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Para sobrevivir, el Ágape debe convertirse en la razón de la época

21 de enero de 2023 (EIRNS) — ¿En qué circunstancias pueden abordar las deliberaciones que llevaremos a cabo en la próxima Conferencia del Instituto Schiller, el 4 de febrero (“¿La Edad de la Razón o la Aniquilación de la Humanidad?”) lo que parece ser, para la mayoría de las naciones e instituciones, un conflicto insuperable que debe conducir, cualesquiera que sean las protestas en sentido contrario, a la autodestrucción total de la raza humana en la guerra?. Si la anglosfera sigue intentando definir la “victoria militar en Ucrania” como de “importancia existencial” para su futuro imperial (ya condenado), entonces realmente no hay forma de evitar la guerra termonuclear. La decisión de insistir en lo militarmente imposible, es una decisión no sólo de arriesgar, sino de librar, ya sea por accidente o por designio, una guerra que sería el final de la civilización. 

Al mismo tiempo, tampoco existe, de hecho, ningún “término medio geopolítico”, ningún “encuentro a mitad del camino” que pueda funcionar. Si no se aborda el problema de fondo, ¿cómo se evitará el inminente conflicto con China? ¿Qué hay de las desestabilizaciones a Brasil, Argentina, Colombia, y Perú? ¿Qué de los campos de concentración genocidas de Estados Unidos en Haití? 

Debe haber ciertamente una derrota total, pero de un tipo muy diferente: una derrota de la imagen satánica de la humanidad que se ve en el efecto, un año después, por las sanciones de guerra impuestas a Afganistán luego de veinte años de guerra militar, sobre la población moribunda de ese país. Afganistán está sufriendo ahora la reducción de su población debido al frío y la hambruna, provocada por la misma visión de la humanidad que inspiró las políticas de sanciones aplicadas actualmente contra Rusia. La diferencia es que Rusia tiene una economía relativamente autosuficiente y completa que le permitiría resistir. Y recuerden: las políticas de “terapia de choque” fueron utilizadas para reducir la población de Rusia durante la década de 1990, con la reducción total de 1 millón de rusos al año. ¡Nunca más! 

Dijo Helga Zepp-LaRouche en un video especial para la cadena de noticias CGTN el 18 de enero: “En este momento, la confianza entre Occidente y Rusia y China se encuentra en un punto históricamente muy bajo... Por lo tanto, se necesita una gran visión sobre cómo se puede poner sobre el tapete una solución que aborde todos los grandes problemas juntos, como un nuevo orden económico mundial justo, basado en conceptos como la Iniciativa de Seguridad Global en combinación con la Iniciativa de Desarrollo Global (de Xi Jinping). Creo que hemos llegado a un momento en la historia de la humanidad en el que debemos tomarnos en serio realmente el orden internacional de las relaciones entre las naciones y cómo podemos organizarlas de tal modo que podamos autogobernarnos como especie dotada de razón creativa”. (Extracto de la entrevista a Helga Zepp-LaRouche en CGTN: “WEF 2023: Fomentar la cooperación en un mundo fragmentado”, con subtítulos en español: https://larouchepub.com/spanish/audio/2023/01/0118-hzl-cgtn-wef-fomentar-coop.html).

 

Sin embargo, ¿cómo se puede poner en marcha la razón creativa para cambiar la política de gobiernos empeñados en autodestruirse? ¿No era ése el problema de Sodoma, Gomorra y las demás “ciudades de la llanura?”. Aunque la república estadounidense tiene una Constitución única y poderes únicos de autogobierno, ¿qué ocurre si el pueblo es o se cree moralmente inepto para sobrevivir?

 

La declaración del Dr. Martin Luther King, “El ansia del hombre por lo demoníaco, siempre se ve perturbado por su anhelo de lo divino”, manifiesta algo más profundo; lo tocó, pero sólo parcialmente, la idea de lo que el escritor Vaclav Havel denominó “El poder de los sin poder”. Lejos de ser impotente, ese poder, natural, inalienable y fácilmente disponible para todas las personas, es en realidad la mayor fuerza del universo. ¿Qué es ese poder?

 

En un ensayo inédito de 1987, “El ágape en la educación musical”, Lyndon LaRouche analizaba cómo el principio del ágape —el amor a la humanidad como especie única, y al individuo como manifestación “microcósmica” necesaria y esencial de esa especie cambiante y en evolución— es el “genio” único que está potencialmente disponible para todos los miembros de la raza humana. La forma en que ese poder se pone más fácilmente a disposición como política social, para el mayor número de personas, es a través de la práctica y la enseñanza del cardenal Nicolás de Cusa y la invención de Gottfried Leibniz de la ciencia de la economía física. LaRouche decía que “el impulso inmediato de esto, es la reacción a las discusiones sobre el tema del Ágape que se produjeron en el contexto práctico del tratamiento de la política educativa, durante la reunión de campaña en Des Moines (de la Campaña de LaRouche de 1988).

