Economía






Resumen electrónico de EIR, Vol.XXIII, núm. 11

Versión para imprimir

Regrese al inicio

 

Ciencia y cultura

 

Podemos dominar procesos que nuestros ojos no ven

por Carolina Domínguez, miembro del LYM

Tomando como referencia la publicación del Movimiento de Juventudes Larouchistas o LYM (por las siglas en inglés de este movimiento internacional), Prometeo,[1] pongo la discusión sobre la mesa, de la diferencia entre el ser humano y las bestias. ¿Te has preguntado qué hay en el ser humano que le permite entender procesos que no ve y, como efecto, cambiar lo que sí ve, poder retar su mente y provocar con eso descubrimientos que tengan como finalidad hacer un aporte bello a la sociedad? No, no es lo que piensas, no es una cuestión mística ni mucho menos; se llama cognición.

La cognición es esa capacidad del ser humano para entender principios físicos que le permiten desarrollar a la humanidad. Si pensamos cómo vivía la gente antes de nosotros, podemos darnos cuenta que su nivel y tiempo de vida eran menores, porque también era menor el dominio que tenía entonces de estos principios.

Por ejemplo, piensa en un mono y un ser humano. ¿Cómo encontrarías la diferencia, si ambos tenemos ojos y podemos ver las mismas cosas? La respuesta radica en lo que el científico nuclear V.I. Vernadsky llamó noosfera; es decir, aquellos descubrimientos que se expresan en la transmisión de la mente soberana individual a la sociedad y a las generaciones futuras. Es ese poder de la mente individual, expresado en el aspecto inmortal del ser humano, lo que constituye el principio de moralidad del cual depende la creación de un futuro.

Has escuchado decir alguna vez a una persona: “El ser humano ha terminado con los recursos naturales. La energía nuclear contamina, mejor usemos celdas solares o biomasa”. ¿Podrías mencionar ahora algún recurso natural que el ser humano se haya terminado? ¿Qué hace que los recursos sean recursos? El punto es que para proteger a la naturaleza necesitamos más tecnología y, por supuesto, ¡energía nuclear!

Piensa en la energía nuclear; sí, ésa de la que mucha gente cree saber tanto, pero poco de eso es verdad. La energía nuclear representa en este momento el punto de inflexión, porque no sólo genera una cantidad, sino una densidad energética mayor a otras formas de energía (ver tabla 1) representa el dominio del que hablamos: la noosfera, la diferencia fundamental entre el ser humano y las bestias.

TABLA 1

Energía eléctrica aproximada que producen diferentes combustibles

Combustible

kW/hora por kg de combustible

Madera

1

Carbón

3

Petróleo

4

Gas natural

6

Uranio natural

50.000

Uranio procesado

350.000

Plutonio procesado

500.000

 

Existen principios o leyes universales que el hombre descubre y que, al hacerlo, potencializa su impacto sobre el universo. A la aplicación de éstos sobre la biosfera se les llama, “fósiles de la noosfera”. Al descubrir un principio, se convierte en la base de conocimiento para poder encontrar otro principio que es superior al anterior, que a su vez se convierte en la base para hacer el siguiente descubrimiento. ¡Qué bien! Esto significa poder dominar lo que no vemos (como los átomos), a tal grado de producir muchísima más energía usando menos materia prima.

¿Qué te parece? ¿Crees que un simio podría dominar la energía nuclear? ¿Crees que un animal, por medio de su acción sobre la biosfera, podría potencializarla? O, más bien, ¿es un poder que sólo existe en el ser humano?

Como miembros de una sociedad, debemos buscar la forma de poder comprobar la diferencia entre un animal y nosotros todo el tiempo, porque, en parte, de eso depende nuestra capacidad de poder darle un futuro mejor a las generaciones que vienen.

Pero, lo mejor de todo es que la manera de hacer estos descubrimientos no puede platicarse; sí, tú entiendes, no podrías dar una clase teórica sobre un principio sin que la mente de las personas esté pasando por el descubrimiento con algún experimento físico que demuestre su validez científica, ¿no crees?

Y, bueno, ¡pues ya está! Comencemos a trabajar juntos en esto. Y, al momento de leer este artículo, piensa en nuevas ideas de cómo comprobarte a ti mismo y a los demás por qué, a diferencia de las bestias, ¡podemos dominar procesos que nuestros ojos no ven!

—Artículo cortesía del semanario digital Prometeo.


[1]Prometeo le entregó el fuego a los hombres como regalo, y por eso fue castigado por el dios Zeus. Esto es una metáfora del conocimiento del hombre para reconocer su capacidad de crear y, a la vez, destruir gobiernos tiranos.