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La gran tarea por la verdadera infraestructura: sistemas modernos de atención médica en todas las naciones 

18 de mayo de 2021 — La gran tarea para las naciones industrializadas y en proceso de industrialización es clara. La construcción de sistemas hospitalarios modernos y de atención médica bien equipados, y con personal capacitado en todas las naciones del planeta Tierra, satisfará esa necesidad urgente de preservar la vida humana—cosa que no se logrará con cualquier otro enfoque hacia la pandemia—que por sí misma merece el nombre de plataforma de infraestructura para el progreso de la especie humana. Y solo un acuerdo entre las naciones más avanzadas tecnológicamente y más desarrolladas en lo económico, puede iniciar esa misión global, que no es menos ambiciosa que la misión Luna-Marte y necesariamente lleva consigo los mismos efectos benéficos de los avances tecnológicos. 

Si se adopta esta tarea, como proponen el Instituto Schiller y el Comité por la Coincidencia de los Opuestos, se necesitarán unos 10 MW de nueva energía eléctrica para abastecer a cada conjunto de hospitales con 1.000 camas, para suministrarles mucha agua potable, para calentar e iluminar las viviendas de su personal; cientos de gigavatios de energía nueva y distribuida ampliamente por todas las naciones en desarrollo, en particular. La producción mundial de alimentos tendrá que duplicarse efectivamente, ya que “la comida es salud”, como dice la doctora Joycelyn Elders, dirigente del Comité. Los proyectos emprendidos para el mejor control de las enfermedades, las pruebas y sobre todo, las capacidades modernas para los tratamientos, evolucionarán hacia aproximaciones a la escala del complejo hidroeléctrico y agroindustrial de la Comisión del Valle del Tennessee (Tennessee Valley Authority). 

Hay ya una nueva plataforma de tecnología nuclear a la espera de que la pongan a producir en la planta para abastecer este enorme proyecto: los pequeños reactores nucleares modulares. NuScale, la única compañía con un prototipo de estos reactores modulares aprobado por las entidades reguladoras hasta ahora, ha recibido el ofrecimiento de cooperación en su producción de parte de la empresa canadiense Prodigy Clean Energy, mientras otras empresas y provincias canadienses desarrollan sus proyectos de pequeños reactores modulares (PRM). Prodigy se propone construir centrales marinas de energía PMR en astilleros. La compañía danesa Seaborg Technologies contempla el proyecto de equipar barcos con pequeños reactores nucleares para enviar energía a países en vías de desarrollo, y piensa que puede empezar a suministrar esa energía para el 2025, según informó el blog Neutron Bytes el 14 de mayo. Se trata de un reactor de 100 MW refrigerado por sales fundidas. La meta de NuScale para la producción de los módulos de reactores operativos de 60 MW es el 2026. Rusia ya puede producir pequeños reactores nucleares flotantes. 

Todas las demás metas cronológicas pueden adelantarse en cuanto las naciones tecnológicamente más prominentes, China, Estados Unidos y Rusia en particular, se pongan de acuerdo para generar conjuntamente el crédito para construir los sistemas modernos de salubridad para atender a las víctimas de la pandemia. 

En contra de esta misión para la humanidad, está el nuevo maltusianismo que quiere sacrificar la vida humana en aras del “planeta” y un mito de que la ciencia y la tecnología humana son destructivas. Como se puso de manifiesto ya en el 2019 en un artículo de la revista médica británica The Lancet, de la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de Harvard, 5.000 millones de personas que no cuentan con una atención médica moderna no pueden tenerla porque “si lo hacemos en un modelo que se ha desarrollado en los países ricos, destrozará el clima; y eso no lo podemos permitir”. 

Tampoco podemos, dicen los proponentes del Nuevo Trato Verde y el Gran Reajuste, duplicar la producción de alimentos para hacer frente a la inseguridad alimentaria y la hambruna generalizada; y la comida es salud. Según el grupo de inversionistas FAIRR, “el petróleo en el suelo está mal valorado. No tiene valor. Está obsoleto y por lo tanto, está varado. Lo mismo va a ocurrir con la agricultura y la ganadería”. 

Esos mismos promotores del Nuevo Trato Verde piensan, no obstante, que debemos explorar la Tierra en busca de enormes suministros, ahora desconocidos, de minerales y metales raros, con el fin de construir miles de millones de vehículos eléctricos completamente innecesarios en los próximos tres años, ¡y le dicen “infraestructura” a sus estaciones de carga! 

Desechando el Nuevo Trato Verde, podemos construir una verdadera plataforma nueva de infraestructura para los pueblos del mundo y las economías de todas las naciones, como propone el Comité por la Coincidencia de los Opuestos del Instituto Schiller, en su declaración, "La seguridad sanitaria global requiere de infraestructura médica en todos los países; ¡las grandes naciones industriales deben colaborar ya!", para la Conferencia de Salud Global en roma esta semana. 

(La seguridad sanitaria global requiere de infraestructura médica en todos los países; ¡las grandes naciones industriales deben colaborar ya! (larouchepub.com).

 

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