El Instituto Schiller internacional respalda el ofrecimiento del Papa Francisco de utilizar al Vaticano como el lugar para llevar a cabo negociaciones entre Rusia y Ucrania para llegar a una solución diplomática a la guerra en Ucrania. La confrontación entre Estados Unidos, la OTAN y Rusia ha escalado al punto de que un solo paso adicional, aun por error no intencionado, una interpretación errónea de un lado o del otro, podría desatar el lanzamiento de la totalidad de los arsenales nucleares de ambos lados. Esto llevaría a una guerra nuclear global con su secuela de invierno nuclear de unos diez años, lo que significaría que, con toda probabilidad, no sobreviviría ni un solo ser humano. 

De acuerdo a la Asociación de Control de Armas, con sede en Estados Unidos, citando a altos funcionarios de EU: “Biden ha decidido no cumplir su promesa de 2020 de declarar que el único propósito de las armas nucleares es disuadir un ataque nuclear contra Estados Unidos o sus aliados. Al contrario, aprobó una versión de la política del gobierno de Obama que deja abierta la opción de utilizar armas nucleares no solo en represalia a un ataque nuclear, sino también en respuesta a amenazas no nucleares”. 

En respuesta a ese cambio, el Presidente de Rusia, Vladimir Putin, declaró el 9 de diciembre en una conferencia de prensa en Biskek, Kirguistán que Rusia va a repensar su doctrina nuclear de solo utilizar armas nucleares si la existencia del Estado ruso se ve amenazada, y que puede responder a la doctrina estadounidense de ataque preventivo, adoptando la misma política de ataque preventivo. Eso quiere decir que estamos a un paso de una catástrofe termonuclear. 

Hacemos un llamado a todas las personas de buena voluntad a que respalden el ofrecimiento del Papa Francisco, reiterado por el secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin, de utilizar el Vaticano como el lugar para iniciar de inmediato negociaciones de paz, sin condición previa alguna. 

Esto ya no es un asunto entre Rusia y Ucrania, y nunca lo fue. El pueblo ucraniano, al igual que el pueblo ruso, son víctimas y su sufrimiento tiene que parar de inmediato. Esto se ha convertido en un problema de la especie humana entera, porque si tal guerra nuclear llega a ocurrir, no habrá sobrevivientes. 

Les pedimos que se unan a nuestra petición por una solución diplomática. Únanse también a nuestra campaña para lograr que coros en todo el mundo canten el canon de la paz, “Dona Nobis Pacem”. Que la voz por la paz mueva los corazones y las mentes de los responsables. 

Helga Zepp-LaRouche
Fundadora, Instituto Schiller
12 de diciembre de 2022