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El cáncer financiero hace metástasis; prognosis del paciente: Guerra

28 de abril de 2024 (EIRNS) —Hay causas, y luego hay efectos.

Efecto: El secretario de Estado de Estados Unidos, Tony Blinken, concluyó una visita de tres días a China el 26 de abril amenazando a su anfitrión, el Presidente Xi Jinping, con que, si China no rompe su cooperación económica más determinante con Rusia en el ámbito de la industrialización de alta tecnología (lo que Blinken calificó de "doble uso" para la guerra en Ucrania) entonces "si China no actúa, lo haremos nosotros".  Blinken especificó que las sanciones comerciales y financieras contra China podrían aumentar drásticamente en poco tiempo.

A principios de semana, en vísperas del viaje de Blinken, el Wall Street Journal había sugerido que Estados Unidos debía prepararse para lanzar una guerra financiera a gran escala contra China, hasta llegar a e incluir la "opción nuclear" de expulsarla del sistema SWIFT de comunicaciones interbancarias. Esa misma política aplicada a Rusia desde el 2022 ha contribuido a convertir las economías europeas, la de Alemania en particular, en un montón de chatarra posindustrial, y ha llevado al sistema financiero mundial al borde de una explosión. Ahora están planeando redoblar la apuesta contra China, cuya población y economía física son un orden de magnitud mayor que la de Rusia.

Efecto: El 26 de abril, la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajárova, advirtió: "Estamos enviando señales claras e inequívocas a Estados Unidos y a la OTAN advirtiéndoles de las consecuencias potencialmente catastróficas de su política encaminada a poner en peligro la seguridad de Rusia. Lamentablemente, el nivel de riesgo nuclear ha aumentado de manera dramática". El Presidente de Polonia, Andrzej Duda, declaró el 22 de abril que su país está "preparado" para albergar armas nucleares de la OTAN en su territorio. Al mismo tiempo, tres senadores estadounidenses, entre ellos el mismo desquiciado senador Roger Wicker que antes pidió lanzar un ataque nuclear preventivo contra Rusia, acaban de proponer un aumento del despliegue de Estados Unidos de misiles balísticos intercontinentales, de 400 a 450.

El 22 de abril, el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, advirtió con firmeza que las políticas de la OTAN "aumentan el nivel de amenaza nuclear", entre otras cosas por el "almacenamiento de armas de precisión para lanzar 'ataques globales' preventivos y de decapitación". Al día siguiente, el ministro de Defensa, Serguéi Shoigú, anunció que el sistema ruso de misiles antiaéreos de nueva generación S-500 entrará en servicio a finales de este año. Según los medios de comunicación rusos, este sistema es capaz de interceptar misiles hipersónicos y destruir objetivos en la órbita terrestre baja, el tipo de armas que Occidente podría utilizar en un ataque suicida preventivo de decapitación contra Rusia.

Efecto: Las vehementes y ruidosas manifestaciones estudiantiles contra el genocidio en Gaza se están extendiendo rápidamente por las universitarios de Estados Unidos, y también están empezando a extenderse a otros países. La combinación de los violentos métodos policiales de represión, como en la Universidad de Emory, y las cínicas y falsas acusaciones de antisemitismo para intentar desacreditar estas protestas, sólo han servido para avivar la llamas. El deshumanizado genocidio en Gaza, con la cínica bendición del gobierno de Biden, ha despertado a los universitarios, y cada vez son más los jóvenes estadounidenses que se levantan y alzan la voz.

Causa: "El sistema financiero monetario mundial se encuentra actualmente en proceso de desintegración", advirtió Lyndon LaRouche en una histórica videoconferencia el 25 de julio del 2007, una semana antes de que la realidad de la crisis bancaria mundial comenzara a golpear al público. "¡Lo que está catalogado como valores bursátiles y valores de mercado en los mercados financieros a nivel internacional es una patraña! Son puras ilusiones ficticias. No hay nada cierto en ellas; la farsa es enorme. No hay ninguna posibilidad de que el actual sistema financiero no se colapse: ¡ninguna! Está acabado, ¡ya!".

LaRouche explicó, como lo venía haciendo desde agosto de 1971, que una crisis de desintegración económica no resuelta llevaría al mundo a la guerra, a la despoblación intencionada y a los estados policiales fascistas necesarios para aplicar las políticas de austeridad schachtiana.

"El actual sistema financiero no puede seguir existiendo bajo ninguna circunstancia, bajo ninguna Presidencia, bajo ningún liderazgo, o ningún liderazgo de naciones", afirmó LaRouche. "Sólo un cambio fundamental y repentino en el sistema financiero monetario mundial evitará un colapso general e inmediato de tipo reacción en cadena. ¿A qué velocidad? No lo sabemos, pero continuará, ¡y será imparable! Y cuanto más tiempo pase antes de llegar a su fin, tanto peor se pondrán las cosas".

En efecto, las cosas han empeorado desde el 2007, como LaRouche advirtió que ocurriría. El cáncer financiero ha hecho metástasis en lo que solía ser la base del sistema financiero transatlántico, el mercado de bonos del Tesoro de Estados Unidos, amenazando con hacer estallar toda la burbuja especulativa mundial de $2.000 billones de dólares.

Pero la solución también está al alcance de la mano, como explicó LaRouche en repetidas ocasiones: "Hay que cambiar inmediatamente el sistema monetario-financiero mundial, y eso no se puede hacer con un par de pequeñas naciones. Eso sólo se puede hacer desde las instancias superiores. Hay que congregar a las fuerzas del mundo, a las mayores potencias del mundo y a quienes las apoyan, y decirles: 'Vamos a cambiar inmediatamente el sistema monetario mundial. Vamos a deshacernos del sistema monetario de tipos de cambio flotantes. Vamos a volver inmediatamente a un sistema de tipos de cambio fijos".

LaRouche explicó el tipo de reorganización por bancarrota necesaria: "Vamos a tomar medidas para sanear el desastre financiero. La mayoría de los reclamos financieros y los activos financieros y obligaciones en el mundo de hoy, no valen nada... Vamos a congelar un montón de cosas, y vamos a asegurarnos de que las cosas que tienen que ser pagadas, las cosas que tienen que continuar, continúen. Esa producción no se corta; se sigue cultivando, se producen alimentos, se construye infraestructura, etcétera. Y tendremos que abrirnos paso para salir de este proceso".

En resumen, una arquitectura internacional de seguridad y desarrollo completamente nueva está a la orden del día, como ha subrayado Helga Zepp-LaRouche, fundadora del Instituto Schiller.

 

Para mayor información escriba a preguntas@larouchepub.com

 

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