Iberoamérica

El radio de actividad nuclear del MJL

El MJL en Buenos Aires viene hablando de los beneficios de desarrollar la energía nuclear en su programa de radio semanal: “El Poder de la Razón”. (Foto: EIRNS).

 

por Fernando Espósito, miembro de la Juventud Larouchista en Argentina

Desde las declaraciones que emitiera Lyndon H. LaRouche sobre el problema que acarrearía para el sistema financiero mundial la guerra que está orquestándose desde Londres, es decir el enfrentamiento entre Irán y los Estados Unidos, nosotros los del Movimiento de Juventudes Larouchistas (MJL) hemos puesto en marcha a nivel continental lo que el MJL en México llamó la “opción nuclear” para detener al fascismo.

La real importancia que reside en la energía nuclear de fisión, que es la manera actualmente utilizada para la producción de electricidad en el mundo, es porque es la fuente de energía con mayor poder y eficiencia. O sea que, con menor cantidad de combustible se logra obtener mucha, pero mucha más energía (generalmente en la forma de calor). La industria nuclear “industrializa” y permite el desarrollo de la infraestructura básica del resto del país, lo que, como consecuencia, resulta en la creación de miles de empleos.

En Buenos Aires, nuestra acción en la calle radica principalmente en carteles que exponen la estrecha relación entre la felicidad y la actividad nuclear, y también la necesidad de construir 50 plantas nucleares en Argentina para terminar con la pobreza, como el principio para el crecimiento económico. A mucha gente le resultan raros los carteles, y paran y preguntan; otros dan su opinión “ecologista” de la supuesta contaminación que las centrales generan, y aseguran: “Ustedes saben, ¿no?” Esto último es un gran desafío a la hora de desplegar, ya que el mito muy anticientífico y antitecnológico de la radiación y de cualquier asunto que tenga que ver con lo nuclear como algo perjudicial está muy “bien irradiado”, de tal forma que el sólo hecho de mencionarlo pone a mucha gente nerviosa.

Pero, tampoco es muy difícil ayudar a la gente a quitarse este lastre de encima e infundirle optimismo. Argentina, Brasil y México son “países nucleares” de larga data. La Comisión Nacional de Energía Atómica de Argentina se estableció en 1950, apenas unos cinco años después de que el mundo cruzara el umbral de la era nuclear, mientras que la nucleoeléctrica Atucha I fue la primera central nuclear comercial en el mundo (y sigue siendo la única) en funcionar con uranio levemente enriquecido.

Por su parte, México, desde que se terminaron de construir las dos unidades de la nucleoeléctrica de Laguna Verde a mediados de los 1990, cada una con una capacidad de 682.44 MW, ha venido generando una parte importante de su electricidad con energía atómica, lo que significa un ahorro anual de millones de barriles de petróleo que, en vez de quemarse como combustible, pueden emplearse para fabricar plásticos y otros productos petroquímicos más rentables para la economía física.

En México uno de los jóvenes del MJL se disfrazó incluso como una torre de enfriamento nuclear. (Foto: EIRNS).

 

La actividad organizativa en Argentina. . .

La actividad de difusión nuclear no queda sólo en la calle. En Buenos Aires, desde hace algunas semanas venimos hablando de su importancia para la economía, y de su relación con nuestra vida y con el continuo mejoramiento de la calidad de vida de los seres humanos, en el programa semanal de radio del MJL: “El Poder de la Razón”. En uno de nuestros programas hicimos hincapié en el principio que hace posible el funcionamiento del reactor y que llegó a dominar el ser humano, la reacción en cadena autosostenida para poder llevar adelante esta tecnología y la de los sistemas de seguridad previstos en las centrales nucleares a fin de evitar todo tipo de accidentes. Como parte de nuestro interés en profundizar nuestro conocimiento científico acerca de los procesos que realiza una central nuclear, y también de la necesidad urgente de la opción nuclear, los del MJL en Argentina organizamos una visita a las centrales nucleares Atucha I (en funcionamiento) y Atucha II (próxima a terminar) en el partido de Zárate. Durante la visita, primero nos explicaron cómo funciona este tipo de centrales no convencionales. Luego hicimos un recorrido por las instalaciones de Atucha II, y hasta tuvimos la posibilidad de entrar al edificio que contiene al reactor y apreciar la magnitud de semejante obra de ingeniería y tecnología a la que todo el mundo debe tener acceso.

“Estuvimos en un lugar histórico”, como uno de nuestros miembros dijo, ya que accedimos al piso desde el cual se pudo ver la imponente “olla de presión”. Pasamos también a través del blindaje biológico, cuyas paredes de hormigón tienen más de medio metro de espesor, al que luego de la puesta en funcionamiento de esta planta ya no se podrá tener acceso.

Al finalizar la visita, uno de los ingenieros que nos acompañó durante todo el día, y que ya se había mostrado alegre por nuestro interés, quiso saber también de qué se trataba el MJL. Un organizador se paró y les explicó a los presentes quién es Lyndon LaRouche y cuál es nuestra función como movimiento. Les dimos impresos a los dos ingenieros que condujeron la gira y a otro joven que también nos acompañó, sobre las ideas de LaRouche, sobre ciencia y cultura, y sobre economía. Nuevamente nos agradecieron por el interés en tanto grupo de jóvenes, agregando al final: “Hace mucho tiempo que no hablábamos de ideas con un grupo. Esto es como aire fresco”.

. . . y en México

En México, desde que el MJL declaró el 7 de febrero que hay que “usar la opción nuclear” (ver nuestra edición anterior), se realiza una intensa actividad organizativa para que la gente acuda al llamado del MJL en México, de construir al menos las 20 plantas nucleares que proponía el presidente José Lopéz Portillo.

Esto ha generado mucha polémica, pues mucha de la población padece los efectos de la enorme campaña de difamación llevada a cabo contra López Portillo.

También está el terror contra la energía nuclear inducido por los medios y los llamados “ecologistas”, al extremo que hay quienes insisten que el vapor que sale de las torres de enfriamiento de las nucleoeléctricas es “radioactivo”. Para contrarrestar esto, uno de los jóvenes del MJL sale a la calle disfrazado de una torre de enfriamiento de cartón de unos 2 metros, de la que sale humo, para despejar los mitos del pueblo.