Iberoamérica






Resumen electrónico de EIR, Vol.XXIII, núm. 16

Versión para imprimir

Regrese al inicio

Iberoamérica

 

Documentation: El desafío de Juárez:

‘El pueblo que quiere ser libre, lo será’

por Gretchen Small

Conforme se intensificaba la tumultuosa batalla por la elección en México, el Movimiento de Juventudes Larouchistas (LYM) abrió un nuevo flanco el 10 de agosto, con un mensaje de apoyo al movimiento de resistencia civil de Andrés Manuel López Obrador por el recuento total de los votos de la elección presidencial del 2 de julio, enviado por la heroína de la lucha del doctor Martin Luther King por los derechos civiles en Estados Unidos, Amelia Boynton Robinson. Al evocar las pruebas por las que tuvo que pasar el movimiento del doctor King antes de que finalmente prevaleciera la justicia, la señora Robinson instó a los mexicanos a cobrar ánimo en la larga batalla que libró su propio Abraham Lincoln, el presidente Benito Juárez, para expulsar al invasor y restaurar la soberanía mexicana. “Si Benito Juárez en los 1860 pudo rescatar a México de las garras y las fauces de Francia, Inglaterra y España, los sinarquistas, el Emperador de Francia, y otros enemigos internos y externos, sin duda en estos tiempos modernos ustedes pueden hacer lo mismo”.

La noticia de que una combatiente del movimiento del doctor King que hoy continúa su lucha por la justicia al lado del líder político estadounidense Lyndon LaRouche, no sólo apoya su causa, sino que honra a Juárez, está provocando un interés sorprendente en el movimiento de resistencia civil de México.

López Obrador ha invocado en varias ocasiones el espíritu del Mahatma Gandhi y el doctor King, y es a Juárez a quien recurre con mayor frecuencia como el referente de la calidad de liderato que él, y quienes están con él, necesitan en su tenaz esfuerzo por arrancar hoy la soberanía de México de las garras de la oligarquía financiera extranjera.

López Obrador planteó esto de la forma más bella el 5 de agosto, al concluir su informe diario a los decenas de miles reunidos en el Zócalo, la plaza principal de la Ciudad de México: Los poderosos intereses que están empeñados en mantener el statu quo “pueden tener el dinero, el poder, pero nosotros tenemos lo mero principal: el respaldo de la gente, el respaldo del pueblo. . . Hay una frase con la que quiero terminar mi intervención, una frase del presidente de México que más admiro, que todavía gobierna con su ejemplo, el presidente Benito Juárez. Decía: ‘El pueblo que quiere ser libre, lo será’ ”.

La labor organizativa puerta por puerta

El 5 de agosto el Tribunal Federal Electoral rechazó la demanda de López Obrador de efectuar un recuento voto por voto de cada una de las casillas y, en cambio, ordenó el recuento de sólo 11.839 de las casi 135.000 casillas electorales, un insignificante 9%. El tribunal trató así de afirmar la validez de la elección, al tiempo que reprendió al Instituto Federal Electoral (IFE), que fue el que llevó a cabo el conteo original, por no ordenar él mismo el recuento de esas 11.839 casillas, donde la discrepancia entre el registro de votos, el número total de boletas emitidas y los votantes registrados fue atroz. La ley en México exige que los funcionarios del IFE recuenten al instante las urnas electorales cuando existen “errores obvios”, y vaya que eran obvios.

El presidente Benito Juárez decía: “El pueblo que quiere ser libre, lo será”. Los mexicanos tienen hoy una oportunidad histórica para hacer justicia. (Foto: sitio electrónico de Andrés Manuel López Obrador)

La reprimenda dejó como un mentiroso al Gobierno de Fox y su partido, el PAN, quienes tildaron de “antidemocrática” la exigencia de efectuar un recuento, por atreverse a cuestionar la infalibilidad de esa “institución fuera de toda sospecha”, el IFE. Sin embargo, el tribunal no permitió un recuento general, desatendiendo adrede el hecho de que se han documentado “errores” igual de escandalosos en otras 61 mil y pico de casillas más, en una elección que se decidió por sólo 243.000 votos.

López Obrador tachó la decisión de “legalmente endeble”, y reiteró que los mexicanos no se contentarán con un “diezmo de democracia”. Arreciando el tono, López Obrador retomó la cuestión fundamental que subyace a la crisis: una política económica que beneficia sólo a unos cuantos y abandona a millones a que mueran de hambre.

“En cada voto hay un ciudadano, hay un ser humano esperanzado para que haya justicia en nuestro país”, afirmó López Obrador el 7 de agosto. “Va a mantenerse la resistencia civil pacífica el tiempo que sea necesario y ya no sólo va a ser el reclamo por el recuento de los votos. . . Vamos a la transformación de nuestro país, y eso se va a dar de una manera o de otra. Vamos a cambiar esa realidad de injusticia y de opresión que tanto daño le ha hecho a nuestro país”.

Al día siguiente dio a conocer una carta abierta al pueblo de México, en la que explica las razones de su campaña de resistencia civil. Le pidió a la gente que circule la carta por todo el país, y que la reparta “casa por casa” en la Ciudad de México, para atajar las mentiras de los órganos noticiosos de que el movimiento es violento y su único objetivo es poner a un tipo de presidente, y no por hacer justicia en México.

“En la pasada elección presidencial, realmente nos enfrentamos a un grupo muy poderoso de privilegiados, que son los que verdaderamente mandan en México”, explica en su carta. “Para ellos, nuestro proyecto alternativo de nación es inaceptable. No quieren, por ningún motivo, que haya un cambio en la actual política económica y, mucho menos, que se procure el bienestar de la mayoría de los mexicanos. . . Permitir la imposición significa aceptar. . . que unos cuantos van a seguir decidiendo, de acuerdo a sus intereses y conveniencia, el destino de la mayoría de los mexicanos. En el fondo, quieren que aceptemos sin chistar la desigualdad, la pobreza, el desempleo, la migración, los salarios de hambre, el cierre de espacios para los jóvenes en universidades públicas, la aprobación del IVA [o impuesto al valor agregado] en alimentos y medicinas, la privatización de la seguridad social, de la industria eléctrica y del petróleo; y permitir que den el golpe definitivo a millones de productores con la libre importación de maíz y frijol del extranjero. En fin, con la imposición no habrá remedio para los males de muchos mexicanos”.