Economía






Resumen electrónico de EIR, Vol.XXIII, núm. 8-9

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Los sinarquistas sufren tropiezos en la elección peruana

por Luis Vásquez medina

El resultado de la elección general del 9 de abril en Perú significó un tropiezo en lo que ha sido una marcha agresiva de la narcosinarquía internacional por tomar control del Poder Ejecutivo peruano. Si bien su candidato, Ollanta Humala, logró una mayoría de 29% de la votación, la cosa se decidirá en la segunda vuelta con el socialdemócrata Alan García. Según lo que sus voceros habían expresado, el partido de Humala ambicionaba ganar en la primera vuelta, al estilo de Evo Morales en Bolivia, y lograr una mayoría absoluta en el parlamento; ninguna de las dos cosas ha permitido el electorado peruano. Pese a no haber participado en la campaña electoral, la figura del ex presidente Alberto Fujimori se hizo presente por medio de su hija, Keiko Sofía Fujimori, quien fue la congresista que recibió más votos a nivel nacional, por lo que presidirá el próximo Congreso nacional.

Que el sinarquismo no haya logrado sus objetivos y todavía le quede a Perú la oportunidad de vencerlo, en parte puede atribuírsele al libro El regreso de las bestias: el neofascismo internacional detrás de los Humala, que publicó EIR el año pasado, aun antes de iniciarse la campaña electoral. Este libro, que el Movimiento de Juventudes Larouchistas circuló ampliamente en Perú, desenmascaró la conspiración del sinarquismo internacional detrás del grupo de los Humala, y se constituyó en uno de los libros más vendidos y leídos del período electoral.

Sin duda, la alta votación de Humala, antes que un voto por su persona, fue uno de protesta contra la actual política económica fondomonetarista que aplica el Gobierno del presidente Alejandro Toledo, cuyo partido perdió su registro al no alcanzar la valla del 4% de la votación (además, el Frente Independiente Moralizador de Fernando Olivera, aliado a Toledo, sacó sólo 1,03% de la votación, y también desapareció como partido).

Si bien Humala en su prédica populista criticaba las privatizaciones y la Alianza de Libre Comercio de las Américas, y pedía nuevas reglas del juego para las inversiones mineras y del gas, con lo que logró captar el voto de los sectores marginales y excluidos de la ciudad y el campo, el centro de su programa era la legalización de la hoja de coca: el ansiado reclamo de la mafia narcotraficante internacional. A lo largo de su campaña, Humala dio claros indicios de que él no es más que un peón de la mafia del narcotráfico. De hecho, ha logrado meter al Congreso y al Parlamento andino a varios dirigentes cocaleros, entre ellos a Nancy Obregón y Elsa Malpartida, ambas paniaguadas del agente de George Soros para la legalización de las drogas en la región andina, Hugo Cabieses, que fueron elegidas al Congreso peruano y al Parlamento andino, respectivamente, por el partido de Humala.

Ayuda de la banca internacional

La propuesta de legalizar el cultivo de hoja de coca y, “por qué no”, la exportación de la cocaína, según lo ha declarado Humala, encontró un aliado sorprendente. En medio de la campaña electoral (en un acto que hizo recordar el famoso “abrazo de Grasso”, cuando el entonces presidente de la bolsa de valores de Nueva York Richard Grasso se reunió con Raúl Reyes, tesorero de las narcoterroristas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia en la zona del Caguán en Colombia), el actual primer ministro del Presidente Toledo y el hombre de los banqueros de Boston en Perú, Pedro Pablo Kucsysnki, se lanzó a favor de la legalización de las drogas. En entrevista para la emisora peruana Radio Programas, el 15 de febrero declaró: “En cuanto a la coca, la legalización es un tema de discusión en los Estados Unidos, hay gente en Estados Unidos que piensa en la formalización, la legalización de los estupefacientes. Ciertamente, si lo vemos matemáticamente, si en el Perú legalizamos la coca y la gravamos con el 19%, obtendríamos 190 millones de dólares, con eso arreglaríamos los problemas de infraestructura de la Ceja de Montaña, el Alto Huallaga. La cosa no es tan sencilla, tiene que haber una aceptación internacional, y lamentablemente por el momento no la tiene”. Era claro que el financista estadounidense–peruano, mejor conocido como “PPK”, no sólo le daba su respaldo al programa de Humala con estas declaraciones, sino que se ofreció públicamente para quizás ser el ministro de Economía en un posible Gobierno de Humala.

La segunda vuelta, a derrotar a Humala

Alan García, quien en su desesperación por conseguir el “voto cocalero” adelantó que él también legalizaría el cultivo de la coca en el Cuzco, tendrá que aceptar la realidad de que el actual sistema económico peruano impuesto por el FMI ha fracasado totalmente, y que el aparente auge exportador minero sólo beneficia a las grandes trasnacionales y ha empobrecido aun más al pueblo peruano, si es que quiere vencer a Humala. Y debe reconocer que la integración de Perú al naciente Club de Presidentes de Sudamérica, encabezado por el presidente argentino Néstor Kirchner, es la única forma de armar la resistencia de las naciones de la región frente a la actual quiebra del sistema financiero internacional.

Deberá además, denunciar la conexión de Humala con el narcotráfico internacional. Esto será el arma decisiva para la segunda vuelta. De todo ello dependerá que en Perú se le ponga alto a la amenaza narcofascista que se cierne sobre toda la región.