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La historia que une a Haití y a Estados Unidos

Este artículo se publicó en la edición del 1 de octubre de 2021 de Executive Intelligence Review.

Una razón de peso para la participación de Estados Unidos en un programa de reconstrucción de Haití es que la historia de Estados Unidos está íntimamente entrelazada con la de Haití de varias maneras. El padre fundador de Estados Unidos y primer secretario del Tesoro de Estados Unidos, Alexander Hamilton, fue colaborador de Toussaint L'Ouverture y fue coautor de la Constitución de Haití. L'Ouverture lideró la exitosa revolución de 1804 por la independencia de Haití, la segunda revolución por la independencia en el hemisferio occidental después de Estados Unidos, la que creó la primera nación moderna gobernada por negros. También marcó la consolidación de la única insurrección de esclavos exitosa en la historia conocida.

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Izquierda: New York Historical Society
Izquierda: Frederick Douglass; derecha: Franklin D. Roosevelt

En julio de 1862, el Presidente Abraham Lincoln fue el primer Presidente estadounidense en reconocer a Haití, firmando el proyecto de ley que ampliaba el reconocimiento diplomático. El amigo y colaborador de Lincoln, Frederick Douglass, uno de los mejores hijos de Estados Unidos, ex esclavo, Ministro Consejero y Cónsul General en Haití desde 1889 a 1891, pasó años luchando incansablemente en su nombre, confiando en que dicho país podría desarrollarse y convertirse en una nación próspera si se le daba la oportunidad de hacerlo.

En un discurso que dio del 20 de marzo de 1893 en Chicago, en ocasión de la Feria Mundial de Chicago, que contaba con un pabellón de Haití, Douglass comentó:

La pequeña comunidad de Haití, anclada en el Mar Caribe, ha tenido su misión en el mundo, y una misión que el mundo tenía mucha necesidad de aprender. Esta le ha enseñado al mundo el peligro de la esclavitud y el valor de la libertad. En este sentido, ha sido la más grande de todas nuestras maestras modernas….

Ante el hecho de que esta se ha adherido al carro de la civilización del mundo, no voy a creer, no puedo creer que su estrella se apague en la oscuridad, antes bien, creeré que, pase lo que pase, haya paz o haya guerra, Haití permanecerá en el firmamento de las naciones, y como la estrella polar, brillará y brillará por siempre.

Como lo demostró con su política del Buen Vecino, el presidente Franklin Delano Roosevelt compartía el optimismo de Douglass sobre Haití. Fue el primer Presidente de Estados Unidos en pisar suelo haitiano (lo visitó dos veces) y en un brindis que hizo el 14 de octubre de 1943 en la Casa Blanca, al Presidente de Haití, Elie Lescot, que estaba de visita, afirmó:

He tenido el interés más intenso en la República de Haití y el desarrollo de su pueblo en una manera que nunca supondrá la explotación por parte de ninguna otra nación.

Roosevelt subrayó que el desarrollo de Haití, incluso en la manufactura, "no va en contra de nuestros intereses", y agregó, "creo que Haití no solo puede aprender mucho de nosotros, sino que podemos aprender mucho de Haití", y señaló que se debe hacer más por ayudar a Haití a "cultivar más de sus propios suministros de alimentos".

De hecho, gracias a las medidas tomadas bajo la Política del Buen Vecino y al crédito otorgado por el banco de financiamiento de exportaciones, el Eximbank, Haití sí se volvió autosuficiente en la producción de alimentos. Roosevelt también impulsó el proyecto de construcción de la presa Peligré en el fértil Valle Artibonite de Haití, que se hizo realidad en la década de 1950 bajo los auspicios del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), fundado en 1942 por el entonces vicepresidente Henry Wallace.

Con el potencial de modernizar esta región de Haití a través de la protección contra inundaciones, abundante generación de energía eléctrica e irrigación de cultivos, el proyecto fue conocido como el "valle de la esperanza" de Haití y una "pequeña TVA" después de que el gobierno de Roosevelt concretara el magnífico proyecto de la Autoridad del Valle de Tennessee (TVA) bajo su política nacional del Nuevo Trato, que condujo a la sorprendente modernización y transformación de diez estados de Estados Unidos.

El plan del Instituto Schiller para desarrollar Haití

 

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