; ponerlos bajo administración judicial bajo el control del Gobierno, ya sea bajo el control del Gobierno individual pertinente, o bajo el control de un concierto de Gobiernos, de tratarse de instituciones internacionales.

Si estamos dispuestos a hacer eso, puede ocurrir lo siguiente: Alemania, Europa Occidental, como quizá sepan, está en quiebra. Es decir, el monto actual del ingreso de Europa Occidental no puede mantener a sus economías, a las naciones de Europa Occidental, funcionando. Sin embargo, Europa tiene una función. Si vemos a través de Eurasia, vemos esa función. Tenemos a China, con unas 1.300 millones de personas, y sigue creciendo. Tenemos a India, mil millones de personas. Cientos de millones de personas en el Sudeste de Asia. Corea, Japón, Irán. Las enormes regiones de Asia Central y del Norte, como Kazajstán, los Estados del centro de Asia y la tundra en el norte de Siberia, de Rusia.


Maglev: tren de levitación magnética en China

Esta área contiene la mayor concentración de recursos minerales en este planeta, principalmente en la parte central y norteña de Eurasia. Contiene la mayor concentración de población en este planeta, y también algo de las regiones más escasamente pobladas.

China está creciendo. China está creciendo mediante grandes proyectos de infraestructura, los más grandes proyectos hidráulicos del mundo. El ferrocarril de mayor elevación del mundo. Los mayores movimientos de agua desde el sur de China hacia el norte de China, a Xi Jiang, para transformar esas regiones estériles en regiones habitables y de crecimiento. India y China consideran un gran proyecto: el río Brahmaputra, uno de los grandes ríos del mundo, corre desde el Tibet, en una declinación empinada, hasta Assam, bajando a Bangladesh y la bahía de Bengala; ahora está bajo consideración uno de los mayores proyectos hidroeléctricos del mundo en la China tibetana, en cooperación con India.

Tenemos enormes proyectos de movimiento de agua, desde el Ob de Rusia, hasta Asia Central, para revivir al mar Aral y otras áreas; proyectos parecidos por toda la región.

Tenemos aquí a Europa, que es una fuente de capacidad para producir tecnología provechosa, empeñándose ahora con sus mercados más grandes, en Eurasia, que están en China e India. Y China, el mercado de más rápido crecimiento. Tienen partes de Europa, donde todavía funcionan los negocios, que buscan exportar a esa parte del mundo.

De allí que, si podemos lograr acuerdos como los que se requieren entre las naciones, podemos hacer acuerdos de 25 a 50 años entre varias partes de Eurasia; acuerdos entre Gobiernos a largo plazo, de 25 a 50 años, en lo tocante a pautas sobre el crédito en general y política monetaria. Podemos emitir crédito a largo plazo y a tasas de interés de entre 1 y 2% para financiar grandes proyectos. Estos proyectos, estas inversiones de infraestructura a gran escala, impulsarán al resto de la economía. Europa se recuperará.

Podemos, entre otras cosas, reconstruir los arruinados Balcanes, que son la llave de la relación entre Turquía y Europa, la región de los Balcanes. Si logramos la paz en el Oriente Medio, suprimiendo la guerra de Israel contra los palestinos y logramos la paz allí, e introducimos proyectos hidráulicos a gran escala, podemos establecer la paz ahí.

Si logramos esto, y hacemos lo mismo con Centro y Sudamérica, con los EU, podemos arreglar al África.


Esquema de las redes ferroviarias para las Américas

Nos encontramos en un momento de desesperación, pero también de oportunidad, en el cual los acuerdos a gran escala entre las naciones de Eurasia —para someter a las partes del mundo en quiebra a una reorganización por bancarrota, crear masas gigantescas de crédito a bajas tasas de interés, acordando proyectos a largo plazo, y cooperar en proyectos a largo plazo— pueden abrir para la humanidad durante las próximas dos generaciones el mayor período de crecimiento y prosperidad en toda la existencia humana.

Así que tenemos la opción entre las dos.

La pregunta es: ¿cómo cerramos la brecha entre las dos? ¿Qué acuerdos hacemos?

