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Resumen electrónico de EIR, Vol.XXIII, núm. 2
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Los gallinazis de Cheney quieren militarizar la frontera con México
Washington (EIRNS)—En lo que sería un paralelo grotesco con los "campos de trabajo" de Krupp y la IG Farben en la Alemania de Hitler, el Gobierno de Estados Unidos de George Bush y Dick Cheney planea establecer campos de concentración en su frontera con México. El contrato para su construcción y administración lo obtuvo La empresa de Cheney, Halliburton, infame por su saqueo en Iraq, y ya están en marcha los planes para provocar precisamente la clase de caos fronterizo que generará los reclusos para esos campos. Según informó la Prensa Asociada el 30 de enero, la subsidiaria de Halliburton KBR obtuvo el contrato de 385 millones de dólares para construir grandes centros para detener inmigrantes en caso de una "emergencia migratoria". Un funcionario de inmigración del Departamento de Seguridad Interior explicó: "Por ejemplo, si hubiera algún trastorno en otro país que provoque una ola de emigración, ésa sería la clase de situación que atendería este contrato". Halliburton tiene la experiencia. De 2000 a 2005 tenía un contrato para montar instalaciones temporales de procesamiento, detención y deportación de inmigrantes indocumentados, por el que recibió 6 millones de dólares del gobierno, y para el que fue la única empresa en licitar, lo que no es de sorprender. El plazo de ese contrato se ha extendido ahora, en momentos en que la tensión creciente en la frontera ha empeorado, especialmente en las últimas semanas con varios tiroteos y persecuciones relacionados con el narcotráfico. La situación ya estaba tirante a raíz del surgimiento el año pasado de grupos de "vigilantes" dedicados a cazar indocumentados a lo largo de la frontera, cuando, el 17 de diciembre, la Cámara de Representantes del Congreso de EU aprobó un proyecto de ley de la mayoría republicana que autoriza la construcción de un muro de 700 millas a lo largo de cuatro estados fronterizos con México que, como mínimo, costará varios miles de millones de dólares. El proyecto de ley de "seguridad fronteriza", ahora en manos del Senado, fue auspiciado por James Sensenbrenner, presidente de la comisión judicial de la Cámara baja, y Peter King, presidente de la comisión de seguridad interior. Las propuestas de construir un muro no son nuevas. En 1975 William Paddock, entonces consultor del Departamento de estado y rabioso partidario de reducir la población, a quien con frecuencia cita como autoridad la racista Federación para Reformar la Inmigración a EU (FAIR, por sus siglas en inglés), le dijo a un entrevistador cuál era su solución para la supuesta sobrepoblación mexicana que se derramaba a EU: "Cierren la puerta y déjenlos chillar". La hambruna, las enfermedades y las guerras se encargarían del resto, sugirió. El Gobierno de México ha organizado apoyo de los países de Centro y Sudamérica para oponerse a esta política de "puertas cerradas". Cuando el Presidente de México, Vicente Fox, atacó la idea como otro "Muro de Berlín" y "una vergüenza", embajador de EU en México e íntimo de Bush, Tony Garza, calificó las palabras de Fox como "falsas y deshonestas en lo intelectual". El 25 de enero Sean McCormack, vocero del Departamento de Estado, defendió el muro e insistió que EU tiene el "derecho a tomar cualquier medida de seguridad que juzgue apropiada". El mismo día Garza dijo en una nota diplomática que, "los esfuerzos de México para promover la oposición regional a las medidas bajo consideración en el Congreso de EU" están "polarizando el debate", y "alentando" a los partidarios del muro. Luego de un tiroteo en la frontera entre la policía de Texas y narcotraficantes, y un grupo vestido de uniforme militar el 23 de enero, los medios políticos y noticiosos de la derecha neoconservadora comenzaron a despotricar sobre una "invasión mexicana". El gobernador de California, Arnold Schwarzenegger, dijo que la frontera con México era una "zona de alto riesgo", y el congresista republicano de Colorado, Tom Tancredo, fervoroso partidario del muro de Sensenbrenner, demandó el despliegue inmediato de tropas de EU a la frontera con México. El 27 de enero el Washington Times, del reverendo Sun Myung Moon, publicó una columna de uno de sus principales colaboradores, Robert Stacy McCain, que traza un paralelo con la guerra contra México del presidente Woodrow Wilson en 1917, la que supuestamente fue precipitada por las incursiones transfronterizas de Pancho Villa. Wilson, dice, justificó su invasión a México en que saboteadores alemanes podrían entrar a EU por México. Igual hoy al–Qáeda podría presentar un peligro al sur de la frontera.
El 31 de enero el diario mexicano la Jornada dio cuenta de un memorando interno circulado por el director de la Patrulla Fronteriza de EU, David Aguilar, que dice que esa agencia está lista y dispuesta a responder con "fuerza mortal" ante cualquier incursión de "comandos armados". Según el memorando, los ataques contra los agentes del orden de EU en la frontera aumentaron de 396 en 2004 a 778 en 2005, y hubo 153 en enero de 2006. Lo que no dice el documento es que ese aumento impresionante en la violencia ligada con el narcotráfico es consecuencia directa de la política de libre comercio de Washington, que ha diezmado la economía mexicana y desatado al narcotráfico y su violencia. La única solución a la crisis es el desarrollo, dijo Lyndon LaRouche en una videoconferencia con el Sindicato de Trabajadores de la Universidad Nacional Autónoma de México el 9 de noviembre de 2005: "Observas una situación en la frontera, en la que ves a gente pobre que no puede conseguir trabajo convertirse, en medio de su desesperación, en "mulas" para cruzar drogas por la frontera....EU tiene la responsabilidad moral de ayudar ... a desarrollar a México, a desarrollar su agricultura, a construir ciudades nuevas, comunidades nuevas... Está en el interés de EU hacer eso para tener seguridad; la seguridad de EU depende de la de México. Si México está seguro, nosotros estaremos más seguros".
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