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La seguridad sanitaria global requiere de infraestructura médica en todos los países; ¡las grandes naciones industriales deben colaborar ya! 

14 de mayo de 2021 — La siguiente declaración fue emitida hoy por el Comité por la Coincidencia de los Opuestos, para la Cumbre sobre Salud Global que se llevará a cabo en Roma el 21 de mayo de 2021, y para su circulación general.

La única manera de detener la prolongada pandemia de COVID-19 es replanteando la solución. Debe contar con sistemas modernos de atención médica en todos los países. Esto quiere decir infraestructura de salubridad pública y para la prestación de atención médica con los estándares modernos, para todas las poblaciones. Un modelo de ello es la Ley Hill-Burton de Estados Unidos (“Hospital Survey and Construction Act de 1946”), cuyo principio era establecer cuántas camas de hospital por 1.000 residentes debe haber en cada localidad (en ese momento eran 4,5 camas), y actuar en consecuencia para construirlas, incluyendo equipos médicos modernos y personal capacitado. 

Veamos ejemplos de nuestra capacidad para hacer esto hoy en día. El Hospital Huoshenshan de 1.000 camas, se construyó en 12 días en Wuhan, China, en el 2020. En Estados Unidos, el Cuerpo de Ingenieros del Ejército construyó varios hospitales de campaña en tiempo récord en la primavera pasada. Debemos hacer esto simultáneamente en todo el mundo. 

Esto significa que todos los países deben trabajar juntos para lograrlo. Debemos dejar de lado las tensiones y los conflictos por el momento. 

Están apareciendo nuevas cepas del virus SARS CoV2, que son más agresivas y se transmiten más fácilmente. Esto puede hacer que las vacunas se vuelvan obsoletas. “Muchas de estas variantes muestran un aumento en la transmisión y en algunos estudios la intensificación de la enfermedad”, fue el informe que dio en abril el Dr. Dan Barouch, inmunólogo de la Escuela de Medicina de Harvard, quien ayudó a desarrollar la vacuna de Johnson & Johnson. Dijo que las variantes, “también tienen la propiedad de poder evadir de manera parcial a los anticuerpos, y por lo tanto suscita el espectro de si podrían reducir la eficacia de la vacuna”. Estamos en una carrera contra el tiempo. 

Por lo tanto, nuestra respuesta a la pandemia, vista en estos términos, es una cuestión que tiene una importancia existencial para la especie humana. Requiere de la cooperación de todas las principales naciones industrializadas. Es fundamental un nuevo paradigma de coordinación entre Estados Unidos, China, Rusia y otras naciones. 

Con este espíritu, en junio del 2020 se constituyó una agrupación denominada, Comité para la Coincidencia de los Opuestos, con el fin de impulsar esa colaboración internacional en la respuesta a gran escala a la crisis. La iniciaron conjuntamente Helga Zepp LaRouche, fundadora y presidente del Instituto Schiller, y la doctora Joycelyn Elders, ex Cirujana General de Estados Unidos; el Comité actúa según el principio de la “coincidencia de los opuestos” que fue planteado por el cardenal Nicolás de Cusa (1401-1464), que persigue la actuación en pro del bien común, y disuadir el enfrentamiento de subgrupos entre sí. 

El Comité está trabajando actualmente en dos proyectos pilotos, que encarnan de manera concreta este principio, para promover una respuesta mayor de parte de gobiernos e instituciones. En Washington, D.C., en el Distrito 8, un equipo en el que participan líderes juveniles, está trabajando para conseguir una vacunación total contra la COVID-19, e iniciar las medidas de salud pública continuas en la comunidad en su mayoría pobre. En África, pronto llegará a Mozambique un cargamento del Comité con suministros médicos, de salud, agua, alimentos y semillas, para hacer ver que tanto las medidas de emergencia como las de desarrollo general son urgentes en todos los lugares donde hay necesidades en el planeta.

La seguridad sanitaria es posible en cualquier lugar, solo si se dispone en todas partes de la suficiente infraestructura de salud pública y la capacidad de tratamiento médico. Esto, a su vez, depende directamente de ampliar la disponibilidad de agua, de energía y de los alimentos, lo cual se asocia a la construcción de una capacidad industrial, así como asegurar que sean accesibles el transporte adecuado, la vivienda y otros servicios básicos necesarios. Necesariamente, la colaboración entre las naciones para hacer frente a estas tareas significa que hay que deliberar sobre cómo proporcionar crédito, y cómo hacer frente al inestable e injusto sistema financiero actual. Las directrices para un nuevo paradigma de desarrollo económico se presentaron en el informe de Executive Intelligence Review (EIR) titulado, “El Plan LaRouche para reabrir la economía de EU. El mundo necesita 1.500 millones de nuevos empleos productivos”  https://larouchepub.com/spanish/other_articles/2020/4722-larouche_plan_1_introduction.html (en inglés en la edición de EIR del 29 de mayo de 2020, vol. 47). 

