Economía

De perder lo del Seguro Social, Bush quedará como un presidente figurón

por Paul Gallagher

El Comité de Acción Política Lyndon LaRouche (LaRouche PAC), con una agresiva movilización nacional —incluyendo la impresión de 600.000 ejemplares, hasta ahora, de su folleto “La privatización del Seguro Social de Bush le abre la puerta al fascismo”—, amenaza con derrotar el plan de George Bush de saquear el fondo del Seguro Social de los Estados Unidos. Semejante derrota convertiría a Bush en un presidente figurón casi al instante.

Cada día salen a la luz más escándalos del empuje desenfrenado por privatizar y saquear el sistema de seguridad social en aras de Wall Street, como habría de esperarse cuando un gobierno corrupto trata de imponer de forma precipitada un plan a favor de intereses financieros privados. Pero el Presidente no puede desistir de su manía por desmantelar el Seguro Social, debido a la necesidad urgente que tiene Wall Street de sus fondos para salvar los mercados del dólar que cae.

Estas exigencias de Wall Street las comunican el vicepresidente Dick Cheney (quien, se informa, es el principal impulsor de la política de privatizar el Seguro Social), los ideólogos del libre comercio encabezados por el Instituto Cato, y los grupos financieros de Wall Street que directamente financian la campaña contra el Seguro Social.

El día que ‘copiaron’ los escritos de LaRouche

El movimiento de LaRouche y varios demócratas prestantes del Congreso han echado mano de varias de estas revelaciones recientes para abrirle brechas al acorazado de “la guerra del Seguro Social” de Bush:

• ABC News describió de forma apropiada el 27 de enero, cuando el New York Times publicó una noticia de primera plana sobre el “modelo chileno” de privatización del Seguro Social y su desastroso fracaso en Chile en los últimos 25 años, como el día en que este periódico “copió los escritos de Lyndon LaRouche”. El voluble José Piñera, principal promotor de la privatización y ex ministro del Trabajo del dictador Augusto Pinochet, a quien las acusaciones de LaRouche de pronto dejaron mudo y sangrando, rehusó hablar con el Times.

• Al otro día, el 28 de enero, el artículo del Times y el folleto de LaRouche PAC ya circulaban en el Congreso de los EU como las municiones contra el intento de los círculos de Piñera de venderle el “modelo chileno” a Bush.

• El mismo día que salió el ataque del Times, el estratega demócrata James Carville sacó a colación lo del “modelo chileno” en el programa de televisión de CNN, “Crossfire”. Carville dejó cimbrado al comentarista derechista Robert Novak, y centró todo el programa en torno a una sola pregunta: ¡Decide! ¿Quieres un programa de seguridad social diseñado por el presidente Franklin Roosevelt, o uno diseñado por el general Pinochet, un criminal internacional?

• Mientras que el secretario del Tesoro John Snow se reunía del 10 al 12 de enero con banqueros de Wall Street para hablar sobre la privatización del Seguro Social, el Banco de inversiones Merrill Lynch and Co. puso en circulación el informe de una investigación que muestra con cuánta ansia desea Wall Street el saqueo del Seguro Social. El informe, que fue publicado primero por el Toronto Globe and Mail, señala que desviar las cuotas de los trabajadores al Seguro Social a “cuentas privadas”, podría aportarle el 25% de todo el efectivo a los fondos de acciones y bonos de Wall Street en el futuro previsible.
• El 16 de enero el New York Times reveló que los subalternos de George W. Bush que ahora administran el Seguro Social, han diseñado un plan para obligar a los empleados del Seguro Social a vender las mismas mentiras de Bush, Cheney y demás sobre “la crisis de bancarrota del Seguro Social”, en todos los contactos que tengan con el público. Esta medida escandalosa, que ya está aplicándose en parte, hará que estos empleados del Gobierno contravengan la ley Hatch, que le prohíbe a los empleados públicos participar en actividades partidistas en su trabajo. La medida ha sido atacada por la Federación Americana de Empleados del Gobierno, por dirigentes del Congreso, incluyendo la representante Nancy Pelosy de California, jefa de la bancada demócrata, y por encumbrados ex funcionarios del Seguro Social. La nueva orientación fue desarrollada por un agente del derechista instituto Cato, Andrew Biggs, a quien Bush nombró hace poco como subadministrador del Seguro Social.

