Economía






Resumen electrónico de EIR, Vol.XXIII, nums. 14-15

Versión para imprimir

Regrese al inicio

 

Editorial

Hagamos una nueva conferencia de Madrid

En una declaración que dio a conocer su comité de acción política el 13 de agosto, el estadista y economista estadounidense Lyndon H. LaRouche externó su apoyo a la propuesta del ex ministro de Justicia de Israel, Yossi Beilin, de convocar de inmediato a una “segunda conferencia de Madrid” para negociar un acuerdo global de paz en el Oriente Medio. Esto implicaría crear un Estado palestino plenamente soberano en Cisjordania y la franja de Gaza, acorde a lo propuesto por presidentes estadounidenses desde George H.W. Bush hasta Bill Clinton y George W. Bush, propuestas que se remontan a 1991.

LaRouche instó a actuar de inmediato sobre la propuesta de Beilin, “porque ya hay fuerzas que trabajan febrilmente en dirección contraria”. Ahora es el momento de hacer funcionar un plan de paz global, “mientras la situación está en flujo”, debido a la resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la ONU. “Ahora mismo tenemos una oportunidad de zafarnos de esta guerra”, dijo.

“Yo conozco a Yossi Beilin, y sé que habla en serio. Él no sólo está proponiendo la solución de dos Estados, que es lo único que funcionaría, sino que sabe que tiene que haber un fundamento económico sólido para que haya una paz duradera”, dijo LaRouche, quien ha venido insistiendo que la gran crisis económica mundial que ha pronosticado podría estallar para septiembre de este año o poco después.

LaRouche añadió que el peligro más grande que existe ahora mismo es que erupcione una “guerra mundial asimétrica, de la que el Oriente Medio sería la mecha”. También previno contra cualquier reacción eufórica a la resolución adoptada por el Consejo de Seguridad con el apoyo de los Gobiernos de Israel y el Líbano. “No se ha conjurado el peligro de guerra, como pone de relieve lo que está sucediendo ahora en Iraq y Afganistán”. Señaló que un beneficio que se derivaría de un logro de envergadura en el proceso de paz en el Oriente Medio, sería “rescatar a Estados Unidos del terrible fracaso causado por la chambonada que ha cometido el Gobierno de Bush en Afganistán. No hubo ninguna victoria estadounidense en Afganistán; Bush y Cheney fracasaron de forma terrible ahí”.

La propuesta de Beilin apareció en un artículo titulado “La comisión del día siguiente”, publicado por el diario Ha’aretz de Israel el 13 de agosto. Beilin dijo que tras el desastre de la invasión al Líbano de julio de 2006, lo que Israel realmente necesita es una iniciativa audaz por la paz.

“Convocar a una segunda conferencia de Madrid sería un magno acto político, drámatico, que aceptaría, al menos al principio, una gran mayoría del público y del Knesset. La primera conferencia de Madrid, que empezó en octubre de 1991, cambió la faz del Oriente Medio y permitió, por primera vez en la historia, que Israel negociara directamente con Siria, el Líbano y una delegación jordano–palestina sobre un acuerdo de paz. Esas conversaciones llevaron, exactamente tres años después, al tratado de paz entre Israel y Jordania, lo que fue posible gracias a los acuerdos de Oslo firmados por Israel y la Organización para la Liberación de Palestina”.

Añadió: “Cierto es que muchas cosas terribles han sucedido desde entonces: la segunda intifada, la victoria de Hamas, el 11–S, el extremismo iraní, el conflicto en Gaza luego del retiro de las tropas y una segunda guerra en el Líbano. Pero también hay sucesos positivos. Siria se retiró del Líbano, el régimen de Saddam Hussein fue derrocado, Fuad Siniora fue elegido primer ministro del Líbano, y la disposición de Bachar al–Assad y Mahmud Abbas de entablar negociaciones con Israel crea mejores circunstancias para llevar a cabo una segunda conferencia de Madrid, que las que existían en vísperas de la primera”, dijo Beilin. Y añadió que, por muchos motivos, “todo pinta un cuadro claro de un acuerdo palestino–israelí permanente”.

“En 1991 fue Estados Unidos el que invirtió en el esfuerzo de persuadir a Israel a participar en semejante conferencia. Esta vez le tocará a [el primer ministro Ehúd] Olmert persuadir al presidente Bush de que arrancar a Siria del Eje del Mal, la paz con el Líbano y acabar con el conflicto palestino–israelí son medidas prácticas, las que, de funcionar, podrían salvar al Oriente Medio y ayudar al logro de la visión reformista en la que tanto cree Bush”.