Economía






Resumen electrónico de EIR, Vol.XXIII, núm. 2

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¡1933 y ahora!

Lyndon H. LaRouche declaró el 25 de enero a través de LaRouche PAC, su comité de acción política, que muchos fallan por no entender que Samuel Alito, el flamante magistrado de la Corte Suprema de Justicia, está hecho a imagen de Carl Schmitt, el arquitecto legal de Hitler, y que Dick Cheney y sus amos quieren imponer una dictadura semejante en EU.

"Claramente ni los más destacados demócratas del Senado han captado lo esencial de la cuestión de Alito. Oviamente no han logrado revivir la experiencia de aquellos quienes, en enero y febrero de 1933, no reconocieron lo que debió haber sido el ya ovio peligro que se avisoraba de una dictadura de Adolfo Hitler. Su cobardía creó las condiciones bajo las cuales Hitler se hizo dictador apenas sucedió el '11–S' de Herman Göring: el incendio al Reichstag", dijo LaRouche.

"A muchos de los que se negaron a reconocer el peligro de Hitler antes del incidente del Reichstag, pronto los recompensaron despachándolos a prisión, asesinándolos sin más ni más, o encerrándolos en lo que vino a ser el sistema de campos de concentración. Lo que hizo esto posible fue el que Alemania tolerara que Carl Schmitt le otorgara a Hitler los mismos poderes que la facción de la Sociedad Federalista de la Corte Suprema, compañeros de viaje de Carl Schmitt, representada por tales como el candidato Alito.

"La gente de mi generación y algunos otros, que vivimos la experiencia de la trágica consecuencia ocasionada por quienes se negaron, como dicen por ahí, a 'exagerar el peligro de Hitler', miran con tristeza a quienes en el Senado y otras partes parecen inclinados a repetir la lección de la historia de enero a febrero de 1933, semanas cuando todavía estaban a tiempo de parar a Hitler.

"Tampoco se acuerdan, o han decidido olvidarse, que el golpe de Hitler, promovido por el gobernador del Banco de Inglaterrra, Montagu Norman, y sus cómplices banqueros anglo–franco–americanos y otros banqueros privados, fue motivado por los sucesos que ocurrieron en torno a la fundación del Banco de Pagos Internacionales en 1931. Todo esto se dio en el marco de una gran crisis monetario–fianciera internacional como la de hoy. Ahora, como entonces, ¡podría pasar aquí!

"Es notable que muchos miembros relevantes del Senado y otros desconocen esa lección de la historia; el problema es la influencia de la sofistería catalogada bajo la rúbrica de 'seguir la corriente para evitarse problemas'. Que se fijen en los rostros desesperados de los millones que murieron tan cruelmente en los campos de Hitler como resultado de la misma doctrina que ha adoptado la Sociedad Federalista del mismo Carl Schmitt, conocido como el jurista magistral del sistema nazi. Repetir el error de Alemania en enero y febrero de 1933, es hacerse a sí mismo culpable por los que fueron torturados y asesinados tan despiadadamente por las fuerzas del Hitler, al que los banqueros privados del caso pusieron en el poder entonces, y volverían a hacer lo mismo hoy día".