• El nieto del presidente Franklin Roosevelt, James Roosevelt, Jr., y la familia Roosevelt, criticaron al jefe político de la Casa Blanca, Karl Rove, en una carta abierta del 15 de enero, por usar el nombre y la imagen del difunto Roosevelt en una campaña publicitaria a favor de desmantelar el Seguro Social fundado por éste.

• Los “pronósticos a largo plazo” sobre la solvencia del Seguro Social que hacen los nuevos funcionarios de Bush, han sido denunciados como fraudulentos. Por ejemplo, el actuario en jefe del Seguro Social, Stephn Goss, basó su calculo en un aumento a largo plazo de 6,5% anual en el precio de las acciones, que se extendería por décadas, lo que le dio un aspecto muy favorable a las “cuentas privadas”. Al mismo tiempo supuso que la economía de los EU sólo crecería 2% al año, y un crecimiento minúsculo de 0,35% en la fuerza laboral, lo que hizo aparecer como muy bajos los ingresos futuros del Seguro Social. El actuario que publicó estos supuestos descabellados apoya el plan de privatización de la Casa Blanca, la cual está usando estos pronósticos para afirmar que el Seguro Social “estará insolvente y en quiebra”, como dijo Bush en un discurso el 12 de enero.

Cuidado con ‘Enron II’

Casi una mayoría de los estadounidenses encuestados está en contra de los planes de Bush para el Seguro Social, y eso pese a que con dificultades pueden enterarse de lo que en realidad pretende. El Presidente y Cheney están tratando de evitar que se conozcan datos específicos, al tiempo que agrupaciones de Wall Street como el Club para el Crecimiento y la Asociación de la Industria de Valores, y Progreso para Estados Unidos, el comité de acción política de la Casa Blanca de Karl Rove, realizan una campaña propagandística de 100 millones de dólares a favor de la privatización. Es este bombardeo televisivo el que vilmente insulta a Franklin Roosevelt, al afirmar que él hubiera apoyado la “privatización” de su programa social más honroso.
Los análisis de esta estrategia de “privatización” aparecieron al mismo tiempo en las ediciones del 25 de enero de las revistas Time y Business Week, y en la del New York Times del 16 de enero. Todos llegaron a la conclusión de que el plan de Bush no funcionaría, y que estaba vendiéndose con cifras y afirmaciones falsas de la Casa Blanca.

El LaRouche PAC inició una campaña intensa de volanteo a mediados de diciembre, poniendo al descubierto el hecho de que la privatización del Seguro Social es un timo, es un “Enron II”, y un saqueo de las pensiones de la clase trabajadora, que requerirá una dictadura para llevarse a cabo. El LaRouche PAC lo llama “el modelo chileno”, porque según dijo el mismo Bush, lo copió del que usó la dictadura fascista del general Augusto Pinochet en 1981. La distribución generalizada del folleto de LaRouche PAC, “La privatización del Seguro Social de Bush le abre la puerta al fascismo”, comenzó en Navidad. Los organizadores larouchistas han tenido reuniones intensas con funcionarios del Congreso, para tratar de coordinar una resistencia demócrata unificada.

De hecho, los congresistas demócratas han presentado una fuerte oposición a la ofensiva privatizadora de Bush. El 16 de enero los senadores Harry Reid de Nevada y Edward Kennedy de Massachusetts, y el representante Rahm Emmanuel de Illinois, aparecieron por separado en programas de televisión denunciando la privatización específicamente como un plan para rescatar los mercados de Wall Street con el dinero de las pensiones de los ancianos estadounidenses. El 18 de enero los líderes de la Comisión de la Política Demócrata del Senado, Byron Dorgan de Dakota del Norte y Debbie Stabenow de Michigan ofrecieron una conferencia de prensa en la que dijeron que Bush “alega que hay una crisis, por lo que puedes pasarle capital a Wall Street”.

Más tarde ese mismo día, el influyente presidente republicano de la Comisión de Medios y Arbitrios de la Cámara de Representantes, Bill Thomas de California, en un discurso que dio en las oficinas del semanario National Journal en Washington, declaró que el plan de Bush está “condenado al fracaso” y que es como “la carabina de Ambrosio”. Thomas, quien también quiere privatizar el Seguro Social, habló en reacción a la intensa oposición que enfrenta la estafa de Bush, en busca de una salida elegante que le permita “empezar de cero” con una nueva propaganda diseñada para ganarse a los demócratas.

Si la privatización del Seguro Social de veras está “condenada al fracaso”, es gracias a la movilización de LaRouche, y esta “carabina de Ambrosio” muy pronto dejará a Bush como un presidente figurón.