El FMI quiere 'bolivianizar' a Colombia


Las recetas del FMI destruirán a Colombia

por Maximiliano Londoño Penilla

Bogotá (EIRNS)—En Colombia pronto podría desatarse un estallido social de las mismas proporciones, o mayores, que los experimentados por Argentina y Bolivia, por la obstinación del presidente Álvaro Uribe Vélez de continuar con las funestas recetas de austeridad y depresión económica decretadas por el criminal Fondo Monetario Internacional (FMI), al que sólo le preocupa que Colombia pague cumplidamente el servicio de su deuda externa. Dicha deuda, que asciende a 40 mil millones de dólares, y representa 53% del producto interno bruto de Colombia, consume casi la mitad del presupuesto nacional.

La población manifestó su rechazo a las políticas fondomonetaristas en las recientes elecciones del 25 y 26 de octubre, en las que se sometió a votación el referendo propuesto por el Gobierno de Uribe para reformar la Constitución, y la elección de gobernadores, alcaldes, concejales y ediles. El resultado: el candidato del Polo Democrático Independiente, de izquierda, Luis Eduardo "Lucho" Garzón, quien es favorable a los narcoterroristas, ganó la alcaldía de Bogotá; la izquierda también ganó las gobernaciones de los departamentos del Valle del Cauca y de Nariño, y las alcaldías de Pasto y Barrancabermeja; y el referendo de Uribe ni siquiera se acercó a los 6,3 millones de votos que necesitaba para la aprobación de sus reformas.

Los partidos tradicionales, el Liberal y el Conservador, sufrieron derrotas electorales notables, y reconocieron atravesar por su peor crisis.

'Pagaremos nuestras cuentas'

"Aquí no negamos cuentas y las vamos a pagar todas. Pero tenemos millones de pobres que reclaman inversión. Para la democracia es tan grave que su estado no pague las deudas como que sus ciudadanos aguanten hambre por" pagarlas, dijo Uribe después de las elecciones, en un discurso transmitido a nivel nacional. Pero las medidas de austeridad brutal, que incluyen una nueva reforma tributaria, cortes al gasto y a la inversión pública, etc., que Uribe presentó como su dizque "plan B" frente al fracaso del referendo, sólo apuntan a garantizar el pago de la deuda, reduciendo aún más los precarios niveles de vida y empleo de la población. Aunque retóricamente el Presidente afirma estar preocupado por los "millones de pobres" hambrientos, lo cierto es que su mensaje sólo pretende calmar a los "mercados internacionales", que le exigen más sangre, sudor y lágrimas a los colombianos.

Uribe ganó la Presidencia de Colombia porque ofreció dar marcha atrás a las concesiones que su predecesor, Andrés Pastrana, les otorgó a las FARC. Uribe y su programa para enfrentar a los terroristas, a pesar de su brutal paquetazo económico de fines del 2002, contaban con cierto respaldo; hasta ahora.

La ofensiva narcoterrorista


Las FARC , los fieles guadianes de los narcotraficantes en Colombia

Garzón, quien ganó la alcaldía presentándose como el Robin Hood que defendería a los pobres, ha dejado en claro que su prioridad es parar la movilización de Uribe contra los narcoterroristas de las FARC y el ELN, so pretexto de mediar en un nuevo "proceso de paz". Así, La única opción viable para evitar que la insurgencia narcoterrorista (de izquierda y de derecha) de Colombia cobre el ímpetu que alcanzó en Bolivia con los cocaleros de Evo Morales, quienes derrocaron al presidente Gonzalo Sánchez de Lozada, es que Uribe rompa de forma definitiva con el FMI y sus políticas genocidas, e inicie un verdadero proceso de paz fundado en un gran programa de recuperación económica. El eje de dicho programa sería la creación de empleos estables y bien remunerados en la construcción de grandes obras de infraestructura, como lo hizo el presidente estadounidense Franklin Roosevelt durante la Gran Depresión de los 1930.

Si no quieren convertirse en autores de una tragedia en Colombia, tanto el presidente Uribe como Luis Garzón deben adoptar las propuestasde un Nuevo Bretton Woods y el Puente Terrestre Eurasiático, del precandidato presidencial estadounidense Lyndon LaRouche. Colombia debe abandonar la política fondomonetarista de Uribe, de "sostenibilidad de la deuda" a costa de la producción y el empleo, y reemplazarla por la de "sostenibilidad del empleo y la producción" a costa de la deuda.

De otro modo, es muy posible que Uribe no termine su mandato, o que, si lo hace, sea para entregarle la Presidencia a la nueva izquierda de Lucho Garzón y sus aliados. En realidad esa "izquierda" podría terminar convirtiéndose en el brazo político de las FARC y el ELN; ¿acaso es el movimiento bolivariano clandestino que las FARC prometieron que impulsarían?

Tras las fracasadas pláticas de paz en el Caguán, las FARC solicitaron el "despeje" de tres departamentos dizque para reiniciar el "proceso de negociación". ¿Qué tal que ahora se "despeje" a Bogotá? Las FARC y el ELN pueden estar profundamente agradecidos con el FMI, el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo y la Organización Mundial de Comercio, pues gracias a sus políticas contra la población ahora tienen el pretexto para presentarse como "adalides" de la justicia social.