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LaRouche plantea una estrategia para ganar la paz, una vez se saque a Cheney

Hace rato que Cheney (en pantalla) debió irse, y LaRouche planteó el 16 de noviembre cuál debe ser la perspectiva estratégica para cuando eso suceda. (Foto: Stuart Lewis/EIRNS).

por Nancy Spannaus

Lyndon H. LaRouche, el dirigente político de Estados Unidos que echó a andar la actual ofensiva contra Dick Cheney, el "Vicepresidente de la Tortura", planteó las tareas que toca realizar en la era después de Cheney, el 16 de noviembre, en una presentación internacional por internet que hizo desde Washington. Nos anotamos una especie de victoria, dijo LaRouche, que podría incluso describirse como un "milagro", en comparación con la situación que existía a mediados de 2004. Cheney va para afuera, sobre todo gracias a la labor que viene llevando a cabo el movimiento lidereado por LaRouche, y en especial el Movimiento de Juventudes Larouchistas, que está transformando al Partido Demócrata y a otras fuerzas institucionales y republicanas en una fuerza de combate para reafirmar la Constitución de Estados Unidos.

Pero, ese hecho sólo reafirma la necesidad de que consideremos la cuestión estratégica más amplia, dijo LaRouche: "¿Qué queremos hacer con la victoria? ¿Qué clase de paz pretendemos establecer que resuelva la cuestión de la guerra?"

"No queda de otra más que deshacerse de Cheney, sacarlo, sacar a su aparato", dijo LaRouche, al responder a una multitud de preguntas sobre cuál debe ser el próximo paso para asegurar la remoción de Cheney de la Vicepresidencia de EU. "Su libertad depende de ello. El país depende de ello". En lo inmediato, la responsabilidad le corresponde al Senado de EU, pero éste no puede actuar sin un mar de apoyo.

El problema principal es que el pueblo de EU no sabe cómo funciona una economía productiva y, por tanto, la mayoría de la gente no sabe por qué lucha. Tenemos que comunicar la perspectiva estratégica de la clase de economía que necesitamos para sobrevivir: una que se base en el principio de las máquinas–herramienta, el progreso científico y en la cooperación internacional para la construcción de infraestructura vital, no en la globalización y los "servicios". Tenemos que comunicar cómo la restauración de una economía de corte rooseveltiano, como por la que empiezan a luchar algunos miembros del Congreso de EU, sentará la base para una paz duradera que garantice la supervivencia y la prosperidad de las próximas dos o tres generaciones.

Un público combativo

Presentes en Washington para escuchar a LaRouche había unas 235 personas, entre ellas docenas de sindicalistas y cerca de 100 jóvenes. Muchos de los sindicalistas eran de la United Auto Workers (UAW), el gremio de los trabajadores automotrices, que en estos momentos enfrenta la embestida de los banqueros sinarquistas contra lo que queda de la capacidad de alta tecnología de la industria estadounidense. Concientes de que LaRouche —con su propuesta de llevar a cabo una reorganización estratégica por bancarrota, y emprender un programa de modernización y construcción de infraestructura a gran escala— ha sido el único dirigente nacional en plantear una solución a la crisis de la industria automotriz, los dirigentes sindicales escucharon a LaRouche con mucha atención.

El diálogo que siguió al discurso incial de setenta minutos de LaRouche, mostró que el otro grupo importante que no le perdió pisada a sus palabras fue el Congreso de EU. Senadores y representantes —incluso uno que se identificó como republicano—, aunque sin dar sus nombres, le preguntaron a LaRouche sobre la investigación pendiente del fraude de inteligencia que llevó a la guerra de Iraq, el "debate" de la tortura, la viabilidad del presidente Bush, y los requisitos para la reconstrucción. Es precisamente esta suerte de diálogo pedagógico el que ha creado las condiciones para que el Congreso enfrente con agallas al Gobierno de Cheney, y en particular en el último año.

Al momento no está claro cuántas reuniones hubo a nivel internacional para escuchar la intervención de LaRouche, pero se sabe que docenas tuvieron lugar en las principales ciudades de Alemania, Iberoamérica y EU. La grabación de la presentación, con interpretación simultánea al español, está disponible en www.larouchepub.com/spanish.

Lyndon H. LaRouche. (Foto: Stuart Lewis/EIRNS).


Una estrategia de paz

El grueso de la presentación de LaRouche giró en torno al asunto de la economía y, más importante, de cómo vamos a estabilizar al mundo cuando está a punto de caer en la quiebra total.

LaRouche partió de cómo se ha destruido la economía de EU, la única nación que puede emprender la recuperación de cualquier parte del mundo. Esto no fue ningún error, recalcó LaRouche, "fue un crimen".

Conforme desmantelaron el sistema de Bretton Woods, los intereses financieros internacionales tomaron las riendas. Nos han globalizado, dijo, al punto que ahora prácticamente tenemos un "sistema de gobierno mundial en poder de estas instituciones corruptas que controlan al mundo".

"La intención ha sido eliminar el Estado nacional soberano; eliminar la producción en tanto capacidad de las economías; globalizarlo todo". Específicamente, el objetivo ha sido destruir a EU, dijo LaRouche.

"¡El plan era destruirnos! No porque fuéramos tan buenos. Nunca lo fuimos. Tuvimos presidentes bastante malos, como saben, y alguna gente bastante corrupta aquí y allá, y algunas prácticas corruptas. Pero el carácter de nuestra nación, el concepto de nuestra nación en tanto Estado, fue producto de las mejores ideas de toda la civilización europea. Gente de Europa construyó estos EU nuestros porque quería un bastión, el cual devendría en un modelo para sí misma, sentaría un precedente, para asegurar la misma clase de libertad que teníamos, el mismo tipo de sistema que representábamos. Y los que representan esta idea de un imperio financiero o una economía de servicios mundial, que es lo mismo que la esclavitud, han decidido destruir a este EU de un modo u otro. Si no podían atacarnos directamente, nos corromperían desde dentro. Y la gran destrucción de EU vino de dentro, ¡no de enemigos externos! Ningún enemigo de fuera podía derrotarnos, a menos que nos destruyéramos nosotros mismos desde dentro primero. Ése ha sido siempre el caso en EU desde que Lincoln le ganó a la Confederación y se deshicieron de Maximiliano en México. Y ése es el problema que tenemos que entender".

Nuestro trabajo ahora, dijo LaRouche, es darle marcha atrás a este proceso y retomar la misión histórica de EU, de la que es representativa el sistema proteccionista al estilo americano que entró en vigor con Lincoln. Necesitamos proteger el empleo, invertir en infraestructura, usar el crédito del Estado para reconstruir la economía del mundo. El modelo es lo que hizo Franklin Delano Roosevelt, pero esta vez no sólo tiene que incluir a las Américas y Europa, sino al mundo entero".