Iberoamérica

El repudio al libre cambio lleva a Morales al poder en Bolivia

El presidente electo de Bolivia, Evo Morales. (Foto: Creative Commons).


por Gretchen Small

Washington (EIRNS)—En otra reciente muestra (ver artículo en pág. 1) de que el orden actual es insostenible en Iberoamérica, Bolivia eligió a su presidente en la primera ronda electoral, por primera vez en dos décadas. Evo Morales ganó los comicios del 18 de diciembre con el 54% de los votos, debido a su promesa de romper con el libre cambio y las privatizaciones que tienen al país al borde la desintegración.

Hoy Bolivia exporta casi todo su gas y su petróleo por medio de multinacionales que pagan regalías e impuestos ínfimos, los cuales, a su vez, se usan para pagar la deuda externa, al tiempo que millones de bolivianos viven sin electricidad, calefacción ni combustible. Morales prometió renacionalizar la industria petrolera y gasífera (privatizada por una bicoca en los 1990), para garantizar la inversión en el uso nacional de estos recursos.

Sin embargo, Bolivia y sus vecinos sudamericanos aún peligran. Los intereses financieros extranjeros consideran al país debilitado por el libre cambio como un blanco "fácil", cuya destrucción puede avanzar su ofensiva por aplastar a las naciones de la región. En junio del 2004 la pandilla del vicepresidente Dick Cheney de Estados Unidos en el American Enterprise Institute de Washington planteó cómo desmembrar a Bolivia fomentando un movimiento separatista en la región oriental, rica en gas y petróleo, para escindirla de la región andina, cuya economía, proponen estos dementes, debe fundarse en el narcotráfico. Al mismo tiempo, las redes de Cheney en el Pentágono han pugnado por aprovechar la inestabilidad política de Bolivia como pretexto para crear una fuerza militar supranacional para intervenir en las Américas, a fin de "asegurar la región para la inversión extranjera".

El narcolegalizador Soros

Por su parte, el megaespeculador y narcolegalizador internacional George Soros creó la imagen política de Morales, quien por años encabezó a los productores de coca, la materia prima de la cocaína. Soros dirige la ofensiva de los financieros para establecer su lucrativo libre comercio de narcóticos. El vocero de Morales, Alex Contreras, es un agente narcolegalizador de Soros de larga data; fue jefe de la división iberoamericana de la publicación pro drogas de internet Narco News, y también asesor del Consejo Andino de Productores de Hoja de la Coca. En julio del 2003 el principal estratega de Soros en materia de drogas, Ethan Nadelman, proclamó en la revista Foreign Policy del Carnegie Endowment, que había llegado la hora de que Iberoamérica encabezara una campaña para legalizar el comercio de la coca.

¡Qué cínicos! Luego de que su política librecambista eliminara miles de empleos en el sector minero y otros, dejando al menos a 80.000 bolivianos sin otro medio de sustento que el cultivo de la coca, los financieros derraman ahora lágrimas de cocodrilo y proponen la coca como "solución" para la pobreza de Bolivia. ¡Y los necios de Morales y Hugo Chávez de Venezuela afirman que ésta es su idea "indigenista"!

¿Qué dirección tomará?

Morales ha abogado por la legalización de las drogas en Bolivia y a nivel internacional. Pero lo que hará un Morales presidente, aún está por verse.

El país tiene un potencial significativo de crecimiento industrial y agrícola. Bolivia, que colinda con cinco naciones sudamericanas (Brasil, Paraguay, Argentina, Chile y Perú), tiene el doble de territorio que España, es rica en minerales y potencial agrícola, pero casi no tiene población, y carece de la infraestructura para mantener y desarrollar a su población actual, de unos 8 millones de habitantes. Hasta el 2001 sólo 64% del país contaba con electricidad (sólo 25% en las zonas rurales), la mayoría de las carreteras son de terracería, y carece de una red ferroviaria nacional. De invertir en infraestructura y educación como parte de un proyecto para desarrollar el interior de Sudamérica, Bolivia despegaría.

La pelea ahora es sobre el rumbo que tomará Morales, y el fermento que generó su elección en el país y en la región. Morales visitó diez países antes de tomar posesión el 22 de enero, entre ellos Cuba, Francia, España, India, China, Brasil y Argentina.

Comenzó su gira con una visita a Cuba el 30 de diciembre, en la que Fidel Castro lo recibió con honores. Castro organizó su siguiente viaje, a Caracas, donde se reunió con Hugo Chávez. Por una "coincidencia extraordinaria", como suele decir el siempre sutil Chávez, también estaba por ahí Ollanta Humala, quien está empatado en primer lugar en las encuestas para la elección presidencial del 9 de abril en Perú. Este servicio noticioso ha documentado que Humala —otro partidario de la narcolegalización, quien ahora se presenta como un Chávez peruano— es un agente sinarquista nazi–comunista engendrado por la nueva internacional fascista europea.

Durante la visita de Morales a China, el tema principal de sus conversaciones, como en todas partes, fue la inversión en la industria petrolera y gasífera de Bolivia.