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Tenemos que alejarnos del precipicio de la guerra total

27 de mayo de 2023 (EIRNS) — La tiranía de la opinión popular, hoy, dice que no hay ninguna amenaza “creíble” para la raza humana que plantee la inacción desenfrenada de los gobernados, en Estados Unidos y Europa, por un guardaespaldas de mentiras, como la contada por Estados Unidos y Gran Bretaña sobre la acción terrorista a los gasoductos de Nord Stream; que no existe ninguna amenaza planteada por los maltusianos de la talla de quienes ocupan actualmente el trono en el palacio de Buckingham, o por los aficionados del Departamento de Estado de Estados Unidos que dominan ahora el proceso presidencial en el actual gobierno de Washington, D.C. Sin embargo, es la aceptación de la mentira, de que “la nieve es negra” (“de que la guerra en Ucrania no fue provocada por el derrocamiento ilegal, en febrero del 2014, del gobierno de Ucrania electo democráticamente, y sus secuelas) lo que muy pronto significaría la pérdida de toda la especie humana. La labor de un verdadero servicio a la causa de la libertad humana consiste en poner fin a las mentiras, gritando enérgica y públicamente la verdad desde las esquinas de las calles, en las ferias municipales y en los lugares públicos. 

Dos casos relacionados con el Instituto Schiller son ejemplos de lo que se necesita en este momento. “El OKV, Ostdeutsches Kuratorium von Verbänden (Consejo Directivo de Asociaciones de Alemania Oriental), que organizó la conferencia de Berlín del 27 de marzo del 2023, publicó recientemente un bonito libro de bolsillo titulado, Dialogue Instead of Weapons (Diálogo en lugar de armas), que contiene 38 discursos y contribuciones, entre ellas las de Helga Zepp-LaRouche, que participó en la conferencia en su calidad de presidente del BüSo (Movimiento de Derechos Civiles Solidaridad) en Alemania”. Además de ese acontecimiento, el Instituto Schiller participó ayer en “En los 60 años de la Unión Africana”, un simposio para celebrar la fundación de la Organización para la Unidad Africana que se llevó a cabo el 25 de mayo de 1963, un proyecto que tuvo su origen en los fundadores de la independencia africana, como el Kwame Nkrumah (1909-1972) quien fue Presidente de Ghana; el físico e historiador Dr. Cheikh Anta Diop (1923-1986) de Senegal; y Patricio Lumumba, el Primer ministro de la República del Congo, asesinado el 17 de enero de 1961 por el “Buró Internacional de Asesinatos”, el mismo día en que el Presidente de Estados Unidos, Dwight Eisenhower, daba su discurso de despedida en el que advertía, “cuídense del complejo militar industrial”. El Instituto Schiller también ha hecho otras cosas, y en dos semanas tendrá un simposio, el sábado 10 de junio en el 60º aniversario del “Discurso por la paz” del Presidente John F. Kennedy (JFK) en la American University. 

Esta conferencia, en la que resaltaremos la misión que asumió el Presidente de Estados Unidos, asesinado en 1963, de salvar al mundo de la locura termonuclear, sucederá en el momento preciso. Claramente el mundo ha entrado en un estado mayor de desestabilización estratégica desde la Crisis de los Misiles en Cuba de 1962, y se podría decir que ya superó ese momento. ¿Dónde se encuentra el punto de no retorno? Cuando los funcionarios de inteligencia rusos leyeron esta semana en el periódico The New York Times que “las agencias de espionaje estadounidenses ven que surge un cuadro de una confederación de unidades ucranianas autónomas capaces de llevar a cabo operaciones limitadas dentro y fuera de Rusia, ya sea con su propio personal o con socios que trabajan bajo su dirección”, seguido por la amenaza no tan sutil, de que “algunas de estas operaciones podrían haberse llevado a cabo con poca o ninguna supervisión de parte del señor Zelenski”, ¿a qué conclusión pueden haber llegado? El incalculable potencial de guerra por error de cálculo del “Dr. Strangelove” (Dr. Insólito) en este momento es pavorosamente evidente. 

El 10 de junio debe ser, no una conmemoración, sino una movilización, precedida por “Días de acción” el viernes 9 de junio y en la mañana del 10 de junio, en los que se proporcionarán los documentos de los Diez Principios para una Nueva Arquitectura Internacional de Seguridad y Desarrollo de Helga Zepp-LaRouche, y su “¡Llamado urgente de ciudadanos e instituciones de todo el mundo al (próximo) Presidente de EU!”, para su deliberación. En tanto que fuerzas de todo el mundo (el Vaticano, Brasil, China, seis naciones de África encabezadas por Sudáfrica) insisten en que la paz no sólo es posible, sino que es indispensable para preservar a la civilización humana, las propuestas del Instituto Schiller para una nueva arquitectura de seguridad y desarrollo cada vez están presentes, formal e informalmente, en las arterias, venas y capilares del cuerpo político. 