 

“Para mí estaba claro, al ver los cambios en el estado de ánimo de los allí reunidos, que la cuestión del ágape no sólo se puede situar en la práctica en términos de las tareas de recuperación económica, sino que no puede haber una presentación eficiente de esta cuestión sin hacer referencia al ágape, ya sea con ese nombre o con otro equivalente”. (Énfasis en el original).

 

El Dr. King había enfurecido a la casta dominante angloamericana de la década de 1960 al afirmar que “los presupuestos son documentos morales”, y que los gastos obscenos en la guerra, y con más razón en la era termonuclear, son acusaciones descarnadas de “lo inhumano del hombre para con el hombre”. La referencia que hizo el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, esta semana sobre el plan de los “mil millones dorados” (de Occidente) para la despoblación del planeta, deja claro que las políticas de la OTAN son cada vez más inhumanas y recuerdan al “fascismo universal” de la década de 1930, engendrando entidades administrativas que recuerdan de manera espeluznante a las Allgemeine SS. “La firma de la Declaración Conjunta sobre la Cooperación entre la Unión Europea y la OTAN, el 10 de enero, fue el punto culminante de este proceso, que se ha estado gestando durante varios años. Establece explícitamente que el objetivo de la alianza [OTAN] y de la Unión Europea es utilizar todos los medios políticos, económicos y militares en interés de los mil millones dorados. Esto es exactamente lo que dice: en el interés de los mil millones de residentes en los países de la OTAN y de la Unión Europea. El resto del mundo, para citar al Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Extranjeros y Política de Seguridad, Josep Borrell, es una ‘jungla que ahoga el progreso en el jardín’ y debe por lo tanto reformularse…”. (mid. ru/en/foreign_policy/ news/1848395/). 

Nuestra conferencia del 4 de febrero, por el contrario, destacará que la Tierra y el universo necesitan más gente. Nadie más en el planeta está actualmente preparado no sólo para decirlo, sino para demostrarlo. Ese compromiso con una Tierra de varias decenas de miles de millones de personas, viviendo mucho mejor, con muchos más recursos que en ningún otro momento de la historia, es el contenido motivador que impregna las ideas de LaRouche sobre densidad relativa potencial de población, la densidad energética, la densidad de flujo energético, la intensidad de capital, la productividad laboral y otras ideas esenciales. 

La ciencia de la economía física de LaRouche, también expresada por él como la ciencia subyacente de la economía cristiana, es la hipótesis superior que debemos aportar, por medio de los Diez Principios de Helga Zepp-LaRouche, en nuestro singular apoyo a la iniciativa del Papa Francisco para entablar negociaciones inmediatas y sin condiciones. Se trata de negociaciones para poner fin, no al inexistente conflicto Ucrania/Rusia, y ni siquiera al muy real conflicto OTAN/Rusia, sino al conflicto dentro de lo que una vez fue la civilización occidental consigo misma. El reconocimiento del economista Sergei Glazyev al carácter moral de los esfuerzos científicos de Lyndon LaRouche en el campo de la economía física es una razón para ser optimistas en cuanto a por qué tales negociaciones podrían tener éxito, si se expone de manera efectiva la agenda maltusiana detrás de la autodestrucción de Estados Unidos inducida por el imperio británico. Es a partir del principio universal de ágape, expresado en la idea de “en provecho del prójimo”, de donde debe partir cualquier debate sobre cualquier política económica particular. 

Concluimos con el Principio Cuatro de los Diez Principios para crear una Nueva Arquitectura Internacional de Seguridad y Desarrollo: “Dado que la humanidad es la única especie creativa conocida hasta ahora en el universo, y dado que la creatividad humana es la única fuente de bienestar a través del descubrimiento potencialmente ilimitado de nuevos principios universales, uno de los principales objetivos de la nueva Arquitectura Internacional de Seguridad y Desarrollo debe ser proporcionar acceso a la educación universal a todos los niños y adultos. La verdadera naturaleza del hombre es llegar a ser un alma bella, tal como lo plantea Federico Schiller, y la única persona que puede cumplir esa condición es el genio”. (larouchepub. com/spanish/actualidades/ 2022/11/1123-helga-z-l-presento-10-principios.html).

 

Para mayor información escriba a preguntas@larouchepub.com

 

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