Al pan pan y al vino vino

 

¿Peor que Hitler en 1933?

Jerrold Nadler. (www.house.gov/nadler)

 

Los congresistas demócratas organizaron una audiencia el 20 de enero para advertir del peligro que representa para la Constitución de Estados Unidos el que el Gobierno de Cheney y Bush pretenda adjudicarse facultades ilimitadas. Parte de este salto a la dictadura es el nombramiento del juez fascista Samuel Alito a la Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos. Durante la audiencia, sólo un testigo se atrevió a llamar realmente a las cosas por su nombre: el congresista demócrata por Nueva York, Jerrold Nadler.

Nadler fue claro al describir el paralelo que existe entre el actual Gobierno de Cheney y Bush, y la Alemania nazi.

"Al leer las declaraciones del Departamento de Justicia —declaró—, el poder que el Presidente alega tener, si él estuviera en Alemania en 1933, no hubiera requerido la ley habilitante para pasar por alto al Reichstag (el Parlamento alemán) a fin de reclamar el poder". La referencia fue a la legislación que urdió Carl Schmitt para otorgarle "poderes de emergencia" a Hitler, so pretexto del incendio del Reichstag,

Nadler añadió, en una alusión nada velada al significado del nombramiento de Alito, que "los argumentos jurídicos del Gobierno... sólo puede plantearlos un monarca, alguien que ha tratado de justificar el poder absoluto del poder Ejecutivo".

Y, para que no quedara duda de cuál es el asunto, Nadler remató: "[Bush] está procurando un poder absoluto que nunca nadie en la historia estadounidense ha procurado. Esto no puede seguir".

Como ha señalado Lyndon LaRouche, la lucha contra el fascismo sólo podrá ganarse con la verdad. Nadler ha dado un primer paso al equiparar a los "schmittlerianos" de Cheney con los nazis de Hitler.