Es nuestra tarea situarnos del lado del voluntarismo en la historia, no del lado del destino trágico existencialista y arrogante. Mientras que las declaraciones del ex Presidente de Rusia, Dmitri Medvédev, de que “este conflicto durará mucho tiempo. Probablemente por décadas. Esta es una nueva realidad”, ciertamente identifican la realidad y el carácter del comportamiento demencialmente estúpido e irresponsable de los legisladores de la anglosfera para con Rusia; declaraciones que hizo en Vietnam, de todos los lugares, converge involuntariamente con otra evaluación que ofreció Victoria Nuland. Participó en un foro de la Fundación Ucrania Abierta, que fue moderado por la marioneta en jefe que ella eligió a dedo, Arseniy “Yats” Yatsenyuk. Nuland dijo que, “mientras ustedes planean la contraofensiva, en la que hemos estado trabajando con ustedes durante unos 4 o 5 meses, nosotros ya estamos iniciando nuestras conversaciones… sobre el futuro a largo plazo de Ucrania… donde sea y como quiera que esto termine, en 1 año, 6 años o 16 años; esto no lo vamos a volver a hacer”. 

Esto es una “coincidencia de los opuestos” en su peor y más trágica forma. Las ideas del Tratado de Westfalia, del Concilio de Florencia, no las ideas del Tratado de Versalles, son las ideas que los ciudadanos del mundo deben exigir como norma básica de deliberación, que los gobiernos responsables deben aplicar para que sus poblaciones puedan sobrevivir con éxito, incluso, un año más. De manera que las personas deben familiarizarse con esas ideas superiores; enseñarlas, incluso en esta Nueva Era de Tinieblas cibernética, es nuestra tarea. Para quienes consideren que ese camino es demasiado complejo, podemos recordar algo que dijo una vez Lyndon LaRouche, respondiendo a la idea de que sus escritos eran “demasiado complicados para que los entienda una persona corriente”. A esto LaRouche respondió: “Bueno, quizás la gente que piensa eso, es demasiado poco complicada para sobrevivir”. 

Además, ¿por qué ser pesimistas? Aparte del hecho de que no vamos a lograr nada por medio del pesimismo, está surgiendo en el mundo una “armonía de intereses”. Se vio presente en la reunión de 50 naciones que asistieron al Foro Económico Euroasiático que acaba de concluir. Esta armonía de intereses, catalizada en la forma de una política económica del “todos ganan”, que se originó en las conferencias del Puente Terrestre Euroasiático de la década de 1990, y luego en la Iniciativa de la Franja y la Ruta de China del 2013, que conmemora actualmente su décimo año, es congruente con “La armonía de intereses: agrícola, de manufacturas y comercial” que concibió Henry Charles Carey, asesor económico del Presidente Abraham Lincoln. Los economistas del Sistema Americano del siglo 19, Henry Carey y Federico List, son hoy mucho más conocidos en naciones como China de lo que son en Estados Unidos, actualmente. El trabajo mucho más avanzado en el campo de la economía física, desarrollado por el economista físico Lyndon LaRouche, en particular en su idea del corredor mundial de desarrollo —lo que se conoce como el “Puente Terrestre Mundial”— es una transformación fundamental de la idea ya revolucionaria del “Ferrocarril Transatlántico” de Carey, List y Lincoln, de lo cual la Iniciativa de la Franja y la Ruta es una aproximación. La colaboración de Rusia con Estados Unidos en materia ferroviaria, se remonta a la década de 1840 e incluso antes; el ingeniero civil de West Point, George Washington Whistler (1800-1849) construyó el sistema ferroviario de San Petersburgo a Moscú, el primer ferrocarril ruso a gran escala. 

También se está buscando una “diplomacia en la que todos ganen”. Li Hui, Representante Especial de China para Asuntos con Eurasia, irá a Kiev, Varsovia, Berlín, París, Bruselas y Moscú. El Presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, y los mandatarios de Egipto, la República del Congo, Senegal, Uganda y Zambia, luego de la conversación por teléfono que tuvo el Presidente Ramaphosa con los Presidente Putin y Zelenski, respectivamente, viajarán en julio a Moscú y a Kiev. El Kremlin ha valorado como positivas las iniciativas de paz del Vaticano. En los próximos días se iniciará una nueva ronda de iniciativas. 

En estos tiempos aciagos, hay un equilibrio delicado —y todas nuestras vidas penden de ese equilibrio— que debemos lograr para pasar del reino de la tragedia al reino de la esperanza. Sobre el poeta Robert Frost, el Presidente John F. Kennedy dijo, “puesto que él conoció la media noche tan bien como el mediodía, porque comprendió la adversidad tanto como el triunfo del espíritu humano, dio a su época la fuerza para vencer la desesperanza”. Al igual que el primer discurso inaugural del Presidente Franklin D. Roosevelt animó a Estados Unidos a tomar una acción conjunta y concertada, una “acción, y esa acción ¡ya!” para salir de la depresión, utilicemos, en los próximos días y horas, los extractos del discurso de JFK en la American University para recordar a los estadounidenses, y al mismo tiempo al mundo, por qué el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo nos da el derecho, y por lo tanto la responsabilidad, de alejar a la especie humana del precipicio de una guerra total.

 

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