Mi propuesta tiene varios aspectos, varios pasos concretos que tienen que tomar en conjunto un número de Gobiernos, que son necesarios para iniciar una recuperación económica general. A mi juicio, de adoptarse estas propuestas, crearán el optimismo político y la sensación de unidad necesaria para vencer las amenazas a la seguridad del mundo hoy día. Si establecemos acuerdos institucionales entre los Estados en cuanto a proyectos como estos, tendremos el poder y el compromiso entre los Gobiernos para que, amenazas como las que hemos visto recientemente en Iraq y en otras partes, desaparezcan y no regresen.

Hemos llegado a un momento en la historia en que no podemos eliminar la defensa; no podemos eliminar los requerimientos de las capacidades de defensa a gran escala de las naciones, pero podemos eliminar la posibilidad de todo excepto la defensa estratégica como política militar. Podemos crear instituciones militares que contribuyan a la ingeniería, la que constituye la función tradicional de las instituciones militares en tiempos de paz. Podemos hacer eso.

Y en estas condiciones, habremos iniciado un período del cual saldremos, no como. . . —la guerra, como la hemos pensado en el pasado, ya no existirá— en el cual las relaciones entre los Estados constituirán cada vez más una comunidad de principios entre los que son, respectivamente, Estados nacionales perfectamente soberanos, unidos en la cooperación en torno a ciertos principios.

Estas son algunas de las pautas.

Teníamos un buen sistema allá por los 1950, el sistema de Bretton Woods establecido a iniciativa de Roosevelt en 1944. Ese sistema funcionó. Era un sistema de tipos de cambio fijos, con base en las reservas de oro. Se basaba en programas proteccionistas para asegurar que los acuerdos a largo plazo pudiesen cumplirse, mediante acuerdos proteccionistas de comercio, aranceles y demás; eso funcionó.

En 1964 comenzamos a desbaratarlo en los EU y el Reino Unido. Nos hicimos una sociedad de consumo, en vez de ser la mayor potencia productiva de este planeta. Se hicieron cosas parecidas en el Reino Unido. Nos hicimos repugnantes. Nos hicimos como el Imperio Romano, produciendo cada vez menos nacionalmente, y echando mano de nuestro poderío imperial para robar, por la fuerza y el poder, lo que deseáramos de otros países, a cualquier precio que quisiéramos pagar. Reglamentamos los valores de las monedas de los otros países mediante manipulaciones de varias clases, y así podíamos conseguir sus bienes tan baratos como quisiéramos. Y nos corrompimos a lo interno.

Extendimos esta podredumbre en la forma de la mentada ideología de la sociedad posindustrial, en el fenómeno del "68", a Europa Occidental, a Japón, y a otras partes. Acabamos con el impulso de la civilización de reproducirse y mejorarse. Por tanto, ahora que estamos pagando las consecuencias, de las insensateces de estos últimos 40 y pico de años lo primero que hay que hacer es regresar, y decir: "Lo que funcionó antes de 1964 fue exitoso. No era perfecto. Tenía muchos errores. Pero funcionó. Así que, como primer paso, desagamos las tonterías que hemos hecho, para hacer lo que funcionaba antes, como modelo del enfoque a seguir ahora". Porque necesitamos acuerdos rápidos. El sistema está en quiebra; debemos actuar inmediatamente. No podemos pasarnos 10 años debatiendo cuáles deben ser las medidas a tomar. Debemos actuar inmediatamente. ¡Tenemos una emergencia!

Tenemos que hacer otras cosas, además de crear crédito nuevo bajo el nuevo sistema.

Debemos construir en Eurasia los dispositivos mediante los cuales podamos unificar al continente eurasiático en la forma en que necesita hacerse. En otros tiempos, lo obvio hubiera sido recurrir al modelo de los EU de mediados del siglo 19, cuando construimos ferrocarriles rápidamente, que unieron las costas del Pacífico y el Atlántico de los EU. Y esos ferrocarriles sirvieron para el desarrollo interno de las regiones de los EU que no estaban desarrolladas. No eran sólo conexiones ferroviarias, sino corredores de desarrollo, a lo largo de los cuales floreció la agricultura, y cosas por el estilo. Eso fue lo que ocurrió.

