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¿Un nuevo sistema global o una "catástrofe global"?

20 de junio de 2024 (EIRNS — La última serie de imprudentes escaladas de la OTAN en Ucrania, así como la fallida "cumbre de paz" en Suiza, tenían como objetivo en gran parte incitar a Rusia a reaccionar con ira, y tal vez incluso lanzar un arma nuclear contra Ucrania, provocando así la condena mundial. Sin embargo, Rusia no sólo se ha negado a morder el anzuelo, sino que los funcionarios rusos y el presidente Putin en particular han pasado ahora a la ofensiva y han vuelto a flanquear a los imperialistas anglo-estadounidenses. 

Durante su viaje a Corea del Norte a principios de esta semana, Putin sorprendió al mundo cuando anunció que la nueva asociación estratégica de Rusia con la República Popular Democrática de Corea (RPDC) incluye la promesa de acudir en ayuda de la otra parte si ésta era atacada, y luego procedió a señalar que Rusia estaba considerando compartir también su armamento de alta tecnología. Como escribió el experto ruso Gilbert Doctorow en su blog el 19 de junio, este anuncio incluso "despertará a los lerdos de Washington, DC, Bruselas, Londres y Berlín al hecho de que Rusia va en serio, no fanfarronea, y puede causar una destrucción masiva de los activos militares estadounidenses y occidentales en cualquier momento de su elección si se produce una nueva escalada en la guerra de Ucrania". 

Mientras tanto, el Presidente Putin prosiguió su gira por Asia, donde recibió una bienvenida de un gran jefe de Estado en Vietnam y firmó una declaración conjunta que amplía su acuerdo de asociación estratégica integral. Todo ello a pesar de que Estados Unidos ejerció una enorme presión sobre Hanoi para que no invitara a Putin, e incluso envió una gestión oficial al gobierno en señal de protesta. No obstante, se firmaron importantes acuerdos comerciales y ambos países están dando pasos para incrementar su cooperación. Y, por supuesto, están incrementando su alejamiento del comercio en dólares estadounidenses, alcanzando ahora el 60% de su comercio bilateral en sus monedas nacionales. 

Pero los que han seguido a EIR y al movimiento LaRouche saben que llegar a un alto el fuego y volver al status quo anterior al estallido de la reciente guerra en Ucrania (o Gaza), es una fútil trampa. En un mundo en el que todo el sistema de los últimos 600 años se está derrumbando, y que a su vez está provocando guerras en espiral tan numerosas como los anillos de Saturno, el verdadero camino hacia la paz es avanzar hacia un nuevo paradigma. 

En este respecto, prosiguen las maniobras estratégicas ofensivas de Rusia. Como dejó claro Putin en sus declaraciones ante la cúpula del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia el pasado viernes 14 de junio, una resolución del conflicto ucraniano en la actualidad debe tener un aspecto diferente del que habría tenido en una fase anterior del conflicto o antes de que comenzara. Por ello, abogó por una nueva arquitectura de seguridad euroasiática que tenga en cuenta los intereses de todos los países, que sería un elemento de un nuevo mundo multipolar. Posteriormente, el miércoles 19 de junio, el representante permanente de Rusia ante la Oficina de la ONU en Ginebra, Gennady Gatilov, lo reiteró en un discurso pronunciado en una conferencia sobre desarme. El actual sistema de seguridad euroatlántico ha fracasado, dijo Gatilov, y para evitar una mayor erosión del orden mundial, "el Presidente de Rusia ha plnteado su visión de un nuevo sistema de seguridad en la dimensión euroasiática, que, como subrayó, efectivamente habrá que crear desde cero". Gatilov añadió después: "Creemos que el futuro sistema de seguridad y cooperación euroasiático debería ser, en nuestra opinión, la base de la arquitectura de la seguridad mundial en la era de la multipolaridad". 

No hay otras opciones para salir de este barco que se hunde, y Estados Unidos y el Occidente colectivo se enfrentarán cada vez más a la decisión de aceptar la colaboración con el Sur Global y otras naciones como iguales en la mesa del mundo, o escalar desesperadamente hacia la guerra global. El economista ruso Sergey Glazyev, en una entrevista reciente, recordó que la bancarrota del sistema financiero occidental es la causa de todas las crisis mundiales actuales, y a pesar del aparentemente interminable bombeo de dinero del que depende, ningún truco bastará para mantenerlo a flote durante mucho más tiempo. Este sistema conducirá inevitablemente a un colapso que "amenaza con convertirse en una catástrofe social y económica a gran escala", dijo Glazyev, y, si Estados Unidos intenta aferrarse a las riendas del poder, conducirá a una "catástrofe a escala mundial". 

El peligro crece día con día, pero al mismo tiempo el bote salvavidas se hace más grande y evidente. Como viene insistiendo Helga Zepp-LaRouche desde noviembre de 2022, una nueva arquitectura de seguridad y desarrollo debe sustituir al moribundo sistema de geopolítica que actualmente lleva al mundo sonámbulo a la guerra. Por lo tanto, organiza para llevar cordura y liderazgo, antes de que sea demasiado tarde.

 

Para mayor información escriba a preguntas@larouchepub.com

 

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