13 de marzo de 2024 (EIRNS) — La evidencia del colapso del sistema mundial anglo-estadounidense está en todas partes, para advertir a cualquiera que se atreva a seguir sus dictados que reconsidere urgentemente. El ejemplo más reciente de esto se muestra en Haití, donde bandas rebeldes se han hecho con el control de Puerto Príncipe, la capital, y amenazan con llevar a toda la nación a un abismo. El Primer ministro de Haití, Ariel Henry, anunció su dimisión el lunes 11 de marzo, ante la creciente presión de las bandas. Sin embargo, culpar a cualquiera de las llamadas "facciones" del país es una tontería. Más bien, la causa hay que buscarla fuera, en el sistema imperante que ha condenado a Haití a su trágico estado actual. 

Maarten Boute, director de la compañía de telecomunicaciones Digicel de Haití, explicó lo siguiente con relación a la situación del país: "Estados Unidos debe reconocer su papel en la crisis actual de Haití. Las pandillas dedicadas al contrabando de drogas para consumo en Estados Unidos, armadas con armas de ese país, han florecido gracias a la desastrosa política exterior estadounidense. Haití se tambalea al borde de un completo colapso. Es hora de actuar". La vicepresidente de Venezuela, Delcy Rodríguez, se hizo eco de esa realidad, cuando denunció que el modelo neocolonial occidental al "bloquear a Venezuela ha impactado a nuestra región, y ha impactado no solamente a Suramérica, sino también el impacto que ha tenido en otros países que formaban parte de PetroCaribe, y el ejemplo más terrible, desde el punto de vista humanitario, lo vemos hoy en Haití". 

La responsabilidad de todo ese desastre recae directamente en Estados Unidos y a sus aliados de Occidente, que han orquestado el colapso de las economías en toda la región,  "y que ahora significa el comodín para avalar la intervención militar de Haití... Porque es una invasión lo que está previsto en Haití", agregó Rodríguez. Ella  destacó que los países de Occidente han impuesto "26.000 medidas coercitivas unilaterales" en el mundo, exigiendo al mundo entero que se someta "al dominio estadounidense para las relaciones comerciales"; ya es hora, subrayó la vicepresidente de Venezuela, de que todas las naciones colaboren para formar una "nueva arquitectura financiera". 

El destino de Haití no es un fenómeno aislado, sino más bien la expresión de lo que ocurrirá en todo el mundo si no se suprime el programa de la Era de Tinieblas de la oligarquía anglo estadounidense. Tomemos el caso de Ucrania, país al que el Papa Francisco instó, el 9 de marzo, a que negociara y pusiera fin a su guerra contra Rusia antes de que fuera demasiado tarde. Con cálculos estimados según los cuales medio millón de soldados ucranianos han muerto tras dos años de conflicto, pasemos a consideremos la pregunta del Papa: "Puedes sentir vergüenza, pero ¿con cuántas muertes se pondrá fin?" 

Los comentarios del Papa Francisco siguen recibiendo ataques y son ridiculizados como un llamado a que Ucrania se rinda. El 11 de marzo, en Bruselas, junto con el Primer ministro de Suecia, Ulf Kristersson, el Estado que más recientemente se incorporó a la OTAN, el secretario de la OTAN, Jens Stoltenberg, insistió en que la guerra es la paz, y dijo: "Si queremos una solución negociada, pacífica y duradera, la forma de llegar a ella es proporcionar apoyo militar a Ucrania". 

La misma insensatez obstinada se manifiesta en todo Occidente. El Presidente y el Primer ministro de Polonia están de visita hoy en Washington para pedir que se desplieguen más tropas estadounidenses en Europa del Este e insistir en que los Estados miembros de la OTAN eleven el nivel mínimo de gasto en defensa al 3% del Producto Interior Bruto (PIB), frente al 2% actual. Y Alemania sigue evitando tímidamente tomar la decisión de enviar misiles Taurus de largo alcance a Ucrania, decisión que se someterá a votación en el parlamento alemán (Bundestag) a finales de esta semana. 

De modo similar, las tácticas despiadadas de Israel en Gaza sólo garantizarán un mayor baño de sangre, en toda la región y más allá, si no se detiene la limpieza étnica de palestinos que el gobierno de Israel está llevando a cabo, con el respaldo del gobierno de Estados Unidos y otros. Verdaderamente, lo único peor que ser un enemigo de la pandilla del "orden basado en reglas" en Occidente, es ser su amigo. 

Es necesario un nuevo enfoque, que exija dignidad y respeto para todas las naciones del planeta basado en el principio de la capacidad creativa única de la humanidad como principio subyacente a toda política, independientemente de la estructura del gobierno. La humanidad tendrá un gran futuro si seguimos esa estrella, en lugar del degenerado "todo vale" del Estados Unidos actual intoxicado por las drogas, o el mantra de la despoblación "menos es más" de los ecologistas catastrofistas. De lo contrario, el destino de Haití podría estar pronto a nuestras puertas, si es que antes no llega un invierno nuclear. 

Ten fe. Los viejos trucos de los poderosos ya no funcionan como antes. Un ejemplo de ello es el fracaso de la campaña del cabildo sionista estadounidense, conocido como AIPAC, contra un senador del Estado de California, en la que se gastaron al menos $4,6 millones de dólares para derrotarle en unas primarias porque no era suficientemente proisraelí. A pesar de ello, ganó las primarias. 

El lado positivo del fracaso del sistema neoliberal es que presenta una oportunidad para comunicar alternativas nuevas y esperanzadoras a una población que, de otro modo, se mostraría cínica y abatida. Organiza con las propuestas del movimiento LaRouche para un Plan Oasis para el Suroeste Asiático y una Nueva Arquitectura Internacional de Seguridad y Desarrollo para organizar y educar ampliamente: la realidad está de nuestro lado. Y fomenta la asistencia a la conferencia en línea del Instituto Schiller del 13 de abril.