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Occidente se desploma bajo el peso de sus fracasos. ¿Surgirán suficientes estadistas del futuro?

11 de julio de 2024 (EIRNS) — La cumbre de la OTAN que se lleva a cabo esta semana en Washington, DC, se desarrolla bajo las oscuras y sombrías nubes del fracaso. Frederick Kempe, del Atlantic Council (Consejo Atlántico), lo resumió en su columna Inflection Points del 9 de julio, titulada “Putin, Xi, Orbán, and Modi Provide a Disturbing Backdrop to the Start of the NATO Summit” (Putin, Xi, Orbán y Modi proporcionan un inquietante telón de fondo al inicio de la cumbre de la OTAN). Kempe pinta el cuadro de las visitas a Moscú (5 de julio) y Pekín (8 de julio) del nuevo presidente en turno del Consejo de la Unión Europea, Viktor Orbán; la visita del Primer ministro de India Narendra Modi a Moscú los días 8 y 9 de julio, y todo ello en medio de la creciente fragilidad de Joe Biden, que es inconvenientemente el eje de la estrategia supuestamente unificada de la OTAN. La tendencia es clara.

A pesar de todos estos fracasos y fracturas, los mandatarios occidentales se están comprometiendo con políticas de guerra aún más amplias. En la reunión del 9 de julio, Biden anunció un nuevo paquete de defensa aérea para Ucrania, que incluirá baterías de misiles Patriot y otros sistemas avanzados. También se anunció que los F-16 están ahora en proceso de ser transferidos a Ucrania, y la Declaración de la OTAN de la Cumbre de Washington incluyó lo que denominan un "puente irreversible" para que Ucrania se una a la OTAN. Como se ha dicho y reiterado repetidamente desde hace años, la entrada de Ucrania en la OTAN es una línea roja absoluta para Rusia, y tal decisión sólo llevará al mundo un paso más cerca de la Tercera Guerra Mundial. Además, la OTAN está ampliando aún más su alcance en Asia-Pacífico en preparación para enfrentarse también a China. 

Uno casi puede imaginar que estos movimientos son una forma de reacción rabiosa a la creciente fragmentación de Occidente, y al colapso de su narrativa que tanto han repetido. Por ejemplo, la agencia Bloomberg destaca el encuentro Modi-Putin como un golpe particularmente duro, y su reseña de la visita de Modi se titula: "El abrazo Modi-Putin pone de relieve el fracaso de aislar a Rusia". 

Pero esta rabia sólo afecta a los que han estado sentados en un "caballo muy, muy alto", dijo Helga Zepp-LaRouche en su videoconferencia del miércoles 10 de julio. "Esa arrogancia del Occidente colectivo es el problema, porque es esa arrogancia la que impide a esta gente ver el mundo tal como es, y piensan que la única manera de seguir dirigiendo el mundo como un sistema unipolar es si se trata a todos estos otros países y pueblos como inferiores”. 

La OTAN se está expandiendo ahora hacia el Pacífico (aunque se supone que es el "Atlántico Norte"), agregó Zepp-LaRouche. "¿Por qué no se quedan en casa? ¿Qué negocio tienen para tratar de expandirse a un sistema global por todo el mundo tratando de contener a Rusia y China? El hecho de que estos países del Sur Global no estén de acuerdo con eso e insistan en construir su propio sistema es muy racional, es muy comprensible, es legítimo. Nadie tiene derecho a imponer su voluntad a la mayoría de la población mundial", explicó Zepp-LaRouche. "La OTAN no está en una posición fuerte en absoluto, y si hubiera algo de razón entre estas personas, recogerían la iniciativa del Primer Ministro Orbán de Hungría, que ha demostrado que es posible negociar", señaló. 

Basta con echar un vistazo al mundo dominado por la casta política del transatlántico para darse cuenta de que se necesita un nuevo sistema. Las economías de Europa siguen recibiendo golpes en medio de una desastrosa política de sanciones y un ruinoso “Acuerdo Verde” ecologista; se extienden guerras que amenazan con envolver al mundo en un conflicto; y la situación en Gaza es cada vez más imposible de ignorar como otra cosa que no sea un genocidio aprobado por Occidente que será recordado durante generaciones. Además, muchos de los más acérrimos defensores de estas políticas en Occidente están siendo derrotados en sus elecciones, y el drama en torno a un despótico Presidente Biden ha dejado que sean muy pocos los que siguen creyendo que haya algo remotamente "democrático" en el gobierno de Estados Unidos. Quizá sea esto, y no la falta de "lealtad" o de "enfrentarse a los autócratas", la causa de la aparición de un nuevo sistema en el mundo y de un cambio radical fuera de Occidente. 

"Por tanto, creo que esto tiene que resolverse", dijo Zepp-LaRouche. "Y la mejor manera de resolverlo es avanzar en la dirección de la soberanía, para lo cual los Cinco Principios de Coexistencia Pacífica son un modelo del que surgió todo el derecho internacional; la Carta de la ONU está en cohesión con eso, y creo que la idea de que hayan organizaciones supranacionales como la OTAN, o la Unión Europea para el caso", no es buena. 

Dada la velocidad de las transformaciones que se están produciendo en el mundo, hay una oportunidad que no se ha visto en décadas, si es que se ha visto alguna vez, para crear un nuevo sistema basado en los principios de la Paz de Westfalia de 1648. La paz, la decencia humana y el compromiso con el "interés del otro" deben prevalecer sobre el tipo de furia imperial que se despliega actualmente en toda su fealdad. Una nueva arquitectura de seguridad y desarrollo debe ser ahora la dinámica dominante si el mundo quiere evitar su actual rumbo hacia la Tercera Guerra Mundial, y se necesita con urgencia en el escenario de la historia, a toda una nueva generación de estadistas, como los candidatos independientes de LaRouche, Diane Sare y José Vega.

 

Para mayor información escriba a preguntas@larouchepub.com

 

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