Internacional

Cayó Libby; ¿sigue Cheney?

No hay ninguna diferencia entre el fascismo de Hitler y el "fascismo universal" de Michael Ledeen (arriba); si no, pregúntenle a Dick Cheney. (Foto de Ledeen: Stuart Lewis/EIRNS).

por Jeffrey Steinberg

El 28 de octubre el fiscal especial Patrick Fitzgerald dio a conocer la acusación penal, bajo 5 cargos distintos, contra I. Lewis "Scooter" Libby, el jefe de gabinete, álter ego y asesor de seguridad nacional en jefe del vicepresidente estadounidense Dick Cheney. Libby renunció poco después del anuncio.

El encausamiento de Libby por perjurio, dar falsos testimonios y obstrucción de la justicia, documenta su intervención decisiva en la filtración de la identidad de Valerie Plame Wilson como agente de la CIA. La acusación también parece apuntar al ex funcionario del Departamento de Estado y actual embajador de Estados Unidos ante la ONU John Bolton como cómplice del asunto.

Con el encausamiento y renuncia de Libby da inicio la era después de Cheney que Lyndon LaRouche había anunciado. Hace poco LaRouche informó que hablará por internet desde Washington el 16 de noviembre, sobre "La función de Estados Unidos en el mundo después de Cheney".

Al enterarse del encausamiento de Libby, LaRouche dijo satisfecho: "Ya empezó la marcha de las ranas" (en alusión a la antigua práctica de llevarse cargando a los reos panza abajo, tomándolos por las extremidades).

Fuentes cercanas a la investigación anunciaron que hubo negociaciones de último minuto que le dieron largas al posible encausamiento del subjefe de gabinete de la Casa Blanca, Karl Rove. Los abogados de Rove declararon justo después del encausamiento de Libby que su situación "no ha cambiado", y que Fitzgerald aún lo investiga. Según los abogados, Rove está cooperando con Fitzgerald.

Algunas fuentes le dijeron a EIR, que funcionarios de la Casa Blanca se han puesto en contacto de manera informal con varios republicanos de peso, entre ellos el senador John McCain (por Arizona), para preguntarles si estarían dispuestos a desempeñarse como "vicepresidente interino" en caso de que el vicepresidente Cheney también renunciara o fuera destituido.

La filtración

El caso de Fitzgerald implica a altos funcionarios de la Casa Blanca que, entre junio y julio de 2003, les revelaron a por lo menos seis periodistas la identidad de Plame, una oficial de carrera de la CIA cuya posición como agente "extroficialmente encubierta" era "ultrasecreta",.

Plame es la esposa del ex embajador Joseph Wilson IV, quien cumplió una misión de la CIA en Níger en febrero del 2002, para verificar la inteligencia que proporcionó el servicio secreto italiano SISMI, en la forma de documentos del Gobierno de Níger, de que Saddam Hussein pretendía comprar uranio para fabricar una bomba nuclear. La misión de Wilson fue resultado de la intensa presión que el vicepresidente Cheney y Libby ejercieron sobre la CIA para que consiguiera pruebas que justificaran una invasión militar estadounidense a Iraq, a fin de derrocar a Hussein. Las armas nucleares de Saddam serían la principal arma propagandística de Cheney para coaccionar al Congreso y al público a que apoyaran una guerra desastrosa e injustificada.

Wilson regresó de Níger e informó que no había encontrado pruebas de que hubieran tenido lugar o se hubieran considerado tales acuerdos entre Iraq y Níger.

Según diversas fuentes de Washington, en sus casi dos años de investigación Fitzgerald ha armado un caso sólido contra Rove, Libby y otros miembros del Grupo Iraq de la Casa Blanca (WHIG), una "unidad de plomeros" integrada por personal de alto nivel, cuya misión era fundar la propaganda para la invasión de Iraq y contrarrestar cualquier oposición a la guerra antes, durante y después de la invasión.

