Evaluación estrtégica
Resumen electrónico de EIR, Vol. XXII, núm. 10

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La elección del Papa Benedicto XVI

La rápida elección del cardenal Joseph Ratzinger como papa el 19 de abril, luego de sólo dos “humos negros”, apunta a que ya existía un firme consenso antes del cónclave de los cardenales. Esto, y su perfil, rememora la elección de Pablo VI, el Papa cuyo gran legado perdura en los círculos ecuménicos con sus palabras: “El desarrollo es el nuevo nombre de la paz”.

Las primeras palabras de Benedicto XVI fueron: “Después del gran Papa, Juan Pablo II, los señores cardenales me han elegido a mí, un sencillo, humilde trabajador en la viña del Señor. Me consuela el hecho de que el Señor sabe trabajar y actuar con instrumentos insuficientes”

Ratzinger es el primer pontífice cuyos escritos han aparecido en las publicaciones del movimiento internacional que encabeza Lyndon LaRouche. En la edición correspondiente a la primavera de 1992 de la revista Ibykus, órgano de ciencia y cultura del movimiento larouchista en Alemania, apareció un artículo del entonces cardenal Ratzinger titulado “Diagnose und Prognose zur Lage von Kirche und Welt: Wendezeit für Europa” (Diagnosis y prognosis de la situación de la Iglesia y del mundo: Tiempos de cambio para Europa). El artículo era una adaptación, hecha por el propio Ratzinger para que apareciera en Ibykus, de un discurso que él había pronunciado en una conferencia en la Universidad Católica de Milán.

El nombre escogido por Ratzinger, Benedicto XVI, es una señal precisa. Benedicto XV fue un papa antisinarquista, elegido en 1914 como sucesor de Pío X, que combatió a las oligarquías europeas y trató, de forma infructuosa, de mediar una paz entre Alemania y Francia durante la Primera Guerra Mundial, a la que calificó de “masacre inútil”.

Cuando primero llamó por la paz en septiembre de 1914, redactó un programa de cinco puntos, entre ellos el repudio a cualquier “venganza del triunfador”, en apego al espíritu del Tratado de Westfalia de 1648, que puso fin a la guerra de los Treinta Años.

En un llamado que hizo en 1915, Benedicto XV advirtió que las naciones humilladas y oprimidas. . . preparan la reacción y transmiten de generación en generación el triste legado del odio y la venganza”.
En 1918 le hizo un llamado al presidente Woodrow Wilson de Estados Unidos a que se abstuviera de imponerle condiciones onerosas a los perdedores. Por desgracia, Wilson no le hizo caso.

El papa Benedicto XV disolvió la organización sinarquista ultramontana de La Sapinière en Francia, y la Sodalitium Pianum, la organización inquisitorial que tomó cuerpo en el Vaticano en contra de los “modernistas”. Apoyó la formación del Zentrumpartei (Partido del Centro) en Alemania. También le levantó a los católicos italianos la prohibición que les impedía participar de forma activa en la política nacional, e introdujo reformas para eliminar el control político que las potencias coloniales ejercían sobre las organizaciones misioneras.

En su primer mensaje tras su elección, el papa Benedicto XVI emitió un poderoso mensaje programático mostrando una continuidad de las políticas de Juan Pablo II: “Al emprender su ministerio, el nuevo Papa sabe que su deber es hacer que resplandezca ante los hombres y las mujeres de hoy la luz de Cristo: no la propia luz, sino la de Cristo.

“Con esta conciencia me dirijo a todos, también a aquéllos que siguen otras religiones o que simplemente buscan una respuesta a las preguntas fundamentales de la existencia y todavía no la han encontrado. . . Me dirijo a todos con sencillez y cariño para asegurarles que la Iglesia quiere seguir manteniendo con ellos un diálogo abierto y sincero, en búsqueda del verdadero bien del ser humano y de la sociedad.

“Invoco de Dios la unidad y la paz para la familia humana y declaro la disponibilidad de todos los católicos a colaborar en un auténtico desarrollo social, respetuoso de la dignidad de todo ser humano.

“No escatimaré esfuerzos y sacrificio para proseguir el prometedor diálogo emprendido por mis venerados predecesores, con las diferentes civilizaciones, para que de la comprensión recíproca nazcan las condiciones para un futuro mejor para todos”.