Infraestructura sanitaria mundial 

A continuación presentamos un resumen de los elementos que son necesarios para la seguridad sanitaria. Para mayores detalles véase el informe del Instituto Schiller titulado, “La Misión Apolo de LaRouche para derrotar la pandemia global: ¡A construir un sistema mundial de salud ya!” de abril del 2020. 

https://larouchepub.com/spanish/other_articles/2020/4716-si_proposal-world_health_system1.html 

Sistemas hospitalarios. Actualmente existe un enorme déficit de camas de hospital. El total de camas de hospital actual a nivel mundial es de 18,6 millones, y debe casi duplicarse para llegar a ser alrededor de 35 millones de camas, junto con el personal de salud y los equipos necesarios. Estos cálculos se basan en la métrica establecida en Estados Unidos después de la Segunda Guerra Mundial, en la “Ley Hill Burton”, de 4,5 camas por cada 1.000 residentes en una comunidad, con el fin de proporcionar tratamiento tanto de rutina como de emergencia. Después de que Estados Unidos llegó a este nivel de 4,5 camas por cada 1.000 residentes en 1980, el nivel se redujo hasta 2,8 camas hoy en día, a consecuencia de la privatización y la desregulación del sistema de salud estadounidense. Para las naciones que están en la categoría de “países pobres muy endeudados” el promedio es de 0,7 camas. Por ejemplo, en Asia del Sur es de 0,7. Nigeria tiene 0,5 camas por 1.000 personas, que tiene una quinta parte de la población del África subsahariana. 

Se necesita activar una movilización para construir hospitales de campaña tipo militar colocados en lugares estratégicos, junto con las campañas de vacunación, y al mismo tiempo poner en marcha la construcción de hospitales duraderos a más largo plazo, siguiendo con el tipo de movilización de emergencia. Por ejemplo, en Ghana, hay un plan nacional para construir varios hospitales de 100 camas. Según el número de camas en cada hospital nuevo, el mundo enfrenta la necesidad de 35.000 nuevas edificaciones, en especial en África, Iberoamérica y Asia. 

Cuerpos de personal de salud. A nivel mundial se necesita una enorme cantidad de médicos, enfermeras, enfermeros, personal de salud pública y servicios relacionados (técnicos, farmaceutas, veterinarios, nutricionistas, administradores, etc.). Para satisfacer estas exigencias se necesita un espectro de entrenamiento que contempla muchos más hospitales escuela, hasta miles de programas de formación de jóvenes para dar un servicio sanitario comunitario de valor incalculable, comenzando con la emergencia para enfrentar hoy a la pandemia.

Agua y salubridad. Un hospital completamente equipado con el número de camas necesarias requiere una tubería con una capacidad de cuando menos de 110 a 120 galones de agua al día. Todas las naciones deben tener agua adecuada y alcantarillado. Hoy, más de dos mil millones de personas no tienen acceso al agua potable, o a la salubridad o a ninguna de las dos. El despliegue de instalaciones de salubridad temporales (que podrían producirse en masa y luego distribuirse) será una medida provisional, mientras que se construyen mejoras duraderas en la infraestructura. Por ejemplo, construir grandes sistemas de gestión de agua, el desarrollo integral de las cuencas de ríos en África y Sudamérica, junto con proyectos de desalación en el litoral (con energía nuclear, tan pronto como sea posible) acabaría con los extremos de las sequías y las inundaciones, y en el proceso pondría a disposición de millones de personas puestos de trabajo calificados. 

Electricidad. Los tratamientos médicos modernos, como la inoculación, no son posibles sin electricidad confiable y abundante, que por supuesto es esencial en instalaciones grandes. Un hospital grande y nuevo puede utilizar alrededor de 19 millones de kilovatios/horas al año de electricidad para garantizar sus muchas necesidades, entre ellas aparatos de escaneo y de datos, refrigeración, suministro de oxígeno, ventilación, así como iluminación, cocina y refrigeración. 

Ciencia y tecnología. Hay que ampliar tanto la investigación básica como el desarrollo de las tecnologías contra las enfermedades, incluyendo las enfermedades que afectan a los animales y a las plantas. La mejor manera de hacerlo es mediante la colaboración entre las instituciones de investigación y de desarrollo en todo el mundo. Tenemos que acelerar nuestro nivel de entendimiento de los virus, de tal manera que en el futuro cercano podamos hacer más que sólo reaccionar a cada nuevo brote. En lo inmediato, la colaboración plena en las campañas de vacunación masiva, y en los regímenes de tratamientos antivirales, son esenciales para salvar vidas. 

“Los alimentos son medicina”. David Beasley, director ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos (PMA), informó el 7 de mayo que 9 millones de personas murieron de inanición en el 2020, más que el número oficial de muertes por COVID-19, que llega a 3,24 millones de personas. “La mejor vacuna en contra del caos son los alimentos”, subrayó Beasley, a principios de la pandemia. Es urgente garantizar los $5 mil millones de dólares que pidió el PMA para las ayudas alimentarias extra del 2021, además de los niveles de ayuda actuales. Hay más de 270 millones de personas que tienen necesidad imperiosa de alimentos, y otras 600 millones de personas que sufren inseguridad alimentaria. Diez naciones viven terribles hambrunas, entre ellas la República Democrática del Congo y otras naciones africanas a la cabeza, así como también Yemen, Siria, Haití y otros lugares. Además, se tiene que intervenir para respaldar a la agricultura familiar independiente en muchas de las regiones agropecuarias más productivas de Europa, Norteamérica, Australia y Sudamérica, cuya producción es vital, pero donde la agricultura familiar está siendo empujada fuera de esta actividad por los monopolios transnacionales de alimentos. La agricultura moderna debe ser rápidamente desarrollada en África y en todas partes. La meta es duplicar la producción de alimentos, para garantizar la buena nutrición y salud de todo mundo. 

La Cumbre mundial de la Salud es la representación responsable de la población mundial en este momento de crisis de dimensiones bíblicas. Esta reunión no debe terminar sin que se decida iniciar un proceso de cooperación internacional mundial para un programa de urgencia para construir un sistema de salud moderno en todos los países del planeta, junto con la infraestructura necesaria para sostener ese sistema.

 

Para mayor información escribe a preguntas@larouchepub.com

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