Ahora lo necesitamos en una forma nueva. Podemos transportar bienes, técnicamente, a gran velocidad, por rieles, desde Rotterdam hasta Pusan, en Corea, mucho más rápido y más económicamente que por barco, porque donde hay un corredor de desarrollo, y una ruta de transporte como corredor de desarrollo, cada milla a lo largo de esa ruta se convierte en un área que genera riqueza. Y la riqueza que se genera como resultado de ese sistema ferroviario, o ese sistema de transporte, es mucho mayor que el costo de crearlo y mantenerlo.

Realmente, un sistema de transporte de alta velocidad como este no le cuesta nada a la nación, porque genera la producción de más riqueza de lo que cuesta.

Ahora bien, si hacemos eso, podemos atravesar Eurasia con varias rutas: Una ruta norte, una ruta media, una ruta sur, y una ruta más al sur. No serían simplemente líneas férreas; serían corredores de desarrollo, de transporte de alta velocidad. Utilizariamos cosas como la levitación magnética, en el futuro cercano, para el transporte de alta velocidad; estamos hablando de 300 kilómetros por hora, de esa velocidad. Eso lo acompañaríamos con el desarrollo de nuevos centros urbanos, que serían complejos industriales y agrícolas, a lo largo de la ruta. Tendríamos sistemas hidráulicos a gran escala. Tendríamos sistemas de generación y distribución de energía a gran escala, principalmente energía nuclear, a lo largo de estas rutas.

Así que, estas rutas serían áreas de desarrollo. Ahora bien, en estas áreas de desarrollo (como en Asia Central) hay escasez de agua. Moveremos el agua desde el río Ob hacia el sur; ahora fluye hacia el Ártico. Gran parte de esto lo moveremos hacia el sur, al área del mar Aral. También tenemos agua en la parte norte, en la parte oriental de Asia. Podemos mover esa agua hacia el sur también. De este modo, Asia Central puede ahora convertirse en una región de desarrollo económico general y de población.

También podemos —tenemos las técnicas, tendremos que desarrollarlas, pero las tenemos— aprovechar la región de la tundra bajo la cual hay enormes recursos minerales, como una región que podemos desarrollar para explotar los recursos naturales de esa área. En estas condiciones, tendremos recursos minerales en Asia Central y del Sur para complementar los existentes, que son necesarios para las crecientes poblaciones del este, el Sudeste y el Sur de Asia, y también para Europa. Así que, este desarrollo de Eurasia no es simplemente un proceso de transporte; es un proceso de desarrollo que mira al futuro, dos generaciones adelante, cuando esta clase de desarrollo será decisivo para el futuro de la vida en este continente.

Esto significará una transformación en la calidad de vida y el nivel de vida y educación y cultura de los pueblos involucrados. Esa es la idea general.

Nos encontramos también en un período en que ya hay un cambio en marcha, siempre y cuando el sistema actual no se nos venga encima sin remedio. Ya no estaremos pensando en exportar productos, productos acabados, de una parte del mundo a otra. Haremos algo de eso, pero no será la característica primordial de la economía. La característica primordial será la transferencia de tecnología. En China están desarrollando tecnologías que no existen en Europa. En India están desarrollando tecnologías que no existen en Europa. Habrá un modelo global determinado en parte por el ingenio de la gente, y en parte por las condiciones en que ocurren los inventos. Por lo tanto, cada vez más, será deseable desarrollar esas tecnologías en una parte del mundo, para emplearlas en la producción en otras partes del mundo.

Así que la tendencia será que los productos en cualquier parte del mundo, cada vez más vengan de la adaptación del desarrollo combinado de tecnologías a productos específicos. Este será el motor principal en términos de la práctica productiva, para el crecimiento de las facultades productivas de la fuerza laboral de toda la región.

Estas tres cosas son generalmente obvias. La cuestión es la voluntad.


