2 de julio de 2024  (EIRNS) — El debate presidencial de la semana pasada en Estados Unidos, demostró más allá de toda sombra de duda que el orden posterior a la Segunda Guerra Mundial se encuentra en un estado de colapso final. Puede que el espectáculo continúe un tiempo más, como la gallina a la que le han cortado la cabeza pero sigue corriendo, pero al cadáver le queda poca vida para hacer mucho más que mantener las apariencias. No sólo es completamente evidente que no hay nadie en el país que ocupe el cargo de Presidente de Estados Unidos, sino que toda la clase política y la casta político dirigente y demás lo ha ocultado durante meses e incluso años, mientras predicaba al resto del mundo perogrulladas como "democracia", "responsabilidad" y "honestidad". 

Solo unos días después, la casta dominante occidental sufrió otra gran derrota en Francia, ya que el partido de Macron fue vapuleado en la primera vuelta de las elecciones legislativas del domingo. La "lucha contra la desinformación" no bastó para impedir que los franceses acudieran en enormes cantidades a las urnas para manifestarse en contra de la clase dirigente. Junto con el fracaso de la guerra sustituta en Ucrania y la evidente barbaridad y genocidio que las naciones occidentales han consentido en Gaza, no es difícil ver cómo el "imperio de la mentira" se está desmoronando rápidamente. 

Sin embargo, esto por sí solo no basta. Como lo planteó el 1º de julio Jacques Cheminade, presidente del partido Solidarité & Progrès en Francia: "La primera vuelta de las elecciones legislativas francesas fue una oleada de oposición a la política de sumisión del antiguo régimen al globalismo financiero. Sin embargo, las fuerzas políticas que dicen representar esta voluntad popular de romper con el pasado están ellas mismas atrapadas en la camisa de fuerza que se nos ha impuesto desde 1946". Al igual que Donald Trump, que por un lado ha criticado las políticas del complejo militar-financiero y por otro las ha abrazado plenamente, la mayoría de los candidatos de la oposición que surgen a través del Atlántico, si no todos, aún no han levantado la cabeza para enfrentarse a la oligarquía financiera de la City de Londres, Wall Street y BlackRock. ¿Podrán intervenir suficientes voces lúcidas para transformar este debate? 

Como agrega Cheminade, "hoy, en medio del caos hacia el que nos dirigimos, estoy convencido de que puede ocurrir lo peor, y también lo mejor". De hecho, el mundo se encuentra hoy entre la amenaza de una guerra global y una nueva era mundial de cooperación pacífica. Mientras el mundo occidental experimenta una convulsión política y económica (del tipo que se pretendía desplegar contra Rusia pero que nunca llegó), Xi Jinping viaja hoy Astana, Kazajistán, para participar esta semana en la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS), uno de los pilares de la nueva arquitectura euroasiática sobre la cual se está deliberando actualmente. El Presidente de Kazajistán, Kassym-Jomart Tokayev, señaló ayer en una entrevista con la agencia china de noticias Xinhua, en vísperas de la visita de Xi, que Kazajistán apoya plenamente la Iniciativa de la Franja y la Ruta de China (que fue anunciada allí por primera vez en el 2013) y quiere " una mayor alineación de nuestras estrategias nacionales". 

De hecho, está surgiendo un nuevo sistema que señala el camino a seguir para que el mundo salga de su crisis actual, y es importante tener en cuenta que esos “expertos” que lo atacan calificándolo de una artimaña "comunista" o "autoritaria", son los mismos que la semana pasada te decían que Joe Biden tiene una mente aguda pero sufre de tartamudez. Así que el velo se les está cayendo, y ya es hora de que los ciudadanos del transatlántico elijan un futuro bello y libre junto a sus vecinos globales por encima de las espeluznantes y macabras maquinaciones del Frankenstein militar-financiero actual que nos arrastra hacia una guerra mundial. 

El conversaciones con sus asociados ayer, Helga Zepp-LaRouche señaló que la evidente incapacidad mental de Biden en el debate de la semana pasada plantea implícitamente la cuestión de este "estado profundo" militar-financiero, porque si Biden está en estas condiciones, ¿quién dirige realmente Estados Unidos? Esto presenta una oportunidad para organizar a la gente en torno a lo que realmente está sucediendo en Estados Unidos y en el mundo, y por qué se han permitido a sí mismos renunciar a la idea de una república y a su papel como ciudadanos. 

Occidente debe cooperar con este nuevo orden emergente si quiere salir de esta crisis sin una guerra global, y por eso la oferta del Presidente de Rusia, Vladimir Putin, es extremadamente importante. Representa una rampa de salida que debe aprovecharse con carácter de urgencia.