El WHIG se creó entre julio y agosto del 2002 a iniciativa del jefe de gabinete de la Casa Blanca Andrew Card, e incluía, además de a Rove y Libby, a la asesora de seguridad nacional Condoleezza Rice y a su segundo (el actual asesor de seguridad nacional) Stephen Hadley, a la entonces asistente de la Casa Blanca Karen Hughes, y a unas seis personas más. No obstante, como dijo un ex oficial de inteligencia, "Cheney presidía el WHIG". Ahora que la fase actual de su investigación llega a su madurez, se dice que el fiscal especial Fitzgerald ordenó una serie de interrogatorios en busca de información sobre la participación de Cheney en las reuniones del WHIG.

La intervención institucional

La investigación de Fitzgerald, incitada por la presión que ejerció la CIA sobre el Gobierno de Bush para llevar ante la justicia a los que filtraron la identidad de Plame, es parte de una intervención institucional más amplia para botar a la pandilla de Cheney. Figuras diplomáticas, militares y de inteligencia han dejado de lado las contemplaciones con Cheney, Rumsfeld y el aparato neoconservador.

Luego de que el general (r.) William Odom exigió el 19 de octubre el retiro estadounidense de Iraq, el coronel (r.) Lawrence Wilkerson atacó por nombre a Cheney y Rumsfeld en una reunión que patrocinaba la Nueva Fundación Estadounidense en Washington, D.C. Wilkerson pasó 16 años a las órdenes del general Colin Powell, cuatro de ellos como su jefe de gabinete en el Departamento de Estado. Wilkerson acusó al Gobierno de Bush de ser "una camarilla organizada entre el vicepresidente de EU Richard Cheney y el secretario de Defensa Donald Rumsfeld, que tomaba decisiones sobre cuestiones delicadas de las que la burocracia no tenía conocimiento", y ha reiterado su ataque en las páginas de Los Angeles Times y en CSPAN.

El 24 de octubre la revista The New Yorker publicó una entrevista de Jeffrey Goldberg con el entonces asesor de seguridad nacional y álter ego de Bush padre, el general Brent Scowcroft, que superó las revelaciones de Wilkerson acerca del control que Cheney ejerce sobre la política del Gobierno de Bush hijo. Scowcroft añadió el nombre de la Rice a la lista de altos asesores de Bush que llevaron a EU a una guerra desastrosa en Iraq. Los órganos de difusión le prestaron amplia atención al ataque de Scowcroft, en particular por sus lazos aún íntimos con los padres del Presidente. La entrevista a Scowcroft fue considerada como un anuncio de la ruptura definitiva entre la corriente principal del Partido Republicano y los grupos militares institucionales, y el régimen de Bush.

Los documentos de Níger

Varias fuentes le han confirmado a EIR que tanto Fitzgerald como el fiscal federal del distrito oriental de Virginia Paul McNulty recibieron hace poco, copia de una investigación confidencial del Parlamento italiano sobre el origen de los documentos del Gobierno de Níger falsificados, que fueron la fuente de la denuncia del SISMI de una compraventa de uranio entre Iraq y Níger. Se dice que el documento nombra a varios estadounidenses, entre ellos al "fascista universal" confeso Michael Ledeen y al ex jefe de la CIA en Roma, Duane Clarridge, como sospechosos de conspirar en la falsificación. Ledeen ha sido un elemento permanente del fascismo clandestino de la posguerra en Italia, en entidades tales como la logia francmasónica Propaganda Dos (P–2) y la logia de Monte Carlo.

Para la mala fortuna de Ledeen, quien es otro de los proponentes más rabiosos de la "guerra permanente" neoconservadora en el American Enterprise Institute, su participación en la treta de lo de Níger quizás también implicó a Lawrence Franklin, analista del despacho sobre Irán en el Pentágono, quien acaba de declararse culpable de pasarle documentos clasificados del Pentágono a funcionarios del Comité Americano–Israelí de Asuntos Públicos (AIPAC) y a la embajada de Israel. Ledeen viajó con Franklin y el neoconservador del Pentágono Harold Rhode a Roma en diciembre del 2001, y se reunió con funcionarios del SISMI y con otro viejo estafador de la era del Irán–contra, Manucher Ghorbanifar.

Como condición del arreglo que pactó con McNulty el 5 de octubre, Franklin aceptó cooperar con el FBI y los fiscales en las investigaciones, aun en la de lo de Níger, que se realizan en el distrito oriental de Virginia.


—Traducción de María Pía Cassettari.