La Cámara de Comercio de Ankara honra a LaRouche otorgándole el Atatürk de Oro el 16 de junio, 2003

Ahora bien, volvamos a los EU ¿Sucederá? Lo que he esbozado puede suceder. Es necesario y es factible. La pregunta es, ¿sucederá? Y ustedes en Turquía obviamente se harán esa pregunta en voz alta y clara, y dirán: "Esto suena bien, pero ¿quién va hacer que suceda?"

Debido a las características de la era de las armas nucleares, a la mayoría de las naciones del mundo les aterra el poderío angloamericano y, hoy día, el poderío nuclear de los EU. Por tanto, ningún Gobierno del mundo generalmente pensaría en provocar el disgusto del Gobierno de los EU. Los Gobiernos no toman decisiones soberanas; procuran tomar decisiones soberanas permitidas por el poderío de los EU. Eso significa que la facultad voluntaria de soberanía, o gobierno, ha desaparecido. Tenemos una inclinación imperial en las relaciones entre los Estados; una inclinación imperial basada principalmente en la amenaza de la supremacía nuclear, la supremacía de las armas nucleares.

Ahora bien, ¿cómo haremos que el mundo acuerde hacer algo que la gente piense que no permitirá el Gobierno de los EU, especialmente un Gobierno tan sucio como el actual Gobierno de Cheney, Rumsfeld, Wolfowitz, etc., la clase de amenazas que ellos han hecho? La gente está aterrorizada, los Gobiernos están aterrados. La prudencia lo dicta: atérrate.

Mi tarea particular, no en tanto individuo solo, sino en tanto figura, una especie de figura central en este proceso en los EU, es la de crear una situación diferente entre los Estados, en que podamos reunirnos y decidir políticas como iguales y, por ende, que podamos deliberar, hacer cosas en concierto que necesitan hacerse así. Así que, si nosotros, en tanto grupo de naciones, acordamos esto, y si las naciones y los Gobiernos del mundo perciben que no serán aplastados por los EU por tener una idea, o por expresar un interés propio, entonces estas ideas que he expresado llegarán a ser factibles. El miedo es el mayor peligro que enfrentan los pueblos de este planeta hoy. El miedo de los Gobiernos a una dictadura ejercida por unos EU con poderío nuclear representa la mayor amenaza singular a la humanidad hoy.

El problema no puede resolverse eliminando a los EU. A los EU no puede pasárseles por alto, porque las otras naciones del mundo no están preparadas (aun si se sintieran libres de hacerlo) para tomar la clase de medidas necesarias o establecer la cooperación necesaria para lograr los cambios que he señalado. Se tendería a la anarquía.

De ahí que, en mi opinión, la solución es cambiar la disposición de los EU, del Gobierno de los EU. Yo pienso que estamos a un latido, por así decirlo, de eso. Nuestro problema no es George W. Bush. Él representa un problema, pero no es nuestro problema. El problema es una pandillita representada por el Vicepresidente, por Rumsfeld, por Wolfowitz y otros notables, que en esencia son simples lacayos, lacayos pagados de más, que trabajan para algún interés financiero tras bambalinas, como los intereses financieros que orquestaron el golpe de Hitler en Alemania en 1933.

Si resolvemos eso —y yo estoy luchando por el encausamiento de Cheney y de otros, para que ocurra—, si logramos eso, entonces tendremos una opción: la opción de reunirnos para tomar decisiones racionales; decisiones racionales basadas en el entendimiento de que debemos llegar a decisiones en común. Quizá no todas las naciones, pero la mayoría de las naciones principales deben tomar ciertas decisiones de común acuerdo rápidamente en lo que toca a la reorganización del sistema monetario internacional, y reemplazarlo con algo que sea en muchos aspectos como lo que teníamos en los 1950. Bajo esas condiciones, sobreviviremos. Y si aprendemos a cooperar con un nuevo sistema monetario, un sistema monetario reformado en ese sentido, desarrollaremos entonces los hábitos de una comunidad de naciones, de reunirnos, tomar decisiones bajo las cuales yo pienso que este planeta sobrevivirá. Y eso es lo que trato de hacer.